En una de las tantas reuniones de las naciones, se encontraba cierto americano sorbiendo su vaso con gran estruendo, irritando como siempre a Iggy…
-¡Quieres dejar de hacer eso!- le grito Inglaterra a Alfred cuando colmo su paciencia el sonido.
-No – fue la única respuesta que consiguió y continuo con lo suyo.
Ya era normal para todas las demás naciones escuchar esa conversación pero lo que sorprendió a todos, lo que hizo de esa ocasión algo diferente fue la reacción de Arthur. De pronto todo se quedo en silencio y se escucho un sordo golpe; unos lentes salieron volando, el refresco se derramo en el pulido suelo; el sonido de una cachetada fuerte, dura con odio e impaciencia. Inglaterra por primera vez en mucho tiempo había golpeado a América en la cara.
-No tengo porque soportar esto- a acto seguido se dirigió a la puerta y al salir dio un portazo que todo mundo, literalmente TODO MUNDO escucho.
La sala de pronto tuvo un humor y silencio incómodo, nadie se atrevía a mirar al afectado en cuestión por temor a lo que podría pasar después…
Pasaron dos semanas, en las cuales no se dijo nada de la reacción de Inglaterra, bueno casi todos…
-Inglaterra-san podemos hablar un momento- dijo un chico de cabello castaño, ojos cafés y un curioso rulito en la cabeza, tenía un aspecto inocente y bobo, pero aun así sabía lo que hacia… o al menos eso creía.
-¿Sobre que quieres hablar Italia?- respondió como si se hablara del clima.
-Sobre tu reacción hacia con Amér…
-Sino es mucha molestia Italia no quiero hablar del tema, eso no es un asunto que te incumba, de ser solo ese tu único motivo para una absurda charla por favor retírate de mi presencia- interrumpió a Ita-chan, en su voz se denotaba cierta hostilidad y repudio por el acto de inocencia de parte de la nación del sur.
Alemania estaba a punto de estallar por el poco tacto que había tenido Iggy con Veneciano pero este solo le dio la indicación de que todo estaba bien así que solo se quedo en su asiento mirando mal a la otra nación.
Nuevamente la sala quedo en silencio… ¿Qué le pasaba a Inglaterra? ¿Porqué se comportaba de esa manera?... esas preguntas solo las podía contestar Arthur Kirkland.
En esa sala de conferencias ya era normal escuchar solo las voces de las naciones sobre los asuntos de estado y terminar las sesiones sin solución alguna, pero lo que en verdad se extrañaba eran los absurdos comentarios de "the hero are here" o "the hero puede solucionarlo" y una voz siempre apelando en su contra… incluso Francia se había vuelto más... serio.
Dos meses después, terminada una reunión de tantas; Arthur no sabía porque pero no quería ir a casa, quería gritar al viento su sufrir, quería ser escuchado, pero no por alguien ajeno sino por aquella persona… le extrañaba tanto.
Llegó a casa de su hermano mayor, el pelirrojo no se inmutó en nada, se limitó a no entretenerse mucho pero a pesar de su actitud sabía que algo andaba mal con su hermano.
-Si solo has venido a tomarte todo mi Whisky, fumarte todos mis cigarrillos y hacer barbaridad y media en mí casa, es mejor que te vallas, no quiero tener que cuidar a un mocoso irresponsable que no sabe atacar a su enemigo de frente y que prefiere salir huyendo antes de iniciar el combate – Scott no sabía que conseguiría provocando a su hermano pero solo así le diría que sucedía.
-A ti no te importo – le dijo Arthur ya con tres botellas y media en el organismo – siempre burlándote de mi, quejándote de mi existencia, siempre queriendo que yo dependa nuevamente de ti! Pero ya no más! ¡YA NO! – unas lágrimas gruesas rodaron por fin en las mejillas de Inglaterra, sus últimas palabras se quebraron.
-¿ya no que Iggy? – repitió Scott, encendiendo un cigarrillo, jalando una silla para sentarse a lado de su hermano – Me importas tanto que estoy dejando que te termines mis mejores botellas de Whisky, que te fumes mis cigarrillos y estés aquí cayéndote de borracho cuando pude azotarte la maldita puerta desde que te vi en mi fachada; todo para que tengas el suficiente valor y me digas lo que te sucede…
¿En verdad había dicho eso? Si, Scott Kirkland al fin había demostrado sus sentimientos en voz alta y con alguien quien le escuchara.
