Los personajes son de Meyer la trama mía.
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Sin espacios. Las van poniendo depende a la numeración. Escuchenla mientras leen...
Inocente, Indefenso y Puro Corazón
1
Sonreí y reí fuertemente mientras veía a Edward tomar su chamarra roja y amarrársela en el cuello fingiendo que era un superhéroe. Dio unas cuantas vueltas con los brazos extendidos y con una enorme sonrisa en el rostro, hasta que paró en seco y me miró, una sonrisa traviesa apareció en sus labios rosas. Se acercó a mí y me abrazó, entonces comenzó a dar vueltas conmigo en sus brazos.
Reí y grité. Él sólo siguió dando vueltas, gente el parque miraban con rareza y nos seguían su camino con rapidez. Pero no me importaba, cuando estaba con Edward no me importaba nada.
Varios minutos después me dejó en el suelo, reí y perdí el equilibrio cayendo al piso. Edward me miró por un segundo antes de dejarse caer también al piso, me miró con una enorme sonrisa y tomó mi mano. Le devolví la sonrisa y miré el cielo, estaba azul y el sol brillaba con fuerza.
-¿Sabes? Me gustaría ser un superhéroe para poder estar siempre a tu lado y poder salvarte siempre que estés en peligro- dijo él de repente, lo miré sorprendida y él solo me sonrió.
-Bueno… entonces tendrás mucho trabajo, recuerda que soy muy torpe- murmuré.
-A mí no me importa eso. De hecho, creo que es muy adorable que siempre te estés tropezando… eres cómo mi damisela en apuros- rió.
Lo miré por un segundo antes de darle un beso en la mejilla. Él se sonrojó. Amaba eso de él, era tan tímido y dulce. Él me gustaba, me gustaba mucho. Habíamos sido amigos desde el jardín de niños, pero las cosas habían cambiado cuando cumplimos doce y yo comencé a mirarlo de otra forma.
Él seguía siendo un niño, a pesar de que ya tenía quince. Era maduro y muy listo, pero en otras cuestiones seguía siendo un pequeño niño descubriendo el mundo. Y amaba eso de él. Su inocencia en el tema del amor.
Edward nunca había tenido novia, y no es que le faltaran chicas. No. De hecho, todas las chicas del instituto estaban locas por él, pero como dije antes, Edward seguía siendo un niño y no las veía de otra forma. De cierto modo me alegraba, yo quería a Edward solo para mí.
Él tenía un hermano mayor. Emmett. Él era muy diferente a Edward, por ejemplo, Emmett tenía millones de novias y era un tonto. Estaba segura de que Emmett ya había tenido sexo con muchas chicas y a pesar de todo, estaba totalmente enamorado de Rosalie Hale, la más hermosa y lista chica del instituto, pero también la única que lo había rechazado.
En pocas palabras, Emmett tenía un espíritu aventurero en el amor y las relaciones que no, o que aún no salía a flote.
2
Miré las nubes.
-Esa parece un corazón- dijo de pronto. Miré dónde señalaba, para mí parecía un jarrón feo.
-Tienes razón, eso parece- dije. Él me miró y sabía qué él sabía que yo había mentido. –En realidad creo que se parece al jarrón que mamá tiene en la sala- dije.
-Es un jarrón muy feo- dijo y soltó una risita.
Volví a mirarlo. Su cabello era como una mezcla de marrón claro y rubio, cobrizo. Su piel era blanca como la cal, sus ojos eran de un verde resplandeciente y estaban enmarcados por unas espesas pestañas. Su nariz era perfecta, la había heredado de su padre y sus labios eran rosas. Él era maravillosamente guapo, era mucho más alto que yo y era delgado.
Él, al sentir mi mirada, volteó su cabeza y posó sus ojos verdes. Tan profundos que podía nadar en ellos, tan claros que podía cada uno de los sentimientos que tenía. Lo conocía tan bien.
3
-Bells- susurró acercándose más a mí.
Me puse nerviosa.
-¿Sí?- respondí.
Él se acercó un poco más hasta nuestras narices se tocaron. ¿Me besaría? No. Él era Edward y jamás haría eso. Sólo éramos amigos.
