¡Hola! Pues, no se que decir. Me encontraba en la encrucijada de festejar (me gustan mucho los festejos) o de descansar. Mi idea original era descansar un poco después de tanto escribir y dedicarme menos a la hermosa tarea de teclear. Y pues ya saben que ganó jeje. Espero no haber equivocado el camino.
Es Johnlock, por lo menos toda este capítulo, aunque no descarto que los siguientes prompts sean Mystrade o algo así. Están centrados en situaciones de la vida cotidiana, en teoría cada historia corresponde a un día de la semana. Es decir, el primero ocurre en lunes, el último en domingo. Pero eso es solo informativo realmente, algunos podrían ocurrir el mismo día. Son ideas un poco sueltas, pero ligeramente ligadas por lo bonito del Johnlock.
Cada historia es escrita una por día. Es decir, en cuanto sale la palabra me dedico un ratito a pensar en una situación. Los drabbles no son ligados, se puede leer el que más les guste. Conforme avancen los números, la relación de estos se ira estrechando. La mayoría de drabbles serán de comedia, aunque depende de como avance los prompts, tal vez salte al drama en uno u otro.
Me divertí escribiendo "No siempre la razón", "Incursión espía" y "Una propuesta inusual". Sobre todo el último. "La mejor promesa" me recordó un poco a la boda, pero no se situa ahí. En fin, muchas pequeñas viñetas, ya me comentaran cual fue su favorita.
Disclaimer: Los personajes aquí me presentados no me pertenecen. Le pertenecen a Conan Doyle y en la versión de la BBC a Steven Moffat y Mark Gatiss. Si los personajes me pertenecieran, Sherlock no sería tan sexy y John admitiría que sus suéteres son solo una manera para que el impecable estilo de su compañero de piso se luzca. O por que son suaves.
Si desean comentar, pueden hacerlo con el nombre o número de cada drabble. Están acomodados en que esta en un solo capítulo para que puede leerse más rápido, ya que son muy cortos.
"Estos drabbles participan en la actividad "¡Escribe si puedes!" para el 4 Aniversario del foro I am sherlocked"
1) "No siempre la razón"
Prompt: "Si tú lo dices..."
—El día de hoy no creo que llueva—Dijo John la mañana de un lunes mientras se negaba a usar uno de sus ridículos suéteres. Era una bonita tarde de verano, por lo que la probabilidad de lluvia era escasa. El sol pegaba en lo alto del cielo, no había nubes y pintaba para ser una de esas tardes apacibles que se podían disfrutar. —De hecho el día esta tan lindo que no llevare paraguas alguno— Menciono el ex-médico militar tomando sus llaves con intención de salir del apartamento.
—Si tú lo dices...— Sherlock ni siquiera se inmuto en despegar la vista del microscopio —Pero yo siempre llevo mi abrigo por una buena razón.
—La razón es que te gusta el misterio y parecer una especie de vampiro anticrimen. No puedes tener siempre la razón en todo — Y diciendo eso, el doctor Watson salió del 221B de Baker Street dando un portazo.
La mañana y la tarde pasaron tranquilas en la consulta para John, hasta que llegó la hora de irse y, para su horror vio la densa lluvia caer. Por mucho que corrió, se refugio e hizo lo mejor, al no haber cargado con paraguas o abrigo alguno se vio empapado en cuestión de segundos. Se le había olvidado en que ciudad vivía.
Cuando la puerta del departamento se abrió y deposito a la sopa de persona que era en la entrada, solo se le ocurrió decir con un tono de profundo resentimiento:
—Algún día te equivocaras Holmes — Antes de entrar a la baño a quitarse el frío y poder secarse un poco.
—Si tú lo dices es probable. No siempre tengo la razón — Dijo Sherlock a modo de respuesta antes de soltarse a reír. Solo esperaba que esa equivocación no
tuviera que ver nada con sus sentimientos.
2) "Sin soledad"
Prompt:Alguien a quien amar.
