El engaño.

Capítulo 1

Entró en el dormitorio a hurtadillas, muy despacio y silenciosamente para no despertarle se aproximó a la cama donde Vincent dormía placidamente. ¿Podría ser que aquel desesperante hombre fuera tan jodidamente perfecto que ni siquiera roncara? Lo miró por un momento, sabía que lo que pretendía hacer estaba mal, sin embargo como en las ocasiones anteriores a esa no podía resistirse.
Nerviosa se inclinó sobre la cama y acercándose al oído del pistolero tanto como le fue posible susurró:

- Caos, Caos, despierta. – Lo vio abrir los ojos y eufórica ante su triunfo no se lo pensó mucho y saltó a sus brazos para inmediatamente comenzar a besarlo con ardor.

Pensando que era uno de sus incontrolables sueños Vincent se dejó llevar durante un breve instante, hasta que la cálida lengua de la ninja rozó la suya produciéndole un ramalazo de placer tan increíblemente bueno que supo que no podía haberlo soñado. Acongojado al darse cuenta de que aquello era real, la apartó de sí y mirándola con asombro le preguntó con la voz enronquecida:

- ¿Qué estás haciendo?

- Se que te gusta seducirme pero… - empezó a explicarse pero al ver el rostro confundido del pistolero pensó que era un juego del demonio – no me vas ha engañar – le dijo subiéndose a su regazo. Vincent la dejo, demasiado asombrado por su comportamiento para saber como reaccionar. – no me gusta este juego Caos.

Yuffie se inclinó para besarlo de nuevo, pero el pistolero apartó el rostro, no le había gustado nada como lo había llamado, tarde la ninja se dio cuenta de quien era realmente sobre el que se había sentado, trató de apartarse, pero Vincent la sujetó por la cintura inmovilizándola en el lugar.

- ¿Caos? – pronunció con una voz tan fría que a Yuffie se le heló la sangre.

- Vincent… yo debería irme…

- ¡Ah! ¿Ya no soy Caos?... ¿Qué está pasando?– su voz sonaba calmada pero el peligroso brillo de sus ojos la hizo ponerse alerta, aunque pareciera tranquilo no lo estaba en absoluto - ¿Por qué buscabas a ese demonio?

- Yo… - Yuffie no sabía que decir para no empeorar las cosas aún más, pero el seguía esperando una respuesta – eso es algo entre el y yo, no te incumbe – dijo tragando saliva con nerviosismo a la espera de su reacción.

- Me has besado, a mí, creo que si me incumbe – en su profunda voz empezaba a manifestarse un ligero enfado, algo bastante preocupante en alguien a quien normalmente los sentimientos parecían resbalarle – a demás Caos ya no está y no estará nunca más.

- Y eso ¿Por qué? – ella no podía creer algo así, necesitaba a Caos, nerviosa y preocupada exigió saber el motivo.

- Los demonios que habitaban dentro de mí ya no existen (1). Soy un hombre normal de nuevo. Por tanto el se ha ido para siempre.

Se quedó en estado de shock ante la información.

Aunque no quería mostrarlo abiertamente a Vincent le fastidiaba y le dolía verla así por Caos ¿Qué estaba pasando? ¿Cómo podía haberle cogido tanto cariño a aquel demonio? Furioso y lleno de celos le preguntó

- ¿Qué tenías con el? – su voz sonó fría y dura incluso más de lo que el hubiese querido.

Aún atontada Yuffie respondió casi sin darse cuenta de lo que hacía.

- A veces el y yo nos acostábamos.

- ¡¡¿QUÉ?!! – ahora si que Vincent no pudo controlar la furia de su voz, fuera de sí sujetó a la ninja con fuerza y cogiendole la cara con una mano la obligó a mirarlo a los ojos.

- ¿Cómo puede ser? – preguntó, sus sentimientos se desbordaban fuera de sí, incredulidad, celos, rabia, llenaban su corazón y su mente haciendo que Vincent no pudiera controlarse a sí mismo.

- Cuando tu duermes, el puede… podía… controlar tu cuerpo – la ninja se sentía tan mal por la desaparición de Caos que ya todo le daba igual, de todos modos ella ya había perdido lo único que podía tener de Vincent, todo lo demás no importaba, nada en ese momento, con la mente ofuscada por la pena era importante.

