Una buena persona…que ha fallado.

La luz de la tarde se cuela por aquella enorme ventana que se ubica a mi lado. Veo a traves de ella el paisaje del lugar de entrenamientos; finalmente después de tres años abandonaré este recinto, quizás para siempre...

Al menos eso espero.

El día ha estado algo agitado, aunque antes existía la idea de que sería una jornada para tranquilizarse y meditar en "nuestro futuro". Hoy todos continúan ansiosos por saber quien mató a los titanes capturados para los experimentos.

Realmente ha sido duro actuar bajo estas condiciones, en este ambiente tan alerta.

Dirijo entonces mi atención a mis manos, que yacen sobre aquella tosca mesa de madera en la que debemos comer. Algunos de mis dedos se encuentran levemente magullados y con alguna que otra dureza, lo cual de cierta manera me desconcierta, pues asumo que debieron haberse curado hace un tiempo; aunque este no es realmente el problema.

—"Annie detente por favor"— el recuerdo de aquel rostro pecoso desesperado vuelve a mi mente golpeándome de improviso, aquellas lágrimas brotando como un manantial me revuelven el estómago mientras mi cerebro saca a colación las duras palabras de Reiner —¡no me digas que haz comenzado a simpatizar con esta gente corrupta! ¡Prueba ser un guerrero!

Sí, quizás he fallado... porque ahora mismo quisiera disculparme por todo lo acontecido.

Regreso mi vista hacia la ventana, hay algunos reclutas conversando entre ellos, algunos se abrazan y tratan de animarse mutuamente. De seguro están preocupados por la decisión de escoger su rama militar. En mi caso las cosas están bastante claras, debo unirme a la policía militar y encontrar al portador de la coordenada, que está al parecer oculto entre la realeza. Luego junto a Reiner y Berthold, rescatar a Eren de este lugar y nos podremos ir finalmente.

Acabar con toda esta horrible situación.

Mis ojos vuelven a aguarse ante aquel pensamiento de regresar finalmente donde mi padre me espera, definitivamente estoy siendo demasiado sentimental, algo que no es propio de mí.

Me siento una completa idiota, he fallado, de cierta manera, en mi objetivo. Me gusta pensar en que toda esta pesadilla terminará pronto... pero sé que no es así.

Unos pasos suaves interrumpen entonces mis inútiles reflexiones, giro mi cabeza encontrándome con el semblante tranquilo de uno de mis "compañeros": Armin Arlet

—¿Puedo sentarme aquí?— pregunta, sin embargo yo ni siquiera volteo.

—Como quieras...— respondo seca devolviendo mi mirar hacia el ventanal. No es como si quisiera que alguien me viese en este estado tan melancólico y abundando en culpabilidad. Puedo sentir entonces el rechinar de la silla y el leve golpe que produce algo apoyado sobre la mesa.

Le miro ahora por el rabillo de mi ojo, veo sus enormes iris azules concentrados en un libro con una tapa bastante dura y noto una tenue sonrisa adornando sus labios.

Armin es alguien bastante inteligente, quizás no destaque en habilidades físicas pero aun así posee gran valentía y determinación. Además es uno de los pocos quienes me dirigen una mirada amable aun cuando la mía no es más que una fría espada lista para apuñalar a quien se me cruce. Es por ello que aun en la actualidad hay quienes me evitan o muestran cierto temor, y realmente espero que siga siendo así, es lo mejor para todos.

Sin embargo, el chico rubio ha sido siempre bondadoso, a pesar de que al principio parecía que también me rehuía en cierta manera, pero luego de comenzar a ayudar a Eren con sus técnicas de lucha cuerpo a cuerpo parece que todo fue amainado entre nosotros.

Pero definitivamente hoy ha sido el colmo, pues mientras nos encontrábamos en la revisión de los equipos tridimensionales ha dicho unas palabras que logran sorprenderme aun ahora que han pasado unas horas: "Annie tú me pareces una buena persona, aunque creo que te esfuerzas en aparentar lo contrario".

Sí, quizás es de los pocos junto con Eren y Marco que han logrado ver más allá de mi "indiferencia y frialdad".

¿Acaso estoy fallando más de lo que creo?

Parece que él se percata de mi mirada porque levanta levemente su rostro y ensanchando más su anhelosa sonrisa—¿Sucede algo Annie?— Volteo completamente para observarle mejor y luego sacudo minúsculamente mi cabeza en negación.

—¿E-estás nerviosa...?— pregunta con algo de ansiedad en su voz— digo, después de todo el ambiente está para cortarse con una de las navajas, por lo de la decisión de unirse a las diferentes ramas y todo eso... es algo razonable— sus palabras salen atropelladamente, mientras noto la duda en su rostro.

—No.— respondo queda, ante lo cual frunce ligeramente el ceño— Armin... ¿Aún deseas unirte a la legión de Reconocimiento?— mi pregunta parece sorprenderle un poco pues me clava su mirar en mis también azules pupilas y luego baja nuevamente hacia el libro abierto.

—Prefiero morir siendo útil que vivir sin haber podido ayudar en algo, ¿Ya lo mencioné no es cierto? Aún estoy resuelto a ver el mundo exterior por mis propios ojos...

—Ya veo. Supongo que lees ahora para estar más relajado en la ceremonia.

—No. Leo para mantener aun más firme la elección que hice. —Su tono de voz demuestra su firme convicción, lo cual hace que de cierta forma sienta lástima por él. Veo sus labios apretados y su gesto cambia a uno más nervioso cuando dirige más palabras hacía mí —Además... lo acontecido ahora... aquellas muertes de nuestros camaradas sólo me hace pensar que estoy en el camino correcto.

El recuerdo abrumador cae nuevamente sobre mis hombros y siento mi cuerpo debilitarse. Un nudo se forma en mi garganta y mis ojos comienzan a picar levemente, por lo que apenas termina sus vocablos me levanto con la mayor serenidad que puedo y me excuso—Gracias por la charla. Pero olvidé que debía estar en los dormitorios junto a Sasha ahora mismo —le miento con descaro, mientras le escucho balbucear algunos monosílabos y comienzo a dirigirme a la salida, mientras siento sus ojos confundidos taladrear mi figura. — Nos vemos Armin — finalizo saliendo por el pasillo.


Hola, una pequeña historia con toques Aruannie, Espero les guste.

Gracias por leer.


Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Hajime Isayama creador del universo de Shingeki no Kyojin.

Fanfic Propio, no copiar.