Este relato participa en el Reto Especial Halloween Assamble 2.0 del foro La Torre Stark. El tema que me tocó desarrollar fue INSOMNIO.
Disclaimer obligatorio: Todos los personajes mencionados y algunos lugares son propiedad de Marvel, Disney, Stan Lee, yo sólo los uso con fines lúdicos y sin animo de lucro
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─ Shhh, ¡Duerme querido, duerme! Todo está bien, ¡te lo prometo! Fue sólo una pesadilla… ─ y sintió una mano suave, gentil sobre su espalda, una mano fría, trémula, cadavérica. Una mano de dama, una de uñas largas, de anillos en cada dedo, de una pulsera de brillantes cuyo tintinear podía escuchar ─ nosotros siempre estaremos aquí cuidando de ti, ¡siempre!, ¡siempre! ─ y un beso de unos labios gélidos, como los parajes más extraviados de la muerte, se posó en su mejilla.
Gritando, con los ojos desorbitados se incorporó sumido en un caldo de sudor frío, con el castañear de dientes y carne. Jadeando aún, pasó una mano por el rostro para comprobar que al fin estaba despierto. Se abrazó a sí mismo sintiendo todos los poros de su piel erizados. Miró a todos lados buscando, despertando, preguntándose ─ ¿dónde…dónde estás? ─ pero en esa ocasión como en las otras, no habría ni un mísero sonido─ ¡DÓNDE ESTÁS! ─ como respuesta sólo obtuvo un indiferente silencio. Se quedó quieto, hecho un ovillo, mullido entre sus sabanas de algodón egipcio; sus edredones de damasco y brocado de seda; sus almohadas de plumas de ganso. Agazapado dentro de su dosel de gruesas cortinas de lino; de su cama victoriana que, aún con los años, se había rehusado renovar porque fue el gusto de la difunta gran señora de la casa. Acobardado entre las añejas paredes de ese exquisito gusto gótico: tapices borgoña, duela de nogal bruñida, tapetes, alfombras, poltronas, cómodas; todo de un gusto exquisito pero lóbrego; todo demasiado antiguo; ¡todo demasiado constreñido en historias, en vivencias! Muchas como los ojos que a cada tanto, en cada pared de su dormitorio, de la escalera, del despacho o la sala, le miraban desde sus retratos inertes, fantasmales.
Prisionero de esa elegantísima recamara de varios metros cuadrados, de repente vio a la muerte tomando de la mano a la soledad. Allí de pie, sobre la alfombra persa que algún saqueador británico le vendió a su tatarabuelo, sobre las duelas diariamente enceradas por las afanosas manos de la servidumbre. Con sorna miró a la soledad impregnada como fragancia, a borbotones, en cada lagrima de cristal de los candelabros colgantes; prendida de las antigüedades valoradas en miles de dólares; esparcida en cada rincón, arrastrándose desde su pieza al resto de su enorme mansión de la Quinta Avenida
Aterrado, cansado, al borde del llanto y de perder la razón: ─ Señor Stark, ¿todo está bien? Son apenas las tres treinta de la mañana…
─ Viernes…─ con la voz apenas entendible al tener la nariz apachurrada contra la almohada ─ ¡cállate, por favor!
Y las luces que acababan de encenderse, al escuchar la alarmada voz de su amo, se apagaron al unísono, dejando la habitación de nuevo, en honda penumbra, como la mente del señor Stark, como su corazón vacío…
LA MANSIÓN STARK
─ El clima no hace más que cambiar y ponerse loco, este año tenemos un otoño muy húmedo … ─ dijo un arrugado anciano al enorme hombretón rubio ojiazul, que se resguardaba de la lluvia bajo la caperuza de un desprolijo hoddie de algodón y un paraguas negro.
─ ¿Usted cree?
─ La experiencia─ pasó la demacrada mano llena de motas marrón, por los cabellos plateados ─ el mundo ha cambiado demasiado… y me temo que empeorará antes de mejorar ─ sus ojos acuosos, enterrados dentro de unos parpados carnosos, lúgubres como ese día de finales de octubre, fue lo último que el rubio vio antes de que el anciano subiera al primer taxi que hizo la parada ─ adiós, ¡muchacho!
Despidió el saludo del desconocido octogenario con el mismo ondear de la mano. Luego, como todos allí, "el vikingo" avanzó en cuanto la luz roja apareció en el semáforo, perdiéndose, confundiéndose entre centenas de personas que desbordaban cada avenida, como cada día, como cada hora, en la ciudad de Nueva York; en el corazón de esta, la insigne y poderosa isla de Manhattan, donde uno puede pasar desapercibo si quiere. Así, el mismísimo hijo de Odin, aprovechaba el natural ensimismamiento de los citadinos de vidas estresadas para perderse en las ventajas del anonimato bajo el hoddie, las gafas y el paraguas negro que lo protegía de la lluvia intermitente en la cual dirigía sus pasos por calles mojadas repletas de comercios y establecimientos adornados con motivo de la inminente fiesta de Halloween. Por entre arboles desnudos adornados con luces naranjas, violetas; enfrente de cafeterías olorosas a pan de calabaza, té de canela y chocolate, iba pensando que tal vez podría calmar las inclemencias del tiempo con sus poderes, (pero no a esa hora, no el cenit de la gran ciudad). Levantó la mirada para ver el nombre de las calles, luego echó un vistazo al croquis dibujado en la hoja rasgada de un directorio telefónico que sacó del bolsillo de sus jeans, "ya estoy cerca", caviló, "tan sólo unas cuadras más".
