Capítulo 1
30 de octubre, 2010. 9:35 a.m.
Will estaba en la patrulla, esperando a su compañero, así que aprovechó para llamar a JJ. Por fin ese día regresaría junto a Reid a DC, después de tres semanas desde la tragedia en Los Ángeles. Tres semanas sin ver a Henry.
-... entonces te espero para la cena?
-Si, creo que llegaremos a eso de las 5:00 p.m.
-Y Spencer? Irá a su apartamento?
-Mmm... hablé de eso con Hotch, él... quiere encargarse de eso, le dije que no era necesario, pero...
-Porqué hablas en clave? No le han dicho a Spencer, no?
-No, aún no... Espera un momento Will... Spence, qué pasa?
En el fondo, se escuchaba la voz de Reid, hablando con el conductor, mientras JJ trataba de tranquilizarlo, pero de un momento a otro, empezó a escuchar a la rubia angustiada.
-Señor! Señor! Pasa algo?!
-JJ, qué sucede?! Contesta!
Escuchaba golpes, como a un vidrio, su esposa llamaba al conductor, pero no había respuesta. Segundos después, se escuchó un frenazo, y después, el caos.
-Nooo! Déjame!
-JJ! JJ! Háblame!
-EAME, EAME!
-JJ! Me escuchas, Jennifer! Spencer!, gritaba en el teléfono, pero solo escuchó el motor de un auto alejarse.
-Ok, calcetines, abrigo, los medicamentos, creo que ya! Todo está listo!, chequeaba Fran. No estaba muy feliz de que su hijo se fuera a DC. Apenas hacía unos días había vuelto, no se había recuperado totalmente de las cirugías y no tenía movilidad en las piernas, pero era su decisión.
Sarah y Desiree no estaban felices, y se lo hicieron ver, pero su hermano era terco, y sabían que nada lo iba a convencer. Ni siquiera cuando Sarah le ofreció irse con él unos días, aceptó. Quería seguir su terapia física en DC, además, estaba ansioso por ver a Reid. Morgan esperaba en la sala, todas las maletas estaban listas y solo esperaba a Emily que vendría por él.
Emily ya estaba en Chicago, e iba hacia la residencia Morgan en taxi. De camino allá, sonó su teléfono por quinta vez en el día, y por la misma persona...
-Dime PG
-Ya llegaste?
-Ja, voy de camino, tranquila, pronto tu trueno de chocolate estará contigo.
-En serio? Ohh, Em, eso espero. Este amor a distancia no funciona.
-Ja, cómo haces entonces durante los casos?
-Es diferente, cuando viaja con ustedes lo tengo solo para mi, pero allá, debo pelearmelo con otras tres damas, y te digo algo, Sarah es un caso serio.
-Llegaré en 5 minutos, te llamaremos del aeropuerto, de acuerdo?
-Ok, Mrs. Prentiss, espero tu llamada con anhelo.
Al terminar su llamada, García notó una llamada en espera...
-Will, todo listo para la llegada de mis Wonder Twins?
-García, localiza el celular de JJ, ella sigue en línea...
-Porqué? Qué pasa?
-Hazlo García!
-De inmediato, pero qué pasa, Will?
-Los secuestraron, García, a los dos...
-Secuestrados? No, no, no... debe ser una broma... Aquí, la tengo! Está en la 123 de North Lorenz, San Francisco, es... es una calle ciega Will... Quién, cómo?
-No lo sé, yo no tengo idea de quién o por qué, escuché... Dios, cómo los arrastraban... García comunícate con el FBI en San Francisco, yo llamo a Hotch...
-Will, espera. Llama mejor a Rossi primero, él iba hacia allá con el equipo 2.
-Papi, papi, ven!
-Qué pasa Jack?!
El niño jalaba la mano de su padre que estaba sentado en su escritorio. Jessica miraba con simpatía la interacción entre ambos...
-Vamos, Aaron. No te imaginas lo que hicimos entre Jack y yo.
-De acuerdo, espera Jack...
Con un poco de dificultad, Hotch se enderezó y empezó a caminar con ayuda de unas muletas. Pasaron al pasillo, y se dirigieron a la tercera puerta, al fondo. Al abrirla, Hotch se asombró al ver lo cómodo que había quedado el cuarto de Reid. Entre Jessica y Jack ordenaron sus libros en un estante. La cama tenía un edredón nuevo que había comprado Prentiss y en la cómoda, una fotografía de Reid con su madre, que García trajo de su apartamento. Un sofá con lámpara en una esquina, todo ordenado y limpio.
-Uaaaauuuu budy, está increíble!
-Crees que al tio Spencer le guste?
-Claro que le gustará! Se sentirá como en casa, gracias Jack.
-Jack, en la refri deje helado, quieres un poco?
-Si tía! Puedo, papi?
-Claro, budy, ve!
El niño corría hacia la cocina, vigilado por su padre y su tía.
-Jessica, gracias por lo que has hecho, no tenías...
