Bueno yo aqui con uno de mis intentos de historias... mi primer fic de DGM

Disclaimer: man, historia, anime, manga, personajes... y demás son propiedad de Katsura Hoshino, lo único mio aquí, es este humilde fic y los Oc.

Avisar que les gustó, que no, si esta MUY LARGO, aburrido... en fin, aqui la historia

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Dos lados de una guerra

N/A: Los sucesos de este capítulo ocurren cuando los noah están en el arca encadenada en Edo peleando contra los exorcistas, lo escribiré en primera persona en este capítulo (primera vez, así que no esperemos milagros).

Prefacio

Me dirigí precipitadamente a la puerta del arca sin esperar a los demás, sabía que cada segundo era valioso, escuchaba mi sobrenombre de las voces de aquellos hombres: uno musculoso y algo mayor, y el otro de cabello rojizo y casi de mi edad, ambos de piel grisácea como la mía, uno al igual que yo teníamos en nuestras frentes la corona de siete cruces, a diferencia del más joven que tenía una especie de "cinco ojos" en el medio de su frente; y orbes color sol resaltaban en nuestros rostros. Pero no podía esperarlos, a darles una explicación completa por lo que hacía. Sabía mejor que nadie que utilizar las puertas del arca estaban prohibidas a menos de que el Conde nos llamara, pero esto era una emergencia, si no hacia algo en esos momentos… ellos…

-¡Amelia! ¡Espéranos! –Seguía repitiendo el hombre.

Pero esas horribles imágenes seguían en mi cabeza, mi familia, la mayor parte de ellos, luchando contra esos… ¡No puedo ni siquiera llamarlos de ese modo! Ellos no conocen lo que es estar en ambas partes de la guerra, son tanto culpables como inocentes para mí, no escogieron este camino, al igual que la mayoría de nosotros, pero no puedo permitirles que toquen a mi familia, son parte de mi mundo, sin ellos a mi lado…

-¡Meli-chan! ¡Detente! ¡¿Qué está ocurriendo?! –Me preguntó el pelirrojo con una autoridad que nunca, hasta ese momento, escuché de él.

Pero ya estábamos corriendo en las blancas calles de la gran ciudad del arca, el cielo se mostraba oscuro, quizá se debía a que la descarga no estaba completada, me di cuenta que no había señales de batalla con solo un vistazo, sin embargo, no me iba a quedar de brazos cruzados a esperar lo que muchos habrían llamado "lo inevitable", pues siempre he pensado que el destino se puede cambiar de una o de otra forma.

-¡AAAHHH! –Sentí un dolor desgarrador en mi corazón que me hizo proferir el grito y detenerme de repente colocando mi mano en este, era como si me hubiese atravesado y cortado una espada; durante el tiempo que estuve de pie inmóvil, los dos fueron acercándose al sitio donde me encontraba.

Después, aunque desconozca el ¿Cómo?, estaba ahora en la habitación de Skin, me encontraba frente al exorcista samurái, que empezaba a reunir los fragmentos de su espada…

-¡AMELIA! ¡REACCIONA! –Fue lo que escuché mientras me zarandeaban para salir de mi "trance"; sentí que por mis mejillas corrían esos finos cristales líquidos, levanté mejor la mirada para verle el rostro al hombre mayor y me di cuenta que lloraba y que el joven de cabellos de fuego también lo hacía.

-Amelia ¿Qué está pasando? ¿Por qué estamos llorando? –Quiso saber el mayor, pero antes de que pudiese responder o siquiera decir algo, el de apariencia más joven me hizo otras preguntas que me hizo sentir peor de lo que estaba.

