The Legend of Zelda Sword to My Heart Capítulo 1

Hacia muchos años, un siglo como mínimo, hubo una gran guerra que nunca nadie supo como se desató más que la princesa, el malvado y como no, el héroe. Esta guerra provocó numerosas muertes y solo había una manera de acabar con ella. No, no era con dinero ni territorios, ni mucho menos con la mano de la princesa. Era obteniendo la reliquia sagrada de ese reino. La Trifuerza de las Diosas. Cuando todo parecía perdido surgió un chico de la nada, un chico con el pelo rubio y con una túnica verde, pero lo que más le distinguía eran esos ojos azules como el mar profundo, unos ojos como los de una bestia, llenos de valor como él mismo. Todos pensaban que era un héroe hasta que surgió algo terrible mientras luchaba contra el malvado. Se sacrificó a sí mismo por salvar a la princesa, o como solía decir él, su princesa. El malvado lanzó un rayo hacia la chica y el héroe evitó que el rayo fuese hacia ella poniéndose en medio, sacrificándose por ella. Pero como he dicho antes esta guerra fue hace mucho tiempo. ¿Cómo acabó? Se dice que la princesa de ese entonces logró quitarle al malvado su fragmento del Poder, lo selló y guardo el fragmento para que su reencarnación lo llevase a la Tierra Sagrada en el Templo del Tiempo y lo sellase para que la tragedia nunca se repitiese.

-¡Abuela! ¡Aryll ha escondido mi arco!

-¡No le digas esas mentiras a la Abuelita Link!

-¡Ya verás como te pille bicho!-Dijo un chico de unos 16 años corriendo detrás de una niña de unos ocho.

La anciana cerró el manuscrito donde salía esa historia y paró a sus dos nietos antes de que se matasen.

-Haber, ¿Qué ha sucedido esta vez?

-Aryll ha escondido mi arco.-Dijo el adolescente mientras se removía el flequillo del ojo.

-¡Yo no he sido! –Dijo la niña pequeña haciendo un puchero.

La anciana fue hacia un armario y de el sacó un arco normal y corriente.

-No culpes a tu hermana por eso, Link. Fui yo quien lo escondió.

-Abuela.. ¿Por qué lo escondiste?-Dijo el chico cogiendo su preciado arco.

-Últimamente hay muchos monstruos rondando fuera del pueblo y por eso no quería que salieses. Por eso escondí tu arco, no debí hacerlo.

El chico abrazó a su abuela.

-No importa abuela, se que lo hiciste por mi bien y te lo agradezco. Pero lo necesito porque tengo que ir a la Ciudadela a dejar un escudo de metal que han pedido al señor Smith hacer.

La anciana se puso cabizbaja, se preocupaba por su nieto demasiado. El chico cogió su arco, cogió a su yegua y se fue a su trabajo, donde le dieron el famoso escudo que tenía que entregar a un comerciante en la Ciudadela del reino que quedaba un poco lejos de su pequeño pueblo.


Cuando estaba llegando ya a la salida del pueblo se encontró a una chica pelirroja con un vestido lila y un delantal color crema. La chica estaba esperando sentada frente un tronco y cuando vio al chico y a su yegua fue corriendo a donde estaba él.

-Janty, ¿Qué haces aquí?-El chico se bajó de su yegua y se acercó a la chica, le dio un beso en la frente y la chica lo abrazó.

-No te veré hasta mañana así que pensé en decirte adiós. Te extrañaré mucho.- Janty lo abrazó más fuerte, Link solo soltó una ligera risa y depositó un ligero beso en los labios de la chica.

-Solo iré a dejar un escudo y volveré, tampoco es que me vaya para siempre.-Se subió de nuevo a su yegua y se fue del pueblo, no sin antes decirle adiós a la chica con la mano, ella le devolvió el gesto hasta que desapareció de sus ojos.

Janty era la novia de Link por así decirlo. Cuando Link tenía seis años y se mudó al pueblo con su hermana recién nacida porque sus padres habían muerto ella fue su única amiga, se enamoró de él al instante con verlo a los ojos aunque sabía que Link no sentía lo mismo por ella. Tardó años en hacer que Link sintiese aunque sea algo por ella y ahora que lo tenía para ella era como si nada hubiese cambiado, solo que ahora se besaban, se cogían de la mano y se abrazaban con más frecuencia. Hacía ya meses que Link no la besaba por lo cual sabía que él se estaba aburriendo de ella y que no tardaría en cortar con ella pero haría lo posible porque eso no sucediese, lo posible.