-Aaron, no digas tonterías. Él y tus amigos son parte de la familia de Jack, nunca voy olvidar todo lo que hicieron por salvar a Haley, y ahora con Jack... lo que él necesite, lo que ambos necesiten, siempre podrán contar conmigo.
Faltaban 15 minutos para quel jet descendiera a San Francisco. Benedict y Johns jugaban naipes, mientras Tyler leía un libro y Elías tenía los auriculares puesto, con los ojos cerrados. Rossi estaba sirviendose un café, y desde la entrada, observó al equipo de su amigo Russell. Eran diferentes a sus amigos. Patrick "Pat" Benedict, de 29 años, había sido oficial de policía en Los Angeles por 4 años, ingresó al FBI hacía 3. Era inteligente, fuerte, sarcástico. Tomaba decisiones, era impulsivo y en ocasiones, mal educado, pero era al mismo tiempo era leal con su equipo y honesto. Susan Tyler, rubia, ojos claros, cuerpo pequeño y esbelto, pero ágil y versátil. Tenía una gran puntería y una gran memoria, aunque no tan excepcional como la de Reid. Era capaz de encontrar soluciones a las situaciones más complejas. Trabajo en el equipo SWAT en Chicago, dónde aún Morgan era recordado. De hecho, fue él quien la recomendó para su ingreso en BAU. Evelyn Johns era, por decirlo así, un híbrido interesante de Hotch y Gideon, conocedora de las leyes, calculadora, tenía la habilidad de reconocer las intenciones de cualquier sudes por medio de su conducta. Era una fan devota de Reid, de hecho, Rossi estaba cansado de responder a sus muchas preguntas sobre el genio. Era un poco más alta que Susan, pero no era atlética. Sin embargo, no había criminal que no hablara despues de un interrogario con ella y Evelyn. Y por último, Elías. Hijo de mexicanos, fue un prodigio en la Universidad de Harvard. Su especialidad era la lingüística, pero era un conciensudo lector de practicamente todo. Su padre era el primer latinoamericano en ingresar al FBI, pero murió cuando Elías tenía 10 años, así que decidió dedicar su vida a la misma carrera de su padre, y encontró la oportunidad en BAU, donde había ido adquiriendo otras habilidades. Eran únicos, jóvenes, sin experiencia, pero con convicciones fuertes, firmes e íntegros.
Rossi se sentó con su café en mano, cuando su teléfono sonó.
-Rossi.
-David, tenemos un problema. Se llevaron a JJ y Reid.
-Will, qué quieres decir con que se los llevaron?
9:55 a,m.
-Buenos días, familia Morgan...
-Emily Prentiss, llegas tarde.
-Oh, también me da gusto verte, Derek
La trigueña sonrió y besó a su compañero en la frente. Fran salió de la cocina, y le dio la bienvenida con un abrazo.
-Es bueno verte, Emily. Te veo mejor.
-Qué esperabas, mamá. Esa mujer es indestructible.
-Es lo que estoy viendo. Tengo café recién hecho y pastel, quieres...
-Mamá, el avión espera...
-Oh, en realidad aún nos queda un par de horas... Con gusto aceptaré su invitación.
Fran se dirige a la cocina, y Prentiss se sienta en el sillón junto a la silla de Morgan.
-Sabes que ahora no nos dejará ir, no?
-Oh, vamos Morgan. Tu mama quiere estar más tiempo contigo, no la vas a culpar?
-Quiero regresar, Emily. En serio.
-Y nos iremos, solo aguanta unas horas.
-Qué has sabido de Reid?
-En este momento él y JJ deben venir de camino, con Rossi. Así que tranquilízate. Hoy podrás verlo... Te sucede algo?
-No sé, es... siento algo extraño.
-No me digas que tienes un mal presentimiento?
-Qué se yo! Es, una sensación extraña. Es todo.
-Creo que es solo el estrés de estar tanto tiempo alejado de tu casa. Descuida, nos iremos pronto..., le dice Prentiss, mientras atiende un mensaje que le llega en ese momento.
'Hay problemas... Mis Wonder Twins fuero raptados, no le digas a Morgan todavía. Rossi está buscándolos. García.'
-Quién era?
-Ammm... Era García, preguntándome por ti. Voy a contestarle...
-Dile que pronto estaré ahí, que no sea impaciente...
-Claro... 'Infórmame si pasa algo. Estaremos en DC en 3 horas.'
El auto tomaba la vía principal para salir de San Francisco. Los cuatro hombres iban en silencio, solo se escuchaban los golpes de Reid en el cajón del auto. JJ aún no había reaccionado. El calor era intenso, y le costaba respirar. Era un pesadilla, su amiga inconsciente, él aún no se había recuperado, Hotch y Morgan tampoco, y el resto del equipo en otra ciudad. Estaban solos, en manos de unos desconocidos, sin arma... En ese momento, el genio cerró los ojos, deseando despertar de esa pesadilla.