-¿Quién de nosotros fue Amelia? ¿Quién no va a volver? –Su rostro parecía haber endurecido y su voz parecía querer quebrarse al momento de preguntar, esta no era la primera vez que pasaba, a pesar de que el más el mayor en apariencia no lo recordase, fue lo mismo cuando A... quiero decir el Catorceavo murió a manos del Conde por traicionarnos. Todos sentimos el dolor de haberlo perdido, fue mucho más doloroso que su traición, saber que ya no estaría con su música para confortarnos, con sus consejos, ni con sus bromas que nos hacían reír en ocasiones, pero al menos estaba allí, para cada uno de nosotros, teníamos la esperanza de que recapacitara. Han pasado treinta y cinco años desde aquel suceso, a pesar de que fue mi predecesor el que presenció aquello, parte de este recuerdo está vivo en mí. La que más sufrió con eso fue Road-chan, a quien parecía que jamás en su vida nadie la podía hacer llorar, aunque fuese la mayor de todo el clan, también tenía un lado vulnerable.

-S… Sk… Skinn –Fue lo que apenas alcancé a decir con una voz audible y entrecortada, quería gritar de nuevo, de impotencia, quería evitar que esto pasara, como en mi visión de horas atrás, no podía seguir allí, si las cosas seguían igual como le había sucedido a Skin… entonces los próximos serian…

-¡JASDEVI! –Grite y salí de nuevo en busca de los demás.

Las imágenes de aquella pesadilla tan vívida tomaban más fuerza con cada paso que daba, una espada de luz, el demonio de sangre, la espada del Conde de colores invertidos, la serpiente de fuego, la daga y una pistola plateada, fueron las armas con las que los miembros de mi familia caían en manos de los exorcistas. Intenté dejar de pensar en eso, pero no podía, con la muerte rondando el lugar… ¿Lugar? Se supone… que ellos estarían peleando… aquí en el arca… ¡¿Cómo puede ser que sea tan cerrada e idiota en momentos como este?! Ellos debían estar peleando en el arca vieja, la que se quedó encadenada en Edo, ¿Cómo no lo pensé antes?

Mientras corría decidí entrar por la puerta que nos conducía al salón del piano, el corazón del arca, pero al parecer nos mostró el camino largo, "Quizá sea por la descarga que no podemos ingresar directamente al corazón" intenté repetirme, pero no podía volver a coordinar mis pensamientos, la angustia y la impotencia me invadía, pero eso cambió en un abrir y cerrar de ojos, cuando sentí ese odio y la amargura del recuerdo que provocaba en mi esa palabra, "bakemono"(1), que provenía de los recuerdos de Jasdevi.

Supuse que el enemigo de este había dado en el punto débil de Jasdevi, se porque este no quiere recordar que le llamasen así, después de todo lo que tuvo que aguantar en el nuevo mundo(2). Vi de reojo como iban los otros dos tras de mí, están tan preocupados como yo, sus caras me lo decían todo, lo que más me sorprendió es que ahora no intentaban detenerme, más bien querían igualarme el paso, de seguro Helios usó su Ojo Demoniaco para ver lo que estoy pensando.

No pude contestar mi pregunta, ya que alcance a divisar una silueta de un hombre, de unos 29 años, muy bien vestido y con un monóculo en su ojo derecho; Sheryl Kamelot estaba a unos metros de donde nos encontrábamos, fijó su mirada en nosotros que no era la misma que solía tener cuando la familia entera estaba reunida, sino una preocupada y seria, pero a la vez sorprendida, al parecer él sabía al igual que nosotros que algo no andaba bien.

-¿Meli-chan? ¿Chester-san? ¿Wisely-kun? ¿Qué hacen aquí? –Preguntó este al ver que nos acercábamos a paso apresurado, no estaba segura de contestarle, pero Chester-san se me adelantó.

-Los demás están en peligro. Buscamos al Conde ¿Lo has visto? –Como lo supuse, Sheryl palideció al oír las palabras del hombre de cabellos oscuros, se que las primeras personas que se le vinieron a la mente eran Road-chan y su hermano menor.

