¡Hola! :D

Sí, sé que debería actualizar Tinta. Sí, sé que debería publicar la secuela de OTWO. Pero me he dado cuenta que mi perfil está muy vacío de historias (en comparación con todas las que tengo en borrador. En serio, son muchas). Hoy, husmeando entre mis borradores, me he encontrado con esto. No creo superarlo nunca. Lo he escrito hace tiempo, y necesité solamente pulirlo (lo que significa oír la canción nombrada en este primer capítulo unas... doce veces, y descojonarme varias veces imaginándolo todo). No me ha quedado mal, ¿eh? xD

Así que vamos con las cosas profesionales, y ya.


Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling. Todas las canciones mencionadas aquí son propiedad de sus respectivos autores. Las gafas hipsters son eso, propiedad de los hipsters (o no). No sé qué más decir. Hashtag nuevo fic hashtag crack fic, humor, parodia, etc.

Summary: Tom Riddle es un mago oscuro que quiere conquistar el mundo bajo el nombre de Lord Voldemort. Harry Potter canta en YouTube. La verdad, ninguno tiene idea de cómo terminaron juntos.

Advertencias: No, no habrá muerte de personajes (hasta el momento no llevo planeada ninguna). No, no habrá torturas, violaciones, descripciones gráficas de violencia, quizá ni habrá smut explícito... Lo único que habrán serán situaciones extrañas entre un mago que graba covers y los sube a YouTube, y un Señor Oscuro queriendo erradicar a los muggles de la Sociedad Mágica. Situaciones ilógicas, inverosímiles, no sé qué más deciros, ni yo sé de dónde ha salido esto.

Os pongo en clima: ambientado en la actualidad. Poned los nacimientos de Harry y Tom en la fecha que os plazca que coincida con una relación adulta post-Hogwarts en la que ambos han ido juntos a Slytherin con cuatro años de diferencia. Creo que dar más información sería bastante spoiler de lo que llevo planeado para la historia.

No tengo más que decir.

Ojalá os guste.

xoxo


El mago y el YouTuber

1. Despacito

Dedicado a todos los chóferes de autobuses, vecinos, compañeros, colegas y amigos que la han puesto una y otra vez reiteradamente para que todos los demás, personas que no tenemos dinero para tapones de oído (o en su defecto auriculares que funcionen de ambos lados), debamos oírla. Va para vosotros.

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Tom Riddle pasó la página de su libro. Soltó un suspiro. A su derecha, el sonido de la ducha era interrumpido por una voz distorsionada.

Ya, ya me estás gustando más de lo normal —cantaba en un mediocre español—, todos mis sentidos van pidiendo más, esto hay que tomarlo sin ningún apuro… des-pa-cito…

Tom hundió sus dedos entre el cabello. Harry siguió cantando.

¡Quiero ver bailar tu pelo, quiero ser tu ritmo! Que le enseñes a mi boca, tus lugares favoritos…

Tomó aire. Sentía que había una vena al borde de estallar en su frente.

El agua de la ducha seguía cayendo. La voz seguía resonando.

Tom decidió ignorarlo.

¡DES-PA-CITO!

—¡HARRY POTTER! —acabó gritando Tom. Harry calló.

—¿Sí, Tom? —preguntó Harry, cerrando la ducha. Segundos después el muchacho, con los ojos entrecerrados y el champú chorreándole por los cabellos, empapando todo el suelo, se asomó por la puerta entreabierta.

—¿Podrías, por favor, en el nombre de Merlín, dejar de cantar eso? —rogó Tom. Harry sonrió.

—¿No te gusta? Es muy popular actualmente.

Tom fingió una sonrisa.

—No, no me gusta.

Harry mordió su labio.

—Lo siento.

Volvió a la ducha. Lo único que se oyó fue el caer del agua contra el suelo. Tom disfrutó del silencio y siguió leyendo.

Los Caballeros de Walpurgis ya se estaban marchando. Todos, uno a uno, besaron los pies de su túnica y se marcharon con rapidez, antes de que el poderoso y malvado Lord Voldemort decidiera que debía castigar a quien respirara descoordinadamente (lo cual era un miedo estúpido; Lord Voldemort nunca había castigado a nadie solo por respirar descoordinadamente).

Tom Riddle estaba feliz. Muy feliz. De sus labios manaba una canción, más que letra, una melodía. No recordaba dónde la había oído por última vez. ¿Tal vez en la Radio Mágica? No lo sabía. La canción era pegajosa, y a medida que la iba tarareando en voz realmente baja, se iba dando cuenta que realmente le gustaba.

—Mi Señor… —Lucius Malfoy, a su espalda, le miraba con pánico. Tom Riddle detuvo su tarareo para voltearse. Su mano derecha aún no se había ido.

—¿Ocurre algo, Lucius? —preguntó, de forma ácida. El hombre parecía estar entrando en pánico.

—Mi Señor… no sé cómo decirle esto… —tenía las manos unidas, como si fuera un muggle rezando. Voldemort volteó la cabeza y extrajo su varita de su bolsillo. Alzó la cabeza del hombre con ella.

