Una nueva vida

-¿Por qué no lo denuncias? – me pregunto mi mejor amigo Goenji mientras me curaba mis heridas.

-tengo miedo… – conteste con total sinceridad.

-no puedes seguir viviendo así – puso las vendas y el alcohol en la mesa que había en la sala. – ¿acaso no te das cuenta que si sigues así terminaras muerta?

Guarde silencio, tenía razón, no podía seguir viviendo así pero tenía miedo, miedo a que Akio me hiciera más daño de lo normal. Me levante y me observe en el espejo, parecía que había estado en el mismo infierno, mi cuerpo estaba lleno de moretones, mis labios sangraban y mi ojo se estaba poniendo morado, me asuste aunque no tanto ya que había estado peor en otras situaciones, ya no quería vivir así, no comprendía porque Akio se comportaba de esa manera tan salvaje, él no era así cuando empezamos a salir, al contrario era muy detallista y considerado pero luego de un año de relación las cosas empezaron a cambiar de la noche a la mañana, cada vez que él llegaba a la casa en vez de besarme o decirme que me amaba, me golpeaba sin motivo alguno, no podía seguir así. Me senté de nuevo en el sofá preguntándome que haría y más en un momento tan delicado como este, Goenji estaba observándome preocupado, él siempre había sido un buen amigo, era el único que sabía de los golpes que Akio me daba, recordé cuando yo le dije, obviamente se puso muy furioso y me dio la idea de denunciarlo pero no le hize caso, en estos momentos me estoy arrepintiendo de no haberlo denunciado cuando empezó, tal vez no hubiera sufrido tanto y ahora mi vida sería diferente pero el amor y las falsas promesas que Akio me daba sobre cambiar me cegaron.

-Shuya…no sé qué hacer

-Yo sí sé que puedes hacer, denunciarlo – me dijo algo molesto.

-No es tan fácil – me excuse.

-claro que es fácil – exclamo poniéndose de pie tratando de calmarse. – podrías ahora tomar el teléfono, llamar a la policía, decirle que está pasando y el problema se termina

-No puedo – susurre.

-¿Por qué? – me grito molesto, sabía que la situación lo enfadaba más de lo normal, ya no había más excusas era hora de decirle toda la verdad.

-Porque estoy embarazada – dije rompiendo en llanto y a la vez impresionándolo.

-¿Hablas enserio? – logro decir mientras se sentaba de nuevo a mi lado abrazándome.

-Sí, estoy embarazada, me entere hace unos días, esa es la razón por la cual no me ido de este infierno porque tengo miedo que Fudou le haga daño a mi bebe

-Te comprendo – tomo una de mis manos. – sé que debe de ser difícil para ti, pero este bebe debe ser la razón por la cual debes irte de una vez por todas

-¿Y a dónde quieres que vaya? No he visto a mis padres por mucho tiempo, no tengo más familia además si los viera estoy completamente segura de que no me apoyarían – le dije muy segura haciendo que el bajara la cabeza pero rápidamente la levanto, entrelazando nuestras manos.

-tal vez ellos no…pero yo si

-¿Qué estas tratando de decir Goenji?

-Lazuri tal vez esto sea sorprendente para ti pero no puedo ocultarlo más, yo te amo – me dijo mirándome directamente a los ojos, hablaba enserio, me sorprendí demasiado que solo me limite a escuchar – quiero estar contigo a cada momento, apoyarte en todo lo que necesites pero lo que más quiero es ser el padre de ese bebe, te juro que no le faltara nada y lo amare como si fuera mío

-¿estas demente? – exclame parándome del sofá. – como podría darte una responsabilidad que no te pertenece, no soy egoísta

-una cosa es que tú me la des y otra muy diferente que yo te la esté pidiendo

-de todas formas, tú no puedes amarme

-claro que puedo – se levantó del sofá mirándome. – sé que lo que te estoy pidiendo es una locura pero eso lo que quiero, no te quiero obligar a corresponder a mis sentimientos pero al menos dame una oportunidad

-Goenji yo… no sé qué decir

-solo una – se acercó a mí me acaricio mi mejilla suavemente. – y prometo no decepcionarte, si aceptas podemos casarnos para que él bebe lleve mi apellido

-pero no te has puesto a pensar que esta decisión podría arruinar tu vida, tu carrera – el hizo silencio. – ¿Cómo se lo explicaras a tu padre? ¿A tus amigos? ¿A todo el mundo?

-podríamos decir que tuvimos un romance y bueno…tu sabes, que solo paso

-no lo sé, no quiero que por culpa de mis decisiones arruines tu vida

-no la arruinaras, ni tu ni él bebe – me acaricio el vientre de manera suave y delicada, al momento en que sentíamos como él bebe pateaba como si estuviera de acuerdo con la idea, observe a Goenji, se había puesto muy feliz al sentir las pequeñas pataditas en su mano, estaba muy entusiasmado por la idea de que iba a tener un "hijo" conmigo, lo pensé muchas veces y llegue a la conclusión de que si aceptaba la propuesta de Goenji, mi vida entera iba a cambiar y mi bebe tendría la oportunidad de tener un buen ejemplo paternal además de que en un futuro no muy lejano podría enamorarme de Goenji.

-Shuya – lo llame a lo que despejo su mirada de mi vientre a mi rostro. – Acepto – dije con una sonrisa mientras el hacía lo mismo.

-te juro que no te arrepentirás – dijo para acercarse lentamente a mi rostro, rozando mis labios para luego besarme.