-El Conde esta con Lulubell en el salón del… -Decía Sheryl, pero, yo me encontraba tirada en el suelo, intentando quitarme al demonio de sangre que me había atravesado el estomago con su brazo, lo logré, pero sentí un golpe y después que algo recorría mi cuerpo y un dolor casi insoportable de la parte izquierda de mi rosto y también en mi brazo izquierdo en el cual las venas se me brotaron y escrito en mi piel la palabra "Innocence", la ira me cegó al igual que el dolor…

-¡Meli-chan reacciona! ¡Meli-chan! ¡Meli-chan! –Escuché la voz de Wisely que me llamaba como si estuviésemos a una distancia considerable, pero alguien me sostenía, pues sentí que perdía el equilibrio, me di cuenta que quien había detenido mi caída era Sheryl.

-¿Te puedes poner de pie Meli-chan? –Sheryl me pregunto mientras me ayudaba a ponerme de pie a lo cual asentí, sentí un gran dolor y cansancio de repente, sabía que era como estaba Jasdevi, al menos estaban vivos, pero ¿Por cuánto tiempo?

-Vayamos con el Conde, tenemos que ayudar a los demás –Fue lo único que dije para que los demás me siguieran, la fría brisa me helaba la piel pero a la vez ondeaba mis cabellos negros, detestaba esta sensación, mi cuerpo no solo se estremecía por el ambiente, sino también porque todo lo que no esperé que ocurriera, estaba sucediendo, en esos mismos momentos, hay veces en las que detesto ser lo que soy.

Ahora solo nos quedaba rezar por que Jasdevi y los otros siguiesen con vida, se que uno no puede refrenar los impulsos asesinos con facilidad, en eso hasta me incluyo, como no resistirse a esa sensación que brota y te embriaga como la ambrosía y el licor en las venas, que nubla los sentidos y tu razón por instantes, así es cuando uno se deja llevar por el instinto noah, el que nos hace destruir a la Inocencia y a sus aconmutadores, es como si fuese una ley natural para nosotros.

Me parece que tan solo han pasado segundos, en estas clases de situaciones el tiempo suele resultar eterno para el que está angustiado -¿Cuánto tiempo queda para que finalice la descarga? –Pregunté sin mirar atrás, esperando que aun nos quedara tiempo.

-Una hora… quizá menos –Respondió Wisely algo atropellado, era como si hubiese esperado a que le hiciere la pregunta. No sé de donde habría obtenido ese dato, pero no me agradaba nada como sonaba eso, aproximadamente cuando entramos al arca todavía faltaba como unas tres horas, ¡¿Cómo puede ser que el tiempo pase tan deprisa?!... a la vez detesto contradecir lo que había sentido o pensado segundos antes.

Un pequeño rayo de esperanza ilumino nuestros semblantes al ver la puerta de la habitación del corazón del arca, en especial cuando vimos dos sombras debajo de la ranura de la puerta. Distinguí la voz del Conde cuando abría la puerta, pero una luz me cegó de nuevo, vi en frente de mí a un muchacho de cabellos albinos y de orbes gris, su brazo blanco que tomaba a su brazo negro y lo transformaba en una espada y sentí como me atravesaba, algo que iba muriendo dentro de mi…

-Meli-chan –Reconocí la voz del Conde, sonaba calmada pero a la vez sorprendida y… ¡¿Preocupada?!, era raro que el Conde se preocupara por algo, y resulta que ese algo soy yo. Intente incorporarme por mi cuenta, algo que no fue buena idea, aun sentía el corte profundo que me quemaba cuan incendio en bosque, Sheryl y Chester me auxiliaron, pero ya no podía seguir callada y tenía que mantener a raya el dolor de los otros para poderles ayudar.

-Conde-sama esto es una emergencia –Dijo Wisely adelantándome –Todos los que están en el arca de Edo corren peligro –Intentando controlar su volumen de voz para no sonar histérico ya que estábamos en presencia del Conde.

