Crepúsculo: "La leyenda de los Quileutes"
Prólogo:
Nací, crecí, viví y vivo rodeada de leyendas indígenas, de fantasías y de misterios. La vida me parecía más corta escuchándolas una y otra vez, podría estar todo un día escuchando una misma leyenda hasta caer dormida. Comenzaba leyéndolas o escuchándolas en la mañana y acaba en la noche la mayoría de las veces. Muchas de esas veces el alba me sorprendía con copias de páginas sobre mi pecho, mi cuerpo dormido sobre un sofá o en mi cama, a media luz de lámparas tenues cansadas de ayudarme a ver letras que narraban hechos increíbles, al menos para mí eran increíbles.
Las leyendas, al escucharlas o leerlas, nunca acaban pues son eternas cuando mi ser se mete a explorar ese mundo enigmático que hace que uno siempre se pregunte "¿Será verdad?" La respuesta es muy simple: Hay que averiguarlo.
Pero nunca me obsesioné tanto por una leyenda como la leyenda de los Quileutes.
Según esta leyenda existía y existe una tribu indígena llamada Quileute, actualmente habitan en la reservación La Push cercano a un pueblo llamado Forks, en Washington, Estados Unidos. Cierto día unos guerreros de la tribu estaban patrullando por las costas de, actualmente la playa La Push, allí se encontraron con algunas familias Quileutes muertas que habían sido atacabas por un ser de aspecto humano… Los Quileutes describieron a este ser como un humano, pero sin serlo pues se había alimentado de la sangre de esas familias hasta dejarlos secos y muertos. Sus ojos eran de un rojo escarlata, su piel pálida, blanca como el mármol y fría como el hielo, y cuando los rayos de Apolo la tocaban brillaba como diamante. Estos guerreros combatieron con la criatura y descubrieron que su fuerza era como la de un Dios y su velocidad era demasiado para ellos, así que dejaron fluir la magia que había en su sangre, los guerreros Quileute cambiaron su carne de hombre por la de sus antepasados lobos para combatir a la criatura hasta que la despedazaron, llevaron sus restos, sólo pedazos de ese cuerpo helado, al más sabio y anciano de los Quileute, allí quemaron sus restos. Lamentablemente esto no terminó allí, pues más de… Los fríos, como les dio nombre el anciano de la tribu, vinieron a derramar su venganza con el pueblo Quileute. Fue una masacre sin duda alguna. Finalmente, después de mucho tiempo estos dos bandos lograron llegar a un tratado que ninguno podía violar o estarían condenando sus vidas a la muerte, ninguno podía pisar el territorio del otro.
La idea de que en la sangre de los Quileutes haya magia y que hubiese seres con la fuerza de Dioses es atemorizante pero excitante. Cada vez que leo una leyenda o que puedo escuchar una que me cuenten no puedo controlar esa terrible ansiedad que me lleva a preguntarme cuán real es, pero me quedo con la idea de que soy humana y tal cosa no podría ocurrir nunca. Mil veces me he encontrado con gente obsesionada de esta forma que intenta lo que sea por ser un poco como los personajes de semejantes leyendas. Si tuviera el poder de ver el futuro, sólo rogaría con ver que el día de mañana siga siendo humana y que sólo ha sido un sueño que puedo hacer tal cosa.
