Hakuōki pertenece a Ideas Factory.
El fanfic, en su idioma original, pertenece a lunar9ueen. La traducción es mía.
Pétαlos del tiempo: El sol.
La luminiscencia del sol se asomó por el hueco de las nubes mañaneras. No es demasiado brillante cual radiografía que deslumbra los ojos, fastidiando. Tampoco demasiado calurosa como para que pudiese quemar la piel sin piedad. En cambio era amable y el cálido resplandor de la luz azul cielo brillaba sobre la tierra, específicamente sobre un hermoso jardín preparado especialmente para el día de hoy.
Y allí vino, acompañada por la música clásica de un chelista, que comenzó a alegrar el lugar. Aquellos inocentes ojos marrones parecían un poco incómodos bajo el puro encaje de color blanco mientras veía la emoción de los invitados por su llegada. Tímidamente, cerró los ojos por un momento, para encontrar la determinación dentro de su corazón, mientras seguía caminando por el pasillo de alfombra verde creada por la propia naturaleza. Su precioso vestido blanco, simple, sin tirantes, fluye con gracia al par de sus movimientos. En su mano derecha lleva un ramo de rosas blancas adornadas con cintas de oro, mientras que su otra mano se aferra con fuerza al brazo de su orgulloso padre, quien parece a punto de echarse a llorar por estar a punto de perder a su única hija.
Los aplausos y sonrisas de los invitados parecían no tener fin; Chizuru no podía evitar sentirse más relajada. Una sonrisa de pura felicidad curva sus labios rosas cuando enfoca su mirada en las niñas que arrojaban pétalos de color blanco frente a ella, felices, haciendo un sendero de flores para la novia del día.
Un paso, luego otro. Lo veía con más claridad. Él, quien estaba esperando bajo el arco de flores blancas que también era el altar, testigo de sus votos sagrados. Él, quien sonreía con ternura desde lejos; diciéndole en silencio que todo estaría bien. Y él, quien vino de forma impredecible, y cambiado de una sola vez su vida triste por completo.
Era extraño… Cuando se conocieron, Chizuru había asumido que era un hombre ataviado de negro, que instalaba un clima oscuro y que emanaba un aura oscura. Era el tipo de persona de la cual prefería mantener distancia. Sin embargo, aquí y ahora, se encontró con su delicadeza bajo el sol. Se veía fascinante en el traje blanco con corbata de oro pálido adornando su traje de novio. Tan encantador como un príncipe y tan apuesto como un guerrero; el suave resplandor del sol brillaba sobre su piel sin defectos. Las hebras de color violeta que enmarcaban su rostro eran tan frescas como la lavanda, y bajo el sedoso flequillo, guardaba su mejor característica: sus ojos color zafiro eran impresionantes, bellos.
No mostraba siquiera un atisbo de ansiedad, parecía tan tranquilo y preparado para el día de su boda. Pero Chizuru sabía que no le había sido tan fácil llegar a ese paso. Rió bajito al recordar su torpe confesión, dos años atrás y cómo de repente le propuso matrimonio el día de San Valentín del año anterior, con la cara roja como la flor del granado y una caja de chocolates que había comprado de la tienda de abarrotes más cercana.
Su propuesta no fue acaramelada ni romántica. Chizuru juró que lo oyó murmurar algo parecido a «Prepárate para ser la única mujer en mi vida», cuando entró de sopetón a su habitación con el chocolate en la mano. Sin flores, sin anillos. Sin palabras poéticas que podrían hacerla volar al séptimo cielo. Y por no mencionar que eran las mujeres quienes debían entregar los chocolates en San Valentín… Sin embargo, aquello fue más que suficiente para la joven. Ellos simplemente se amaban a su manera. También sabía que él querría borrar de su memoria aquel San Valentín —y lo logró.
Hablando de la ceremonia de matrimonio, él se mostraba preocupado al principio. Bueno, como solo era persona que fue lanzada al azar hacia el futuro, no traía mucho dinero y, mucho menos, podía transformarse en un multimillonario de repente en la era moderna. Pero bueno, esto es el siglo XXI, donde existen infinidades de opciones a su disposición. Chizuru jamás le pidió que costeara una boda en un salón de baile de lujo ni mucho menos; sabía que lo más importante era el eterno vínculo que los uniría y que el dinero no puede comprar.