Unos bloques, calles por cruzar, semáforos que esperar y al cabo de diez minutos: "¡hecho está!" Levantó la mirada para leer el nombre del elegante restaurante donde había sido citado, luego comprobó la hora en su reloj de pulso para disponerse a entrar.
Su atuendo desenfadado, libre de toda elegancia, despertó las suspicacias del personal de aquel exclusivo establecimiento, sin embargo, lo único que atinó a hacer el anfitrión antes de descubrir con quien hablaba fue preguntar si tenía reservación.
─ Alguien, un caballero me está esperando. Me ha llamado para decirme que está ahora mismo en la mesa nueve ─ se quitó las gafas negras y la caperuza del hoddie ─ hace rato que está aquí…
El anfitrión y los camareros le miraron asombrados: ─ ¡Thor! ¡Eres tú! Disculpa, ¡no te habíamos reconocido! Adelante…─ dijo el alborotado anfitrión invitándole a seguirlo ─ pasa por favor ─ y le guío por el ostentoso y sofisticado salón comedor, a esa hora ocupado sólo por algunos grupos de refinados clientes, y uno que otro hombre de negocios.
El asgardiano aguzó la mirada, a seis metros lo descubrió: ─ ¡Allí esta! ─ indicó al anfitrión que asintió y lo condujo hasta una mesa cubículo para dos personas, situado en un muy discreto lugar junto al cancel traslucido del restaurante.
─ Señor, este caballero dice que usted lo está esperando ─ se dirigió el solemne empleado al cliente que a esa hora ya bebía su segundo whisky en las rocas.
─ ¡Desde luego! ─ sonriendo alzó la vista para mirarle desde sus pavorosas pupilas verdes ─ ¡muchas gracias!
El empleado asintió, luego se retiró con una reverencia y un atento "Para servirle". Thor le miró alejarse, luego volvió a mirar al impecable hombre pálido, elegantemente peinado y vestido, sentado a la mesa, a punto de sorber del vaso, sonriéndole con maliciosa avidez.
─ Toma asiento, Thor, dime, ¿quieres que te sirvan algo? ─ con un ademán de la mano mandó llamar al camarero.
─ Creo que así estará bien, Loki, no quiero tardarme aquí…─ sentándose en el sillón frente a su hermano, ese hombre mitad niño perverso, mitad hombre demente, que se hallaba ataviado con un regio traje italiano de seda negra, con los largos cabellos prolijamente cepillados hacia atrás de la nuca, que se entretenía en beber sendos tragos.
─ ¡Ya lo sé! Sólo quiero que te tomes una copa conmigo, o si quieres come algo, la comida aquí es exquisita, ¡te lo juro! Seguro no pruebas algo así desde que dejaste Asgard para venir a vivir a este…reino …─ el camarero llegó y el caballero de negro ordenó por el recién llegado, mientras sacaba un cigarrillo ─ tráigale una copa de este mismo whisky, o vino si él prefiere…
─ Vino estará bien…
─ Vino entonces, ¡su mejor cosecha! y …─ hizo una pausa para encender el cigarrillo en sus labios ─ traiga filete en vino tinto, ¡ya sabe, como yo lo ordeno siempre! También para él ─ lo señaló con el cigarrillo entre los dedos, mientras exhalaba una columna de humo ─ ¿quieres comer? ─ no le dio tiempo a responder ─ sí, quiere comer, ¡un corte que pese el doble para él, con guarnición!
─ Entendido, ¿cómo desean los filetes?
─ Sancochado el mío, ¿y el tuyo?
─ Bien cocido, por favor
─ ¿Eso es todo? Si es así me retiro por el momento, con su permiso…
─ ¡Gracias! ─ le miró alejarse mientras sacaba su I-phone del bolsillo para mirar la hora. Sosteniendo el cigarrillo en los labios dijo─ aún es temprano, pero dime ─ tomando el cigarrillo entre los dedos para exhalar otra poluta de humo ─ ¿hace cuánto que regresaste a la "Ciudad del pecado"?
─ Apenas unos días …─ dijo Thor como evitando mirarlo a los ojos, como tratando de distinguir algo de entre las siluetas, a través de ese cancel de cristales beige que sólo dejaban ver sombras borrosas y una luz ambarina
─ Viniste por el asunto del que me hablaste, ¿no? Para lo que estoy aquí.
─ Créeme que no te hubiera contactado si no hubiese sido expresamente necesario…
─ ¡Oh! Ya estoy intrigado ─ otro trago a su vaso, le miró con suma atención, acentuando su pérfida sonrisa ─ ¡ya sabes cómo me gusta ser indispensable!