Lucius Malfoy parecía estar al borde de orinarse encima.

—Habla, Lucius, no me hagas perder el tiempo.

—Está tarareando Despacito —dijo, diciendo el nombre de la canción con un español incluso más mediocre que el de Harry esa mañana.

Tom Riddle alzó una ceja.

—¿Y qué se supone que es… eso?

—Una canción… muggle.

La maldita vena en la frente de Voldemort parecía que iba a estallar, provocarle un derrame cerebral, provocarle una muerte que ninguno de sus horrocruxes podría lidiar.

¿Muggle? —preguntó, con desprecio.

Lucius asintió, con pánico. Voldemort bajó la varita.

—Vete, Lucius. Y no menciones esto con absolutamente nadie.

Lucius no necesitó que se lo dijeran dos veces. Prácticamente se desapareció de la sala de reuniones.

Tom tomó aire varias veces, controlando sus impulsos homicidas. Luego que estuvo seguro de que no ahorcaría a Harry, se deslizó por los pasadizos que dirigían a la parte de la mansión que su joven amante habitaba.

Con sólo adentrarse pudo sentir las vibraciones. Las bombillas eléctricas en los techos, las fotografías muggles en las paredes. Todos los Caballeros de Walpurgis tenían restringida la entrada a aquella parte de la mansión exactamente por ese motivo.

Fue directamente al estudio de grabación de Harry. No estaba insonorizado como a él le gustaría, por lo que, a medida que se acercaba, podía oírle cantar. Su voz suave y delicada resonaba a través de las paredes.

Tú… tú eres el imán y yo soy el metal —entonaba— me voy acercando y voy armando el plan…

Tom abrió la puerta con demasiada fuerza. Tal vez había usado una ola de magia sin controlarse, porque de pronto, los suministros eléctricos fallaron. Harry, enfocado por una cámara de alta generación conectada a un ordenador portátil, le fulminó con la mirada.

—¡Tom! —regañó. Luego de unos segundos, las luces parpadearon y volvieron a encenderse. El ordenador portátil no había sufrido el apagón, ya que tenía sus buenas seis horas de batería luego de desenchufarse. Aun así, la pantalla vibraba, demasiado iluminada en el cuarto en penumbras.

Los aparatos eléctricos, definitivamente, no iban con la magia.

—Harry Potter —Tom esbozó una sonrisa angelical, reparó en los pequeños detalles de Harry (como que llevaba ropas muggles, gafas gruesas de marco cuadrado en la parte superior y redondeados en la parte inferior, como en cada uno de sus vídeos), y en la guitarra entre sus manos—. Puedes explicarme… ¿qué hechizo usaste conmigo?

Harry alzó la ceja.

—¿Como "qué hechizo"?

—Fue muy astuto de tu parte —Tom se paseó por el estudio de grabación. La pared era de color verde claro, y una bufanda de Slytherin colgaba de la pared, en forma de decoración. Tom aún recordaba cómo, en su quinto año, el vástago de los Potter había decepcionado a toda su familia entrando a Slytherin. Él, Prefecto, se encargó de hacer que la vida del chico Potter no fuera tan imposible como sus compañeros juraron hacérsela—. Hechizarme mientras yo no lo esperaba. ¿Qué usaste? ¿Algún hechizo de coacción? ¿Algún tipo de Imperius más imperceptible?

Harry parecía estar tentándose de risa.

—Oh, vamos, Tom —puso los ojos en blanco—. ¿De qué hablas? Sabes que la magia no existe —remarcó, lanzando una mirada casi desesperada hacía la cámara.

Tom lo ignoró.

—De lo que hablo, Harry —Tom avanzó y le quitó la guitarra. La dejó a un lado, sabiendo que, si se la rompía, la próxima que Harry le hiciera comprar sería el doble de cara—, es de la canción que has estado cantando hoy en la ducha.

—¿Despacito? —dijo. Su pareja asintió—. ¿Qué tiene que ver esa canción con algún tipo de locura tuya?

—¡LA HE ESTADO CANTANDO! —acabó por gritar Tom. Harry le observó atentamente unos largos segundos, comprobando la veracidad de sus palabras, antes de echar a reír a carcajadas.

—¡MERLÍN! —chilló Harry—. Oh, vamos, quiero oírla.

Tom frunció el ceño.

—No.

—Vamos, Tom —Harry se levantó de su butaca y rodeó el cuello de Tom con sus brazos—. Canta conmigo.

Tom cerró los ojos. Si Harry le miraba con esos ojos, no era capaz de negarse a nada.

Si… —comenzó Harry— sabes que ya llevo un rato mirándote…

Harry separó las manos del cuello de Tom. Unió sus dedos a los de su novio, consiguiendo que hiciera una pobre imitación de baile.