Pasaron cansadas horas de viaje hasta que por fin estaba llegando a la Ciudadela aunque fuese ya en la hora del crepúsculo. Antes de entrar a la Ciudadela encontró a una joven chica rodeada de unos hombres, estos parecían querer robarle o incluso hacerle algo peor. Link no dudó ni un instante y cuando pudo sacó una flecha de su carcaj, la puso en su arco, y disparó haciendo que la flecha rozase a uno de esos hombres.

Los hombres asustados de quien podía haber sido vieron en la dirección de donde provino la flecha y vieron a un joven en un caballo, la chica, que también lo vio, estaba agradecida de que la hubiese salvado pero tenía miedo de que él fuese otra persona que la quisiese lastimar. Los hombres fueron corriendo hacia él para matarlo por haber interrumpido, Link se bajó de su yegua, sacó una espada y se les enfrentó lastimándoles gravemente y dejándoles en el suelo. Cuando todo eso acabó se acerco un poco a la chica que tenía parte de debajo de su vestido rasgado y la cara un poco golpeada y con sangre.

-¿Estáis bien? Si queréis os puedo llevar a vuestra casa.-Dijo Link cortésmente.

-Os agradezco un montón que me hayáis salvado de esos hombres, no tengo ni idea de cómo os podría pagar por tal acto de caballerosidad y valor.-Respondió la chica con una sonrisa.

Link sonrió un poco y pudo notar lo bella que era la chica, rubia, ojos azules, piel pálida como la luz de la luna, parecía esculpida por un Dios. Cuando se dio cuenta de que la había estado observando atónito un rato giró la cabeza un poco viendo hacia otro lado ruborizado mientras la joven se reía.

-Perdonad, no me he presentado.-Link hizo una pequeña reverencia.-Soy Link Ávalon del pueblo de Ordon. Es un gusto conocerla señorita.

La chica sonrió por la caballerosidad del chico.

-Soy Zelda Harkinian de la Ciudadela, también es un gusto conoceros Link.

-Sería un placer llevaros hasta vuestra casa sea donde esté, en la noche la pradera es muy peligrosa.

-Sería un honor pero si no está lejos de vuestro destino.

-Claro que no.-Link sonrió un poco y ayudó a Zelda a subir su yegua.

Zelda se agarró a Link y Link la llevo hasta la ciudadela, la dejó frente a una posada y antes de que él se marchase ella le cogió de la camisa.

-Sé que no es de mi incumbencia.. ¿Pero dónde pasareis la noche?

-Iré a dejar un escudo ahora mismo a un comerciante y me iré directamente a mi pueblo.

La chica pensó un poco y convenció a Link a quedarse en la posada con ella aunque fuese solo esa noche, no iba a permitir que él fuese solo hacia su pueblo con los monstruos que estaban rondando últimamente por la pradera, una vez Link dejó el escudo entraron en la posada y Zelda insistió en pagarla, así que ella pagó y como solo quedaba una habitación con dos camas durmieron en esa.


Ya era como media noche y ambos seguían hablando pero el que más hablaba era Link que contaba un montón de cosas divertidas, se hicieron amigos tan rápido que los formalismos desaparecieron al instante.

-Bueno Zelda, es hora que me digas porque estabas sola en la pradera sabiendo que hay monstruos por allí.

Zelda se quedó callada un momento y pensó un poco, pensaba mentirle pero simplemente le dijo la verdad.

-Es por esa razón. Quería saber exactamente que es lo que pasaba pero al momento me vi rodeada de esos hombres y tuve demasiado miedo, me rasgaron el vestido intentando violarme.-Respondió Zelda un poco asustada.

-Perdona, no debí de haberte preguntado algo así..-Dijo Link un poco cabizbajo.

Zelda se acercó a él y se acostó en su cama siendo algo un poco atrevido para ser una chica como ella y también porque acababan de conocerse pero sentían como si se conociesen desde hacia mucho tiempo. Zelda soltó una risita y Link sonrió un poco con ternura, de una manera de la que nunca le hubiera sonreído antes a Janty.