Thor le miró e hizo un mohín de amarga diversión: ─ ¡Por eso juegas con todos nosotros a tu antojo! Y nos engañas, ¡aún consigues engañarme! Cómo siempre…
─ ¡Oh, vamos, Thor! …Por cierto, ¡a mí también me dio gusto verte! Yo estoy bien, ¡gracias!
─ No cambies el tema, Loki, ¡fingir la propia muerte no es gracioso!
─ No para ti…
─ Además se ve que siempre te las arreglas muy bien estando solo…
─ Gracias, ¡ya sabes cómo adoro el lujo!
─ ¿Y cómo consigues toda la riqueza que hace falta?
─ ¡Cómo me da la gana! Mira, te cuento…
El dios del trueno iba a agregar algo más, pero prefirió quedarse callado escuchando las anécdotas macabras de su locuaz interlocutor hasta que fueron interrumpidos por el camarero que traía listas las ordenes. Filetes de res y el mejor vino que hallaron. Cuando el empleado se hubo retirado, Loki aspiró el aroma, tomó los correspondientes cubiertos y: ─ ¡Provecho, hermano! ─ apagó su cigarrillo contra el cenicero, y dio el primer bocado.
Thor sólo respondió con una mirada calma, escudriñándolo: Loki, ese su hermano, ¡el más loco y rebelde de todos los nueve reinos! Ese que había dicho odiarlo a morir; que lo había timado impunemente más de una vez; que había jurado su eterna revancha y bailar sobre su tumba, al mismo tiempo era, siempre había sido y seguía siendo ese chiquillo juguetón con el que había compartido casi toda su vida. Aquel que no podías creer que era capaz de devastar, asesinar a diestra y siniestra, a sangre fría, disfrutando de la pena que se escurría por entre sus largos dedos. "¡Cómo quisiera poder creer en ti, hermano! Cómo quisiera…" Con ese pensamiento constipado, comió el primer bocado.
─ Está bueno, ¿verdad? ─ Thor tan sólo asintió─ sí, por cosas así digo, "¡qué bueno que no destruí está ciudad!" ─ su rubio hermano no dijo nada, lo miró con ojos inquisitivos y movió la cabeza negativamente ─ bueno, gracias a ti y a tus amiguitos de mierda que me lo impidieron, ¿no? Les doy el crédito ─ y se rio antes de tomar otro bocado, hundir el cuchillo para cercenar en esa carne sancochada, aún roja por dentro. A Thor le pareció, cuando su hermano pincho el corte con el tenedor, que en cualquier momento iba a brotarle sangre fresca que luego se iba a escurrir por entre los labios de su hermano. La imagen le pareció escalofriante, pero Loki siempre había tenido la extraña preferencia de comerse la carne así.
─ Para ti todo es juego, ¿verdad? ─ tomó más bocados de res mientras Loki se encogía de hombros y sonreía con obviedad.
─ Hago honor a mi sobrenombre ─ bebió un sorbo del vino que colocaron en una copa─ ¿por cierto, me dirás ya porque querías hablar conmigo?
─ Como te comenté, tu ayuda, ahora y en esta ciudad, es necesaria… ─ Thor tomó un trago de su copa llena con vino tinto.
─ Aja…continua por favor ─ dejó su platillo en paz por unos minutos, para dedicarle toda su atención ─ pero sé más claro, porque aún no me has dicho quién necesita mi ayuda, o qué clase de ayuda, y sinceramente así yo no puedo trabaj…
─ Tony Stark ─ le interrumpió ─ Tony Stark necesita de ciertas habilidades que tú posees
Loki sonrió más ladino y travieso (si es que era posible), se acomodó perfectamente bien en su sillón, tomó un pedazo de filete con el tenedor, y antes de comerlo dijo: ─ ¡Guau! ¡Eso sí no me lo esperaba! Pero, siendo más concretos, ¿qué habilidades? ─ se llevó el bocado a los labios.
─ Tus habilidades extrasensoriales, Loki─ terminando de remoler, tomando otro sorbo de vino─ tu gran don para las artes ocultas…
─ ¿Clarividencia o qué?... Porque artes oscuras hay muchas…
─ Sé bien que eres capaz de contactar con el más allá.
─ Aaaah, ¡eso! Stark, ¡el gran hombre de ciencia! El genio de la tecnología…. ¿necesita un médium? ─ entre extrañado y fascinado.
─ Necesita un psíquico, ¡un necromante!... Es decir, algo de todo eso que mamá te enseñó.
El dios del engaño hizo coincidir la yema de sus dedos, y le miró aún expectante: ─ ¿Quién lo diría? Y bueno, asumo que tiene asuntos pendientes con ultratumba, dime, ¿quién se le murió?, ¿la novia?
─ Sus padres…Fueron asesinados hace muchos años, él apenas era un muchacho ─ Thor sacó dentro de su chaqueta de denim, una fotografía que con facilidad databa de más un cuarto de siglo atrás. Loki enarcó una ceja mientras observaba el fotograma sobre la mesa: Allí estaba un jovencísimo Tony vestido con camiseta y jeans, a su lado una elegante pareja enfundada en ropa elegante, detrás de ellos una mansión enorme.
