Atrapando una Quimera.
ORIGENES
La Quimera es una mítica criatura mágica temible, con el cuerpo de una cabra, los cuartos traseros, alas y la cola de un dragón y la cabeza y garras de un león, aunque algunas descripciones difieren un tanto. Todas coinciden sin embargo en que vomita fuego y en que es sumamente rápida y peligrosa.
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Sin embargo, existe otro tipo de quimeras, ya que también se llama así al ser vivo formado por la fusión de dos o más individuos. El quimerismo espontáneo es un trastorno genético, en el cual, según la teoría que intenta explicarlo, dos embriones se combinan formando uno sólo, desarrollándose normalmente. También puede darse el caso de contaminación entre mellizos, con diferentes grados de transferencia de material genético entre ambos. E incluso de madre a hijo. El ser vivo resultante entonces posee una doble información genética. En la mayoría de los casos, las células de órganos o zonas distintas del cuerpo tienen ADN distinto. Sucede en personas y en muchos animales y la mayoría de las veces pasa desapercibido.
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Los muggles han creado en sus laboratorios quimeras de ratones e incluso una quimera de cabra-oveja, en sus investigaciones médicas sobre la inmunidad y los trasplantes. En cierta medida, cualquier técnica que introduzca parte de un ser vivo en otro, crea un cierto tipo de quimera. Un trasplante podría llegar a ser considerado un caso de quimera artificial.
Y aun queda un tercer tipo de quimera, la más extraña. Mediante la magia, es posible fusionar artificialmente dos o más seres vivos, de diferentes especies, creando uno nuevo, totalmente diferente a los originales. ¿Pero que ocurre con sus almas? Hay dos opciones en este aspecto. El mago puede optar por destruir el alma de uno de los sujetos, el caso más habitual, o por el contrario, intentar fusionarlas. Este delicadísimo proceso solo funciona relativamente bien si se trata de individuos extremadamente jóvenes, libres de experiencias previas. En el mejor de los casos, produce fuertes alteraciones de carácter, sobre todo si las diferencias entre los seres de partida son marcadas.
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A lo largo de la historia, algunos magos han creado diversas quimeras, ejemplares singulares, fruto del capricho, la maldad o la curiosidad. Usando leones, águilas, krups o caballos como base, los magos dieron vida a criaturas de fantasía como los primeros grifos e hipogrifos, pero también y usando parte de almas humanas a las temibles acromántulas. Estas criaturas se perpetuaron, reproduciéndose y formando nuevas especies. Una quimera especialmente terrible, fue el Minotauro de Creta, creado a imitación de los centauros (Son híbridos naturales, producto de la fecundación de las yeguas mágicas de Lesbos, ya extintas, por animagos en su forma equina) donde se unieron un muchacho y un toro salvaje adulto. Conforme crecía se volvía más y más salvaje, ya que el alma del toro acabó dominándolo. Cuando la criatura se hizo incontrolable, fue encerrado en un laberinto gigantesco del cual no podía escapar.
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Después de esto, se prohibió hacer quimeras con seres humanos. Y sin embargo, una de estas camina entre nosotros hoy, oculta, inadvertida para todos. Bajo la apariencia de un muchacho ordinario, late una criatura letal, llena de poder, pero capaz de luchar tenazmente por defender a los suyos. Que daría la vida por los que ama, sin temor a la muerte.
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REGRESO A HOGWARTS
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Draco atravesó las enormes puertas de roble y tras recorrer varios corredores y pasillos, se detuvo frente a la gárgola que custodiaba el despacho del director. La cabeza de águila del grifo de piedra parpadeó y le saludó con un graznido:
-Es un placer verle de nuevo joven Malfoy.
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La sonrisa fría y desapasionada de Draco apenas alzó la comisura de sus suaves labios rosados y sus ojos grises relucieron, mientras una de sus cejas sutilmente áureas se alzaba ligeramente. Su largo y sedoso cabello se agitó en su espalda, atrapando destellos de luz. Si bien en su adolescencia su pelo era sencillamente rubio platino, nadie podría decir lo mismo ahora. Dotado de una especie de luz propia y de un brillo francamente metálico, recordaba el plateado aspecto de la crin de un unicornio o el cabello de una veela.