Sherlock sabía perfectamente como estaban las cosas. El estaba enamorado de John y John no lo sabía. Lo que era peor que la ignorancia es que, con toda probabilidad no correspondía a sus sentimientos. ¿Le deprimía la idea? Por supuesto. No era tan inhumano. Al fin y al cabo no era nada alentador vivir con alguien por quien estarías dispuesto a dar la vida, que sabes que esa persona mataría por ti y aun así,cada noche dormir con el pensamiento de que existe alguien a quien amar pero que es imposible amar.
A veces perdía toda la esperanza de que John se diera cuenta de algo, era tan ilógico un sentimiento así. Pero en otras ocasiones llegaba Watson y destruía sus ideas. Cuando pensaba que solo eran conocidos le llamaba "compañero", pero el mencionaba "somos amigos" y John se rebelaba ante la idea. ¿Cómo aspirar a algo más si ni siquiera sabía que eran? Odiaba las etiquetas, pero le ayudaban a poner sus pensamientos en orden.
Cuando era chico soñaba con eso, con tener una persona para darle amor. Mycroft no era el tipo de hermano cariñoso, y el sentimiento más cercano que había tenido al amor se lo había proporcionado la lealtad de Barbaroja. Pero John, él era diferente, siempre lo había sido.
Al menos ya no estaría solo, por que ya había escogido que, sin importar donde estuviera, su corazón estaría en buen resguardo en las hábiles manos del doctor y ex-soldado, John Hamish Watson.
La soledad había acabado, por que ya había encontrado a alguien a quien amar.
3) "La mejor promesa"
Prompt: "Una promesa es"
Hay personas que hacen promesas para romperlas. Yo, John Hamish Watson, he visto a las personas romper una y otra vez miles de promesas. De toda clase y tipo.
Personas que se juran amor eterno pero que a los dos segundos se abandonan. Personas que juran fidelidad y engañan al primer cambio. Un largo desfile de palabras vacías y sin sentido.
Y ahora, estoy aquí sentado oyendo hablar a un hombre que, todos piensan que no puede prometer nada. Por que hacer una promesa es hacer un compromiso. Y para comprometerse hay que tener en claro las ideas y los sentimientos. Sherlock Holmes no es la primera persona que uno pensaría empeñaría una palabra. Pero, como todo en este hombre imposible, se esta equivocado si se piensa así.
Por que si, Sherlock Holmes no es lo que uno pensaría una persona de promesas. Pero es quien mejor sabe cumplirlas.
—Yo prometo que pase lo que pase, siempre estaré aquí para ti— Me dice mirando al frente. Son palabras sencillas que, para otros no tienen ningún valor. Pero que para mi me aseguran que contaré con él hoy y siempre.
Pero la mejor promesa es la que se cumple. Y sé que este sociópata altamente funcional son de esas personas con las que no se puede bromear por que cuando dice que algo va en serio.
Tengo su promesa de que estaremos los dos juntos siempre. Aunque no se a que se refiere con exactitud.
4)"El palacio mental y yo"
Prompt: Concentración.
Coche azul. No, negro. Con ventanas de vidrios polarizados. Llantas R14. Nuevas, auto nuevo. Un modelo llamativo. ¿Audi? Si, algo así. Tuvo que pasar sin ser visto. Dos pasajeros. No, eran cuatro pasajeros. Una persona en la cajuela.
—Sherlock, voy a dormir ¿Necesitas algo?— John miraba a su amigo que tenía los ojos cerrados y parecía no prestar atención.
¿A donde lleva la ruta? La ruta lleva al escondite. Las cámaras deben saber donde están. Momento, ¿John dijo algo? No lo creo. Debo concentrarme. Correcto.
Ruta de escape. Solo hay tres calles posibles. Dos de las cuales son principales, hay que evitar las cámaras. Las cámaras de seguridad de tránsito se ubican en sitios ocultos en las calles que no son principales... ¿Huelo a té?