─ Howard y María Stark, asesinados a sangre fría por…
El pelinegro hizo una seña con el dedo índice para que su hermano guardara silencio. Aproximó la mano para tomar la fotografía entre sus dedos, cuando la hubo tocado, cuando hubo pasado sus dígitos sobre los rostros, pareció haber sido perturbado, tocado por una fuerza extraña e invisible. Sus ojos se dilataron y perdieron en la imagen de la familia Stark. Thor leyó la expresión pétrea de su hermano, parecía como si en ese momento sólo su cuerpo se hallara delante de él.
─ Bucky Barnes…. ─ dijo completamente serio, sin expresión, sin sobresalto ni sorpresa, usando el tono más grave de su voz. Volvió a mirar a su hermano a los ojos ─ Barnes, ese que todos llaman el Soldado del invierno… ─ indiferente le entregó la foto de vuelta, sosteniéndola con el índice y el medio, luego volvió a su filete.
─ ¿Apañaste la información de algún lugar? Có…cómo lo supiste, es algo que Stark no revela con facilidad y…
El hechicero le miró fijamente mientras terminaba de pasar el bocado: ─ ¡De verdad que no te entiendo, Thor! Vienes en busca de un psíquico y cuando lo hallas no crees en lo que este es capaz de hacer, ¡que incongruencia! Se te olvida con quien hablas ─ se limpió la boca con la servilleta de tela con ademanes elegantes, luego bebió otro sorbo de vino─ ¿crees que soy un charlatán midgardiano que se anuncia en los diarios? ¡No! Fui el brujo oscuro más poderoso de Asgard, ¿verdad?
─ Lo eras, sí. Y no pretendía dudar de tus habilidades sino de lo que dices…
─ Ser el dios de las mentiras pasa su factura… ─ meciendo la copa de vino
─ Mucho me temo…Pero dímelo ya, sin rodeos, ¿contamos con tu ayuda? ─ Loki frunció sus delgados labios, y fingió que en el vino estaban inscritos todos los insondables secretos de los reinos del Yggdrasil ─ no se me ocurrió nadie más, esa es la verdad. Stark…ha hecho cosas que discuto, pero… también es un amigo, un amigo que ha perdido mucho más de lo que ha ganado últimamente, y después de que su dama lo dejase, de la gran disputa con Rogers, de la invalides del coronel Rodhes y de que descubriera que Rogers sabía cómo murieron sus padres, él… ─ Thor hizo pausa al notar que el dios del engaño le miraba con atención, sí, pero colgando el labio inferior, haciendo un puchero burlón, así como chiquillo malcriado. El rubio no supo si enfadarse o echarse a reír ─ Loki, no seas grosero…
─ Lo siento, Thor, es que me estaba preguntando porque me importa la triste y patética vida de tu amigo el divo, ¿y adivina qué? ¡Llegué a la conclusión de que no me importa!… ─ terminó con los últimos bocados de filete.
─ Entonces, ¿te estás negando?
─ Mejor dime porque habría de aceptar…
─ Porque me estoy conteniendo, y no sé porque, para no patearte el trasero por haberme hecho creer de nuevo que estabas muerto, por haberme usado para urdir tu plan, ¡y por haber suplantado a mi padre! ─ bajó el tono cuando los demás comensales voltearon a mirarlo, Loki ahora lo veía con una expresión soberbia ─ no eres más que un pedazo de porquería, Loki, ¡y hace mucho tiempo debí de haberme asegurado que ya no le hicieras daño a nadie más! …
─ ¿A qué estás esperando? ¿Por qué no mejor regresamos ahora mismo a Asgard y ambos cumplimos con nuestro gran destino? ─ le sonrió perverso ─ no me culpes por el hecho de que sea tan fácil engañarte, ¡yo no tengo la culpa de que seas tan estúpido!
─ ¡Pequeño desgraciado, hijo de…!
─ ¡Eh, cuidado!, ¡y muchas gracias, Thor!, ¡yo también te quiero mucho! ─ agridulce y mordaz.
El dios del trueno negó con la cabeza: ─ Tú bien sabes que nadie en los nueve mundos te quiere más que yo, ¡es más! Creo que ahora soy el único ser en todo el universo que te quiere, pero eso no cambia que a tu paso sólo esparces sufrimiento y caos.
─ ¡Lo siento! ─ dijo con un gesto doliente, pasando saliva, con la misma sonrisa amarga de siempre ─ ¡es mi naturaleza! No puedo evitarlo ─ dejó la copa de vino, se bebió de golpe lo que quedaba del whisky, sacó su cartera de dentro del saco, extrajo un manojo de dólares en efectivo que iba dejar sobre la mesa con toda intención de levantarse y largarse, cuando…
─ …hazlo como favor a otro hijo que perdió a su madre…
Loki se petrificó.
─ A mi…─ sin voltear a mirarle, volvió a pasar saliva, intentando disimular que sus pupilas estaban cada vez más brillantes ─ ¿a mí qué mierda me importa el sufrimiento de otro huérfano? Muchas madres mueren… ¡cada… maldito…día!
