¡Hola de nuevo! y ya regresé después de una larga temporada, publicando el fic que siempre he querido que lo leyeran, pero como todo pollo miedoso hipster cobarde que se oculta en el gallinero, no tuve valor; pero ahora que me he tomado mi buen desayuno y pensándolo fríamente (naaah,mentira XD) decidí hacerlo. Ojalá lo disfruten
Nota: Ninguno de los personajes me pertenecen. Le pertenecen al estúpido y sensual Nobuhiro Watsuki :D
Pd: La gente está muy loca o_O
Tokio, 1878
Habían pasado once años desde que comenzó la época dela restauración y todo (casi todo) andaba en paz. Ya casi no abundaban los samuráis porque se les había prohibido llevar espadas, por ser uno de los reglamentos del emperador y del gobierno.
En las calles de la misma ciudad, se encontraba caminando un señor de aspecto samurái, debido por la coleta baja que tenía amarrada en su cabello y especialmente por la espada que portaba en su cintura.
Sus ropas estaban algo gastadas y estaba un poco despeinado, a pesar de haberse amarrado el cabello. Lo que más llamaba la atención aparte de la espada, era aquella cicatriz en forma de cruz que llevaba en su mejilla izquierda.
– ¡Battousai! –Surgió una mujer llevando un bokken en sus manos detrás de él, sorprendiéndole un poco –Al fin te tengo…
El vagabundo se volteó a verla; era una kendoka que portaba una espada de madera en sus manos, un arma justo para golpear a su agresor. Su cabellera era oscura y tenía peinado una coleta alta.
– ¿Oro? –Preguntó algo aturdido.
– ¿Oro? –Repitió sin entender pero luego, su expresión se tornó más molesta que en el principio – ¡No te hagas el estúpido! ¡¿Cómo te atreves a manchar el nombre de mí escuela?!
La kendoka se dispuso a atacarlo repetidas veces, pero lastimosamente, su oponente (¿?) los esquivaba fácilmente sin esfuerzo; hasta cuando se disponía a atacar por enfrente, el señor sujetó la hoja de la espada de madera con sus manos. La mujer se sorprendió, y creyó por un momento, que este sería su fin.
– Un vagabundo… -Musitó, mientras que la kendoka poseía un rostro de confusión – Yo soy un vagabundo, no un asesino.
Soltó la hoja del arma que portaba la mujer, quien ella misma, se encontraba en un leve estado de confusión. El señor le sonrió cálidamente.
– ¡Pruébalo! –Exclamó exigente.
– Bueno…está bien…
Desenvainó su espada ante la presencia de ella, que, por un momento, se sobresaltó pero resultó que…
– No muestra filo – Observó perpleja – No es una espada común…
– Es una espada de filo invertido – Explicó, sonriendo – No creo que se pueda matar con esto, señorita –Volvió a envainar su espada – ¿Verdad?
– N-no… –No encontró argumentos para explicarle, falló otra vez –Pero...
A lo lejos, se oía una alarma proveniente de la policía, queriendo decir que había peligro por esa zona. La kendoka lo pudo confirmar al escuchar algunas voces diciendo: "¡A él!" y algunas veces "¡No lo dejen escapar!"
– ¡Esta vez es él! –Exclamó, saliendo de la vista del ruonin – ¡Kenji, vamos!
– ¡Si! –Afirmó un joven desconocido para el, siguiéndola. Portaba un bokken en la mano.
No logró distinguirlo bien, debido a la rapidez con la que se fue. Curioso por intentar descubrir la situación, se dignó a seguirles.
Mientras tanto, un hombre de gran estatura, atacaba o, si fuese necesario, mataba a todos los policías que interfirieran en su camino.
Ellos mismos, atónitos, no sabían que hacer, la mayoría de sus compañeros estaban siendo asesinados por aquel monstruo sanguinario.
Una mujer se le abalanzó con ayuda de su arma de madera, seguida por un joven. Su actual oponente, bloqueó el ataque para luego enviarla a unos cuantos metros lejos de él.
– ¡Mamá! ¿Estás bien? –Preguntó algo preocupado el joven que la seguía.
– Sí… –Jadeó un poco cansada, por la energía gastada en todo el trayecto – ¡Te destruiré!
Le intentó atacar con toda la rapidez que poseía, pero el hombre, más hábil, cortó la espada de madera con su arma blanca para hacerle una herida en el costado, provocando así, que gotas de sangre salpicaran el suelo.
Kaoru se sostenía la herida con su mano, mientras luchaba por mantenerse en pie.
– ¡Mamá! –Exclamó alarmado su hijo, para luego mirarlo furtivamente– Maldito… ¡Me las pagarás!
– ¿Qué vas a hacerme con ese juguete chiquillo? –Habló el agresor enmascarado (¿nunca les dije que estaba cubierto por una máscara? Pues ahora lo saben)
Kenji estaba muy furioso, pero, poniéndose a pensar bien, era verdad… no podría hacerle añicos con el bokken. Apretó los dientes algo impotente por no hacer nada. Con gran agilidad, le lanzó un certero puñetazo a 'Battousai' mientras que este mismo, se alejaba un poco por el impacto.