- Mi… cuerpo… - tartamudeó el pistolero – el… cogía mi cuerpo… y tú… el y tú… con MI cuerpo – no pudo seguir, aquello era demasiado, la soltó, no quería ni verla ¿Cómo había podido aprovecharse así de el?, se sentía tremendamente decepcionado y dolido y aún a su pesar se seguía sintiendo celoso. – Márchate – le ordenó y ella salió del dormitorio sin una sola palabra.

No solo estaba enfadado con ella, era mucho más la furia que sentía hacia el demonio - ¿Cómo se había atrevido aquel maldito monstruo a tocar a Yuffie, SU YUFFIE? Cuando el ni siquiera se atrevía a mirarla fijamente más de un segundo.

Se tumbó de espaldas en la cama mirando al techo, estaba cansado pero su mente estaba aún rumiando aquella información horrible de la que acababa de enterarse.

Era de madrugada cuando el cansancio pudo más que el enfado y Vincent cayó en un sueño de lo más revelador. Al despertar, un par de horas después, aún recordaba fragmentos muy claros de aquel sueño, como si a pesar de que fue Caos quien había estado usurpando su cuerpo algún rincón de su mente hubiera sido consciente de ello y había estado guardando aquello para el. Rememoró el sueño cada vez más seguro de que era un recuerdo realmente, el recuerdo de lo ocurrido aquella primera vez que Caos sedujo a Yuffie.

Tres años antes

Vincent seguía en Viento fuerte, se suponía que debería haber ido a despedirse de sus seres queridos antes de la batalla contra Sephiroth, pero ¿Dónde podría ir el? Había pasado los últimos treinta años en un ataúd, no había más que una persona de la que podría despedirse y no se veía a sí mismo pasando la noche en la cueva con Lucrecia para después despedirse de ella diciendo – Ahora me marcho, voy a matar a tu hijo. No creía que ella se lo agradeciera y de todos modos le gustaba la tranquilidad que se respiraba en esa nave ahora que estaba completamente vacía. Merodeaba por ese lugar cuando al entrar en la sala de reuniones se topó con Yuffie que estaba preparándose para dormir allí mismo.

- ¿Por qué no estás en Wutai? – le preguntó sorprendido.

Ella se encogió de hombros y dijo:

- No puedo volver con las manos vacías, Cloud se ha negado a firmar los documentos que me cederán las materias cuando la batalla acabe, así que esperaré y volveré a casa cuando derrotemos a Sephiroth, al menos podré volver con la satisfacción de haber vencido a ese asesino. Y quien sabe, quizá convenza a Cloud y me dé las materias – dijo más animada.

Vincent quería su paz, quería estar solo, pensar, así que se libró como pudo de Yuffie y buscó un rincón donde estar solo.

Hasta aquí eran los recuerdos de Vincent pero la parte que este no recordaba y que ahora había podido averiguar comenzaba así:

Recuerdos de Caos

Unos calidos labios rozaron los suyos, Vincent aún estaba medio dormido, pero Caos sintió curiosidad, apartó la conciencia adormilada del pistolero y tomó control de su cuerpo sin necesidad de transformarse. Al abrir los ojos se encontró con la pequeña ninja que lo miraba temerosa al verse descubierta en plena travesura.

- No… no estaba haciendo nada malo – aseguró nerviosamente.

- ¿Cómo que no? Pequeña ladrona – dijo incorporándose para inmediatamente abalanzarse sobre ella y dejarla inmovilizada bajo su cuerpo, Yuffie lo miró sorprendida y estaba apunto de asegurarle que no había tratado de robarle nada cuando el la interrumpió – me has robado un beso – su sonrisa pícara era del todo extraña en Vincent aunque sorprendida no pudo sino apreciar lo hermoso que era cuando sonreía, se inclinó hacia ella, sin dejar de sonreír en ningún momento, puso la mano sobre su mejilla, con el pulgar le levantó el rostro hacia el y murmuró – devuélvemelo.