La joven aún podía recordar su cara de sorpresa cuando ella le dio una idea sobre los estilos de bodas actuales. No estuvo de acuerdo. Al principio murmuraba sobre cómo los jóvenes modernos ignoraban de tal manera la tradición… pero al final, se dio cuenta que era él quien debía ajustarse a los cambios del mundo. Era común que en el Japón se optara por una ceremonia de boda occidental, independientemente de la fe que se profesa, después de todo, el ritual de boda tradicional era muy oneroso… Y nadie lo sabía, pero en silencio adoraba la belleza de la boda occidental luego de regresar esta línea de tiempo.
El músico acarició la última nota, dejando el jardín en taciturna quietud y Chizuru chasqueó la lengua y sus pensamientos volvieron al presente. Antes de darse cuenta había llegado al altar; a su lado, mientras miraba hacia atrás, hacia los tontos recuerdos del pasado. Ahora aquí y ahora, llegó el momento… Chizuru pasó un poco de saliva cuando el sacerdote comenzó a dar el discurso, y después de eso, oyó su voz profunda declarando eterno los votos que les unían sempiternamente.
Delicado y solemne, Chizuru no sabía que aquel hombre tan frío podía afirmar los votos matrimoniales de forma tan perfecta. Y de repente, sin que se diese cuenta, una lágrima de alegría cayó por la comisura de su ojo cuando ella misma declaró sus votos. Para ser su compañera de vida, su única reina, la princesa, una vez desesperada, que fue salvada por un príncipe del presente, en un cuento de hadas real.
Sí, su historia de amor se parecía a un cuento de hadas, un cliché «Felices para siempre», que antes no hubiese creído posible. Su oscuro y frío mundo se había transformado en uno brillante y lleno de milagros. Había visto a la estrella más brillante: el sol, en forma de un hombre que deslizaba un sencillo anillo de oro blanco en el dedo. Al igual que él, era un símbolo de humildad, un amor humilde
… Sin embargo, nadie puede destruirlo.
A medida que el velo se levantaba lentamente, Chizuru podía ver su encantadora mirada justo frente a ella, sin ningún tipo de barrera. Una sonrisa llena sus labios antes de inclinarse y dejar que la sonrisa se dibuje en los labios de la feliz novia. Era suave, lleno de ternura, una sensación de un beso que Chizuru siempre recordaba en su corazón… sin embargo, le pareció diferente esta vez. Se duplicó o triplicó su felicidad, para finalmente ser capaz de unirse con el hombre que amaba. Dos corazones se habían convertido en uno.
Un deseo se había hecho realidad. El deseo a una estrella, que solo ocurría en un cuento de hadas, había ocurrido también en este mundo. Y ahora, no solo era una estrella fugaz común y corriente, era la estrella más luminosa de nuestra galaxia que nunca dejó de irradiar la luz de la esperanza: El Sol.
Este es el fina…
—¡Hey!
Casi me caigo de la silla cuando escucho repentinamente su voz. Gosh. Ya sabe que fácilmente me sorprendo… esperen, ¿lo hizo adrede?
Fijo de nuevo la posición de las gruesas gafas sobre mi nariz y me quejo:
—Mamá, no hagas eso. ¿Vale? —Al decir esto, me pregunto cuál de las dos es en realidad la mayor…
Pero ella es tan alegre como siempre. La gente suele decir que mi apariencia es un espejo de su «yo adolescente», a pesar de que nuestras personalidades son totalmente diferentes. Se puso las manos en las caderas con una sonrisa triunfadora.
—Estás en la escuela. Deberías llamarme Saitō-sensei. ¿Entiendes?
Solo suspiro, sin decir nada más. No tiene sentido debatir con ella, simplemente no le puedo ganar… Quiero decir, soy muy mala en cosas como estas. Nunca he hablado mucho. Tal vez lo encontrarán extraño para una joven de quince años, estudiante de secundaria; pero mientras mis amigas prefieren ir de compras o salir a levantar miradas de chicos, decido volver a casa, o visitar un museo, o una librería, cualquier tipo de lugares como esos. Mientras que ellas chillan entusiasmadas, diciendo a todos que han pasado a ser porristas, o que pasaron la prueba de admisión en el Club de Baile, yo me ofrezco como voluntaria en la biblioteca de la escuela.