-Hoy le dije "TE QUIERO" tal vez no se dio cuenta porque no lo pronuncie con estos labios, llevó los días contados dos meses exactos y aun así no me atrevo a dirigirle la palabra, ni siquiera dedicarle un "hola" o alguna sonrisa o una mirada, me pone a divagar pero no cederé ¡YA NO!; quiero comprender que lo que hice fue por nuestro bien, que es mejor separarnos a hacernos mas daño – el llanto le ganó, lloró con fuerza hasta que no pudo más; su voz mostraba tristeza, melancolía pero sobretodo un inmenso dolor, no hacia falta que el menor le explicará a quien se refería o cual era el problema, lo sabía y lo único que podía hacer era dar su concejo.
Se escucho un sonoro ronquido por toda la habitación, Inglaterra había acabado con la botella y se había quedado dormido – Siempre haces lo mismo Iggy, nunca cambias – dijo sarcásticamente Escocia, le quito la botella de la mano viéndola con tristeza – pobre de ti, tuviste que pagar las consecuencias de un idiota que tendrá que reponer lo que se tomo – le hablo a la botella como si fuera su amante. Después de colocar bien al menor se lo cargo al hombro, cual bulto y lo llevo a su antiguo cuarto, primero dormiría y después tendría que hablar… Una sonrisa burlona dibujo el rostro del Escoses.
En casa de Francia las cosas no eran diferentes…
-Mon amour a caso no disfrutas de mi valiosa compañía – decía el francés acomodándose cómodamente en el sillón de cuero negro – llevas mirando esa taza de ¿té? Más de dos horas. ¿Qué sucede amour?
El americano solo miraba esa taza de té, a pesar de no gustarle, que hacia traer recuerdos de aquella persona que tanto añoraba y quería.
-¿cómo se siente el amor? – preguntó Alfred, con la taza en las manos, mirando por primera vez desde su llegada a Francis.
El aludido se impresiono- Pues se siente… diferente para cada persona – fue lo único que podía decir y después en forma ya mas informal y seductora sacó una rosa roja de dios sabe donde y dijo – ¿a caso quieres recibir amour? Porque soy muy bueno dando…
-No quiero nada de ti, ni de nadie… - solo había una persona de la cual quería recibir cariño y de la cual no sabía nada hasta ese momento – Francis, ¿sabes algo de los Kirkland?
-Si – fue su única respuesta, sabía muy bien lo que aquel ojiazul quería escuchar pero no era del todo capaz de decirlo.
Francia se pasó por la cocina, tomando un vaso que lleno de un líquido rojizo; "esta no es la forma de servir algo tan exquisito" pensó mirando la tarja de copas sucias que aún no se había dignado a lavar, en ese momento sonó su celular…
-Hola mon amour, que grata sorpresa escuchar tu voz…
-Para mí no lo es, ahora escucha bien francés de pacotilla, se que estas con América
-Si estoy con él, la estamos pasando bien ¿quieres venir?
-Déjate de tonterías, quiero que lo traigas a mi casa ¡YA!
-¿Qué dices?
-Lo que escuchaste, sino créeme odiarás haber estado en casa por el resto de tus días. Tienes tres horas para llegar.
Se escucho como terminó la llamada, cuando Alfred volteo a ver a Francis sabía que algo no andaba bien, pues el francés tenía la cara de espanto.
-¿Sucede algo malo Francia? – preguntó con miedo a escuchar la respuesta.
-Necesitamos irnos ahora – fue lo único que respondió, tomo los abrigos, las llaves, dinero y jalo de la mano a Alfred, conduciéndolo hasta su vehículo. –Súbete.
El estadounidense hizo lo que se le ordenó, en la voz de Francis no había la más mínima nota de burla, ni morbo sino frustración, desesperación y miedo.
Francia sabía que no podía permitirse no llegar o hacer esperar a Scott, porque Escocia era muy diferente a Arthur pues sus amenazas no eran en vano; de por sí tenia una relación muy muy tensa con el pelirrojo para querer meterse en problemas con el mismo.
