Hola!
Soy Una cosilla soy nueva así que no sean muy duros conmigo TToTT
Una cosa, mi primer capitulo va dedicado ados de mis autoras favoritas, una es YOUKOSAIYO y la otra es YUKII, ya que me inspirado en su talento, para hacer este fic, ( muchas gracias, chicas ! ) Otra cosa, todo y que a mi me gusta mucho esta serie, y las parejas que en ella se generan, por favor no sean muy duros conmigo, ya que me costo un poco hacer un fic, si hay alguna cosa que no les agrade simplemente me mandan un correo y ya, OKIS!
Saludos cordiales,
Capitulo I :
-Hiei me voy al colegio – se despedía Kurama con la mano mientras salía y cerraba la puerta. – Que extraño..últimamente Hiei pasa mucho tiempo en el Ningenkai... –
Y con este pensamiento se fue al instituto.
El día transcurrió de lo mas normal.
Todo el mundo arriba y abajo, intentando escabullirse de las clases ( Yusuke y
Kuwabara por ejemplo ), y otros ya por temor no venían al cole.
De camino para ir a su casa, este sintió que lo observaban pero no le dio la mas mínima importancia, axial que siguió su camino, al llegar a su casa volvió a sentir el mismo escalofrió, así que no entro y se quedo recostado sobre un cerezo que el, había plantado con su madre cuando tenía cinco años.
Se quedo allí, inmóvil mirando a ningún sitio, parecía estar sumiso en sus pensamientos, cuando un agudo dolor le atravesó el pecho, se giro para ver quien era el intruso, pero, no había nadie, y por mas mala suerte había una carta.
La cogio pero cuando se disponía a leerla un dolor le hizo mirar hacia su herida abierta en su pecho, no era muy grande pero si bastante profunda, decidió que no podía entrar así, así que se fue al mundo infernal para
ver a Yukina, la hermana de Hiei, que vivía con Genkai en un templo a las afueras del territorio.
- Kurama que te ha pasado? Que es esa herida? – salio una preocupada Yukina al notar el ki de este.
-Nada solo alguien me ataco pero ya lo mate, solo era por si podrías hacer algo
con esa maldita herida, no quiero que mi madre me vea si. – dice algo preocupado.
-Si veré que puedo hacer entre – dicho esto la koorime acompaña a Kurama a una habitación y allí intenta curarle la herida.
-Kurama, siento decirle que esta no es una herida normal, no la puedo curar con mi poder de curación. – decía en tono triste.
-Ah...comprendo, no te preocupes – sonríe – habrá algunas hierbas
medicinales que las curen – sale de la habitación al jardín que tenían al lado del
templo.
Buscando, buscando se encuentra con alguien, mejor dicho con algo, con que no se esperaba nunca que viese en ese lugar, era una planta del Reikai, muy
poderosa y bastante difícil de encontrar, pero que hacia allí esa planta, y porque su cuerpo no reaccionaba a ningún movimiento?.
Estaba confuso así que cuando la planta empezó a atacar, el solo podía recibir golpes quedando muy mal herido.
Yukina noto que el ki de Kurama disminuía, y fue en su busca, mientras Genkai
había ordenado a Botan ir a buscar a Yusuke y a Kuwabara, pues Hiei no tenían ni la más remota idea de donde carajos se había metido ese niño.
Cuando Yukina llego, vio a Kurama tirado en el suelo malherido y se dispuso a dirigir hacia él pero la planta la tomo, haciéndola sangrar, ante el asombro de todos, el ki de Kurama aumentó pero lleno de odio y rencor, y de un solo ataque venció a la planta salvando así a Yukina, esta estaba elevada así que cuando cayo Kurama tuvo que hacer un esfuerzo para ir a socorrerla antes de que cayese al suelo y se lastimara.
Cuando llegaron los demás, se encontraron con Yukina acariciando los cabellos
del susodicho Kurama, que yacía inconciente. Hiei se acerco enseguida.