—Sherlock, te dejo una taza de té en la mesilla. Por favor, procura cenar y dormir, luces agotado. Buenas noches — Se que John no hizo nada para interrumpirme. Pero, ya lo logró con el simple sonido de una tacita de té. ¿Qué no se da cuenta que estos gestos son los que me desconcentran?¿Cómo se supone que resuelva esto si hizo té? Y no solo hizo té, hizo mi favorito. Como me gusta. El aroma impide que piense en cámaras de seguridad. Por eso no como mucho cuando estoy en un caso. ¿Cuando fue la última vez que comí algo? Claro, esta mañana, por eso el simple olor me distrae. Gracias cuerpo humano por delatarme y ser tan imperfecto. Resoplando de furia, tengo que ir a atender a esa taza de té.
John Watson, la única cosa que me saca de mi palacio mental. Me dan ganas de matarlo, en el sentido figurado claro esta. Soy un sociópata no un psicópata, nunca le haría daño, aunque creo que me desconcentró a propósito. Y no le cuesta trabajo sacarme de mi palacio mental, por que él tiene un lugar permanente en mi cabeza. Así que se deslizó en mis ideas fácilmente, las revolvió y me obligó a parar y tomar la cena.
Gracias John por el té. Mientras le doy un sorbo me doy cuenta que aparentemente ya se la ruta que tomaron esos secuestradores. Siempre que pierdo la concentración, mi distracción favorita me hace encontrar la respuesta. Buenas noches doctor Watson, como siempre, abres puertas en mi palacio mental. Solo tú me distraes de la manera correcta.
5)"Incursión de espía."
Prompt: "Peligro es mi segundo nombre..."
Sherlock Holmes daba vueltas por el departamento. Aunque le doliera reconocerlo era humano y a esa hora de la madrugada moría de hambre. Y no había nada en la cocina, estaba seguro. Si se iba a dormir desperdiciaría el tiempo que podría aprovechar para estar en su palacio mental, pero si no dormía su estómago tampoco le dejaría pensar.
Estaba furioso con John ¿Cuál se suponía que era su función en esa asociación anti criminal si no era la de llenar la nevera? El ser médico de cabecera era una, y el ser tirador experto otra. Pero eso no le daba el derecho de evitar poner el pan y la sal en la mesa.
Cuando de repente se le ocurrió una idea maravillosa: ir a robarle comida a su casera. Sería muy sigiloso, y la señora Hudson nunca se daría cuenta. Se levantaría más tarde en la mañana a ver el desastre y no sabría lo ocurrido. Era una idea brillante.
Con su plan trazado, bajo sigilosamente las escaleras, como un gato a medianoche. Utilizó una navaja para abrir la puerta de su casera y entró. En cuanto puso un pie en ese lugar de 221B, la nariz se le lleno de un delicioso aroma. No solo había comida, había comida especial: galletas, pasteles, postres variados. El mejor robo de la historia. Bueno, préstamo de víveres, no podía ir tomando el robo a la ligera.
Y así, en silencio, cogió un plato y comenzó a poner lo que encontró, hasta que la luz de la cocina cayó sobre el mientras tomaba una rebana de pastel de chocolate.
—Jovencito, si quieres seguir ejerciendo tu profesión baja esos cupcakes— La señora Hudson estaba vestida y con delantal. Toda esa cantidad de comida la había preparado para la fiesta de una de sus amigas y por eso se había levantado temprano.
—¿Y si no lo hago? — El tono desafiante de Sherlock decía que no iba a ceder.
—Conocerás que soy más peligrosa que el Moriarty ese — Y para demostrarlo empuñaba un rodillo de cocina con restos de harina.
—Lo siento señora Hudson, pero peligro es mi segundo nombre —Y salio del departamento de su casera por la ventana con el botín.
Después de haber engullido todo, entró a la sala pasando por delante de la muy molesta señora Hudson. Ya sentado en su sillón favorito escuchó los pasos de John y vio como bajaba las escaleras visiblemente molesto. Unas horas más tardes, regresó con bolsas cargadas de comida.