-¿A donde me llevas? No me lo haz dicho desde que salimos de tu casa, soy un hero y exijo saberlo
-Mon amour tu a mí no me exigirás nada, porque me debes mucho recuerda que gracias a mí ahora eres libre sin tener que rendirle cuentas a ese tonto ingles – Francis solo miro por encima de su hombro, sabía que había dado en el punto exacto, desde entonces Alfred no había mencionado palabra alguna en todo el viaje, llegaron mas pronto de lo planeado. Se bajaron del coche, el francés quería llegar puntual, y aun tenían bastante tiempo para una charla.
-Ya sabes en donde estamos ¿verdad? – dijo ya algo motivado.
-¿Por qué me haz traído hasta aquí?- dijo el otro en voz baja, sentado en la acera con un refresco en la mano.
-Porque quiero salvar mi cuello, también porque se que tu sabes como yo quien me llamó. . . aunque no me dijo la razón.
El celular de Francia sonó nuevamente, pero quien contesto fue el americano que le arrebato el celular al francés.
-¿Iggy? – pregunto Alfred esperanzado.
-Que rayos ¿américa? Regrésame el celular – pedía el rubio
-¿Iggy, estás allí? – ya algo más desesperado al no recibir respuesta alguna.
-Por lo visto ya llegaron, dile al francés que pase y deje de hacerse pato allá afuera- dijo una voz sarcástica con acento escoces que el ojiazul reconoció inmediatamente, deseo no haber contestado y regresarle el celular a Francia cuando se lo pido - ¿sigues ahí?
-Sss…iii… - y colgó inmediatamente.
-Quiere que entremos ya ¿cierto? – adivino Francis por el rostro paliducho de la nación, que ya de por si estaba nervioso por el lugar ahora tenia que lidiar con el hermano mayor de Inglaterra. El americano se limito a asentir.
Subieron al coche, lo estacionaron y tocaron el timbre, esperando que la puerta se abriera. Un niño pequeño rubio abrió la puerta.
-¿vienen a ver a Scott o a Arthur? – mencionó el pequeño con una voz sumamente infantil pero directa.
- Solo déjanos pasar mon amour y prometo no hacerte nada – dijo Francis un poco nervioso y exasperado.
- Sabes que es un niño ¿verdad? – dijo con incredulidad Alfred, una vena palpitante se hallaba en su cien ante semejante acto – y que pueden llevarte a la cárcel por decir ese tipo de cosas!
- Si, lo se, pero ahora te pregunto a ti eso ¿cuando me ha importado? – dijo cómodamente el francés notado que el niño estaba aun esperando una respuesta.
- ¡PETER! – gritaron desde adentro de la estancia. El niño se quedo quieto un momento y después se volvió, cerro la puerta un poco. Dijo algunas palabras con otra persona y se fue… ese lugar cambio de ocupante, dejando ver a un estresado pelirrojo.
- Pasen – dijo con esa voz profunda y orgullosa de todo Kirkland.
América dudo en pasar, en realidad quería salir huyendo de ahí lo antes posible, "trágame tierra" pensó para si, pero no podía, no lo haría, quería saber porque estaba en ese lugar que tantos recuerdos le traía…
Francis ya con más calma paso a la estancia, curioseo las paredes pero sobre todo no perdió detalle alguno en el traje tradicional que llevaba Escocia…
¡Primer capítulo! :3
Espero sea de su agrado, creo que dejé varias incógnitas, esto vino a mi mente un día de acongojo y por una situación muy parecida.
Dedicado a Sakura Haruhi Otonashi por su gran ayuda y apoyo, sin ella esto no hubiese sido publicado y posiblemente sería un archivo más en mi disco duro, a Lenore4love de quien me inspiré un poco [bueno esta bien, bastante] para hacer a Scott y Lunaweasleycullen14, mi Iggy personal, tu sabes porque.
Ahora ya que me aluciné como la vil frikki que soy, creo que ya saben que hacer, se aceptan todo tipo de ideas… sugerencias… amenazas de muerte… pero sobre todo ¡REVIEW'S!