─ Pero sus hijos no pueden hablar con ellas, ¡donde sea que se encuentren!... Y dime Loki, ¿cómo está mamá? ¿Está ahora ella feliz donde mora? ─ los ojos azules cargados de añoranza y dolor.
Esos cuestionamientos fueron suficientes para que el antes asgardiano casi se quebrara, pero haciendo acopio de todo su carácter, no lo hizo. En lugar de eso, sólo cerró los ojos, apretó los puños, y dijo ─ hace mucho que no soy capaz de verla, pero sé que ella… ella ha trascendido ─ alzó la mirada ─ alcanzó la perfección, ¡ahora debe ser muy feliz!
Al escuchar aquello, Thor también bajó la guardia por completo, con las lágrimas amenazando con brotar, asintió con una agridulce sonrisa en los labios, entrecerró los ojos: ─ Me alegra escucharlo… ¡gracias, hermano!...
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Al salir del restaurante se hallaron con un atardecer resplandeciente. La lluvia había cesado durante la hora que pasaron dentro, así que Thor no tuvo que volver a usar su paraguas, pero Loki prefirió sus gafas oscuras mientras echaban a andar sobre las banquetas concurridas, sobre la hojarasca seca desprendida de decenas de árboles plantados afuera de oficinas, edificios de apartamentos y casas antiguas. A medida que iban avanzando, a medida que el sol sucumbía en el horizonte frente a sus ojos claros, las construcciones se iban tornando más y más elegantes, sí, pero lúgubres, ancianas, ostentosas en un modo que recreaban una época ya demasiado lejana, de más de cien años atrás. Calabazas esculpidas, anaranjadas, verdes, enormes o pequeñas; esqueletos de goma, cartón o cerámica; brujas, diablos y otros seres oscuros, adornaban la mayoría de las entradas, de los pórticos y jardines amarillentos. En un momento, Thor se volvió a echar la caperuza del hoddie sobre la cabeza, y Loki se colocó las gafas sobre la coronilla, pues la tarde moría sin cesar sobre las tejas de aquellos techos victorianos, las terrazas espolvoreadas con hojas secas; las balaustradas de piedra grisácea y maderas preciosas; las escalinatas, las veredas, las rejas y tapias detrás de las cuales se refugiaban árboles cadavéricos, desnudados por los vientos otoñales.
Después de un rato, Loki se anudó la bufanda jaspeada alrededor del cuello, y levantó las solapas del abrigo.
─ No me digas que logras sentir frío…
─ ¿Y tú? ─ a la pregunta y al resto de la charla las acompañaba el crujir de muchas hojas secas bajo sus pies─
─ No…
─ Entonces, ¿por qué te pusiste la caperuza?
─ Para que no me reconozcan fácilmente ─ sonrío sacando sus propias gafas de la chaquete, luego se las colocó para esconderse los ojos.
─ No, ¡en serio! ─ hizo rodar la mirada ante la risa divertida de Thor, recordando que incluso en Midgard, su hermano continuaba siendo una celebridad, como lo era en Asgard mismo.
─ ¿Y tú por qué llevas abrigo?
─ Porque en esta época es lo normal, no me gusta llamar la atención innecesariamente. El anonimato es algo que sigo considerando necesario.
─ ¿Y por eso subiste hasta la cima de la Torre Stark, para declararle la guerra a este mundo?
─ Sí, por eso utilicé a tu tonto amigo, el doctor Selving, para que se hiciera cargo de las investigaciones y del experimento, y de Barton para hacer el trabajo sucio…necesitaba rostros
─ Como tu travesura en Alemania, supongo
─ Eso sí fue adrede, para que veas ─ sus ojos destellaron su abisal malicia, tan habitual en él desde hace unos años atrás.
Thor suspiró. Por momentos olvidaba que ese hermano suyo, jamás volvería a ser aquel joven taciturno con el que creció en la Corte de su padre. Aun así, mirándolo de soslayo, sabía que, (como había dicho minutos antes) no podía dejar de quererlo como tal. Loki pareció sentir la mirada a través de las micas negras de las gafas, así que habló sólo para romper ese momento: ─ ¿Y…qué hay de mi cuñada?, ¿qué hay de tu científica? ─ Thor tan sólo pasó saliva y miró al frente ─ ¡oh, ya veo! ¡No más cuñada! Oye, ¡pero qué bueno que ese era un amor verdadero por el que estabas incluso dispuesto a renunciar al trono de Asgard, eh!
─ Loki, ¡basta! ─ negándose aún a mirarlo, y dando gracias de jamás haberle dicho, a quien estaba protegiendo la reina Frigga al momento de ser asesinada.
─ ¡Está bien, está bien! Sólo estoy bromeando ─ y sin reparos de ninguna clase, asumió la apariencia trigueña, delgada y menuda de Jane Foster ─ tal vez el ánimo te mejore si me veo así …
─ ¡No es gracioso! Y ya sabes que no me gusta ese juego tuyo, ¡además alguien podría verte!
─ Pero si no hay nadie ─ se volvió a mirar la calle vacía en ambos lados de la acera (donde sólo algunos autos transitaban) ─ para ser Manhattan esto tiene más soledad de la que me gustaría… ¿hasta dónde iremos?