-Me…-
-Puedes decirme lo que quieras. Lo sabes-
-Me….- se quedó pensativo por un segundo –me gusta alguien-
Me tensé. A lo lejos pude escuchar algo rompiéndose, quizá un vaso de cristal. O un plato.
Tardé unos segundos en darme cuenta de que no había sido ningún plato ni vaso. Sino mi corazón rompiéndose al escuchar las palabras de Edward.
Le gustaba alguien. Estaba enamorado… no, era demasiado pronto y él no tenía ni idea de que era el amor, era tan solo un niño.
-Creo que la amo- me confió. Mordí mi labio, casi había respondido a mis pensamientos.
Quizás yo estaba equivocada. Había pensado que solo por el hecho de que él no haya mostrado ningún interés por alguna chica antes, no lo haría nunca. O al menos, que sería por mí por quien sentiría esos sentimientos.
-Es demasiado pronto, no puedes estar seguro- dije apresuradamente.
-No. Yo lo sé. La amo desde que la conozco… o quizás desde un poco después, pero solo un poco. Le pregunté a Emmett y Alice… ¡Y a mamá!- dijo él con emoción. -¡Incluso a Jasper y a Rosalie! Ellos dicen que sí estoy enamorado de esta chica.-
-¿Se los contaste a todos ellos?- pregunté.
-Sip-
-¿Así que ellos lo sabían?- pregunté estupefacta.
-Ajá-
-¿Desde cuándo?-
-Desde hace casi un mes- respondió dejando de mirarme y volviendo su vista al cielo azul, que ahora, para mí, ya no se veía tan bien.
-¿Se lo contaste a todo ellos antes que a mí, que soy tu mejor amiga?- pregunté herida, aunque a decir verdad, me hubiera gustaba jamás haberme enterado.
-Si bueno… no podía decírtelo a ti- dijo nerviosamente.
-¿Por qué?- le pregunté.
-Porque no Bella… tú eres… mí mejor amiga y…hay cosas que no te puedo contar a ti- dijo él.
-¿Ya no confías en mí?- casi había escupido las palabras. Dolía.
-Si…. Pero no siempre te puedo contar todo… tengo que irme, adiós Bella- se levantó del pasto y se fue corriendo.
4
Yo me quedé ahí tirada.
Sentí las lágrimas caer de mis ojos. Él estaba enamorado. Y ya no confiaba en mí.
Se olvidaría de mí para siempre…
Cerré mis ojos con fuerza. No quería pensar en nada, lo extrañaba a pesar de que apenas había pasado cinco segundos desde que se había ido. Lo amaba. Eso era evidente.
Me sentí torturada.
Hubiera preferido que un pedazo granizo con el tamaño de una camioneta me cayera a esto que me estaba pasando. O quizás ya era hora de que dejara de ver Los Padrinos Mágicos*.
Me sorprendí cuando sentí algo tibio posarme sobre mis labios. Abrí mis ojos con rapidez y me sorprendí al ver a Edward con los ojos fuertemente cerrados y el ceño fruncido posando sus labios sobre los míos. Una sonrisa se formó en mis labios, cerré mis ojos y le devolví el beso.
5
Nos quedamos quietos por unos segundos. Yo tomé sus manos entre las mías. Tan cálidas y suaves.
Se separó de mí de un saltó y soltó mis manos.
-Hay cosas que no te puedo decir porque te amo tanto que temo perderte- dijo con una sonrisa en sus labios, antes de levantarse y echar a correr de nuevo.
Una sonrisa se formó en mis labios.
Quizás no era tan malo que Edward se enamorara. Y tampoco el que yo también lo estuviera, después de todo, era a mí a quien le estaba entregando su inocente, indefenso y puro corazón.
Los padrinos mágicos: esa serie de Nickelodeon, de Timmy Turner y sus haditas de color rosa y verde XD
Buenas tardes. Este pequeño one-shot, lo acabo de terminar y pense en subirlo. ¡Espero que les guste y me dejen un review! ¡Por favor!
De verdad, que esto de escribir a veces es un poco pesado y al menos me gustaría que me dejasen un review, con eso me siento cien por ciento pagada
Las quiero y nos vemos pronto! Por cierto, HABRA OTRO CAPITULO, DESPUES DE ESTE.
Sera como un mini fic. quizás sea de dos otres capis! Las amo!