Eriol y Tomoyo, amando lo prohibido.
Ella, ella era la esencia de la dulzura, 13 maravillosos años de amor incondicional hacia el mundo, hacia la gente y la vida.
Él, él todo lo contrario a ella, todo el misterio que sus ojos profundos resguardaban, ella lo cristalizaba, lo transparentaba y lo dejaba a la luz y vista de todos.
Ambos un misterio para la humanidad, discretos, de familia rica, modales exquisitos y carácter extraño. De albina piel, ojos y pelo oscuros, se parecían tanto......... ¿por qué no enamorarse entonces? Sencilla respuesta, no eran adultos sino niños, unos tiernos infantes con mucha sabiduría acumulada en sus cabezas, porque, aunque no lo parezca, el vivir en sus condiciones les proporcionaba algo de madurez respecto al resto de los niños de su edad.
Tenía que irse, y se iba con nada más y nada menos que su profesora, Kaho Mizuki. Vaya que si dolía, no lo volvería a ver y encima aunque se despidiese en condiciones, él no la escucharía, porque estaba con ella, estaba feliz. Prometió que le escribiría, pero de hacerlo, evitaría tocar el tema de su compañera sentimental. No quería llorar, no debía llorar......... necesitaba hacerlo.
La vio correr hacia nadie sabe dónde, mientras se despedía de Sakura, su mejor amiga. Y en el aire se perdía un susurro, como una súplica: -Tomoyo......... Miró con tristeza el lugar por donde la joven albina había salido corriendo. Sólo ella había sabido leer sus emociones, entender sus rimas al hablar......... Ella supo mirar sus ojos como si mirase un libro, todavía recordaba sus palabras:
"- Sabes una cosa Eriol? Para mí no eres el misterio personificado, para mí eres una gran persona que oculta algo en el fondo de su alma, y que el profundo de tus ojos te ayuda a encubrir, junto con esas sonrisas desconcertantes"
Esas palabras le borraron la sonrisa, le hicieron abrir los ojos al máximo y, por supuesto, aprender que la suspicacia de la joven Daidouji era un don al que ninguno podía huir si ella se proponía saber de ti tanto como de ella misma.
Sus lágrimas caían con fuerza arrolladora por sus mejillas, no quería decirle adiós, no quería dejarle ir, mientras corría escuchaba a sus espaldas un susurro abrasador, que la llamaba, clamaba su presencia, él la llamaba, pero no podía dejarse llevar por el corazón, ya que la había visto correr, evitaría molestos interrogatorios que pudiesen ponerla en problemas, porque vaya que si dolía, dolía tanto como un grito desgarrador en medio de la noche, dolía como si la vida se fuese en ese avión, en dirección a Inglaterra, junto a él, porque él, siempre era él. La escuchaba, tenía paciencia y siempre mostraba una amable sonrisa para ella, para su exclusivo disfrute. Siguió corriendo hasta que salió del aeropuerto, donde llovía y hacía frío.
Una mano se posó su hombro, se giró asustada y miró con sorpresa que quien la había seguido no era Sakura, era Eriol.
Sus miradas se entrelazaron de tal forma que no se sabía si se miraban a los ojos o se amaban con la mirada, fijando la vista en los ojos del otro se dijeron miles de cosas.
"No puedo despedirme de ti"
"Dame un motivo para que me quede y lo hago, a pesar de que mi destino y mis deberes me obliguen a irme lejos de aquí"
"Vete ya, por favor, no puedo ni quiero decirte adiós"
"Por qué? Por qué no puedes decirme hasta luego?"
"No es un hasta luego, es un adiós, te vas y no piensas volver, no quiero quedarme sola ni ser consciente de que la única persona que es capaz de reemplazar mi amistad con Sakura se va lejos de aquí, dejándome tan sola que me da miedo pensarlo"
Esas miradas se prolongaron hasta que Eriol esbozó una dulce sonrisa que derritió a Tomoyo y rompió a llorar de nuevo, tapándose la cara con las manos.
No tenía mucho tiempo, pero quería consolarla de alguna manera, que no llorase, por favor, que no llorase que le rompía el alma en mil pedazos, era tan niña......... tan indefensa......... Sus brazos actuaron de forma inconsciente y se aferraron a la suave y delicada cintura de ella, que se hallaba ceñida por un vestido de seda fina. Notó su llanto cerca del cuello, sus lágrimas calientes escapaban de los dedos de ella y se colaban por el cuello de su camisa, sus sollozos, los leves temblores, los hipidos y el pelo tan suave y sedoso como el agua de una cascada eran más perceptibles que nunca, notar sobre su hombro la cabeza de ella, advertir en su zona pectoral los finos y largos dedos tapándole la cara para no ser visto su llanto......... La sujetó con fuerza.
