Disclaimer: Los personajes y lugares le pertenecen a Akira Toriyama, creador de este increíble anime. Esta historia va para El Reto de las Mamacitas de DBFanfics. Cualquier frase en cursiva dentro de los diálogos, indica el pensamiento de los personajes.


LUCHADORAS

Sin reglas ni recetas

De todas las noches de su vida, era la primera en la que no podía conciliar el sueño a cabalidad: después de todo, no resultaba extraño en su condición.

Videl miró el reloj de su aparador: eran las 3:00 a.m. Llevaba pocas semanas de parturienta; y aunque sabía que nada malo ocurría con su pequeña, las dudas la asaltaban de vez en cuando. Especialmente, en la madrugada.

A su lado yacía Gohan, completamente dormido. Lo examinó rápidamente, notando cada detalle de su rostro y el musculoso cuerpo que la cobijaba: eso la puso nerviosa. Estaba segura que amaba a su esposo, pero el guerrero saiyajin ya no ocupaba todos sus pensamientos como antes. Ahora su retoño compartía con él una parte de su comprensivo e indómito corazón.

—Gohan… —suspiró, besando su frente.

¿Cómo había hecho aquel hombre para colarse en su corazón? ¿Cuándo imaginó que aquel muchacho tímido sería el hombre que la acompañaría de por vida? Y sobre todo: ¿de qué manera había evolucionado ella?

La joven se levantó y salió de su cuarto, con un destino fijo en su mente: la habitación de su hija. Si bien, por designios del azar, jamás contó con la presencia de su madre, Videl sabía la labor que le correspondía. Lo escuchó por nueve meses de boca de su suegra y las amigas de ésta. Una y mil recomendaciones de cómo una madre primeriza debería hacer las cosas para que su bebé estuviera de maravilla.

La mejor hora para dormir son las nueve

Abrígala bien, o se resfriará

Hay talcos que no irritan la piel del bebé

Sujétala bien, a la hora de darle pecho

Que no esté muy cerca del borde de la cuna

Si llora mucho, no le grites

Controla su salud con el médico

Ten cuidado con los juguetes que usa

No vayas a dejarla sola, ni siquiera un segundo…

Podía repasar lo que, en su cabeza, ya era una enorme lista; se preguntó cómo hicieron aquellas mujeres para sobrevivir a tanto alboroto. ¿En serio lo estaba pensando? ¡Tonterías! ¡Ser madre era lo mejor que le estaba sucediendo! No obstante, el innato temor a lo desconocido jugaba en su contra. Si cuidar a su bebé fuera tan sencillo como luchar…

Desechó todas sus cavilaciones al llegar a la cuna de Pan. La observó con una infinita ternura, sintiendo su pecho hincharse de orgullo: su mechón negro, sus ojitos cerrados, su pulgar en la boca, su piel, su acompasada respiración. ¿Podía existir algo más hermoso? No… ¡perfecto! Ésa era la palabra adecuada para su hija. La perfección encarnada en un cuerpecito delicado, que albergaba la fuerza y salud de sus parientes saiyajin. ¡Porque su bebé era especial, hasta en ello!

Quiso acariciarla, pero la idea de interrumpir su sueño la detuvo. Tenía miedo. Deseaba tanto darle la mejor crianza a Pan.

—Aquí estabas —oyó un susurro a sus espaldas.

—¡Gohan! —Videl saltó un poco, sin despertar a la pequeña— Me asustaste.

—¿Por qué no duermes?

—No tenía sueño —le respondió, para luego mirar a Pan.

Varios segundos pasaron en su contemplación, que para ella fueron los más bellos y eternos. Los brazos de Gohan en su cintura la devolvieron a la realidad.

—¿No es linda? —mencionó, extasiada.

—Se parece mucho a ti —le respondió su esposo, besando su mejilla.

—Exageras —rio un poco—. Será más valiente que su madre.

—¿Valiente? —Gohan arqueó las cejas.

La joven de ojos zafiro se mordió un poco los labios, pensando qué responderle a Gohan. Después de mucho tiempo, se sintió ridícula a su lado.

—No lo sé…

—¿Qué te sucede, Videl? —preguntó, enroscando más sus brazos.

—Nada importante… —desestimó.

—Puedes decirme —insistió.

—¿Qué piensas de tu madre, Gohan? —dijo, tomándolo desprevenido— Porque creo que es espectacular: cuidar a dos hijos, muchas veces sola, y seguir tan fuerte como siempre. ¿Cuál es su secreto?

—La verdad… —el guerrero frotó su cabello.

—Tengo que saberlo —lo cortó—. Quisiera ser una buena madre para Pan, tal como Milk lo fue contigo y con Goten.

—Videl —Gohan sonrió, entendiendo la dirección de la charla—: ¿por qué estoy contigo?

—¿Qué? —la muchacha se sorprendió esta vez.

—Mira a Pan —dirigió su vista hacia la pequeña, junto con ella—. Me parece mentira que la tengamos con nosotros. Creo que llegó en el momento justo.

—No te entiendo…

—¿La has observado bien? —inquirió otra vez— Porque yo veo una niña que nos traerá muchas aventuras, de aquí en adelante. Quizás sea tímida o rebelde, no podemos saberlo… pero tiene algo mucho más interesante.

Videl miró fijamente a su esposo, sin responder.

—Es una hermosa combinación de ambos, especialmente de ti. Por eso amo a Pan… porque también te amo. Y serás una mamá excelente, por el simple hecho de ser tú. ¿Te alegra saberlo?

—Gohan… —Videl sonrió, con los ojos humedecidos.

Las palabras no hicieron falta para la pareja, que al instante se abrazó con un intenso cariño que sólo ellos eran capaces de prodigarse. Un tierno beso cerró la acertada reflexión de Gohan, y Videl suspiró tranquila.

Era una madre primeriza, de eso no había duda. Pero contaría con su intuición para lograr todo lo que se propusiera. Y tendría el apoyo de su esposo. Haría lo que estuviera en sus manos, con su confianza característica. Todo…

Por Pan.


N.A.:

¡Buenos días! Cumplo el primer reto para la página Dragon Ball Fanfics, sobre el mes de las madres.

Bueno, aquí les traigo lo que será un compilado de todas las mamás de la serie, y quise empezar con Videl. Quiso la inspiración que pudiera avanzar un primer capítulo… cortito, pero con mucho sentimiento para ustedes.

¡Espero que les guste mucho! ¡Cuídense!