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Pero nadie en su sano juicio se atrevería nunca a decir nada al respecto delante del joven Lord Malfoy, heredero de una de las mayores fortunas del país, además de un afamadísimo jugador de Quidditch y playboy de moda. No, a menos que desease conservar sus órganos reproductores unidos al cuerpo e intactos…
La gárgola volvió a graznar y su chirriante y desagradable voz pétrea exclamó:
-¿Va a subir o no?
"Eclairs"· murmuró la sedosa voz de Draco, y la estatua giró, descubriendo las escaleras en espiral que comenzaron a moverse con suavidad. Estirando su túnica de seda y lana con un gesto casi inconsciente, el joven de 25 años recién cumplidos se aseguró de que sus pantalones negros y su camisa de seda blanca estuviesen perfectos. La corbata con finas rayas en los colores de la selección inglesa de Quidditch (negro, rojo y azul) remataba su atuendo, sujeta con un alfiler en forma de serpiente de plata.
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Llegó ante la puerta del despacho y tocó brevemente. Una voz femenina y seca exclamó "adelante" y el joven penetró con paso firme en la estancia. Minerva MacGonagall, tocada con su habitual moño y vestida con una severa túnica negra de amplias mangas sobre un largo vestido de color verde muy oscuro, con el ruedo rematado de estrellas doradas diminutas, alzó la cabeza de los papeles que tenia delante de ella y sonrió brevemente tendiéndole la mano.
-Me alegra ver que has acudido a la cita Draco.
Malfoy se acercó a la mesa y apreció que las canas comenzaban a matizar el negro cabello de la Directora, y que las arrugas eran mas profundas en torno a sus ojos, tras las gafas, y besó suavemente la mano ofrecida, reteniéndola en la suya antes de tomar asiento.
-Su carta despertó mi curiosidad. No quiere decir que vaya a aceptar, pero estoy dispuesto a escuchar su propuesta.
-Me parece bien.
Asintió la madura maga con sequedad. Sus ojos se giraron un poco hacia el rincón más oscuro de la sala y añadió:
-Permíteme presentarte a otro candidato, aunque en este caso, el ofrecimiento ha partido de él.
Draco se giró y una sombra se separó de la pared, y se materializó silenciosamente en un cuerpo masculino, de movimientos lánguidos, felinos. Tan alto como él, el desconocido avanzó hasta que la luz hirió su cabello, revelando una larga melena suavemente ensortijada. De un impactante color negro radiante y adornado por dos grandes mechones de un verde metálico con reflejos dorados muy intenso, que surgían un poco mas atrás de las sienes, mezclando bucles de ambos colores; el cabello cubría los hombros del misterioso desconocido y parte de la espalda, enmarcando su rostro. La tez era suave y pálida, aunque dorada, de mejillas sonrosadas y adornada por labios sensuales e intensamente rojos. Los grandes ojos, de un color entre azul y verde esmeralda, ligeramente rasgados y orlados de espesas pestañas trajeron viejos recuerdos a Draco, pero cuando el extraño sonrió, se reveló por completo su dentadura, blanca, perfecta… y con unos colmillos afilados como dagas, haciéndole olvidarlos.
"Un vampiro! O al menos alguien mordido por uno de ellos" pensó el Slytherin.
-Lord Draco Lucien Malfoy Black, (Señor (titulo) Dragón de la Luz Mala-Fé Negro) le presento a…
Los ojos de Minerva repasaron el papel frente a su mesa con rapidez, mientras el joven moreno, que aparentaba unos treinta años de edad avanzaba con elegancia hacia ellos.
-Ritter Von Sylvain Egmont Henry Fremont. (Caballero del Bosque (Titulo), Defensor y arma, Príncipe, Defensor de la Libertad, ).(Enrique =Príncipe= Henry = Harry)
Nota del Autor:
Hola a todos los que leen. Está historia a fecha de hoy (14/09/11) no está terminada, pero si el inicio os parece interesante…