El amor que derritió a la nieve.

Pareja: Atsushi x Todomatsu yuki-onna [Au yôkai]

Resumen: Tan frío como la nieve y aún así se derritió ante el amor.

Un drable, el único que he escrito xD espero que no haya quedado tan mal.


El amor que derritió a la nieve.

Había estado allí desde siempre, aunque el lugar era diferente la esencia era siempre la misma. Nieve, nada más que blanca nieve, no importaba a donde mirara siempre estaba rodeado de ella.

Odiaba la soledad de estar inmerso en el hielo, en el frío, de estar atrapado siempre entre el mortal manto blanco que caía desde las alturas. Estaba enojado de estar allí sólo, con su corazón tan frío como el hielo.

Por eso cuando un viajero llegaba desquitaba su frustración con él, Todomatsu no era malo, sólo era un niño que quería jugar, que atraía con su encanto a los viajeros y los llevaba más adentro del bosque. Pero siempre, sin importar lo que el quisiera, sus visitantes terminaban muriendo a causa de la nieve y el frío.

Nunca le importó ningún humano... hasta que lo conoció.

¿Qué hombre joven huye de todo y se instala en una vieja casa en medio de una montaña nevada? Sólo un loco sin duda. Sólo alguien muy loco podría ir a instalarse en ese lugar congelado por voluntad propia. Tal vez necesitaba que alguien le enseñara que no era bienvenido en ese lugar y quien mejor que "Yuki-onna" (como era conocido Todomatsu)

Que extraña sorpresa se llevó Todomatsu cuando el hombre no sólo no se asustó con su presencia, sino que lo encontró fascinante. Fue la primera vez que alguien alago su belleza, su kimono blanco y su cabello negro.

Sí, definitivamente el viajero era un loco.

Con el pasar de los días y entre más tiempo pasaba cerca de ese extraño hombre, el yôkai descubrió algo de lo que siempre había carecido, calor. Sentía un suave calor en el pecho cada vez que el humano le sonreía, cada vez que sus manos se tocaban, cada vez que sus travieso ojos se encontraban el calor en su pecho crecía. Una calidez que derretía la nieve a su alrededor, pero con la calidez que sentía su contraparte humana se iba congelando.

Atsushi, el humano, se iba volvía frío mientras Todomatsu el yôkai se derretía. Y aún así, aquel sentimiento era tan fuerte que no les importaba.

Esa noche, la última noche, se besaron, se tocaron y se convirtieron en uno sin importarles nada más que ese profundo amor que sentían en el pecho.

Y esa noche, la última noche, el hombre durmió para siempre entre el hielo y la nieve se derritió.


Ojalá y les guste.

Saludos.