─ Ya no falta mucho, queda a unas cuadras tan sólo, por eso decidí que era buena idea caminar, no estaba muy lejos del restaurante.
Loki miró la nomenclatura de la calle, los números de las residencias: ─ Bueno, al menos, porque caminar con estás botas es difícil ─ seguía andando sobre los tacones altos de la doctora Foster
─ ¡Entonces vuelve a ser tú y deja de molestar! Para variar.
─ ¡Qué delicado! Está bien, ¡está bien! ─ el hombre de negro, elegante y espigado reapareció sin más ─ no sabía que te ponías tan sensible.
─ Habla el experto en relaciones de pareja…
─ Si te importa que sea soltero, ¿por qué no me presentas a alguna de tus amigas? Esa que llaman la Bruja escarlata no está nada mal…
─ ¡Pobre Wanda, jamás le haría eso!…
Loki se fingió ofendido, sonrió burlón y movió negativamente la cabeza: ─ Al menos dejaste atrás la expresión de sepelio… ─ levantó la mirada por puro auto reflejo, vio surcar el cielo, a pocos metros de ellos y de las copas de los árboles, una lechuza negra de gran tamaño, frunció el ceño ante tan particular avistamiento en la ciudad, se preguntó si se la había imaginado o si tal vez, esa alada criatura de la noche pertenecía a la fauna del Central park. ─ ¿Viste eso, Thor?
─ ¿Ver qué?
─ La lechuza que acaba de sobrevolarnos… ─ con el dedo índice indicaba la dirección, pero ante la mirada extrañadísima del rubio asgardiano, el semidiós prefirió dejar de insistir.
No hablaron mucho más durante espacio de unos minutos, al cabo de media cuadra, Thor alargó el índice para señalar el enorme caserón que se levantaba al otro lado de la calle: ─ Allí está, el 890 de la Quinta Avenida.
Loki entrecerró los ojos para enfocar mejor. Por entre las largas pestañas vio un edificio beige de tres plantas sobre suelo, cuyo perímetro se extendía de esquina a esquina, rodeado por una reja oscura, y una balaustrada sostenida en pilares gruesos por donde asomaba un jardín oxidado por efecto del avanzado otoño. Frente a la fachada posterior de la famosa mansión victoriana, arboles caducifolios tachonaban la acera, invadiendo el paso de los transeúntes con hojas crujientes.
─ Vamos ─ dijo el asgardiano antes de comenzar a cruzar la calle.
Loki no apartó los ojos de aquella elegante construcción de ventanales angostos y balcones de piedra, cuya vista protagonizaba una asta en la que ondeaba una bandera de barras y estrellas.
Cercanos a la reja, Thor se aproximó a avisar al vigilante en turno, al tiempo que el pelinegro semidiós se entretenía observando todo a su alrededor. Con su agudo sentido del olfato percibió el aroma de la naturaleza bucólica, en ese precioso pulmón de la ciudad que era el Central Park, avecinado apenas a unos metros de la mansión. Cerró los parpados un momento, y viró unos metros sobre sus pies, al abrirlos, observó de nuevo esa enorme lechuza negra, apostada sobre el tejado más alto de una residencia en la contra esquina. Loki enfocó la vista, se sentía extrañamente vigilado.
Pero no eran sólo los ojos redondos del ave infausta lo que sentía sobre sí, sino los que le miraban a través de las cámaras de seguridad, en el interior de la casona.
─ Tony, ya están aquí… Es Thor y…su "hermanita" psicópata ─ movió negativamente la cabeza, rascándose la barbilla ─ ¿estás seguro de que fue buena idea hacer venir a ese demente?
─ Te va a sonar a una gran estupidez, Rhodie, ¡pero en estos momentos vería al diablo en persona si eso hiciera falta! ─ y lo dijo con un gesto que denotaba una tribulación contenida por cada una de todas esas noches sin dormir, esas noches de decenas de ojos y sombras.
El coronel miró a su demacrado amigo con consternación. Sin querer ahogó un suspiro intentando sonreír: ─ Bueno, cuando te sientas demasiado mal, piensa en mí, aquí, postrado en esta silla de ruedas...
El millonario rio ante la burla amarga de su amigo, aunque sus ojos marrones apenas si conseguían brillar, hundidos en las profundas ojeras que circundaban sus ojos desde que el insomnio había decidido instalarse en la mansión entera.
─ ¡No para siempre, Rhodie! No siempre estarás así, lo sé ─ el militar sonrió, se encogió de hombros y asintió de buena gana, mientas que el genio de las armaduras se aproximaba a él para empujar su silla hasta la salida de la habitación.
Afuera, los hermanos asgardianos atravesaban la puerta principal, ahora caminaban por un sendero de adoquines custodiado por robles y sauces tristes, de cuyas ramas pendían algunos cadáveres y esqueletos falsos hasta el pórtico de la casa, como parte de la decoración a la que se agregaba una valla de calabazas enormes, anaranjadas. La entrada principal estaba precedida por unas escalinatas de piedra pulida, una señorial puerta de madera caoba adornada con una corona otoñal, rematada en un alto dintel adornado con la escultura neoclásica de Minerva, diosa romana. Junto al pórtico, recargado sobre los escalones, descansaba un espectral espantapájaros de pelada osamenta humana en cuyos brazos de paja sostenía una gran calabaza esculpida.