—Los demás no tenemos que soportar tus horribles hábitos Holmes. Ya me fui a disculpar la señora Hudson —John siempre se preocupaba por esos detalles. Siempre mejorando su reputación. Pero olvidaba cosas sencillas como que también le daba hambre.
—Gracias John—Contestó sinceramente Sherlock— Oh, espera, parece que tenemos cliente —Sherlock se había acercado a la venta en cuanto oyó el timbre.
—Te buscan Sherlock Peligro William Scott Holmes — Sonrió John antes de que la puerta se abriera. Era la venganza de ahora en adelante por haber robado la comida. Y Sherlock no dijo nada, era parte de su castigo. John era el único que podía llamarlo como quisiera, siempre y cuando usará ese tono amable, ese que lo hacía sentir como parte importante de otra persona. Pero ya se le ocurriría algo por que nadie usaba su nombre tan libremente sin pagar las consecuencias.
6) "A cielo abierto"
Prompt: Estrellas
—No me gustan los casos al aire libre John — Sherlock como siempre refunfuñaba de su suerte en los casos. Se hallaban en un campo abierto, al que había tenido que ir los dos, después de que John se quejara de que siempre lo dejaba solo.
—¿Y por que no? Yo encuentro una paz inmensa en el campo — A John siempre le había gustado respirar el aire del campo, la tranquilidad de los árboles, el cielo despejado. Era todo lo contrario a vivir con Sherlock.
—Las personas del campo comenten peores crimines. Es una sociedad en donde tiene más libertad y más tiempo para pensar.—Apuntaba mientras asacaba su lupa para revisar el cadáver.
John no estaba de acuerdo con la idea pero no iba a decir nada, por que era tarde y pronto caería la noche. Desgraciadamente para él, Sherlock se había tardado tanto en reconocer el lugar que no les quedo más remedio que quedarse en una posada cercana para regresar al día siguiente.
Todo hubiera sido tranquilo si, como de costumbre, no lo hubieran hecho compartir habitación con Sherlock. Al menos en esa ocasión se habían portado más decentes y les habían asignado una con camas gemelas. Se encontraba tan cansado que estaba dispuesto a soportar a su amigo con tal de que lo dejara dormir. Pero se sorprendió al verlo parado cerca de la ventana.
—¿Qué haces? — John siempre se preocupaba cuando veía a su amigo cerca de la ventana. Se le figuraba que algo los atacaría.
—Tan solo veo el cielo y me pregunto algunas cosas— Y ahí estaba, el Sherlock filósofo que normalmente tocaba su violín a las dos de la mañana.
—¿Qué? ¿Lloverá acaso? —John se acerco a la ventana y se paró al lado de su amigo.
—No, si este cielo hace la diferencia en el carácter— Sherlock pensaba que un cielo así incitaba a muchas cosas.
— No creo, las estrellas se ven iguales en todos lados —De hecho, las estrellas brillaban en lo alto del cielo casi igual que en Baker Street.
—¡Estrellas! Esas cosas que murieron antes de que las veamos — Sherlock se veía perdido. Como cuando entraba a su palacio mental. Pero mucho más relajado, hasta sonriente se diría.
—Bueno, nos gustan las estrellas por que son cosas que vemos pero no podemos alcanzar —Apuntó John cuando su amigo volteo a verlo. Y no solo había estrellas en el cielo, los ojos iridiscentes de su amigo las reflejaban. Era un espectáculo maravilloso, como una pequeña galaxia rodeada de un iris imposible. Tal era la admiración que, involuntariamente, el doctor Watson había retenido el aliento.
—Si, hay cosas que no podemos alcanzar — Detrás de la voz de Sherlock había pena, pero el roncó susurró combinaba con el brillo en sus ojos que se había encendido y que rivalizaba con la luna. A ambos les saltó el corazón al sentirse atrapados bajo las estrellas.
El campo si que cambiaba el carácter de las personas por que, los se despegaron de la ventana al mismo tiempo. Habían sentido como, por un instante, la misma estela de pensamiento los había cruzado: ¿Qué tal serían los labios del otro bajo el cielo lleno de estrellas? Pero ambos desecharon la idea, y prefirieron descansar.