A la vez que el llanto, ocultaba un leve sonrojo, notando sus varoniles pero jóvenes manos sujetándola con fuerza, como salvándola del abismo que se presentaba delante de ella con un nombre: SOLEDAD. Y no quería sentirlo, se apartó reaccionando a tiempo para el llamado que hacían a los pasajeros de su vuelo, del vuelo de él.
Se miraron a los ojos y se descubrieron en el interior de la mirada del otro. Se dijeron un adiós silencioso y un casto beso en la mejilla fue el último contacto de Eriol hacia Tomoyo.
Un adiós, un destino, la desgracia de dos personas lejos del ser amado, y no es que fuera que Eriol no amase a Kaho, no, Dios, sí que la amaba, pero obligado por su destino, destinado a quererla casi tanto como a su vida, y de momento sólo sentía atracción hacia ella, pero sus cartas ya estaban sobre el juego de mesa que era la vida, y ésas le habían tocado, aún arrepintiéndose de su mala fortuna, porque por eso se iba, se iba lejos de ella, sabiendo que si se quedaba (aparte de no entrar en sus planes) no podría amar a Kaho como la historia ya marcada decía que la amase. Ya que era consciente de que si ahora sentía amor incondicional por Tomoyo, qué sentiría con el paso del tiempo.........
Bueno Eriol, creo que debes irte, ya han hecho el llamado para tu vuelo......... Así es......... hasta pronto, Tomoyo, no me olvides. Recuérdame, de acuerdo? Sí.........
No sabían cuánto tiempo pasaría hasta volver a verse, no sabían aun si se amaban, porque al fin y al cabo, eran niños, no? Aunque quién pone edad a la hora de amar? Y la peor pregunta, no sabían si volverían a verse alguna vez, sólo esperaban con toda su alma que así fuera, que se viesen de nuevo y pudiesen estar juntos, tal y cómo se merecían.
Bueno, creo que para ser el primer fic que hago de esta pareja, no es muy malo, no? Espero que a todos les guste, ya que si gusta pienso seguir, y prolongar los capítulos, que éste, lo admito, me ha quedado algo corto, por no decir MUY corto. Espero sus reviews!!!!!
Gracias por leerme!!!! Y que disfruten leyendo como yo lo hice escribiendo!!!
Disclaimer: Sakura y demás personajes del cómic manga no son míos, sino de CLAMP, a ellas les pertenecen todos los personajes.
Atte: Azkaban, angel of darkness, angel of magic. "Quien habla es esclavo de sus palabras, mas dueño de sus silencios".
Ella, ella era la esencia de la dulzura, 13 maravillosos años de amor incondicional hacia el mundo, hacia la gente y la vida.
Él, él todo lo contrario a ella, todo el misterio que sus ojos profundos resguardaban, ella lo cristalizaba, lo transparentaba y lo dejaba a la luz y vista de todos.
Ambos un misterio para la humanidad, discretos, de familia rica, modales exquisitos y carácter extraño. De albina piel, ojos y pelo oscuros, se parecían tanto......... ¿por qué no enamorarse entonces? Sencilla respuesta, no eran adultos sino niños, unos tiernos infantes con mucha sabiduría acumulada en sus cabezas, porque, aunque no lo parezca, el vivir en sus condiciones les proporcionaba algo de madurez respecto al resto de los niños de su edad.
Tenía que irse, y se iba con nada más y nada menos que su profesora, Kaho Mizuki. Vaya que si dolía, no lo volvería a ver y encima aunque se despidiese en condiciones, él no la escucharía, porque estaba con ella, estaba feliz. Prometió que le escribiría, pero de hacerlo, evitaría tocar el tema de su compañera sentimental. No quería llorar, no debía llorar......... necesitaba hacerlo.
La vio correr hacia nadie sabe dónde, mientras se despedía de Sakura, su mejor amiga. Y en el aire se perdía un susurro, como una súplica: -Tomoyo......... Miró con tristeza el lugar por donde la joven albina había salido corriendo. Sólo ella había sabido leer sus emociones, entender sus rimas al hablar......... Ella supo mirar sus ojos como si mirase un libro, todavía recordaba sus palabras:
"- Sabes una cosa Eriol? Para mí no eres el misterio personificado, para mí eres una gran persona que oculta algo en el fondo de su alma, y que el profundo de tus ojos te ayuda a encubrir, junto con esas sonrisas desconcertantes"
Esas palabras le borraron la sonrisa, le hicieron abrir los ojos al máximo y, por supuesto, aprender que la suspicacia de la joven Daidouji era un don al que ninguno podía huir si ella se proponía saber de ti tanto como de ella misma.