-Sigue hablándome de ti.

-¿De mí? Ya sería hora de que tú me hables de ti.-Dijo Link mientras le hacía cosquillas a la rubia. La rubia reía un poco mientras le decía que parase y en un descuido ambos acabaron besándose, se besaron con pasión olvidándose de que se acababan de conocer, Link olvidándose de que tenía novia y Zelda olvidándose de su estatus en la sociedad.

No pasaron ni cinco minutos hasta que se estaban quitando con delicadeza mientras seguían besándose con una mezcla de pasión y ternura.


Eran hacia las 2 de la madrugada cuando ambos se fueron de la posada avergonzados. Link no paraba de recordar que acababa de quitarle la virginidad a la chica y Zelda no paraba de recordar que se armaría una buena como alguien se enterase, por suerte estaba bien cubierta.

Zelda no tardó en llegar a lo que se le podría considerar su casa, fue a la parte trasera del castillo de Hyrule y entró por un pasadizo secreto que conducía por las alcantarillas hasta la terraza. Con cuidado de no ser vista por los guardias entró en una habitación donde se encontraba una mujer alta de unos treinta y cinco años, tenía el pelo blanco, morena y tenía un traje negro con un ojo con una lágrima en el centro. La mujer se acercó a la chica que estaba un poco cansada de haber corrido tanto.

-Ya sé quien fue, Impa. -Zelda respiraba un poco agitada.-Fue Ganondorf.- Impa, la mujer, la vio un poco aterrada y ayudó a la chica a ir a su cuarto. Notó que su vestido estaba un poco rasgado pero no comentó nada por si le molestaba.

Una vez llegaron al cuarto de la chica, Zelda se cambió en vestido a uno color crema con morado, se arregló el pelo, se maquilló y se puso su tiara. Era la princesa de Hyrule.

-Impa, tenemos que hacer algo para conseguir que Ganondorf salga de este mundo.

-No hay problema todavía, solo son monstruos.. Hasta que no consiga su fragmento no habrá problemas.

Zelda mordió un poco el labio, tenía que sellar para siempre el fragmento del Poder y solo así acabaría de una vez con todo eso, no habrían heridos solo tenía que sellarlo con un hechizo, pero había un ligero problema, no sabía casi nada de magia y no tenía ni idea de cómo sellar el fragmento. Su antepasada dijo que ella había sellado al malvado temporalmente pero hacía mucho tiempo que el sello se rompió y el malvado buscaba su fragmento.

-Aun hay otra opción..-Pensó su tutora cerrando un poco los ojos.

Zelda la vio sorprendida, ella pensaba que la única opción era la que decía su antepasada. Así que escuchó atentamente lo que decía su tutora.

-Tienes que buscar al héroe portador de la Espada Sagrada. Y de paso la mismísima espada que repela el mal.

Zelda lo pensó un poco pero no tenía ni idea de como buscarlo.

-¿Cómo se supone que lo voy a encontrar? Aparte, se dice que la Espada Sagrada desapareció desde entonces.

-Encontrarás la Espada Sagrada que repela el mal junto su portador.-Dijo Impa como si lo supiese de memoria.

-Bien.-Dijo Zelda cruzándose de brazos y levantando una ceja.-¿Y cómo se supone que voy a encontrarlo?

Impa se acercó a Zelda y le quitó su guante, se podía notar en la mano de la chica un triángulo separado en tres fragmentos y a ella le brillaba el de la izquierda. Zelda solo sabía que poseía el fragmento de la sabiduría al igual que su antepasada y que el malvado deseaba recuperar el fragmento del poder para volver a tener todo el poder que tenía antiguamente pero nunca supo cual era el triángulo de la derecha.

-El triángulo de la derecha representa el valor, el héroe tiene ese fragmento.

Zelda volvió a taparse la mano con el guante.

-¿Y dónde se encuentra? ¿Cómo le encontraré aparte de eso?

Impa cogió una silla y se sentó a su lado.

-El pueblo Ordon, empieza a buscar por allí. Se dice que el héroe venía de ese pueblo pero con los años ese pueblo ha cambiado de nombre y ha habido más gente con el tiempo.