– Uh… –Jadeó el joven –Te lo merecías
'Battousai' posó su mano en la mejilla donde le había golpeado, le había dolido…le había dolido, pero se las iba a pagar.
– ¡Mocoso! –Se enfureció de sobremanera– ¡Esto te va a doler!
El hombre enmascarado de gran estatura, le iba a proporcionar un golpe, pero, Kenji le había esquivado eficazmente. Furioso por eso, y aprovechando la distracción del menor, le agarró del gi mientras lo alzaba y le pegaba fuertemente en el estómago, provocando que escupiera sangre. Luego, lo azotó furtivamente contra el suelo, para luego, traspasarle la espada en el pecho.
– ¡Kenji! ¡Kenji! –Gritó la kendoka llorando– Kenji…
La mujer se arrodilló, dejando caer lágrimas de tristeza en el suelo, sentía como si mil dagas se incrustaran en todo el cuerpo, ni siquiera la herida en el abdomen que se estaba sujetando con una mano, superaba eso.
Antes de que el hombre encapuchado lo matase, un sujeto de cabellera pelirroja, detuvo su ataque con su espada así, salvándole la vida al menor. Este mismo, se encontraba petrificado en el suelo.
– ¡Señor vagabundo! –Exclamó aliviada, viendo que su hijo estaba con bien.
– No permitiré… ¡Que le arrebate la vida! –El señor pelirrojo tenía una expresión muy seria.
El espadachín pelirrojo lo atacó, dejándole en el suelo. Su nuevo contrincante, pudo reaccionar cuando el ruonin descubrió la hoja de la espada, y esta estaba posicionada en su cuello.
– Mi turno… –Por un momento, sus ojos se tornaron ámbares– Para atacar
Tanto como madre e hijo quedaron estupefactos viendo la escena (Kenji ya se encontraba sentado) el ataque que hizo aquel vagabundo fue demasiado rápido, tanto que ni los dos lograron verlo con claridad.
El lugar quedó en silencio, tal vez esperando a que el espadachín de la cicatriz, se dignara a matarlo o algo por el estilo.
Unos pitidos provenientes de la policía, alertaron a los presentes, y el ruonin apenas pudo darse cuenta de lo que ha estado a punto de hacer, así que, envainó su espada para evitarse problemas.
La mujer kendoka y Kenji, se pusieron de pie atónitos.
'Battousai', dándose cuenta de los problemas que llegaría a tener si se queda por más tiempo, se dió a la fuga, empujando a la mujer kendoka justamente en la herida, provocando que se desmayara.
– ¡Mamá!
– Será mejor irnos… –Suspiró, viendo como la pila de policías, se venían acercando –Yo ayudaré a cargar a la señorita.
El joven apenas alcanzó a asentir con la cabeza, estaba un poco aturdido por los golpes que le dio ese sujeto grandulón y feo, no lo había visto sin la máscara antes, pero de seguro ha de ser bien feo para que lo oculte debajo de una máscara. El ruonin se dispuso a cargarla por la espalda, mientras caminaba seguido por Kenji.
Los policías pasaron corriendo al lado de ellos, centrándose en arrestar al criminal.
– Está perdiendo mucha sangre, será mejor que nos apresuremos –Propuso el pelirrojo de coleta baja – ¿Podría señalarme donde queda su casa?
– Um… si –Asintió, adelantándose un poco, mientras llevaba un bokken destruido en sus manos y otro en su cintura.
Lo guió hasta un dojo, el cual, señalaba su nombre en un letrero tradicional diciendo: "Escuela de kendo estilo: Kamiya Kashin Ryu"
Ingresaron, hasta quedar en la habitación de ella, mientras la acostaba en un futón.
– Sé como intervenirle la herida… ¿Podría traer una cubeta con agua? Ah, y unos paños por favor
– Si –Afirmó, luego de esto, fue a recolectar los objetos necesarios.
– Veamos… –El ruonin sacó delicadamente, el gi dela kendoka y observó que la herida estaba cubierta por vendas que ella acostumbra cubrirse: desde los senos, hasta su estómago – ¿Oro?
Comenzó a descubrir el vendaje lentamente, su objetivo era hacerlo hasta el punto de que llegasen a los senos.
– Oiga ¿Qué está haciendo? –Kenji preguntó amenazante con un tic en el ojo – ¿Señor?
– ¡Oro! – El pelirrojo se sobresaltó y miró a Kenji – Pues, revisando la herida ¿por qué?
– Sus manos no me dicen lo mismo –Señaló con su dedo índice lo que estaba haciendo. –Con que… ¿revisando?
Le había desatado la venda completamente, y de paso, le estaba tocando los senos accidentalmente.