Antes de que ambos semidioses terminaran de subir la escalinata, la puerta se abrió para dar paso a un mayordomo joven y a una ama de llaves de muy avanzada edad, (de piel parda, pequeña, casi enjuta) que los recibió con suma amabilidad, los invitó a pasar y les pidió el abrigo, el paraguas, la chaqueta de la que Thor no se quiso deshacer.
─ ¡Thor! ¡Bienvenido! ─ exclamó Natasha Romanoff quien en esos momentos se acercaba hasta el dios del trueno, taconeando sobre sus estiletes de nueve centímetros. A dos del enorme rubio, le saludó con un afectuoso beso en la mejilla ─ Tony bajará en un momento.
─ Nada de eso, ¡aquí estamos ya! ─ ambos se volvieron a mirar al millonario, que bajaba junto al coronel Rhodes por una rampa eléctrica que había sido instalada expresamente para palear la invalidez del militar ─ Thor… ─ tan sólo dijo el magnate, inmediatamente después de haber dejado a su amigo en piso firme, echando a andar hasta el rubio, al que dio un abrazo y dijo en voz queda ─ gracias por esto…
─ No es nada, para eso somos amigos… ─ miró tras de su hombro ─ él está aquí ─ Loki se había entretenido unos minutos entregando su abrigo y su bufanda, quedándose atrás, mas luego unos pasos de costosos zapatos negros de piel resonaron desde el vestíbulo través del frío piso de mármol pulido. Todos los allí presentes se volvieron a mirarlo: su silueta esbelta y luenga recortada contra la luz de la puerta que el mayordomo estaba por cerrar.
¡Chrash! El sonido seco cerrándose y las campanadas del reloj de péndulo que marcaban las siete de la tarde
─ ¡Stark! Heme aquí, ¡he respondido a tu llamado! ─ se aproximaba imponente y tenebroso, con una risa de autosuficiencia y malsana satisfacción. Bajo la mirada inquisitiva de Natasha, el coronel y el mismo magnate. ─ pero cuanto, ¡cuánto tiempo sin verlos!
─ No tengo el recuerdo exacto de cuanto, pero me alegra que no haya sido poco…tú sabes, cuando uno está ocupado evita pensar en cosas desagradables ─ contestó Stark sin dejar de sonreír.
─ ¡Oh! ¿Así que tu mente está libre de pesares, señor Stark? Entonces, ¿por qué me has llamado? Dime, Tony, ¿de qué has charlado con la fría madrugada durante todas tus horas de insomnio? ─ un especialmente sonrisa dentuda y macabra se le dibujo en el bello rostro pálido, una expresión que calaba hasta los huesos.
─ Loki…. ─ el tono grave de su hermano quien lo exhortaba a desistir de su oscuro juego.
─ Ya, parece que Thor te informó cual es parte de mi problema ─ a lo que el dios del trueno negó con una mueca de extrañeza…
─ Thor no me dijo que no consigues dormir por las noches… ─ caminando lentamente, rodeándolo, seguido de cerca por las miradas agudas de Natasha y el coronel.
─ No, ¡vaya, es cierto! Ahora recuerdo que no lo mencioné, sino que estás ojeras no pueden ser de otra cosa…
─ Enfermo no estás ─ interrumpió el dios del engaño ─ pero pudieran ser ocasionadas por diferentes dolencias, sin embargo, está casa habla, Stark, ¡está casa está hablando ahora mismo!….
Tony le miró levantando una ceja, disimulando el miedo inevitable que le producían esas oscuras palabras. Tragó saliva fingiendo una mueca de incredulidad
─ Acerca del tiempo que ha pasado, han sido, ¿qué?… ¡cuatro años! Vaya… ¡cómo vuela el tiempo! ─ metió las manos a los bolsillos del pantalón mientras echaba un vistazo al gran vestíbulo donde se hallaban: extrema sofisticación, refinamiento no escatimado en precio, opulencia y arte, ¡mucha! En cada pared y superficie se hallaba una obra plástica, (le llamó la atención una en particular, no porque fuera más bella o mejor ejecutada que las demás, sino porque poseía una energía bizarra. Era esta un daguerrotipo decimonónico de la mansión cuando estaba en obra negra, es decir, sin ventanas, ni puertas, ni puntura, rodeada de obreros) las cuales estaban alternadas por composiciones e instalaciones hallowenezcas (como esqueletos y osamentas, artilugios falsos de hechicería, candelabros y velas negras) pero, sobre todo, hubo algo que percibió, que logró borrarle la sonrisa. Arriba, escaleras muy arriba, casi en el punto más alto de la espiral que estas formaban, él perdió su mirada absorta como la de un gato al acecho de una presa. Luego de unos minutos de seriedad, así mismo, como un gato relamiéndose los bigotes, sonrió perturbadoramente ante la mirada extrañada de todos los demás, quienes tan sólo se vieron entre sí.