Los chicos de la clase nunca se dan cuenta de mi presencia y tampoco conozco a ningún estudiante varón de otras clases. Todos son amables conmigo, a pesar que rara vez nos hablamos los unos con los otros. Sin embargo, yo sé que no van a notar ninguna diferencia si estoy cerca o no. A veces, ma... quiero decir Saitō-sensei, nuestra profesora de historia, me agobia con su «¡Ve a buscar un novio rápidamente!».
Sí, una empollona, una friki, así me llaman. Pero es mi manera de ser. No sigo la moda ni la tendencia en música… Esperen, ¿qué estoy diciendo? Supongo que he hablado demasiado.
—Hmm. ¿Qué es esto?
Esta vez, sí me caigo de la silla, de esta silla, que siempre ha sido una buena compañera cada vez que vengo a la biblioteca, mi santuario. ¡Oh!. Mi cuerpo me duele cuando lo golpeo contra el suelo, otra vez. Pero, por lo menos, puedo recuperar de sus manos antes que abra y lea en voz alta el pequeño libro que siempre llevo conmigo.
Me ayuda a levantarme en forma perezosa, al tiempo que me siento agradecida porque la biblioteca está vacía a esta hora. Es buena señal que nadie más haya visto mi épica caída. ¿Y sí se ríen de mí? ¿Sí se burlan de mí? ¿Qué dirán las personas al respecto?
Solo imaginarlo ya es una pesadilla para mí. Y como si me estuviera leyendo la mente, mamá sacude un poco la cabeza.
—Te preocupas por nada, ¿cierto?
No contesto, es solo que no quiero hablar más de ello; pero tampoco puedo decir que está mal. Siempre estoy preocupada. Salir de mi zona de confort es lo último que quiero hacer. Yo no tengo coraje para enfrentar el mundo. Soy demasiado miedosa, sobre esto, sobre lo otro; el juicio de la gente, los riesgos, cualquier cosa. Por desgracia, la hija de este legendario samurái es solo una cobarde e impotente.
Sin embargo, cuando siento el roce de los papeles contra mi pecho, no puedo evitar sonreír. Este cuaderno es mi amigo… Ah, tal vez la gente piense que alguien tan pasada de moda como yo no tiene un sueño. Pero de hecho tengo un sueño. Todos tenemos derecho a soñar y alcanzar, ¿no?... ¿Qué? ¿Por qué parecen sorprendidos de que esté hablando positivamente por una vez?
Mi sueño. ¿Cómo decirlo?... Que… quiero ser una escritora. Quiero escribir historias que toquen los corazones de la gente. A través de la escritura puedo expresarme más. Hay un montón de cosas que no puedo expresar verbalmente. Por lo tanto, la escritura es mi pasión.
Por eso siempre traigo el portátil conmigo, para que yo pueda escribir mi historia cuando quiera. Sin embargo, soy demasiado tímida para publicarlo… No, no; no. ¿Y si los editores lo rechazan? ¿Si a los lectores no les gusta? ¿Si a mi historia le llueven críticas negativas?
—Muy bien, ¿cuánto tiempo más quieres soñar, señorita Saitō? ¡Vamos a llegar tarde!
Ruedo los ojos, veo la cara de enojo de mi madre y recuerdo que hoy es un día especial. Mi padre será entrevistado y se transmitirá en vivo a través de todo el Japón. Guardo mis cosas con rapidez y dejo la comodidad que mi biblioteca me ofrece; sigo los pasos de mi madre. Sin duda, volveré aquí mañana.
Por cierto, ¿he mencionado que mi pasión por la escritura fue influenciada por mi padre? Él no lo sabe, obviamente.
—Saitō-san, ¡eso fue genial!
La estación de televisión es ruidosa y realmente detesto las multitudes. Sinceramente, prefiero ver el espectáculo desde mi casa; pero mi madre ha insistido en verlo en directo. Los interminables aplausos de la audiencia lentamente comienzan a marearme.
Sin embrago, debo soportarlo. Después de todo, amo a mi padre y él ha sido siempre mi inspiración. Sé que el camino fue largo, pero finalmente pudo encontrar lo que realmente quiere hacer en esta época. Ha encontrado su pasión y cumplido su sueño. Quiero decir… no se puede matar con una katana libremente en el Japón moderno, pero no lo ha dejado por completo. Igual que yo. Él es una persona de pocas palabras; la única diferencia es que él no es un cobarde él era —y es— un verdadero guerrero que nunca siente miedo de tomar un riesgo.