Sus lágrimas caían con fuerza arrolladora por sus mejillas, no quería decirle adiós, no quería dejarle ir, mientras corría escuchaba a sus espaldas un susurro abrasador, que la llamaba, clamaba su presencia, él la llamaba, pero no podía dejarse llevar por el corazón, ya que la había visto correr, evitaría molestos interrogatorios que pudiesen ponerla en problemas, porque vaya que si dolía, dolía tanto como un grito desgarrador en medio de la noche, dolía como si la vida se fuese en ese avión, en dirección a Inglaterra, junto a él, porque él, siempre era él. La escuchaba, tenía paciencia y siempre mostraba una amable sonrisa para ella, para su exclusivo disfrute. Siguió corriendo hasta que salió del aeropuerto, donde llovía y hacía frío.
Una mano se posó su hombro, se giró asustada y miró con sorpresa que quien la había seguido no era Sakura, era Eriol.
Sus miradas se entrelazaron de tal forma que no se sabía si se miraban a los ojos o se amaban con la mirada, fijando la vista en los ojos del otro se dijeron miles de cosas.
"No puedo despedirme de ti"
"Dame un motivo para que me quede y lo hago, a pesar de que mi destino y mis deberes me obliguen a irme lejos de aquí"
"Vete ya, por favor, no puedo ni quiero decirte adiós"
"Por qué? Por qué no puedes decirme hasta luego?"
"No es un hasta luego, es un adiós, te vas y no piensas volver, no quiero quedarme sola ni ser consciente de que la única persona que es capaz de reemplazar mi amistad con Sakura se va lejos de aquí, dejándome tan sola que me da miedo pensarlo"
Esas miradas se prolongaron hasta que Eriol esbozó una dulce sonrisa que derritió a Tomoyo y rompió a llorar de nuevo, tapándose la cara con las manos.
No tenía mucho tiempo, pero quería consolarla de alguna manera, que no llorase, por favor, que no llorase que le rompía el alma en mil pedazos, era tan niña......... tan indefensa......... Sus brazos actuaron de forma inconsciente y se aferraron a la suave y delicada cintura de ella, que se hallaba ceñida por un vestido de seda fina. Notó su llanto cerca del cuello, sus lágrimas calientes escapaban de los dedos de ella y se colaban por el cuello de su camisa, sus sollozos, los leves temblores, los hipidos y el pelo tan suave y sedoso como el agua de una cascada eran más perceptibles que nunca, notar sobre su hombro la cabeza de ella, advertir en su zona pectoral los finos y largos dedos tapándole la cara para no ser visto su llanto......... La sujetó con fuerza.
A la vez que el llanto, ocultaba un leve sonrojo, notando sus varoniles pero jóvenes manos sujetándola con fuerza, como salvándola del abismo que se presentaba delante de ella con un nombre: SOLEDAD. Y no quería sentirlo, se apartó reaccionando a tiempo para el llamado que hacían a los pasajeros de su vuelo, del vuelo de él.
Se miraron a los ojos y se descubrieron en el interior de la mirada del otro. Se dijeron un adiós silencioso y un casto beso en la mejilla fue el último contacto de Eriol hacia Tomoyo.
Un adiós, un destino, la desgracia de dos personas lejos del ser amado, y no es que fuera que Eriol no amase a Kaho, no, Dios, sí que la amaba, pero obligado por su destino, destinado a quererla casi tanto como a su vida, y de momento sólo sentía atracción hacia ella, pero sus cartas ya estaban sobre el juego de mesa que era la vida, y ésas le habían tocado, aún arrepintiéndose de su mala fortuna, porque por eso se iba, se iba lejos de ella, sabiendo que si se quedaba (aparte de no entrar en sus planes) no podría amar a Kaho como la historia ya marcada decía que la amase. Ya que era consciente de que si ahora sentía amor incondicional por Tomoyo, qué sentiría con el paso del tiempo.........
Bueno Eriol, creo que debes irte, ya han hecho el llamado para tu vuelo......... Así es......... hasta pronto, Tomoyo, no me olvides. Recuérdame, de acuerdo? Sí.........
No sabían cuánto tiempo pasaría hasta volver a verse, no sabían aun si se amaban, porque al fin y al cabo, eran niños, no? Aunque quién pone edad a la hora de amar? Y la peor pregunta, no sabían si volverían a verse alguna vez, sólo esperaban con toda su alma que así fuera, que se viesen de nuevo y pudiesen estar juntos, tal y cómo se merecían.
Bueno, creo que para ser el primer fic que hago de esta pareja, no es muy malo, no? Espero que a todos les guste, ya que si gusta pienso seguir, y prolongar los capítulos, que éste, lo admito, me ha quedado algo corto, por no decir MUY corto. Espero sus reviews!!!!!
Gracias por leerme!!!! Y que disfruten leyendo como yo lo hice escribiendo!!!
Disclaimer: Sakura y demás personajes del cómic manga no son míos, sino de CLAMP, a ellas les pertenecen todos los personajes.
Atte: Azkaban, angel of darkness, angel of magic. "Quien habla es esclavo de sus palabras, mas dueño de sus silencios".