Zelda recordó que Link le había dicho que él era de Ordon, así que se puso un poco nerviosa al saber que probablemente volvería a verle.

-Supongo que será lo mejor.. Es una idea más fácil que sellar el fragmento con magia.. Podemos intentarlo Impa.

Impa suspiró y se acercó a la puerta de la chica.

-Partiremos en unos días, yo que tu arreglaba tus cosas.-Dicho esto Impa se fue a su habitación dejando a Zelda un poco pensativa.


Hacia las ocho de la mañana Link llegó a su pueblo, guardo a Epona en el establo y se fue a su habitación sin hacer ningún tipo de ruido. Se acostó en su cama pensando en Zelda, no se la podía sacar de la cabeza. No se podía sacar de la cabeza sus hermosos ojos azules como el cielo, su cuerpo que parecía esculpido por Diosas, su cabello largo que parecía rubio como el oro, su piel blanca que parecía de porcelana. Aunque Zelda le maravillaba de todas las maneras posibles sabía que había engañado a su novia, aunque tenía planeado cortar con ella desde hace tiempo. Se relajó un poco y se quedó dormido.


Pasaron dos días desde que Link volvió a Ordon, todo parecía normal. Link peleaba con Aryll, trabajaba con el señor Smith y el granjero del pueblo. Todo parecía normal.

Hasta que una mañana despertó y desde su ventana vio una carroza real.

Él nunca había visto en su vida una carroza real, pero supuso que era una porque tenía el emblema del reino en una puerta y parecía ser de oro y plata. Era raro, el emblema del reino era la misma marca que tenía él en su mano. Se vistió y bajó donde estaban todos los del reino.

Todos los del pueblo, aunque eran muy pocos, estaban saludando cordialmente a la princesa y a su guardaespaldas que estaban saliendo del carruaje, Link notó que ella se parecía mucho a aquella chica, pero recordó lo que pasó y no dijo nada. Se acercó a su hermana y a su abuela que estaban saludando a la princesa y notó como ella le miró entre sorprendida y nerviosa, no entendió porque ya que nunca la había visto en su vida, o eso pensaba.

-Bueno, princesa.-Dijo el alcalde del pueblo.-¿Por qué ha deseado venir a Ordon? No es que nos moleste su visita pero no es muy frecuente que alguien de la realeza venga a nuestro pueblo.

Zelda volvió a estar como siempre y le miró con una de esas típicas falsas sonrisas que hacían los nobles demasiado bien.

-Muy pronto me coronarán reina y me gustaría conocer los pueblos de mi reino mejor que los antiguos reyes.

Los pueblerinos sonrieron y Link soltó una pequeña risa que solo su hermana notó.

Zelda no sabía como empezar a buscar al héroe, estaba un poco cansada pero pasaba de dormir, notó que en pueblo había un pequeño lago con un puente de madera, cogió un libro que siempre llevaba con ella y se caminó hasta el puente que quedaba un poco lejos del pueblo caminando, se sentó y leyó un poco. No supo cuanto tiempo pasó pero después de un rato sintió que no estaba sola.

Link había llegado con una caña de pescar y un cebo, se sentó al lado de la chica y pescó como si nada, como si ella no estuviera allí, Zelda no le dio importancia, es más se puso un poco más tranquila y siguió leyendo.

-Os diré la verdad, su majestad. Dudo que hayáis venido aquí solo por conocer vuestro reino como vos decís.-Dijo Link sin siquiera mirarla.

Zelda se sobresaltó un poco pero decidió no decir nada y siguió leyendo su libro. Era un libro que hablaba sobre la leyenda del héroe legendario de la Trifuerza, el héroe que era un guardián de la Trifuerza y de la realeza. Ah, esos guardianes que trágicamente desaparecieron sin dejar ningún rastro, ella sospechaba que era obra de Ganondorf pero no podía probarlo.

Zelda se fijó que Link llevaba un guante en su mano izquierda y no en la derecha, lo vio un poco confundida y él lo notó un poco incomodo por la mirada de la chica.

-Según mi abuela tengo que ocultar una marca de nacimiento de los demás.-Se quitó el guante y le enseño a Zelda esa supuesta marca.-No sé porque tanta importancia por una marca así. Es solo coincidencia, ¿no?