─ Ehhh… ─ se apuró Thor a decir como para romper el hielo ─ pues, Loki ha aceptado ayudar con tu problema Tony, ¿por qué no le cuentas?
─ Pero claro, claro que sí, ¡faltaba más! ─ sarcástico, haciendo un esfuerzo por sonreír ante la incómoda situación ─ pasen por favor, por aquí ─ y señaló el camino a la sala de estar: una exquisitez gótica revestida en blancos, dorados y borgoña
─ Loki… ¡Loki!
Natasha hizo rodar los ojos verdes, Rhodes negó con la cabeza antes de accionar el sistema automático de su silla de ruedas seguido de la bella rusa que comentó entre dientes sobre los inconvenientes de hacer traer un lunático a casa. Thor entonces puso una mano sobre el hombro de su hermano y lo hizo salir de su ensimismamiento.
─ ¡Loki! Vamos ya, nos llaman ─ dijo mientras sostenía del brazo al pelinegro quien le miró fijo, asintió con una sonrisa sutil y le siguió de cerca
─ ¿No se te hace que aquí hace demasiado frío? ─ la única respuesta que brotó de sus labios delgados.
El pelinegro se fue y el dios del trueno le miró confundido, no porque una mansión tan suntuosa no tuviese una calefacción eficaz, ni porque, efectivamente, sintiera un ambiente mucho muy fresco, sino porque su hermano nunca había sido capaz de incomodarse con temperatura baja alguna.
Las voces viniendo de la pieza continua le recordaron a Thor que se había quedado en su sitio, pero tenía que seguir avanzando hasta donde ahora se hallaban sus colegas, la sala de divanes blancos de dónde provenía la charla que Stark había tenido que empezar a entablar con Loki. Ambas inconfundibles voces masculinas era el sonido dominante de las estancias principales de la casa, que rebotaban en las paredes y subían, invisibles a través de todo lo alto de la cúpula que albergaba las escaleras. Sin embargo, había otras, silenciosas para los oídos que no pueden escuchar con atención a través de los hilos donde se tergiversan las realidades, porque las leyes de la vida y la muerte no lo permiten. Sin embargo, toda ley es susceptible de violarse, y si por un momento, todos los demás presentes en la casa, ─no sólo el dios brujo─ hubiesen podido transgredirla, hubiesen escuchado… susurros…
─ Él nos ha visto…
Susurros macilentos y resquebrajados.
Continuará ...
Hola a todos (as) los que me leen!
Antes que nada decir que por primera vez en un reto del foro La torre Stark, así que traté de cumplir con los requisitos de extensión pero este proyecto se me está saliendo de las manos XD. Aquí está el primer episodio, en unos días postearé el segundo.
Y qué hay de la idea? Bueno, realmente me surgió desde hace tiempo, yo quería escribir algo acerca del Loki místico, aquel que domina las artes ocultas (que desgraciadamente no se nos muestra en las películas, pero sí en los comics), entonces, el Loki que hayan aquí es una mezcla del movieverse y del comic (en cuanto a los poderes que tiene). Luego pensé en el momento y el lugar. Está época otoñal (que es mi favorita de todo el año, debo decir) fue la ideal, y el lugar? Bueno! Decidí escoger como escenario Manhattan, y concretamente La mansión Stark (conocida así en el mundo de los comics, y también por su otro nombre La mansión de los vengadores). En este fic no es la mansión de los vengadores, propiamente, sino sólo es la residencia oficial de los padres de Tony, quien se la heredaron. Así que junte estos temas, más la trágica muerte de los señores Stark que vimos en Civil War, y vuola! Aquí lo tienen.
Antes de despedirme (por el momento), me gustaría comentar otros detalles:
- La mansión Stark está inspirada en la Mansión Frick (según el mismo Stan Lee). Una casona real ubicada, precisamente, en el 890 de la Quinta Avenida, en Manhattan, Nueva York, que en realidad es un museo retacado de arte, que está abierto al publico, incluso. Y la pic que pongo como avi del fic, es precisamente, una foto de tal mansión (obviamente en la descripción yo le puse de "mi cosecha" XD.
- La ama de llaves Consuelo Sanchez, es un personaje canon que aparece en algunos comics.
- El Loki que describo es uno demasiado "aclimatado" a Midgard, pero es que yo siempre he jugado con la teoría de que Loki ha pasado o pasa más tiempo en el reino mortal de lo que se sabe o se supone (lo infiero por su forma de vestir, de actuar, etc).
-La indumentaria que describo en Thor y Loki está basada en los avistamientos del set de Thor Ragnarok desde Brisbane Australia, así como tal (igual el detalle del i phone de Loki)
-Me tomé una licencia para que el encuentro en los Odinson fuera plausible, aquí se supone que Thor sabe lo de la suplantación de Odin, y ...bueno, uds me disculparán xD...se supone que Odin está rescatado y tal. (Y este relato toma lugar después de la peli Civil War, como podrán darse cuenta)
Creo que por el momento es todo, los espero más adelante para otro capitulo (de hecho tengo mucho más escrito, pero para no saturar la regla del número de palabras tal vez lo ponga como un relato aparte)
Desde ya, muchas gracias por leer este fic! =)
