"El secreto del poder de la magia reside en el corazón de los mortales que veneran el esplendor del misticismo del inmortal"

Egipto ha sido llamado el regalo del Nilo, el Nilo y el desierto del Sahara dominan Egipto. Hasta hace poco, el Nilo causaba inundaciones y aportaba tierra negra y fértil a las tierras de cultivo de sus orillas. Los antiguos egipcios llamaban a esta franja exuberante la tierra negra, la tierra de la vida. El desierto tórrido era la tierra roja, la tierra de la muerte. Millones de turistas acuden a Egipto cada año para visitar sus fabulosos monumentos, museos y conocer un poco de su historia más sin embargo yo vengo por un propósito completamente diferente, desde niño me he sentido fascinado por todo lo relacionado con Egipto a tal grado que me he vuelto un gran arqueólogo, trabajo para el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York y me dedico a extraer historias más sin embargo como ya había dicho antes yo tengo mi propia historia que desenterrar.

-Duo, parece que hemos encontrado algo-grita un joven agitando la mano, es de hermosa compleción, cabellos rubios como los rayos de sol, estatura baja, delgado y de piel blanca como la nieve, tanta belleza sin contar con el brillo de sus ojos aguamarina.

-Si, en un momento voy- le contesta un joven igual a el sólo un poco más alto y de largos cabellos castaño sujetos en una firme trenza estando sus ojos violetas cubiertos por unas gafas.

El es mi primo Quatre al que le tengo un enorme cariño desde niños ambos estamos en la misma especialidad y cuando más jóvenes estudiamos juntos sólo que al final yo decidí terminar en América mientras el se regreso a nuestras raíces ahora trabaja para el Museo Egipcio de El Cairo [1]. Estamos investigando sobre un antiguo faraón desconocido, lo único que sabemos de él es que fue famoso por una razón y que después de haber comenzado su reinado lo abandono por razones desconocidas hasta el momento dejando a cargo a su hermano mayor, lo raro de todo esto es que existen algunas incoherencias en la historia que estamos hallando a la ya antes escrita y conocida.

-¿Qué encontraste?-pregunta agachándose al lado de su primo con una paleta en mano, se encontraban en una excavación cerca del Valle de los Reyes [2], el castaño saco un trapo para secar el poco sudor a pesar del calor sofocante que ahora reinaba el lugar, el aire en cada momento se volvía denso más sin embargo este proporcionaba un poco de frescura.

-Parecen ser los restos de un anillo [3] viene un símbolo del Anj adicional,[4] sólo que el escrito es extraño, tienes que leerlo- le dijo mostrándole el cartucho dentro de la bolsa que traía en sus manos, el castaño lo tomó y comenzó a observar detenidamente, estaba hecho de plata tomando en cuenta que era muy escaso en esos tiempos, en la parte superior giratoria está decorado con un escarabajo sagrado y el Anj, lo extraño era que en vez de estar los dibujos de la buena suerte como era de esperar tenía un jeroglífico mucho más antiguo, una sonrisa surco por su rostro por suerte el era bueno con los grabados sagrados, agudizo un poco más su vista y comenzó a leer lo que venía escrito- "Duo mi amado Maat"...¡Duo!- el joven se sorprendió bastante al leer el nombre escrito-ese..ese es...- balbuceó llevando una mano a su cuello sujetando fuertemente un dije.

-Es tu nombre- complemento el rubio- pensé que tal ves tu podrías darme alguna explicación de esto.

-No...no tengo idea de que significa esto- le contesto con la mirada clavada aún en el anillo.

-Maat era la diosa de la justicia, de la verdad y el orden, se representa con la Pluma de la Verdad en la cabeza y en algunos casos con alas al costado de su brazo, ¿recuerdas eso verdad Duo?- pregunto el rubio ahora parado a un lado de su primo con la mirada fija en él, recibiendo un leve asentimiento por parte de este-bien, entonces como te podrás dar cuenta Maat era una diosa y el escrito se refiere a esta como hombre- concluyo tomando nuevamente en sus manos el anillo.

-Tal vez fue algún error al escribirlo.

-No puede ser posible, tu y yo sabemos bien que si el escriba [5] cometía una falta podía ser condenado a muerte- le miro cruzando los brazos.

-Pero sólo eso pasaba cuando el trabajo era para el Faraón- contesto aún algo sorprendido por el hallazgo.

-Si te fijas en donde lo hayamos parece ser que esto fue un regalo pero...no hemos encontrado los restos de la persona a la que perteneció- concluyo mirando el recinto sagrado.

-Será mejor que lo dejemos hasta aquí, estamos cansados y de esta manera no vamos a resolver nada- le contesto al rubio después de meditarlo unos segundos al momento de caminar rumbo a su cabaña despidiéndose así de su primo que le sonrío de forma dulce.