Zelda notó que era lo que Link tenía en su mano. La Trifuerza. El triángulo de la derecha brillaba un poco más que los otros dos y recordó lo que Impa le dijo.

-Link..-Dijo ella.-¿No sois consciente de lo que eso significa?-Preguntó ella mirando la marca incrédula.

-Ahora tengo dos dudas.-Dijo él mirándola.-Primero, ¿Qué significa esto? Y segundo, ¿Cómo sabéis mi nombre?

Zelda se quedó corta un poco, recordó que Link no le había dicho que su nombre cuando ella llegó así que no sabía que hacer, se limitó solo a responderle que significaba la marca pero no mencionó que significa que él tenía que salvar un reino, matar al rey del mal y ese tipos de cosas, solo le contó que él podía pedir un deseo a la Trifuerza si demostraba ser digno de ese fragmento y los otros dos.

-¿De veras?-Dijo él mirándola, ella asintió. Él sonrió de nuevo y miró el cielo.-Si eso es cierto me gustaría pedir que mi hermana y mi abuela puedan vivir mejor. Me da igual tener un montón de trabajos con tal de ver que ellas estén bien.

Zelda se quedo un poco incrédula con lo que dijo, no sabía que él tenía una hermana pequeña ni tampoco que vivía con su abuela, es más, no sabía casi nada de él y se había acostado con él, no solo eso, su primera vez fue con él.

Link guardó su caña de pescar e hizo un leve puchero al no haber pescado nada a lo que Zelda rió un poco. Link sonrió un poco.

-Hace poco fui a la ciudadela y conocí a una chica igual de hermosa como vos, mismo color de piel pálido como la luna, mismo color de pelo dorado como el oro, mismo color de ojos azules como el cielo.-Link describía a esa chica como si fuese una Diosa.-Acabé haciendo de más con ella y estoy en un ligero aprieto con mi novia, no tengo ni idea de cómo cortar con ella.

-¿No sabéis cómo cortar con vuestra novia?-Preguntó Zelda.

-Exacto.-Respondió Link.-Me gustaría dejarla sin decirle que le he sido infiel.

Zelda miró un momento el agua cristalina y vio su reflejo. ¿Por qué debía de mentir tanto? ¿Por qué no podía ser una chica normal? Siguió viendo su reflejo y notó como caían unas gotas en el agua y en el suelo. Levantó la vista y notó como estaba lloviendo un poco pero poco a poco la lluvia se iba haciendo más fuerte.

A Link no le pareció bien que Zelda se mojase debajo de la lluvia así que se quitó su capucha y se la dio a la chica. La princesa sonrió y le quedó viendo.

-¡Perdonadme! Esta sucia capucha es demasiado sucia para una princesa hermosa como vos.-Link intentó quitársela a Zelda pero ella la cogió fuertemente.

-No, es demasiado cálida.-Dijo la princesa mirándole con ternura. Link sonrió y ambos se fueron del lago.

Estaba lloviendo mucho y el camino estaba muy lodoso así que optaron por refugiarse en una casa abandonada que había allí, estaba muy estable para ser verdad. Las paredes y el techo no estaban rotas y el suelo estaba en condiciones. Zelda se sentó y se puso a leer un poco.

Link estaba viendo por la ventana esperando que la lluvia cesase para poder llevar a la princesa a la posada e ir a su casa donde su abuela y su hermana estarían preocupadas. Volteó un momento a ver a la princesa que estaba leyendo sentada en el suelo, no sabía porque pero le recordaba un montón a la chica de la Ciudadela, le recordaba un montón a Zelda. La siguió viendo sin que ella lo notase y justamente como estaba ahora parecía un motón a Zelda. Tenía una capucha como la que llevó Zelda y los zapatos y la parte de debajo del vestido lodosos, Link se acercó peligrosamente a ella, lo cual si notó y ella se sonrojó. Se vieron un poco a los ojos estando a escasos centímetros del otro.

-¿Por qué no has mencionado nada al llegar?-Dijo Link sin apartar su mirada de ella.

Zelda apartó la mirada del chico, más que todo porque estaba sonrojada y no quería que la viese mintiendo, de nuevo.

-No sé de que me habláis..