-Cond… -Intente hablar, pero vi de nuevo a ese muchacho de blancos cabellos, diría que es algo menor que yo, empuñando la espada del Conde, después a Road-chan intentando socorrerme pero la detengo haciendo la señal de alto con mi mano cubierta por un guante fino, veo la preocupación escrita en su rostro, sus recuerdos, nosotros y sus amigos, ¿Esto es lo que ve el noah del placer cuando tiene tan cerca a la muerte? Luego algo perfora mi pecho, directamente en el corazón… no sabría que decirle a Sheryl ahora, era su hermano...

Parece que las lágrimas no se quieren marchar de mi rostro, pues siguen presentes, quiero que esto se detenga, quiero dejar de sentir esto ¡¡¡ODIO SER EL CORDERO DESTINADO A LLEVAR EL DOLOR DE NOAH!!!

-Meli-chan, no digas esas cosas, todos aquí no solo están preocupados por el resto de nuestra familia, sino también por ti mi niña –Dijo el Conde mientras acariciaba mis cabellos, de la misma forma que lo hacía cuando era más pequeña, me recordaba a mi padre y al mayor de mis hermanos al hacer este gesto, me hizo sentir más tranquila y segura, a la vez que ya no tenía que expresar con palabras mis preocupaciones, ya que el Conde siendo… eh bueno él tenía sus formas de averiguar los pensamientos de los demás.

Pero el receso de la ausencia de mis dolores había terminado y me encontraba de nuevo en la única parte del arca que no había sido destruida aun, vi las llamas en forma de serpiente aproximarse a mí, cosa que no me importo mucho, la inocencia no me puede herir en el mundo real, tal como se lo demostré a… ¡¿Qué sucede?!, al fin siento el calor de las llamas que me rodean y el filo del cuchillo que atraviesa la mitad de mi pecho…

Cuando reaccione estaba apoyada en Lulubell, que evito que me estampara contra el piso, mire la escena a mi alrededor, todos estaba observando al Conde tocar el piano, dos puertas del arca se abrieron y enseguida trate ponerme de pie.

-¿Estas mejor Amelia? –Preguntó Lulubell, que no había notado que recobre el sentido minutos antes, asentí, la música se detuvo y el Conde se dirigió a nosotros.

-Chester, Wisely ustedes se encargaran de buscar a Jasdevi, Sheryl…

-Yo tengo que ayudarles, Conde-sama déjeme ir a mi también –Le interrumpí al Conde con mi petición, tenía miedo de que me dijera que me quedara.

-Pero necesitas descansar –Me dijo Wisely exasperado –Suficiente carga tienes con recibir los golpes…

-Si Meli-chan desea ayudarnos un poco más, no veo por qué negarle su petición –Declaró el Conde –Pero manténganse al margen de la situación mis niños, aun no es hora de que entren al escenario.

Todos asentimos, Wisely y Chester entraron por la puerta que tenían más cerca y yo acompañé a Sheryl a entrar por la que quedaba.

Llegamos hasta la parte más alta del arca antigua, vi el rostro de Sheryl, sabía que quería empezar a llamar a gritos a su "hija" y a su hermano, pero debemos mantenernos al margen de la situación, el Conde no quiere que peleemos si podemos evitarlo, no dejarnos ver de los exorcistas que quedaban, por lo que optamos en escabullirnos silenciosamente a ver los vestigios de la pelea.

La angustia nos mataba, y la desesperación nos consumía a los dos, ya no se sentía la presencia de los exorcistas en las partes donde se había desarrollado la pelea por lo que le pedí a Sheryl que buscáramos por ahí primero. La presencia de Road aun estaba presente, algo que me hizo sentir más tranquila, debía estar en algún lado, pero ¿Dónde?

Fue cuando Sheryl y yo vimos uno de los lazos de los que Road suele usar, no sabía la razón, pero sabía que ella estaba a salvo, y no pude evitar sentirme incómoda con la escenita que estaba armando Sheryl.