Las novelas que ha escrito son un gran éxito y se han llevado al cine. En cuanto a las películas, insistió en ser el guionista para garantizar la exactitud. Además, he oído que el propio director de la película no puede hacer nada sin que mi padre diga esto o aquello. Bueno, era un capitán de una fuerza de élite y por lo tanto, un líder nato. Bajo su mando, las películas se convierten en un éxito de taquillas y obtienen prestigiosos premios.
¿Preguntan qué tipos de novelas? Supongo que por sus cabezas pasa la idea de que él ha escrito sobre su milagroso viaje en el tiempo y la historia de amor que me ha inspirado a hacer un capítulo adicional.
… Están absolutamente errados…
¿Realmente esperan que escriba historias de romance? No. Él básicamente ha escrito relatos históricos, principalmente sobre el Shinsengumi. Muchos historiadores protestaron al principio, debido a las dudas que tenían sobre su exactitud. Y porque pensaban en ellos como mera ficción. Sin embargo, podía responder preguntas cada vez más brumosas, desde el arte de la espada hasta hechos de la historia perdida.
Incluso las películas muestran el verdadero espíritu samurái y estilos reales de espada, no solo balancean las cuchillas al descuido como si de un simple drama de época se tratase. Estoy segura que fue él quien entrenó a los actores. Él también lo da todo y no quiere volver a equivocarse. También sé acerca de la última orden del vicecomandante Hijikata, quién le pidió mantener en alto el nombre del Shinsengumi. Y él no lo olvida. Ahora las generaciones jóvenes sienten curiosidad e interés por el Shinsengumi a través de sus obras y cada una es diferente a su predecesora.
Él es un guerrero real que obedece a la orden de su superior, a pesar de que viven en diferentes tiempos. Por lo tanto, yo lo adoro y quiero ser como él, aunque es imposible en una chica tan tímida como yo.
—Saitō-san, dicen los estudiosos de la historia que tal vez la clave del éxito de sus trabajos es su nombre. Después de todo, usted tiene exactamente el mismo nombre que uno de los capitanes del Shinsengumi.
Risas. El público ríe al escuchar la declaración del periodista. Por supuesto, solo si el mundo supiera que él es el verdadero Saitō Hajime… vaya, acabamos de mencionar su nombre después de tanto tiempo.
La entrevista continúa. Mi padre da solo respuestas cortas, como ya nos tiene acostumbrados. Comienzo a aburrirme. Busco dentro de mi bolso mi cuaderno, cuidando ocultarlo de los emocionados ojos de mi madre. Poco a poco vuelvo a leer el capítulo extra que hice sobre su matrimonio. ¡Estoy muy feliz de haberlo terminado al fin! Aunque tal vez sea la única que los leerá en el futuro.
Pero eso está muy bien, estoy muy satisfecha con eso…
Hablando de eso, cuando hay un «capítulo extra», significa que también hay un «capítulo principal». ¿No? Ah, ahora saben mi secreto, mi otro secreto. Sí, la historia principal, su historia de amor de cuento de hadas… me he eternizado en mi manera de escribir.
Es irónico que haya escrito sobre el pasado de mi madre, donde puedo relatar su pasar por una vida falsa, mientras que yo misma vivo en la duda y la cobardía. Solo si tuviera un poco de coraje…
Dejando escapar un profundo suspiro, pongo mis notas en el interior de la bolsa. Siempre me anima, y ahora quiero tener una visión de la historia original, que he terminado hace varios meses. Lo escribí en otro cuaderno y yo siempre lo llevo conmigo. ¡Mi bolsa es el lugar más seguro del mundo!
Mis manos se extienden dentro de la bolsa, una vez más, con la esperanza de encontrar mi tesoro oculto. Pero...
Pero…
¡¿Dónde está?!
En medio del pánico trato de encontrarlo una vez más. Pero aun así no está allí. ¡No puede ser! Si se cae accidentalmente en la calle o, peor aún, en la escuela… la gente se…
— ¿Va a publicar un trabajo nuevo, Saitō-san? ¿De verdad?
—Sí, pero esta vez, el escritor no soy yo.
Volví mi vista inmediatamente al escenario. Mi corazón late más y más rápido. El sudor frío perla mi cara. De alguna manera siento que algo malo va a pasar, y yo creo que tengo razón. Casi muero al ver a mi cuaderno en manos de mi padre. Él, lentamente, pasa las páginas y lee casualmente, como si no hiciese nada malo. Para empeorar las cosas, todo el público siente curiosidad y centran su mirada en el libro.