7) "Propuesta inusual"
Prompt: "Ve más despacio"
—Sherlock detente, ve más despacio— La voz del doctor Watson salia entrecortada. La falta de aire lo hacía marearse.
—No puedo John, ya casi lo logro — Sherlock hablaba en un sonido bajo y gutural. Era un ronco susurro que denotaba la concentración de detective consultor.
—Si, pero no fue mi idea, fue la tuya — John estaba un poco arrepentido por haber aceptado la propuesta de su amigo. Era cierto que lo necesitaba, pero Sherlock era quien había insistido. Él había querido hacerlo desde hace mucho tiempo. Pero, por más que lo pensara, sentía que estaba cometiendo un error.
—Pero es por que siempre insistes en que no hago nada por nosotros — Había una nota de reclamo. Esa era la manera perfecta de hacer algo el uno por el otro.
—Yo no creo que esto mejore nuestra relación — Dijo el doctor cuando sintió el dolor recorrerle el cuerpo. Era incomprensible como se había sometido a las manos de Sherlock. Como le había abierto la puerta a su intimidad tan fácil, sin preguntas. Y más por que, después de varios intentos, denotaba su falta de experiencia. Que alguien lo ayudara.
—Claro que la mejorara, solo no te muevas, no es tan fácil como pensé que sería —Sherlock batallaba mucho. John no dejaba de moverse. Entendía esa necesidad, pero así, jamás podría lograr su cometido. Solo retrasaría terriblemente todo.
—No, no puedo me esta doliendo demasiado — John sentía los músculos adormecidos del esfuerzo. El sudor comenzaba a caerle por la frente y el solo estaba sujetándose a la almohada que tenía más próxima.
—Tienes que confiar en mi, solo es poco, ya falta poco—Si se esforzaba, ya estaría todo adentro. Pero no quería lastimar a su amigo. No otra vez.
—Eso dijiste la vez pasada —John no olvidaba que no era la primera vez que lo intentaban. Que las veces anteriores se había dejado arrastrar y que, no había podido terminar y había terminado peor que cuando empezó.
—Es que tú eres perfeccionista, nunca quedas satisfecho — Y con una sonrisa de triunfo empujó todo. Nadie criticaba sus habilidades. Nadie.
—¡Ah!¡Lo hiciste a propósito! —John se sentía invadido. Lo habían invadido, de eso no había duda.
—Fue tu sugerencia. Y ya esta todo adentro. Ya termine no te preocupes — Se había cansado bastante. Pero ver el resultado lo hacía sentir satisfecho.
—Jamás, óyeme, jamás vuelvo a sugerirte que me inyectes vitaminas —John no se podía ni mover. Su amigo era pésimo como enfermero. Claro, una cosa eran las drogas y otra muy diferente aplicar vitaminas y vacunas. Pero el poder de convencimiento Holmes estaba a la orden del día.
—Chicos, les traje...¿Interrumpo algo? — A la señora Hudson le había dado por entrar. Y se había encontrado a John tumbado boca abajo en el sofá, con el trasero expuesto y a Sherlock, sin la jeringa en la mano, con las rodillas a ambos lados del costado de su amigo. No se necesitaba ser un genio para poner ideas en la cabeza. —Bueno, les dejó esto y me marcho muchachos —Y les dejó una bandeja con té después de guiñarles el ojo.
—Por donde lo veas, la gente va a hablar—John se sentía morir de la vergüenza. Pero eso le pasaba por enfermarse de gripa. Ahora se sentía muy expuesto.
—No te preocupes, no eres al único que he inyectado—Sherlock simplemente dejo que las cosas pasaran y se levantó del sofá. Sonrió con satisfacción. No solo su técnica de inyección había mejorado y había estrechado la relación con su amigo. Aun podía ver el trasero de John al aire. Y con ese pensamiento se marchó a su habitación.
