Negro... El día es negro... Yo estoy de negro... Mi vida se volvió negra... Te perdí... te perdí para siempre. ¿Por qué te has ido? No es justo. ¿Por qué tuviste que ser tú? ¡Qué daría por que hubieras sido inmortal! Tantos años junto a ti se fueron. Quedarán en mis recuerdos. No quiero despedirme de ti... Quiero que todo vuelva hacia atrás y el tiempo se detenga. No sé qué haré sin ti a mi lado. Ya comienzo a necesitarte. Miro tu rostro y me dan ganas de llorar. No lo haré... No... Prometí no llorar en este día. Te juré que no lo haría, pero si llego a llorar, hazte el tonto... Piensa que es lluvia cayendo de mis ojos. Jamás te gustó verme llorar, por eso te quería tanto. Nunca permitiste que una sola lágrima cayera de mis ojos. Pero hoy no estás conmigo... bueno, sí, pero no a mi lado... "Jamás te dejaré sola. Te lo juro", me dijiste antes de partir. Pero ahora me siento más sola que nunca. Sé que estás a mi lado, pero entiende, soy humana. Necesito tenerte en cuerpo y alma a mi lado. ¿Por qué tuviste que irte de mi lado tan joven? ¿Por qué justo tu enfermedad era incurable? Nunca me dijiste que morirías joven. De haberlo sabido, te hubiera conocido antes. Creo que no supe aprovechar tu compañía al máximo. Vuelve a mí, mi vida.
Ahora comienzan a bajarte. El sacerdote dijo unas oraciones por ti. Tus amigos y los míos están presentes para despedirse de ti. Mi hermano me abraza, tratando de calmarme, pero yo estoy calmada. Al menos por fuera. Por dentro, me estoy muriendo. Si pudiera y tuviera el valor, me agarro del cajón y no te dejo ir, pero sé que es la hora de la despedida. Aún así, me suelto de Kyo y me acerco a ti. Él me mira preocupado, cree que saltaré. Sé que te gustaría ver su cara. Sé que la estás viendo desde allá arriba y te ríes, con esa hermosa risa que me conquistó. Tengo ganas de llorar. Me muerdo el labio inferior para aguantarme esta tristeza. Me acerco a ti y pongo una rosa sobre el cajón. Quiero que me recuerdes siempre, al igual que yo a ti.
Kyo se acerca a mí y pasa su brazo alrededor mío. Yo lo abrazo y miro cómo te bajan. Lo siento, mi amor... no puedo soportarlo más. Lloro Lloro como jamás lo hice en mi vida. No intento hacer ninguna locura, ni detenerte aquí. Vete, sé que eso es lo que quieres ahora. Descansa todo lo que no pudiste en vida. Quiero que seas feliz, que tu vida en ese hermoso paraíso sea muy buena. Kyo me hace cariño en el pelo. Lloro con más ganas, pero no de dolor, sino porque te extraño. Extraño esos días junto a ti. "Cada vez que veas la luna te acordarás de mí", me decías siempre. "Cada vez que veas el sol, me verás a mí", te respondía.
Ya todos se van... Yo me quedaré un minuto más contigo. Sabes que quiero conversar, al igual que cuando estabas vivo. ¿Recuerdas que nos sentábamos en las escaleras de la entrada y conversábamos hasta tarde? Extrañaré mucho esas tardes, aunque igual puedo venir a hablarte aquí... pero no será lo mismo. Bueno, creo que es hora de irme. Ya se hace tarde y tengo que llegar a casa. Prometo volver mañana a visitarte. Te quiero mucho, mi Iori.