—Sabes —apenas escucho la voz de mi madre a mi lado—, los maestros tienen el derecho de confiscar cualquier cosa no relacionada a la escuela.
Inclino la cabeza hacia un lado y veo un guiño dirigido a mí. ¡¿Cómo puede ser esto?! Más importante aún: ¿Desde cuando ella sabe mi secreto?
Casi llorando, siento que me han quitado mi libertad. Yo no quiero esto. Es cierto que tengo un deseo silencioso que la gente lea mis obras, sin embargo, es todavía demasiado temprano e intempestivo. No puedo soportar cosas como estas.
Estoy a punto de salir del estudio, haciendo caso omiso a mi madre, cuando de repente, mi peor pesadilla: Un proyector brilla sobre mí. Estoy tan sorprendida que antes de darme cuenta me he convertido en el foco de atención. ¡Que vergüenza!
—¿Adónde vas?
Quedo congelada en donde estoy, por su voz. Lo veo caminar por el escenario y dirigirse hacia mí, todavía con mi libro en la mano. Incluso con una hija inútil de quince años de edad, todavía se pueden ver los hermosos rasgos de su juventud que no desaparece.
Por fin se detiene, justo frente a mí. Siento mi cuerpo aturdido por su presencia. Todo el estudio en silencio, algunas personas toman fotografías y -para mí-, estoy segura que esperan ver lo que va a ocurrir a continuación.
Mirándome fijamente a los ojos, susurra apenas abriendo los labios.
—¿Por qué siempre huyes?
Me muerdo el labio inferior, buscando las palabras adecuadas. Sin embargo, con gente mirando… creo que es mejor permanecer en silencio. ¡Pero realmente quiero protestar!... aun así, ¿verdad?
—Papá… yo —digo en voz baja, pero eso es todo. Nada más sale de mis labios.
Para mi sorpresa, con una mano me acaricia el pelo largo y castaño. Lentamente, levanta el libro con la otra mano.
—Esto está muy bien escrito. —Sin prestar atención a mi cara color rojo oscuro continúa—. No hay necesidad de ocultarlo por más tiempo, el mundo quiere leerlo.
Debería de haber sido feliz por sus palabras; eso significa que mi sueño se está haciendo realidad. Sin embargo, ¡todavía no estoy lista! ¿Y Cómo podía decir que es una bella obra? Sé que es su campo… ¿Pero esperar de un antiguo y temible samurái un comentario sobre una historia romántica?
Por un momento, me olvido que es una historia sobre su vida, que me ha inspirado a escribir. Una suave sonrisa curva sus labios, siento que mamá viene y me abraza por detrás. ¡Oh, Dios mío, ella es la fuente de este problema!
Sin embargo, antes que pueda decir nada, mi padre me ha sacado las gafas. No sé cuál es su propósito, pero no es nada cómodo. No puedo ver claramente sin mis gafas gruesas y grandes. Y también, son mis escudos para protegerme del mal del mundo exterior.
—P-papá —estrecho mis ojos en medio de imágenes borrosas—, por favor, devuélvemelas.
—¡Saitō-san, tienes una hija preciosa!
Creo que mis oídos me están engañando ¿Preciosa? ¿Qué? Nunca nadie me dijo eso ni nadie me ha dicho jamás que soy bonita y hermosa. Para ellos, yo soy una nerd, una simplona y fea.
Pero después de varios segundos, los gritos siguen aumentando. Algunos de ellos son acerca lo delicioso que es descubrir la identidad de una nueva escritora y los otros dicen que heredé la mejor característica de mi padre y que he escondido durante todo este tiempo: sus ojos azules. No sé, yo apenas puedo escuchar sus palabras… probablemente solo me compadecen.
—Me recuerdas a mi antiguo yo —susurra mi madre a mis espaldas—. No seas negativa, ¿de acuerdo? Eres nuestro sol. Eres hermosa de la manera que eres.
Esta vez, ignoro por completo el entusiasmo de la audiencia y gruño molesta
—Mamá, para ti es fácil hablar así. Pero yo soy diferente, soy solo una fea ne…
—¿Quién? —Mi padre me corta la palabra—. ¿Quién se atreve a llamar fea a mi hija?