-¡¡¡ROOOOOOAAD!!! ¡PORQUE A MI PRECIOSA HIJAAAA! ¡BUAAAAAAAHHHH! –Veía como Sheryl actuaba como un niño inmaduro haciendo un berrinche, después escuche que alguien me llamaba, me parecía un susurro, pues con la bulla que hacia Sheryl, me sorprende que los exorcistas no hayan notado nuestra presencia. Decidí seguir la voz, se escuchaba más clara a medida que avanzaba cuando sentí que alguien venia corriendo…

-¡Meeeeli-chan! –Dijo Road a la vez que me abrazaba, el abrazo se lo correspondí. Quería llorar de nuevo, pero esta vez era porque estaba feliz de que ella estuviese a salvo – ¿Qué haces aquí Meli-chan?

-Estamos aquí por ustedes, nos preocuparon bastante –Le dije a Road tranquilamente, ella vio mi rostro fijamente, y una lágrima vagabunda rodaba por mi mejilla, la cual Road limpio delicadamente con una de sus manos antes de que esta cayera sobre mi vestido.

-Gomen(3) Meli-chan –Dijo quedamente e intentando ver a otro lado.

-Road-chan no tienes por qué disculparte –Le dije mientras le miraba a la cara –Cambia ese semblante a una sonrisa para ver a tu padre que está por allá –Le señalé donde estaba Sheryl llorando como magdalena sujetando el lazo rojo de Road.

-Oto-san(4) –Fueron las palabras mágicas que Road tuvo que pronunciar para detener el llanto de la magdale… de Sheryl y el pitido para que venga corriendo a una velocidad asombrosa a abrasar Road.

-¡¡¡ROOOOOOOAAD!!! –Fue lo único que articuló después de que Road se hiciera a un lado y este se estrellara con la columna de piedra.

–Oto-san –Pronunció de nuevo la de cabellos azules ahora intentando zafarse del abrazo de oso que Sheryl le proporcionaba.

Mientras ellos seguían en lo suyo, presentí que algo no andaba bien, en el ambiente… me inundaba el hedor del óxido, la sal, el líquido vital que salía de mis heridas, me incorpore y divise a los exorcistas que se acercaban a la puerta de Road-chan, el dolor es insoportable, lo único que quería era… destruir…

Sheryl y Road, ambos de mi lado, encima de uno de los fragmentos de lo que está quedando del arca, siendo testigos los tres del completo despertar del noah del placer.

-Cuando un noah empieza a despertar, es difícil mantener la cordura y no dejarte llevar por el instinto –Empezó Road-chan con voz queda dirigiendo su vista a aquella persona, sus ropajes parecían las de un caballero medieval, algo similar a los akumas de nivel 3 –En especial cuando suprimimos nuestro verdadero "yo".

No podíamos intervenir en la pelea, éramos más que meros espectadores de una batalla en la que parecía que nuestro bando la tenía ganada, solo veíamos como el hermano de Sheryl les daba una paliza a esos dos exorcistas, al albino y al pelirrojo. Fue entonces que un chiflido capto nuestra atención, eran Wisely y Chester-san y cada uno llevaba a cuesta a…

-Jasdero… Devitto –Fue lo único que dije antes de salir a mi encuentro con ellos, odiaba tener que estar a considerable distancia, bajar de bloque en bloque y correr por los terrenos irregulares del lugar, pero me detuve, más que oír, sentí como me perforaba la carne de mi cuerpo aquellas balas y la fuerza que ejercía para intentar desviar su trayectoria, y lo vi a él, con la mitad del rostro cubierto, de cabellos rojos, junto a este el cadáver de una antigua exorcista con hermoso vestido y en las manos de este…

-¡Judgment(5)! –Seguía repitiendo el exorcista de alto rango mientras disparaba con aquella arma color plata, mientras el hermano de Sheryl hacia lo posible por evitarlas. Volvió su mirada al cadáver flotante y este empezó su cantico.