La mayor parte del tiempo las excavaciones se hacen cuando el sol esta bajo ya que esto les ayuda más a encontrar cimientos, más sin embargo estos dos primos por su gran fama fueron asignados en esta especial misión para descifrar un secreto que hasta el momento demás arqueólogos no habían encontrado solución, al principio Duo se había negado más su primo se encargo de convencerlo.

En realidad creo que acepte para poder descifrar mis sueños, si, por esos mismos sueños que me hicieron convertirme en lo que soy ahora, son extraños pero cada noche los tengo, en ellos me veo a mi mismo pero con ropas antiguas, siempre es la misma situación se levantaba agitado con el sudor empapándole y gritando fuertemente un nombre totalmente desconocido para él, no se porque pero algo dentro de mi, dice que estoy en el lugar correcto, nunca me he sentido completo siento que me falta algo pero...¿qué? y ahora que estoy aquí a cada momento que pasa, cada cosa que encuentra me siento más cerca de averiguarlo, será mejor descansar

El chico ya se hallaba dentro de su cabaña dispuesto a meterse a su saco de dormir, no sin antes dar una ultima mirada a su dije, era en forma de Anj pero esta tenía en medio una pluma negra minuciosamente grabada por frente, su madre se la había dado cuando niño más nunca le explico de donde provenía, un fuerte cansancio se apodero repentinamente de él y sus parpados rogaron por cerrarse dejando escapar de sus labios casi en un susurro el mismo nombre de todas las noches -...Heero-

-¡Heero!... ¿Heero no me oye?- gritaba un joven de ojos amatista vistiendo únicamente una falda de algodón corta color negra con el pecho al descubierto ligeramente tapado por un manto de lino por encima de los hombros y un collar de cuencas adornaban su cuello, llevando su larga cabellera sujeta en la parte inferior con una pieza de oro, dejando algunos mechones rebeldes en su frente.

-Hn- recibió como contestación del otro joven que solamente se giro para taparse más con la fina sabana.

-Vamos, no pensara dormir todo el día o si, hace un día maravilloso y se pueden hacer muchas cosas divertidas- le dijo este al momento que se agachaba para apoyar su cabeza en el pecho del joven debajo de las mantas haciendo al otro girar dejando al descubierto una cabellera oscura algo alborotada y unos ojos cobalto que le miraban dulcemente al momento de tomarle de la barbilla hasta la altura de su cara.

-Y dime ¿Qué son esas cosas divertidas a las que te refieres?- le pregunto acercando lentamente sus rostros.

-Pues...podemos ir a pasear cerca del río.- le dijo el chico sonriendo dulcemente, en ese instante sus bocas se iban a unir en un apasionado beso, cuando sin previo aviso las puertas de la habitación se abrieron en un fuerte estruendo entrando un hombre alto de cabellos avellanados y mirada profunda junto con varios hombres detrás de él.

-Que demonios- alcanzo a decir el de mirada cobalto antes de caer inconsciente al ser fuertemente golpeado en la cabeza cosa que presencio el de mirada violácea que al tratar de ayudar a este fue sujetado y prácticamente arrastrado de los aposentos no sin antes percatarse de cómo uno de los guardas empuñaba un puñal directo al corazón de otro joven, al momento que comenzaba a forcejear y gritaba desesperado el nombre del otro pero fue dejado inconsciente por el guardia que lo llevaba, sin poder saber el resultado de su amigo.

-¡Heero!- grito el joven despertándose agitadamente empapado de frío sudor, después de varias bocanadas de aire paso una mano por su frente quitando a con ellos las gotas y unos cuantos cabellos húmedos- otra vez.

Hacia rato que las excavaciones habían dado inicio de nuevo desde hace 3 meses, a lo lejos se podía ver a varias personas en sus labores, mientras el chico castaño caminaba ya cambiado rumbo a su puesto con un café en mano y una libreta de anotaciones en la otra.

-Buenos días primito- le saludo el mismo chico rubio del día anterior con una sonrisa sincera.

-Buenos días Quatre- respondió el otro apartando su vista de los papeles.

-Cuando inicias un día con un café en mano significa que tuviste el mismo sueño ¿o me equivoco?

-No, he vuelto a despertar sobresaltado, me gustaría mucho descubrir que son esos sueños que tengo tal vez así pueda dormir más tranquilamente.- dijo con un dejo en forma broma dejando ver una sonrisa.

-Veo que estas de buen humor, entonces lo que encontramos tal ves te haga mucho más feliz- le contesto.

-Espero que sea un cofre lleno de monedas de oro.

-No, es algo mucho mejor.

Ambos chicos comenzaron a caminar pero en vez de ir rumbo al lugar de excavación la dirección fue a la tienda de campaña del rubio.

-Quatre ¿donde esta lo que encontraste?- pregunto el castaño después de dar el último sorbo a su café y dejarlo en una mesa que estaba cerca.

-Aquí- le dijo enseñándole un libro pequeño y grueso.