Me congelo al escuchar su voz grave. Pero ahora que lo pienso: nunca nadie me llamó fea. No puedo dejar de pensar. Tal vez, el problema está dentro de mí. Tal vez fui yo quien se ha negado al mundo, mientras que el mundo nunca me ha hecho mal a mí… siento como un déjà vu. Esta cuestión de la confianza me está matando…
A medida que los focos se encienden, junto con la aguda mirada de mi padre y el abrazo de mi madre, quien nunca me soltó, me acabo de dar cuenta que he estado ciega todo este tiempo. Repito el mismo error que mi madre cometió en su pasado. Sin embargo, aun así, ella tuvo la suerte de encontrar a alguien que la trajo de vuelta a la realidad, donde estoy sola…
Pero… como respuesta a mi depresión, de repente, un montón de periodistas corren hacia mí. Parecen emocionados. Me empiezan a hacer muchas preguntas con respecto a mis trabajos. Como dije antes, no me gustan las multitudes, pero esta vez me siento diferente. Sus ojos muestran un entusiasmo y su tono me dice que ellos realmente quieren saber sobre mí. Yo, esta invisible y friki buena para nada.
Ente el ruido oigo a mi padre decir:
—¿Ves? Todo el mundo tiene su propio talento. Pero es la elección de la persona si lo quiere desarrollar o no.
—O en su caso, con un empujón —acota mi madre, riendo. ¡Hey! ¿No se dio cuenta de que hizo falta un «empujón» en su caso también?
Milagrosamente empiezo a relajarme. No es tan malo como pensé… Me empiezo a sentir orgullosa. Ya no me avergüenzo de mí misma, de mi tesoro escondido. Todavía no puedo responder a la prensa y a sus preguntas, solo sé que no sé cómo hacerlo, pero ahora sé que no estoy sola.
Con la ayuda de mis padres, probablemente deba tratar de abrir mi corazón. Debo ser fuerte y mantener una actitud positiva. Hay tantas cosas de las que preocuparse, como la reacción de los lectores al soltar mis historias, o si la gente piensa que solo tomo ventaja del renombre de mi padre.
Sin embargo, aparte de esas malas posibilidades, hay un montón de cosas por las que estar agradecidos. Y, durante todos estos años, nunca las he visto, me he negado a verlas, para ser exactos… con una sonrisa formada en mi cara; la primera sonrisa frente a las multitudes, contesto las preguntas de los reporteros con el silencio. Esta vez solo estoy sonriendo, pero la próxima vez me comprometo a hacerlo mejor.
Estoy segura que voy a ser tan brillante como el sol y a olvidarme de todas las cosas desagradables algún día. Por lo menos, se ha iniciado aquí y ahora. ¿Necesitan pruebas? Muy bien, por ejemplo, se me olvida preocuparme que este programa se transmita en vivo y que todo el Japón me esté mirando ahora.
Quién sabe, tal vez el milagro que ha dominado la vida de Saitō Hajime y Yukimura Chizuru ha decidido prevalecer una vez más.
Y tal vez, solo tal vez, lo hará.
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—¿Un review en forma de pétalo para lunar9ueen & Jaz?
Notαs lunαr9ueen:*tiempo pasado*…*tiempo presente*… Jaja, disfruté haciendo el cambio de tiempos; puede que haya errores, pero espero que no importe ^_^
[…] ¿Qué es exactamente lo que escribo? [...]
De todos modos, ¡gracias por leer y comentar! ^_^
Pétalos de tiempo: El sol. 21 de abril del 2013.
Bitácorα de Jaz en su lαbor de trαductorα αmαteur: El review con la solicitud de traducción lo envié el 24 de abril del 2013 y la respuesta me llegó el 01 de mayo del 2013, vía mensaje privado.
Recuerdo con cariño lo adorablemente dulce que fue la autora conmigo durante las charlas antes y después de haberlo publicado. En honor a ella, es menester corregir todos los errores posibles que tuve la primera vez.
Afsdfafsdfa. ¡Adoro esta historia! Seeep, tanto como a su predecesora. El toque romántico y el drama son justos. Además, ¿quién no se sintió alguna vez como la hija insegura de Saitō? Es mentiroso quien afirma lo contrario XD. Es una lástima que la traductora del long!fic lo haya dejado en el capítulo tres :c.
Editαdo el 05 de Octubre de 2014, domingo. Los juegos de la autora con los tiempos verbales son un parto, pero valen la pena.
¡Jajohecha pevê!