-¡HAS QUE SE DETENGA¡ -No podía soportarlo, llevé mis manos hacia mis oídos, sea lo que fuese, ese ruido parecía que me rompería los tímpanos de un momento a otro, seguía sintiendo las balas que rozaban mi cuerpo, puede que no me deje heridas en el mío propio, pero me deja mortalmente exhausta, apenas si distingo los escenarios… escuchando a Road-chan algo que apenas entiendo… a ese hombre delante de mí, apuntándome con su arma para darme el golpe de gracia.

Volví a sentirme en mi cuerpo, busque con la mirada al caballero medieval para saber cómo se encontraba, y la sensación de alivio y seguridad de nuevo cuando vi al Conde, y en su hombro al inconsciente hermano de Sheryl, sé que esto sonará raro y estúpido, pero es con el único miembro de la familia con el que he tenido muy poco trato, si mal no recuerdo… creo que se llamaba Tyki.

El Conde se puso a charlar con aquel hombre de melena roja, no sé que me dio por mirar en dirección de los exorcistas que quedaban, en especial al muchacho albino, algo de lo cual Road-chan se percató.

-Meli-chan ¿Por qué te quedas mirando a Allen? –Preguntó con dejo de diversión y celos… sip, aunque parezca extraño, se cuando Road-chan siente celos por algo… o alguien.

-No lo sé Road-chan, hay algo raro en ese muchacho, no se… -Pero en seguida sentí ira y dolor, algo que no era por heridas físicas, sino… ¡¿Mis amigos?! Mire al Conde con odio, sin dudar empecé a atacarle a pesar de mis heridas y de la advertencia de la exorcista que se encontraba a mi lado…

-Vámonos Meli-chan –Dijo Road lo cual logra sacarme de ese trance, ella trae su puerta y por ella entramos a la nueva arca donde nos esperaba Lulubell. Ambas se quedaron en el salón del piano esperando la llegada del Conde, por el momento el resto fue a ayudar con las heridas de Jasdevi, ya que los akumas no podían tratar a los gemelos por los vestigios del poder de la inocencia que había en sus heridas. Fui con ellos para ayudar a tratar a Jasdevi, suerte para nosotros que Wisely estuvo aquí –Aunque sea de forma incorpórea –, el sabe cómo tratar esa clase de heridas producidas por la inocencia, no por nada el 14avo lo lastimó de forma tan grave y ahora solo está aquí como un vago fantasma de los recuerdos de mi predecesor, materializado gracias a Jasdevi.

Al saber que Jasdevi estaba fuera de peligro, me dirigí de nuevo al salón del piano, sabía que el Conde debía estar allí, tenía que hablar con él, saber los orígenes de aquel muchacho albino, confirmar mis sospechas.

Al parecer el Conde no quiere ser molestado, pues la puerta del corazón del arca no se abre. Ahora que lo pienso, Road-chan puede que sepa algo acerca del muchacho, y que mejor que ver la puerta de Road abierta a unos pasos de donde me encontraba, al acercarme un poco más vi a Road-chan con Lero entre sus manos y a Lulubell a su lado…

-Eso no es cierto… venga, vamos arca -Le escuche decir al Conde, creo que ha de estar algo molesto.

-¿Interrumpo? –Pregunté, haciendo que todas las miradas se posaran en mí.

-Meli-chan ¿Cómo están los gemelos? Estoy preocupado por ellos –Dijo el Conde con su característico tono de fingida alegría mientras con sus dedos seguía con la melodía del piano.

-Ambos están fuera de peligro Conde-sama, ¿Cómo se encuentra el tío de Road-chan?

-Mejor de lo que pude haber esperado, Tyki-pon ha despertado por completo, tengo grandes esperanzas en el niño que guarda los recuerdos del placer -Expreso el Conde con una euforia que se fue tan rápido como vino, si mal no recuerdo, fueron casi las misma palabras que les dijo a los exorcistas.

