La droga en mí eres tú. Por más que quiera apartarme de tí, mi mente se empeña en recordar cada segundo pasado en tú piel. Mi mente me tortura con el recuerdo de tu sabor, con el olor de tu piel. Siempre he huido de mi pasado pero no fue hasta ahora que me di cuenta que vivir podía ser algo "agradable". He buscado cosas en mi vida para llenarla porque me odio. Sí, me odio. Supongo que tú también habrás experimentado ese sentimiento y sí no, te lo puedo explicar. Cada segundo desde la muerte de Elyne he odiado mi existencia, he deseado la muerte, la tortura, cualquier cosa me daba igual, pero era demasiado cobarde. Y entonces llegaste tú. Hiciste florecer en mí algo de esperanza. Por muy frío que parezca también tengo mis sentimientos mi corazón y puedo decirte que lo poco de corazón que me queda te pertenece a ti. A ti. A mi droga.
Estoy tan sumergido en la miseria que ya todo me da igual. No espero vivir más de 30 años. Y sí lo hago ya he tomado la determinación de suicidarme. Siempre me apunto pero nunca disparo porque soy un cobarde. Sí, lo soy. Soy un cobarde que te escribe una carta en vez de ir y arreglar las cosas. Porque sé que estarás mejor sin mí. Porque a pesar de que me mates lentamente yo te consumo. Bonita metáfora ¿eh?
Tratas de salvarme -no puedo evitar sonreír- ya no hay salvación posible para mí. Lo siento. Lo siento por ti, por enamorarte de mí. Ya te dije que soy alguien difícil para querer pero nunca te imaginaste cuanto. Mis demonios me consumen. Y ahora, he perdido la cabeza y he perdido el tiempo, porque ya es demasiado tarde.
Kaer
