Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. Esto lo hago sin fines de lucro.
Referencias: No me gusta poner referencias en mis historias pero en esta se me hizo necesario, así que cuando vean letras cursivas en un diálogo es un pensamiento. El resto es igual a todos mis fics.
Capitulo 1.
-¿P… porqué lloras?
La chica se giró hacía el origen de la voz, enfocando su cristalina mirada en unos ojos azules que la miraban con preocupación.
-Soñé con mamá…
-La extrañas… ¿verdad?- el chico se sentó a su lado, mirando el pequeño estanque de la familia.
-No tienes que hacerme compañía, ve a dormir…
-No tengo sueño…
Ambos chicos se permanecieron en silencio observando el movimiento de las carpas en el estanque.
Por la mañana Akane entró al cuarto de su prometido a despertarlo.
-Vamos Ranma... despierta…
-Nnn… quiero dormir un poco más…
-¡Vamos Ranma! ¡Date prisa o se te hará tarde para la escuela!- gritaba la muchacha mientras tomaba al chico de su musculosa blanca y lo zarandeaba.
-Mmm… Akane… ¿Podrías ser menos agresiva?- preguntó el muchacho restregándose los ojos.
-Mph… ¡Todavía que te despierto!- La chica se puso de pie dispuesta a retirarse.
-Oye Akane- la llamó el muchacho sentado en su futón. –¿Sigues triste?- ella volteó a verlo.
-Estoy bien…- respondió mirándolo con ternura.
-Oye… ¿Porqué te vestiste así?- preguntó el muchacho señalando el vestido negro que vestía Akane.
-¡Oh! Es verdad… ¿Podrías avisar en la escuela que hoy no iré?
-¿No irás? ¿Por qué?
-Iré a visitar a mamá…
-Ohh… ¿Quieres que te acompañe?- preguntó preocupado.
-No… ¡Tu lo que quieres es saltearte las clases! ¡Holgazán!- le decía divertida la chica mientras le sacaba la lengua.
-¡Oye!
-Jaja… No te preocupes… De verdad estoy bien…- diciendo esto se retiró de la habitación.
El chico se quedó unos minutos observando el umbral de su puerta con una sonrisa nostálgica.
-¡Se me hace tarde!- exclamó una vez que logró recuperar la consciencia del tiempo.
Rato más tarde.
-Me pregunto como estará Akane…- pensaba el chico mientras miraba por la ventana de su salón.
-Hola mamá…- saludaba la muchacha arrodillándose frente a una tumba. –Gracias por visitarme en mi sueño…
Al mediodía durante el receso el chico continuaba sumergido en sus pensamientos.
-Debí acompañarla…
-¿Acompañar a quien?- preguntó Ukyo quien desde hacía un par de minutos observaba con intriga al muchacho.
-¿Eh…? A nadie…- respondió el chico de forma poco convincente. -¿Necesitas algo Uchan?
-Si… Sal a comer conmigo al patio. ¡Traje okonomiyakis para ti también!- respondió la muchacha con una sonrisa mostrando su paquete.
Esa era una oferta que el hambriento estómago del artista marcial no podía resistir, así que unos minutos más tarde se encontraban ambos chicos almorzando debajo de un árbol.
-Y entonces le dije; "si no paga lo que rompió su hija tendrá que lavar los platos" y… Ranma. ¿Me estás escuchando?
-Se veía tan triste anoche…- el chico continuaba sumergido en sus pensamientos.
-¡RANMA!- gritó la chica logrando que el muchacho volviera a la realidad. –Estas pensando en Akane. ¿Verdad?
-…- El silencio del muchacho lo dijo todo.
-¡No lo negó! ¡Eso no puede ser bueno!- pensaba la chica escandalizada. -¡Tal vez esos dos hayan avanzado algo! ¡No puede ser! ¡Será mejor que piense en algo para impedirlo!
-Ukyo… ¿Estás bien?- preguntó el muchacho preocupado por ver los cambios de expresión en el rostro de su amiga.
En el cementerio que se encuentra en las afueras de Nerima, Akane continuaba hablando con la tumba de su madre.
-… Te extraño tanto mami…- decía la triste chica mientras secaba sus lágrimas. –Pero no te preocupes por mi… ahora estoy bien… ya no me siento sola…- una hermosa sonrisa apareció en su rostro –Desde que él llegó nunca volví a sentirme sola, consiguió lo que papá, mis hermanas y mis amigas nunca pudieron… logró hacerme sentir feliz…- sus ojos comenzaron a brillar –anoche permaneció toda la noche a mi lado… recuerdo que me quedé dormida mirando el estanque, y hoy amanecí en mi cama…
-Jovencita… en diez minutos cerrará el cementerio.- se acercó a ella el guardián de lugar.
-¡Ohh! ¡Se me hizo muy tarde! Enseguida me voy- Le dijo al guardia con una sonrisa.
El hombre la saludó y se marchó a continuar con su trabajo.
-Debo irme mamá, pero te prometo que haré lo que me dijiste en sueños, seré agradecida… Voy a agradecerle todo lo que él ha hecho por mí, la luz que trajo a mi vida, las veces que me ha salvado… lo admiro mucho. ¿Sabes? Pero no puedo decírselo porque es un baka ególatra.- no pudo evitar reírse ante su propio comentario. –Él ha sacrificado su cura muchas veces por salvarme la vida. ¡Así que te prometo que voy a encontrar la cura a su maldición cueste lo que cueste!
Se despidió de su madre y con esa promesa en mente se retiró del cementerio.
Continuará.
Hola a todos, con esta historia estoy probando cambiar un poco el estilo, puede ser que en este capítulo no se haya notado pero en los siguientes ya verán a que me refiero.
Espero que les resulte interesante.
Gracias desde ya por leer mis historias, espero sus comentarios.
Y gracias por los lindos comentarios que me dejaron en Situaciones.
Saludos.
Nos leemos pronto.