-Pero ¿Qué hace aquí Amelia-sama?-Lero, ¿No debería estar en América con Chester-sama y Wisely-sama?-Lero –Fueron las preguntas de la sombrilla rosa con cabeza de calabaza, hay veces en las que me gustaría regalarle a Road-chan un muñeco vudú de Lero para saber si así no hace preguntas tontas y obvias.

-Por ella fue que hemos podido salir del arca con vida Lero –Le respondió Road con cara de aburrimiento mientras azotaba a Lero contra el piso cual bastón.

-Sumima… ¡Ahh!... ¡Road-tama!... -Lero –Era lo poco que podía auricular la sombrilla rosa mientras su cara era estampada contra el piso repetidas veces.

-No hay cuidado Road-chan –Volví a mirar al Conde y si estaba Road-chan sería mejor esperar, lo cual no fue mucho porque Lero le recordó a Road que tenia deberes que no había hecho, no se marchó hasta hacer un puchero y Lulubell fue con una de las calaveras que había ido a buscarla a ella y al Conde a la fábrica de akumas para la llegada del Huevo.

-Meli-chan ¿Hay algo de lo que quieras hablar? –Preguntó el Conde con ese tono tan típico de él.

-Conde-sama ¿Usted conoce el pasado de el exorcista albino?

-Ese exorcista, ¿A qué se debe tanto interés en aquel muchacho Meli-chan? ¿No será que se te está pegando lo mismo de Road? –Preguntó con picardía y molestia, algo que hubiese hecho a mis mejillas enrojecer si fuese otra la circunstancia.

-No lo sé a ciencia cierta Conde-sama, este chico es… "especial" en cierto modo, pude sentir su dolor de sus heridas, el de su corazón, como si…. el fuese… -Tenía miedo de concluir la frase

-¿Un noah? –Solo asentí, no sabía cómo se lo iba a tomar el Conde, pero era preferible que el conociese mis sospechas. Después de un incomodo silencio respondió: –Puede haber esa posibilidad, como lo fue en tu caso Meli-chan, pero… será mejor que lo discutamos en otro momento, Por ahora quiero que Chester-san y tu regresen para América y se lleven a los gemelos con ustedes y continúen nuestros planes de controlar el nuevo mundo para tenerlos de regreso muy pronto con nosotros nuevamente. –Supe que el Conde no iba a pasar por alto mis sospechas, quizá el también se las estaba planteando.

-Cumpliremos con sus deseos Conde-sama –Me retiré del lugar con una pequeña reverencia, no tenia que tentar a la suerte, el Conde estaba molesto, se le notaba por debajo de sus gafas, por eso es más prudente dejar que se calme un poco, puede que los problemas que ocasiona ese muchacho sea la causa de su enojo, ya había escuchado hablar antes a los demás que un exorcista en particular lo sacaba de quicio… o ¿Será la posibilidad de que aquel muchacho sea el heredero de las memorias del catorceavo que lo tiene así?

Sin embargo... los planes del Conde de usar América como una nueva fábrica de akumas por las guerras de independencia e inicios de la democracia de esos países es muy buena, pero nuestro último obstáculo… mejor dicho los obstáculos es ¿Cómo deshacerse de tres ramas de la Orden Oscura en menos de medio año?... Quizá deberíamos empezar por la rama Centroamericana, he de pedirle ayuda a Lulubell con esto, sabe más que yo para este tipo de cosas.

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1 Bakemono en japonés "monstruo"

2"Nuevo mundo" era una de las formas de llamar al continente americano

3Gomen en japonés "disculpa/discúlpame"

4Oto-san en japonés "padre"

5Judgment en inglés "juicio"/ Nombre del arma anti-akuma del General Cross

Por la edición he modificado algunas cosas en este capi, y hasta saber los nombres completos de los noah, no editare los que ya tengo.