-Wuauu encontraste algo muy valioso- contesto el otro al momento de arrebatarle el libro para comenzar a examinarlo, pero al toparse con la tapa de este se quedo algo sorprendido, tenía un pequeña cerradura, haciendo imposible por el momento de abrir- esta cerrado- dijo con algo de tristeza y decepción en su voz.

-Creí que tal vez tu podrías abrirlo- le dijo el otro observando atentamente al castaño- creo que lo mejor será que te tomes este día libre, desde que comenzamos con las excavaciones no has descansado nada y tal ves puedas encontrar como abrirlo- le dijo señalando el libro que aún tenía el castaño en manos.

-Esta bien, estaré cerca de la estepa por si necesitas de algo- dijo finalmente antes de partir.

Tenía rato contemplando el libro y en especial la cerradura, parecía sencilla pero por más que intentaba estaba fuertemente cerrada, la pasta no tenía ninguna escritura cosa que no le daba alguna referencia de lo que podría haber dentro, a estas alturas su gran paciencia comenzaba a terminarse y la excitación que sentía por saber su contenido le estaban causando una desesperación incontenible, se tiro por completo en el pasto poniendo aun lado el grueso libro lanzando un largo suspiro. Tomo nuevamente en sus manos el dije que descansa día a día en su cuello, nuevamente suspiro para cerrar sus ojos y quedar profundamente dormido.

-Duo...ya te lo dije muchas veces- dijo una voz conocida por él.

-Lo siento pero siempre olvido donde la deje- trato de excusarse el joven castaño.

-Mira que no te vuelvo a regalar nada- le dijo el chico de mirada cobalto levantando una ceja.

-Heero eres muy malo- dijo haciendo un pucherito.

-Hn- tuvo como contestación para caminar a una cómoda sacando de dentro del cajón un collar en forma de Anj para luego colocarla en el cuello del castaño- no quiero que te vuelvas a quitar esto o no podrás abrir más tu tesoro- le dijo acariciando su mejilla.

-Te prometo no volver a quitármelo- dijo alejándose un poco de el otro para tomar en sus manos un pequeño pero grueso libro al momento que introducía la punta del dije en la cerradura de este, volteando a ver al otro chico con una sonrisa en su cara- fue muy inteligente de tu parte convertirla en llave-

El chico castaño despertó al sentir la fuerte brisa recorrer su cabellera produciéndole un incesante cosquilleo en el rostro, giro su cuerpo acomodándose un poco sólo para toparse de frente con el famoso librito.

-La llave- dijo sobresaltado al llevarse una mano a su cadena, se la quitó lentamente y la coloco en la cerradura deseando que el libro abriera, cual fue su sorpresa al oír el claro crujir de la cerradura ceder, quitó la llave y se la volvió a colocar en el cuello, tomo la pasta abriendo la hoja para encontrarse con la primera hoja....

Konichiwa

Aquí estoy de nuevo.

Len: no puedes empezar con alguna frase mejor ¬¬

Ai: mira que estoy molesta contigo por no tenerme los videos a tiempo, retrasando así mi labor de escribir.

Len: fue porque tu me dijiste que no volviera a menos que tuviera una escena yaoi ¬¬

Ai: ahh si, aún así no me la trajiste T-T, como sea, espero les guste esto que se me ocurrió, como verán adoro todo lo relacionado con Egipto y no podía perder la oportunidad de escribir algo relacionado por lo que me puse a investigar mucho para hacer una historia completa y de sus satisfacción ahora lo que significan unas cuantas cosas que puse. -

[1].- Estos museos que puse si existen realmente no vayan a creer que los estoy cotorreando. [2].- El valle de los Reyes es un valle desierto situado en la orilla occidental del Nilo, cerca de Luxor, donde se hallan las tumbas de muchos de los faraones del Imperio Nuevo. Len: ¿Qué es Luxor? O.o Ai: no preguntes yo sólo investigue del valle ¬¬ [3].- Tanto a los hombres como a las mujeres les gustaba llevar joyas, que solían hacerse con metales preciosos. Estos anillos en la parte superior giratoria están decorados con una escarabajo sagrado por un lado y con dibujos de la buena suerte por el otro. En la mayor parte de los casos eran los de la alta sociedad quienes los portaban. Len: vaya explicación que te aventaste Ai: verdad que si -

[4].-El Anj es una especie de amuleto, símbolo de la vida. Sólo los dioses y los reyes son representados con el anj en las manos, su forma es como la de una cruz sólo que en la parte superior es ovalada.

[5].-Un escriba era un redactor de textos o copistas en la antigüedad, los escribas recibían una educación más formal, que empezaba a la edad de nueve años y que duraba unos cinco años. Tenían que estudiar mucho y recibían palizas si no lo hacían (malos -). Pero el esfuerzo valía la pena, pues los escribas eran de las pocas personas que sabían leer y escribir, lo que les daba prestigio, se encargaban de los asuntos oficiales y de los impuestos. Len: O.o vaya. Ai: jejeje ---...me avisan si les gusto. Hasta la proxima.