Yuffie jadeo sorprendida cuando comprendió que Vincent pensaba besarla y un estremecimiento de placer le recorrió el cuerpo cuando sus labios se tocaron. Caos aprovechó el aturdimiento que su beso causó en la ninja para descender las manos por su cuerpo recorriéndolo lentamente, una se detuvo en sus pechos, la otra descendió todavía más hasta llegar a la cintura de su pantalón corto. El abría querido ser más burdo, arrancarle la ropa y tomarla con fuerza y ardor, pero sabía que si la asustaba, si la hacía llorar o la lastimaba Vincent acabaría despertando, Caos rió suavemente, a cierto nivel, aunque de un modo muy inconsciente, el pistolero estaba al tanto de todo lo que ocurría. El demonio se regodeó pensando en el momento en que aquellos recuerdos llegaran a la mente consciente del pistolero, el sufrimiento de aquel que lo mantenía encerrado en ese cuerpo humano lo excitó aún más que aquella pequeña chica. Pero el cuerpo de Vincent parecía tener vida propia con respecto a Yuffie y miles de pequeñas descargas, muy placenteras recorrían cualquier parte de su piel que tocaba a la ninja. Por eso aunque le tentaba la idea de despertar al estirado de Vincent en el momento más álgido del acto y ver como reaccionaba al encontrarse metido hasta el fondo dentro de ella. Se controlaría, esto era demasiado bueno como para detenerlo. Así que fue tierno con ella y se tomó todo el tiempo del mundo para recorrer cada milímetro de su cuerpo.

- Vince… - murmuró débilmente cuando lo sintió ponerse entre sus piernas. Caos se detuvo un momento, se sorprendió a sí mismo al darse cuenta de que le molestaba que lo llamara así, quería que supiera quien estaba con ella, unos celos que seguramente eran causa de estar usando un cuerpo humano lo recorrieron, por eso no pudo contenerse y mientras entraba en ella muy despacio dijo en un murmullo ronco.

- Soy Caos.

El instante de dolor que le produjo la perdida de su virginidad se mezcló con la confusión que le causó el comprender sus palabras.
Aunque Caos disfrutó con la expresión vulnerable de su rostro debía reaccionar y calmarla cuanto antes.
Se quedó parado, muy quieto dentro de ella para no asustarla más y con la profunda voz de Vincent le dijo:

- Yo soy Caos, pero este sigue siendo el rostro de Vincent, su cuerpo, sus manos, sus labios - besó su mejilla, probando el sabor de una lagrima rebelde que había escapado de sus enormes y confundidos ojos – quizá mañana ambos estemos muertos, puedes tenerle ahora, el nunca lo sabrá - al menos hasta que algo le haga recordar – añadió para sí - ¿quieres que me detenga? – a modo de prueba comenzó a salir lentamente de ella y Yuffie le clavó las uñas en los hombros como protesta.

- No… - susurró desviando la mirada, avergonzada.

Caos se regocijó ante esta palabra y maliciosamente se preguntó como el idiota de Vincent se explicaría el porque de sus arañazos.

El pistolero se llevó las manos a la cabeza, desesperado, el sueño le había mostrado todo lo que ocurrió cuando Caos tomó el control de su cuerpo, peor lo sintió como un recuerdo propio, vio lo que el demonio había visto, a través de sus ojos, sintió lo que sentía, recordó el olor de Yuffie, su sabor, lo suave y cálido que era su cuerpo mientras lo recorría con las manos y los labios. Ahora Vincent se sentía como si hubiese sido el mismo quien había seducido a la joven ninja.

- Si aún estuvieses en mí Caos… - gruñó furioso, ya no sentía tanta ira contra Yuffie, el demonio se había aprovechado de ella en un momento de debilidad. Aún así eso no explicaba el que ella lo hubiese buscado esta noche, porque aquello solo sucedió una vez… no podía ser una costumbre ¿O sí?
Debía saberlo, pero para ello tendría que averiguar como acceder a sus recuerdos, la primera vez había sido tras hablar de ello con Yuffie, quizá simplemente debía preguntarle a ella. Vincent suspiró frustrado, no le apetecía nada verla, no después de esto.


(1) Aclaración:

Según entendí tras jugar al dirge of cerberus, Vincent recuperó su mortalidad y se libró de los demonios que había en su interior, al menos eso es lo que yo interpreté de las palabras de Vincent en la cueva de Lucrecia.