Link cogió con ternura la cara de la chica e hizo que esta volviese a mirarle a los ojos.

-Debía de imaginármelo.-Dijo él.-Eres la chica de la ciudadela, eres Zelda.

Zelda bajó la mirada un poco y Link la soltó.

-Perdóname por no haberte dicho, pensé que sería lo mejor después de nuestro roce..

Link se llevó las manos a la cabeza e intentó calmarse un poco.

-Mira.-Dijo él.-Cuando volví de la ciudadela estaba un poco confuso. Me encontré a una chica guapísima y bella que no me podía sacar de la mente, su sonrisa, sus ojos, su piel, su cabello, su cuerpo. Era una Diosa para mí y sentí algo más por ella que lo que sentía en ese entonces con mi novia. Así que pensé en dejar a mi novia porque la había engañado y porque quería a otra y luego de repente apareces tu con tu vestido todo elegante y en un carruaje real.. ¿Por qué no me dijiste que eras una princesa el día que nos conocimos?

Zelda lo pensó unos segundos y no tardó en decirle la verdad.

-La primera razón, pensé que solo era cosa de decir adiós y nunca nos volveríamos a ver, aparte pensé que no ibas a ser mi amigo si te enterabas..

Link sonrió un poco y se acercó a la chica, le quitó la tiara de su cabeza y sonrió.

-Me enamoré de Zelda, no de la princesa de Hyrule.-No dudo ni un segundo en abrazarla, a lo cual la chica lo tomó como sorpresa pero luego correspondió.-Para mí eres hermosa e inteligente seas quien seas.

Ambos se cogieron de la mano y Link le dio un tierno beso en la frente a Zelda, se cogieron de la mano fuertemente y la Trifuerza en la manos de ambos empezó a brillar, Zelda se dio cuenta de eso y se preocupo un poco, Link solo quedaba viendo el brillo. Zelda rápidamente se quitó un collar con una piedra verde en él y se la entregó rápidamente a Link.

-Quiero que guardes esto con tu vida si es necesario.-Dijo Zelda sin mirarle.- Llegará un momento en la que la necesitarás en tu aventura.- Zelda se levantó y se quitó la capucha.-Ven a verme más tarde, estaré con mi asistenta.-Dicho esto la princesa se fue corriendo dejando a Link confundido.


Pasadas unas horas Link fue a casa del alcalde, donde se hospedaba Zelda y su asistenta la sheikah. Entró y se encontró a Zelda leyendo un libro en el pequeño salón. Entró y se sentó al lado de la rubia.

-¿De qué querías hablarme Zelda?-Preguntó Link.

Zelda cerró su libro y lo vio un poco, era exactamente idéntico al héroe de la antigüedad, no había que dudar porque su antepasada se enamoró de él.

-El colgante que te di es el colgante del valor, estoy segura de que lo necesitarás un montón..

-No entiendo que es lo que me tratas de decir.

-Te mentí..-Dijo ella cabizbaja.-Te dije que tu marca solo era para reclamar un poder pero la verdad es que tú-..

Fue callada porque en el pueblo se escucharon unos gritos.

Link y Zelda salieron corriendo de la casa para ver que el pueblo estaba rodeado de monstruos. Los niños estaban con los ancianos y mujeres llorando y los adultos estaban tratando de derrotar a los monstruos a base de espada pero era inútil, eran demasiado fuertes.

Link vio por todo el pueblo hasta que vio a un hombre robusto con piel verdosa, cabello rojo y ojos amarillos en un caballo azul. Ordenaba a los monstruos que atacasen solo a los hombres, ni a los niños ni a las mujeres y ni a los ancianos.

Zelda buscó a su asistenta y la vio acercándose en un caballo blanco, se subió rápidamente al caballo y salió corriendo del pueblo, el hombre de ojos amarillos las vio alejarse y las siguió rápidamente, Link iba a buscar a su yegua pero su abuela lo detuvo y se dio cuenta de que los monstruos desaparecieron por arte de magia.

-¡Abuela! ¿¡No ves de que ese hombre está persiguiendo a la princesa?!

-Link por favor, te lo explicaré todo más tarde pero por favor, vete a dormir..

Link entendió y se fue a dormir un poco molesto.


