Capítulo 1: Joven confundido.

Stanley salía de su hogar dirigiéndose a su auto, había cierto rencor en él, no podía creer que su padre lo echaría de esa forma y sin escuchar lo que tenía que decir, pero si así serían las cosas él les probaría que estaban equivocados.
El joven conducía por la calle hasta por fin llegar a las afuera de la ciudad, ahí podría encontrar un motel barato, quizá dormir en su auto sin ser molestado, o eso pensaba.
Una patrulla se aproximaba a donde se encontraba el más joven de los gemelos y le indicaba detenerse "Oh perfecto, la policía, lo que me faltaba" gruñía Stan, mientras el oficial se acercaba a él "¿Qué sucede, oficial?"Fingía una sonrisa para no provocar al hombre que lo había detenido.
"Parece que tiene prisa, joven ¿A dónde se dirige?" El guardián del orden preguntaba con esa mirada tan parecida a la de Filbrick, haciendo que Stan recordara a su padre con tristeza
"Para nada, señor. Solo estoy algo cansado y buscaba un lugar donde pasar la noche" Él no mentía, todo el asunto con Ford y su padre lo había dejado sin energías, y en su voz se podía sentir esto.
"Su licencia, por favor" Stan no tenía otra opción que entregarla, mientras el policía veía el documento y a su portador, memorizando ese rostro y ese nombre, como si supiera que se volverían a encontrar "Parece un buen muchacho… Stanley Pines, lo dejare irse con una advertencia esta vez. Conduzca con cuidado" El oficial parecía haber entendido y se alejaba dejando a un triste, furioso y cansado Stanley Pines.
El gemelo Pines por fin llegaba a un motel cercano y excesivamente barato, pero muy lindo a pesar de todo, en su habitación acomodaba su maleta con las pocas cosas que su padre le había permitido llevar, y luego se recostaba en la vieja cama, su cabeza descansaba en una almohada no muy suave, pero eso no le importaba, ya no le importaba nada, solo recordaba como una noche antes aun dormía en su cómoda cama, en la habitación pequeña pero cálida que compartía con su hermano gemelo, su hermano mayor Ford al que tanto quería, su mejor amigo y compañero, y ahora estaba en este lugar lejos de su casa, solo y a su suerte, recordando el rostro de su gemelo quien no hizo nada para ayudarlo, la traición que había recibido del chico, de su familia.
"¿Qué hare ahora?" Se preguntaba a sí mismo el joven mientras trataba de dormir pero sin éxito logrando solo dar vueltas en su cama. Luego de horas de presión y estrés por fin lograba conciliar el sueño solo para que en sus pesadillas ese momento tan amargo se repitiera una y otra vez.
Hasta que ya no pudo más, levantándose para sacar todo lo que tenía en su mente, tomaba el teléfono y comenzaba a marcar un número muy conocido para él, muy dentro de su ser esperaba que nadie contestara del otro lado de la bocina, o quien sabe cómo iba a reaccionar. Pero para su mala suerte la voz de una mujer que parecía haber estado llorando le había contestado "¿Bueno? ¿Quién habla?" Preguntaba esa misma voz, una que Stan podía reconocer y hacer sentir mejor de alguna forma, pero no le podía contestar sin sentir como se hacia un nudo en su garganta "¿Es una broma?" La mujer sonaba molesta por esto "Si no contesta colgare"
"Mamá" Con esto Stan comenzaba a llorar, él quería mucho a su madre y ella lo quería de igual forma, desde que era niño su madre siempre le había demostrado mucho cariño a pesar de que todos se burlaban de él y de Ford, o que todos lo tachaban de ser un idiota a diferencia de su hermano, ella siempre lo adoro desde el primer minuto que lo tuvo en sus brazos al nacer.
"¿Stanley? ¿Eres tú?" La voz de su madre había cambiado a un tono de tranquilidad, pero a la vez de preocupación por su hijo.
"Si, mamá. Soy yo"
"¿Estas bien? ¿Donde estas?" Esa urgencia en la voz de Ma Pines hacía que el joven Stan se sintiera mal porque había lastimado a su madre y a su hermano, aunque fuera por accidente.
"Tranquila, ma. Estoy bien en estos momentos estoy en un motel a las afueras. Solo quería llamar para decirte que no te preocupes, y que lo siento mucho, no quería arruinar el futuro de Ford ni de la familia. Todo fue un accidente"
El llanto se volvía más fuerte conforme Stan hablaba y escuchaba a su mamá.
"No, hijo. Estoy segura que dices la verdad, pero tu padre y tu hermano están muy furiosos como para escuchar razones en estos momentos, pero tratare de hablar con ambos y que te permitan volver"
"No, no voy a volver, ambos dejaron en claro lo que piensan de mi. Todos lo han hecho, pero ya no tendrán nada malo que decir de mí. Voy a ser exitoso sin su ayuda y les demostrare su error. Ya lo verán" Había determinación y furia en su comentario.
"Hijo, si llegas a necesitarlo llama o vuelve a casa, por favor. Recuerda que seguimos siendo tu familia"
"Lo hare, ma. Buenas noches" Stanley Pines ya no tenía familia a pesar de lo que su madre le había dicho hace unos segundos, él lo sabía muy dentro de su ser, colgaba el teléfono, y volvía a su cama, triste por lastimar a su mamá, pero tal vez después de esto podría descansar algo esa noche, ya que había alguien que quería al pobre, pequeño e indefenso Stan Pines en su momento más oscuro. Y no le fallaría, haría todo por demostrarle a todos los que dudaban de él de lo que era capaz, y de demostrarse a si mismo que era un ganador como Stanford y no el idiota que todos conocían. Ya lo verían.