Tengo que bailar contigo hoy —cantaron ambos, la voz de Tom ligeramente más desafinada que la de su amante, aunque con un español más aceptable. Harry rió y siguió—. Vi que tu mirada ya estaba llamándome… muéstrame el camino que yo voy…

Harry comenzó a mover las caderas, riendo y bailando. Tom dejó que una sonrisa genuina cruzara por su rostro. Le hizo girar en sus brazos, bailando como aquella vez en la fiesta del Torneo de los Tres Magos, el baile de navidad al cual Tom, terco como mula, había invitado a un muchacho de tercer año estando él en séptimo. Harry Potter lo había besado descaradamente aquella noche, tal como hizo en aquel momento, enredando sus dedos al cabello negro de Tom.

Despacito —cantó en sus labios. Harry Potter se había transformado en pura sensualidad— quiero respirar tu cuello despacito, deja que te diga cosas al oído, para que te acuerdes si no estás conmigo…

—Joder —gruñó Tom—. Quiero follarte.

—Si vas a hacerlo, que no sea frente a la cámara —pidió Harry, con un deje de burla en su voz. Tom se apartó ligeramente.

—¿Por qué no?

—Porque está encendida. Grabando. Transmitiendo en vivo a Facebook a todos mis seguidores.

Tom lanzó una mirada de pánico a la cámara, y luego al ordenador portátil. Luego, observó el teléfono móvil de Harry, un iPhone 6S Plus con funda verde y plateada, transmitiendo los datos móviles para que haya una conexión apta de internet.

—Apaga esa cámara —ordenó Tom. Harry echó a reír a carcajadas, acercándose a la cámara.

—¡Muy bien, chicos, creo que os deberé la cover para otro día! —dijo, burlón, como si en vez de tener un aparato electrónico tuviera en frente a una multitud—. La he estado practicando bastante, ¿no es así? ¿No creéis que mi español ha mejorado un poco?

Tom se apartó del ángulo de la cámara. Era capaz de oír –sí, oír, en su mente pero tan claras y reales como si estuvieran allí frente a él– las risas de cientos de muggles detrás de sus aparatos electrónicos. Sentía la vena en su frente arder, latir y un dolor de cabeza darle impulsos homicidas. Cuando Harry finalmente apagó la cámara y se encargó de apagar todo aparato electrónico (desconectar el Internet de su teléfono, apagar el ordenador y desconectar la cámara), Tom volvió a acercarse a él.

—¿Listo para la diversión, mi Señor Oscuro? —preguntó Harry, abrazando a Tom. Tom sonrió con picardía. Cargó a Harry en sus brazos, las piernas de Harry rodeando su cintura, y de esta forma lo llevó hasta la habitación.

Como la habitación era una de las zonas donde Tom solía pasar bastante tiempo no tenían conexiones eléctricas. Tom arrojó a Harry a la cama, y Harry sonrió, radiante, antes de que su mirada cambiara a preocupación cuando observó a su pareja levantarse y salir de la habitación dignamente.

Harry se acercó a la puerta e intentó abrirla. Cerrada.

—Tom —murmuró—. Tom, vamos, ábreme. Esto no es divertido.

Tom no abrió.

—Tom —insistió Harry—. ¡Tom!

Comenzó a golpear.

—¡Tom Marvolo Riddle! —chilló Harry. La voz de Tom sonó amortiguada.

—¡Canta ahora, Harry!

Harry torció el gesto y se arrojó a la cama, gruñendo, frustrado.


Lección número 1 (de un YouTuber conviviendo con un Señor Oscuro):

Nunca pegarle una canción a Tom Riddle (a.k.a. Lord Voldemort), o te castigará sin sexo hasta que consiga apartársela de la cabeza.

Anotación de Harry Potter:

Y te encerrará en la habitación que comparten mientras intenta comprender la tecnología muggle para borrar de todas las redes el vídeo donde aparecen juntos.


He encontrado una definición nueva de "me fui al demonio".

Sigo sin saber qué es esto. Sólo sé que será bastante suave y fácil de escribir. No serán capítulos muy largos. Serán canciones conocidas y populares (o tal vez no tanto... ya veréis. ¿Tenéis algunas sugerencias?).

No tengo mucho más que decir. Me gustaría saber, por favor, qué opináis de esto. Sé que ha sido bastante extraño, y espero, POR MERLÍN, que no hayáis huido al leer el título del capítulo. Podéis flipar conmigo. De veras. Los siguientes capítulos no serán tan extraños (o sí. No os prometo nada).

Os amo por leerme. Os amo por dejarme reviews. Os amo por favoritearme y por followearme. Simplemente os amo :')

Gracias a todos por leer, por llegar hasta aquí... apuesto que no os esperabais nada de esto, ¿eh? *risas histéricas*

Besos preciosos cargados de labial.

xoxo~

...

DES-PA-CIROU. QUIERO RESPIRAR EN TU CUESHO DESPACIROU, DEJA QUE TE DIGA COSAS AL OIDOU, PARRA QUE TE ACUERDES ZI NO EZTAS CONMIGOU...

Ay, no lo supero. Basta. Adieu. x'DDDDD (when las notas de autor son incluso más largas que el capítulo. Ah, vale, ya, hasta la vista *guiño guiño*).