-Yukina que paso?
-Pues veras...Kurama vino aquí solo desde el Ningenkai, y me pidió que le curar
una herida, así que lo intenté pero no pude, este se fue a buscar unas hierbas
medicinales, y sentí si ki a punto de desaparecer, cuando lo encontré estaba
tirado en el piso, así que corrí a socórrelo pero una planta me cogio, y al final el
me tuvo que socorrer el a mi.
-Yukina, de que planta se encargaba?
-Una que no pensé que vería y menos aquí, Hojas Cuchilla
-QUE! – exclamaron todos a la vez.
No podían creer lo que escuchaban sus oídos, así que decidieron llevar a Kurama al templo para que Yukina le curara las heridas, mientras Hiei, Yusuke y Kuwabara, conversaban acerca de lo sucedido.
-que creéis que ha debido pasar?
-No lo se, pero si ni siquiera Kurama ha sido capaz de vencer a la planta.
-Yusuke te recuerdo que cuando llegamos la planta ya no estaba- le reprocha Hiei.
-Bueno pero la mato porque tu hermana estaba en peligro sino se hubiera
quedado allí tirado.
-no lo se lo mejor será hablar con el.
Así que con este pensamiento se dirigen al templo, mientras allí una muy
intranquilizada koorime, intentaba curar la supuestas leves heridas de Kurama, pero al ver que su poder era inútil se derrumbo, justo en ese momento aparecieron Hiei y los otros.
-que te pasa hermana?
-no puedo sanar sus heridas parece como si fueran provocadas por un gran
demonio o espíritu.
-es no es normal – Genkai se unió a la conversación – que tipo de heridas son?
-superficiales, por eso las debería poder curar.
-Ahhh...- Kurama empezó abrir los ojos, pero un dolor inmenso le impedía moverse.
- KURAMA! – gritaron al unísono
-como estas?
-Siento que el cuerpo me estuviera ardiendo, pero por lo otro bien.
-que ha pasado?
-no recuerdo solo recuerdo que... – de repente su explicación se paro en seco y con un rápido movimiento salio por la ventana – ayúdame ... – ese fue el único murmullo que solo pudo atinar a oír Hiei, que medio segundo después termino de desaparecer.
Los otros en la sala estaban desconcertados así que fueron a buscar a Yomi y a
Mokuru para que le ayudaran en encontrar a esos dos.
Donde estaba Kurama
-ahhh... deja de sonar me estas volviendo loco! – gritaba
-no podrás huir de mi, te encontrare y te mataré, ah no ser que te sacrifiques...
Kurama había llegado a una pequeña cabaña, en donde un youkai lo torturaba.
-como crees que me voy a sacrificar!
-te sacrificaras sino tus amigos morirán y tu madre la primera.
-no!
-SI! Jajaja!
-esta bien tu ganas, donde debo ir?
-cerca del territorio de Mukuro, hay una pradera, donde se encuentran mis hombres, ellos te esperaran allí, pero no será tan fácil como tu crees.
-porque...ahhh...haces esto..? – pregunta algo adolorido.
-quiero vengarme de tu, y tus amigos que me hicieron imposible la vida.
-no dejare que les hagas daño – dicho esto saco su látigo de rosas de su pelo y ataca a su agresor.
-maldito...Ahhh...no podrás escapar de mi – pero era demasiado tarde, Kurama había salido corriendo con todas sus fuerzas, tenia que explicarle lo sucedido a Hiei, para que pudieran estar alertas y no correr ningún peligro.
-amo... – dijo un hombre al entrar en la sala después del grito de este.
-si se ha ido, pero eso no cambiara su destino, Kuroune, por favor ves a seguirlo pero que no note tu ki.
-de acuerdo- y se fue dejando al amo solo, con su otro sirviente.
-amo..
-ahora es solo cuestión de esperar, que se apodere de èl y venga a nosotros suplicando clemencia.
Espero que les haya gustado .
Saludos