Pasaron unas horas y Link no podía dormir, sentía que escuchaba unos ruidos y sentía que entre esos ruidos había una voz que decía su nombre. Se levantó de su cama sigilosamente sin que su hermana y su abuela se despertasen y salió de su casa. Había una luz celeste que conducía hacia los bosques perdidos pero parecía que nadie podía ver la luz aparte de él así que la siguió.

Cuando llegó los bosques perdidos tenía miedo de entrar o no puesto que si se perdía se convertiría en un Stalfo para siempre pero vio que la luz continuaba y sin tener miedo de saber si le conduciría por el sitio correcto siguió la luz hasta el corazón del bosque, donde encontró una espada perfecta que su hoja brillaba. Al lado de la espada había una piedra que decía algunas cosas, por ejemplo "Solo aquel que posea la Trifuerza del Valor junto con el colgante del valor podrá empuñar la espada que repela el mal". Link recordó que Zelda le había dicho que el poseía la Trifuerza del Valor pero pensó que era una tontería, así que con ambas manos cogió el mango de la espada y con un poco de fuerza logró sacarla, sintió que su marca estaba brillando, brillaba un poco más que cuando brilló cuando besó a Zelda. En cuestión de segundos sacó la espada del pedestal y la levantó hacia el cielo donde brilló.

Se sintió asombrado por la espada y no quería soltarla, al acabo de minutos apareció su abuela con una funda dorada y azul para una espada como esa y un escudo, el escudo Hyliano.

-¿Abuela?..-Preguntó Link.

-Cariño, tenemos que hablar..-Dijo la anciana.


Cuando Link volvió a su casa con su abuela todavía tenía en mano la espada. Su abuela estaba buscando una túnica verde y se la entregó al chico, Link no entendía que pasaba y se sentó al lado del chico.

-Link, te he contado un montón de veces la historia del héroe de Hyrule, ¿cierto?-Link asintió.-Bien, sabrás que la princesa selló el mal cuando el chico falleció.-Link volvió a asentir.-Bueno, lo que quiero decirte es que el malvado rompió el selló y a logrado escapar.-Link la miraba sin entender nada.-Antes la princesa habló contigo y te entregó un colgante, ella sabía que solo así podrías conseguir esa espada.

-Abuela, ¿Por qué mi marca brilló al sacarla?

-Link, eres el descendiente de ese héroe y tu deber es salvar estas tierras.-Dijo la anciana mirando a su nieto.

Link se paró y se rascó un poco la nuca.

-Debe de haber un error, solo soy Link..-Dijo él chico.-Soy un chico normal de un pueblo que trabaja para ayudar a su abuela y a su pequeña hermana y que tiene una novia a la cual quiere dejar. Solo soy Link..

La anciana se paró y Link se sentó.

-Link, tus padres te entregaron a mí para ponerte a salvo. Tus padres se sacrificaron por salvarte. Ellos no murieron en un accidente, unos monstruos los asesinaron cuando tenías seis años por tu marca. Tu padre murió por una flecha y tu madre apenas logró llegar con vida aquí contigo y tú hermana en brazos.-Dijo ella.-Tu deber es salvar estas tierras, es por esta razón por la cual has nacido.

Link se quedó en shock y cogió su túnica.

-Mañana mismo, iré a buscar a la princesa Zelda.

La anciana sonrió y ninguno notó que la pequeña los estaba espiando desde la ventana.


Al día siguiente en la mañana Link se puso su túnica verde y se equipó con su arco, su nueva espada y su escudo. Salió de su casa y fue a su establo a por Epona, pero aparte de la yegua con crin blanca se encontró a su hermana allí.

-Hice esto para ti.-Dijo la niña entregándole una alforja a su hermano.-Hay seis botellas dentro y tres tienen hadas por si te ocurre algo.-Dijo la niña un poco triste, su hermano la abrazó, se subió en su yegua y se fue, mientras su hermana solo se despedía con la mano.


1. He estado trabajando en esta historia un montón de tiempo, estimo que sean solo dos o tres capítulos, osea solo los templos y el final. 2. Me llegaron demasiadas críticas de mi corto capítulo de mi fanfic Grahim pero estoy pasando un tiempo duro y no he tenido mucho tiempo para actualizar. No sé cuando subiré la siguiente parte pero espero que sea de su agrado.