– ¡Oroo! –Exclamó (gritó, para ser mas exactos) – Y-yo no quería, no sabía en lo que estaba… –Quitó sus manos de ahí mientras hablaba aceleradamente y estaba muy rojo– oro
– ¡Pervertido! – Atacó oralmente, y graciosamente, con unas venas en la sien en su cabeza, mientras lo seguía señalando – ¿Qué cochinadas buscaba hacerle a mí madre mientras no estaba?
– ¡No planeaba hacerle nada! ¡lo juro! Q_Q
Después de aquella pelea de contradicciones entre ambos, el ruonin se dispuso a intervenirle la herida normalmente, ya que ahora tenía los recursos necesarios para hacerlo. Pero había un problema y ese es…
– ¿Oro? – Se volteó mirarle a Kenji, quien este lo había estado viendo últimamente– Esto…
– ¿Qué? ¿acaso no puedo? –Kenji lo miró celosamente– Es mi madre ¿no es así?
– Si, pero…-Los ojos del vagabundo, brotaron graciosamente-
– Además, lo estoy vigilando, si se le llegase a ocurrir la "brillante" idea de morbosear a mí madre–Le recordó.
– Pero… ¡no soy ningún pervertido! TOT –Se defendió.
– ¡Mire lo que está tocando! –Exclamó fuertemente, mientras señalaba lo que estaba haciendo otra vez con su dedo índice – Vaya a decir de nuevo que no es un pervertido
Le estaba tocando ahí…otra vez…
– ¡Fue sin intención! ¡lo siento! –Volvió a quitar sus manos de ahí nuevamente– ¡Claro que no soy un pervertido!
– ¡Cállese usted! ¡vaya a contarle esos cuentos chinos, a su abuela! ¡viejo verde!
– Pero… mi abuelita murió… ¿Cómo le digo?
Cuando ya terminó de curarla, se dispuso a marcharse claro, con un buen regalito de Kenji que posiblemente, le quedará retumbando toda la tarde (estaba comenzando a atardecer)
– Ya me voy… – Se levantó de donde estaba sentado, con dos chichones en la cabeza– Ya terminé de curar a la señorita, buen día
Se iba dando la media vuelta para marcharse, pero una voz femenina lo detuvo.
– ¡Señor vagabundo! No se marche tan rápido –La kendoka lo detuvo, provocando para el ruonin, quedar su cuerpo de piedra durante unos instantes.
Posiblemente, ha de haber pensado que ella tal vez sabía que la manoseó accidentalmente. ¡Fue accidentalmente!
– ¡¿Oro?! Oh no ¿Qué hice? –Se dijo a sí mismo.
– Oh no, no hicistes nada malo… –Lo calmó, sonriéndole – Quería agradecerle por haberme curado.
– Si hizo algo malo… –Susurró Kenji lo suficientemente bajito, como para que nadie lo escuchase– Ese señor es un pervertido
Nadie lo escuchase…nadie lo escuchase….
– ¡No lo soy! –Protestó con una mueca graciosa.
– ¡Si lo eres! No digas que no te vi –Lo contraatacó, con venas en la sien
– ¡No!
– ¡Si!
– ¡No!
– ¡Si!
– ¡No!
– ¡Si!
– ¡Basta! –La kendoka exclamó furiosa, deteniendo la pelea verbal que tenían ambos pelirrojos –Señor vagabundo ¿Cuál es su nombre?
– ¿Oro?
– No creo que su nombre sea "oro" –Rió ante esa idea.
– No, claro que no –Negó con una sonrisa nerviosa– Mi nombre es Himura Kenshin.
– Bien, Kenshin ¿por qué no te quedas en el dojo? –Propuso– En agradecimiento de lo que has hecho por mí… no creo que sea una mala persona. Además, está anocheciendo
– ¡Oro!
– ¡¿Qué?! –Kenji abrió la boca, llegando cómicamente al suelo – ¡Pero si es un viejo verde! –Infló sus cachetes– Himura no hentai
– ¡Que no es cierto! No lo es, no lo es, no lo es
– ¿Otra vez ustedes dos? –Farfulló la mujer molesta.
Y así, Himura Kenshin, se hospedó en el dojo Kamiya
Notas de autora: ¡Wuuh! buano, este es el primer capítulo que he publicado hasta ahora y es el primer fic que hago un contenido extenso y que contenga más capítulos. Si les gustó, comenten *se arrodilla llorando* si no, pos también y veo que se le puede hacer para arreglarla :) toda opinión vale (felicitaciones, tomatazos, lechugazos, patadas en el trasero etc... menos insultos XD )
Ah, me olvidaba... seguro se estarán preguntando el por qué puse a Kenji en el fic; la razón es simple, porque me daba mucha pereza crear un personaje original y porque en mi mentecita medio desaliñada ya estaba Kenji en la colada (insulten a mi cerebro por esto XD)
Bueno, si más que agregar ¡nos vemos! :D
