Nat: Hola! Esta historia salió a causa de escuchar música en pleno día lluvioso, así que esta un poco dramatico
TM: A mi me gustó
Nat: o.O es la primera vez que lo dices...
TM: Los personajes no son nuestros, sino de Rumiko Takahashi... Quisiera invitarlos a leer Tutorías de Amor, un fic que Nat y Tiff crearon, para ver que les parece
Nat: ;) si tienen tiempo leanlo, por favor... Agradecemos los reviews
Pudo ser tan fácil
Capitulo 1: Amar sufriendo
Habían pasado cinco años, cinco largos años desde que él tomó su decisión. Desde que mi corazón se rompió una vez más, pero esta vez sin arreglo… Desde que di todo lo posible por hacerlo feliz. ¿Tenía sentido recordarlo? ¿Tenía sentido llorar nuevamente? ¿Tenía sentido sufrir luego de tanto tiempo? Y las respuestas a todas esas preguntas era la misma: No.
Cinco años. Cinco años en los que aprendí a vivir sin él, a vivir sin su calor, sin sus peleas matutinas, sin sus berrinches y caprichos… a vivir sin sus celos, y a aceptar el hecho de que él ya había tomado una decisión, y no fui yo… Para mi desdicha.
Aún recordaba ese día, porque por más que me doliera, lo recordaría siempre, quisiera o no. Fue la misma noche en que aquella sacerdotisa de barro murió, el mismo día que yo hice todo lo posible por salvarla y no pude lograrlo. ¿Qué había sucedido concretamente? El hanyou actuó violentamente, me reclamó la falta con la ya muerta sacerdotisa y Me pidió que no volviera más… Porque yo para él sería el vivo recuerdo de Kikyo en su mente.
Cinco largos años de tormento con esa noche. Todo pudo ser tan fácil, si tan sólo él no hubiera reaccionado de esa manera, y hubiera aceptado que tarde o temprano esa mujer iba a morir (de nuevo), aquello no hubiera sucedido. Todo habría sido diferente, yo hubiera sanado su herido corazón y ambos hubiéramos sido felices… Pero no, él prefirió echarle las culpas a una inocente niña de quince años que no pudo salvar a aquella mujer, que casi muere en el intento ¿Y qué? A él todo eso le dio igual, y aún sabiendo el daño que me hacía, me obligó a marcharme.
Si tan sólo no se hubiera encerrado en su depresión… el resultado hubiera sido distinto. Ni siquiera sé si mis amigos siguen vivos, si Inuyasha sigue con vida, si Naraku murió. No tengo idea de que pasó, porque tuve que marcharme antes de terminar la búsqueda de Naraku.
Ahora, estoy obligada a olvidarlo por completo y cualquiera diría que es fácil, pues en el momento en que me enamoré de él tenía quince años, es decir, tenía corazón de adolescente que aún no conocía lo que era el amor, cualquiera diría que aquello fue un simple enamoramiento, pero ahora, cinco años después… No he podido olvidarlo. Con mis veinte años recién cumplidos, voy a la universidad y salgo con sus amigas. Una vez perdida salgo con Hoyo, y otras me quedo en casa con mi madre, mi hermano y mi abuelo.
La mayor parte del tiempo sonreía, pero en momentos como este, que recordaba cosas que creía olvidadas… La poca cordura y estabilidad que había adquirido con los años se derrumbo y me pongo a llorar a cántaros. ¿De qué tengo la culpa? ¿De amar? ¿De no ser correspondida? ¿De escoger al chico menos indicado? No, no tengo la culpa de nada… Porque yo entregué el corazón sin saber.
Ningún miembro de mi familia pregunta o menciona algo respecto al peli plateado porque saben lo que me duele recordarlo. Aún no olvido la cara de mis amigas cuando empecé a ir normalmente al colegio, no falté más a clases durante el año… Y el cuento del novio rebelde se fue al caño al año siguiente.
Las veces que he pensado en toda aquella situación, siempre me da el mismo resultado… Que mi relación, la relación con aquel hibrido pudo haber sido tan fácil… Pero a él le ganó el orgullo, el ego, su miedo a ser feliz lo dominó por completo… Porque, aceptémoslo, si él se hubiera quedado con Kikyo… ¿No se hubiera arrepentido de irse al infierno con una mujer que realmente lo único que quería era matarlo? Bien, solo al principio, pero aún así… Esa mujer nunca lo amó de verdad, ninguno de los dos se amó realmente, porque, desde mi punto de vista, si ellos se hubieran amado no hubieran desconfiado el uno del otro. Yo hubiera confiado plenamente en que el Inuyasha que "intentó" (si yo hubiera sido la miko de barro) asesinarme, no era el verdadero… Y él hubiera estado confiado en que la sacerdotisa que lo atacó no era yo, porque simplemente si se hubieran amado lo suficiente… Él sabría cuando soy yo, cuando es una impostora y cuando me están manipulando… Porque yo no tendría el valor de hacerle daño a la persona que amo.
¿Qué he pensado durante estos años? Lo mismo de siempre, reflexionar sobre mi error: Amarlo de más. No pude evitarlo, simplemente mi tonto corazón cayó en su red, ilusionándome y lastimándome a la vez ¿Por qué? Por la simple razón de saber que nunca sería correspondida y que nunca lo seré, porque su corazón le pertenecía, pertenece y pertenecerá a Kikyo eternamente…
Alcé mi vista y observé mi reflejo en el espejo… Luzco demacrada, tengo unas enormes ojeras y todo ¿Por qué? Por llorar todas las noches por él, porque no he podido olvidarlo luego de cinco años de martirio… Aún bajan lágrimas por mis mejillas, y no intento detenerlas, lo mejor es desahogarme y así poder fingir lo que resta de la semana que lo olvidé, que estoy bien y que nunca conocí a cierto chico de cabello plateado, ojos dorados y orejas de perro…
¿Por qué a mí me toca sufrir? Simplemente lo amé más de lo debido, solo eso… Pero, ese fue mi error. Ya no soy una niña, no soy la misma tonta que puede tropezar con la misma piedra dos veces. No, ahora soy una Aome distinta, ahora soy una Aome madura… Una Aome, que aunque le duele, va a olvidar a Inuyasha cueste lo que cueste.
¿Esa fui yo? ¿Yo pensé eso? Ja, ja, ja… Soy una ilusa, tal y como lo dijo Kikyo aquella vez… Yo terminé siendo solo un estorbo, solo un impedimento para que ellos fueran felices y he terminado haciéndome daño.
Aunque nadie lo supiera, yo grito, lloro y muero por él… pero todo en silencio. Sé que lo perdí, y todo por no poder salvar a la mujer que él siempre amó y yo siempre lo supe… Kikyo. ¿Por qué ella tuvo que morir? Yo hubiera muerto en lugar de ella, así les habría hecho un favor a ambos.
–Aún no entiendo cómo puedo amarte sufriendo…
