Disclaimer: THE GIFTED es propiedad únicamente de Fox, Marvel Cómics y todos los demás involucrados. Nada de ello me pertenece y esta historia está hecha sin fin de lucro alguno, sólo con la finalidad de entretener.


The new normal

Caitlin no está segura de que salvar a Reed es lo único que quiera.


Siendo honestos, Caitlin debió verlo venir. Enserio debió.

Ella siempre había creído en la noción del karma, en que todo lo que hagas algún día se te iba a devolver; si fuiste bueno (y Caitlin le encantaba creer que ella era la buena, enserio lo hacía) sólo cosas buenas te pasarían, en cambio, si fuiste alguien que gustaba de hacer daño no pasaría mucho tiempo antes de que el daño te pegara con más fuerza. Siendo así, era casi risible pensar que sus hijos no serían mutantes.

No, no; que sus hijos fueran mutantes no era el problema (se repite, demasiadas veces para su propio bien), no lo era; el verdadero problema eran aquellos que venían con que lo fueran, las miradas que les daban en la calle como si fueran la tierra bajo de sus zapatos o el llanto de Andy cuando creía que todos estaban dormidos.

(¿Estás segura de que ese es el problema, Cait?)

Si, enserio debió darse cuenta hace años. Debió darse cuenta de que la manera en que le gritaron a la chica muti— a la mutante no era una reacción natural; debió darse cuenta de que el silencio y conformidad no eran la reacción adecuada cuando el Pastor hablaba de los peligros mutantes y que quizás, ese hombre Xavier no había estado tan ilusionado como pensó.

Si, Caitlin se da cuenta de eso justo ahora, cuando Marcos le dice que la vida para los mutantes no es sólamente difícil, y que no vienen del rencor aún si tuviera todo el derecho de tenerlo. Si, gracias a Marcos Caitlin ahora abre los ojos y siente que más que abrirlos le han sacados los suyos y dado unos nuevos, unos de verdad, pero algo en ella le dice que quizás sea demasiado tarde; y que el que la policía los haya perseguido sólo porque «a veces los mutantes pueden ser volátiles» (y Caitlin no ha escuchado tanta... tanta mierda en su vida) le recuerda que ya es demasiado tarde para querer cambiar el mundo. De repente, Polaris ya no es esa «peligrosa terrorista mutante», sino sólo una chica más y Caitlin lo sabe al mirar a Marcos cada vez que la menciona, lo sabe. Lo sabe porque esa es la misma manera en que solía pensar en Reed.

Solía.

De repente, el mundo deja de ser blanco y negro para Caitlin. Es gris, y uno que con cada día que pasa sólo se va oscureciendo.


Nota: juré no volver a Marvel y mira, ahí están los X-Men para devolverme mi paja. Honestamente adoro al personaje de Caitlin y todo su desarrollo hasta ahora, así que he aquí un pequeño drabble para hacer crecer el archivo de the gifted en español.

Si también te gusta Caitlin y la serie, comenta.

Saludos,

Petta.