Era una sensación indescriptible sentir sus labios sabor vainilla sobre los míos, no sabía que hacer simplemente no quería detener ese beso por nada en el mundo, lo disfrute demasiado. Al separarnos del beso una sonrisa se dibujó en mi rostro mientras Goenji me miraba dulcemente y me tomaba de la mano saliendo de aquella que antes era mi casa, por un momento pensé en cómo se tomaría Akio mi manera de huir tan repentinamente, eso hizo que me sintiera asustada, temía a su reacción pero luego observe a Goenji y saber que lo tenía a mi lado me tranquilizo, de cierta forma me hacía sentir protegida. Pidió un taxi dándole la dirección de la casa de su padre, sabía lo que venía después, él estaba dispuesto a enfrentar a su padre, iba a arriesgar su juventud para estar conmigo, para tener un papel que no le pertenece. Llegamos a la casa de su padre y me detuve en la puerta, no iba a ser fácil todo esto pero Goenji estaba dispuesto a hacerlo, él igual se detuvo justo a mi lado tomándome la mano.

-¿estás seguro que quieres hacer esto? – pregunte creyendo que recapacitaría las cosas.

-si – respondió para luego tocar el timbre.

-aun puedes arrepentirte

-no me arrepiento de nada y mucho menos ahora que le diré la noticia a mi padre

No dije nada solo me limite a asentir, la puerta se abrió dejando ver a la nana de Goenji quien al verlo lo abrazo cariñosamente a su lado estaba Yuuka saludando de la misma manera a su hermano.

-onii-chan, ¿Quién es ella? – pregunto señalándome.

-ella es Lazuri Ningen

-buenas noches Srita. Ningen – me dijo la nana de Goenji. – Yuuka saluda por favor

-hola Lazuri – me sonrió para después quedarse observando la mano de Goenji y la mía. – tú y mi onii-chan son novios, ¿verdad?

-etto… – me sonroje levemente.

-nana, ¿mi padre está aquí? – pregunto Goenji salvándome de responder.

-si hijo está en la sala, pasen por favor – nos hizo pasar a la casa, aún seguía tomada de la mano de Goenji quien me dirigió hacia la sala en donde estaba su padre tranquilamente leyendo el periódico mientras tomaba una taza de café.

-veo que ya llegaste Shuya – dijo mientras dejaba el periódico aun lado y ponía la taza en la mesa de centro.

-si – contesto mientras me daba un pequeño apretón en la mano dando a entender que estaba nervioso.

-tranquilo… – susurre haciendo que él se calmara.

-también veo que trajiste compañía dime, ¿Quién es ella? – pregunto mirándome de arriba abajo como intentándome examinar, iba a contestar pero no pude.

-ella es Lazuri, mi novia – contesto Goenji por mi mientras observábamos la expresión de su padre.

-no sabía que tenías novia Shuya, supongo que la trajiste para presentarla a la familia, ¿no es así?

-no es por eso – dijo mientras de nuevo apretaba mi mano inconscientemente.

-¿entonces porque? – pregunto su padre algo intrigado.

-padre – hablo con dificultad tratando de calmar su respiración. – la razón por la cual traje a Lazuri aquí es porque… - bajo la mirada para después levantarla y mirar a su padre con mucha seguridad. – ella está embarazada

Narra Goenji

Mi padre abrió los ojos sorprendido ante las palabras que había dicho segundos antes hasta que después su mirada cambio de una sorprendida a una furiosa, estaba decepcionado de mí, lo podía leer en sus ojos pero ya no había vuelta atrás, estaba seguro de mi decisión y por nada ni nadie la iba a cambiar.

-¿Qué dices Shuya? Si es una broma no es graciosa – me dijo con una voz muy fuerte levantándose del sofá y mirándome desafiante.

-no es ninguna broma – me levante del sofá devolviéndole la mirada. – Lazuri está embarazada y él bebe es mío, me hare responsable y cumpliré como el hombre que soy

-¿Cómo puedes decir eso? ¿Qué no te das cuenta que puedes arruinar tu futuro?

-estoy consciente de lo que estoy diciendo padre y antes que digas algo más te digo que no me importa lo que tú o las demás personas digan

-¿y cómo piensas hacerte responsable de un bebe?

-trabajare

-¿en qué? Porque te aviso que no te seguiré pagando tus estudios mucho menos te daré trabajo en la clínica

-no necesito trabajar en la clínica para conseguir dinero y de los estudios no te preocupes no los necesitaré más porque hace una semana me llamaron de la selección de Brasil y me pidieron unirme al equipo a lo cual yo acepte

-no puedes aceptar, necesitas mi permiso para poder irte

-no es necesario tu permiso solo mi aceptación a la selección brasileña

-Shuya te prohíbo irte mucho menos que te hagas cargo de ese bebe, eres joven para que te hagas cargo de una responsabilidad tan grande

-tú no eres nadie para decirme que hacer

-soy tu padre por lo tanto me debes de obedecer

-igual yo seré padre – exclame. – Yo decido sobre la vida, el futuro y el bienestar de mi hijo – ayude a Lazuri a levantarse del sofá teníamos que irnos, ella se estaba poniendo mal y una confrontación como esta podía hacerle daño tanto a ella como al bebe. – y para tu información me casare con ella no por él bebe que viene en camino sino porque la amo – dije para después caminar a la entrada pero me detuve un momento volteando a ver a mi padre. – solo quería que te enteraras antes de irme, adiós padre

Salí de la casa sintiéndome un verdadero padre. Nadie podría dudar de lo seguro que estoy por tener un hijo per sobre todo por estar con Lazuri. Cuidarla protegerla y amarla.

-vamos, ya sé a dónde podemos ir y criar a nuestro hijo – sonreí y sin más la besé caminando hacia aquel lugar que sería nuestro hogar.

En donde comenzaríamos una nueva vida.