- Prólogo
Han pasado 4 años y medio, desde la ruptura de Yuiichi y Yugi D. En un viaje al comienzo de su relación, no existía más que la emoción y el deseo de compartir el día a día en mutua compañía, para intercambiar gestos, palabras, risas, cambios de opinión. Así resultó para los jóvenes amantes… Como primer novio, Yuiichi logró mucho más que romper el grueso cascarón de indiferencia de la callada muchacha, obligándole a no temer ser sincera con sus sentimientos, hubo incluso más. A lo largo de la relación, nacieron fuerzas inconscientes en la mente de Yugi D. que, transformaron su semblante apático a uno más cálido, más feliz. Lo que tardaba en prepararse cada mañana ya no importaba; el halago de su compañero al verla vestir más simple y femenina, superando un armario gótico y ostentoso, se fue estableciendo como un apetito propio. Sin aceptarlo, jamás aceptándolo, Yugi D cambió por aquella relación. Desde los 15 años, ya no temía hablar sobre sus preocupaciones, ya no necesitaba fingir tranquilidad ante todo, tenía la confianza de que alguien la escucharía, quien fuera. Después de la partida de los hermanos Sugaya hacia la ciudad de Sendai, Yugi D no perdió tiempo llorando la ruptura, las cosas eran como eran y lo aceptó como una de las partes 'crudas' de la vida.
Sin embargo, la historia de amores de Yugi D no había comenzado y finalizado con Yuiichi; en un momento de su vida, poco después de cumplir 18 años, su hermano mayor Atayami intentó cocinar la cena un día, lo que tuvo como resultado un incendio en la cocina de la residencia Hidaka. Un valiente y joven voluntario de bomberos intentó tranquilizarla con una cortesía única, cuando las llamas ya habían cesado, mientras la muchacha se mostraba furiosa con su hermano mayor. No era el joven más apuesto, pero su ternura contrastante a su valentía, conquistaron el corazón de Yugi D para concretar una breve relación de 6 meses. Un segundo exnovio, un segundo romance acabado, un tercer abandono. Yugi D tenía la madurez para comprender que las cosas ocurrían fortuitamente. No había motivo para pensar que el abandono de todo hombre en su vida fuese a consecuencia del abandono por parte de su padre. Si caía en aquello, sería la presa de las escuelas de psicología y no tenía tiempo que perder en un tratamiento de salud mental; su manera de pensar era rebuscada, pero jamás permitió, fuera enfermiza.
Cambios de personalidad, intereses y personas en su vida: No fue extraño que todas esas fugaces, cambiantes y extrañas sensaciones la llevaran a querer ser escuchada, fue así como nació su popular blog en línea 'Upside Down' y el éxito fue tal, con una importante base de mil seguidores, que tras las doscientas primeras entradas, nació una secuela de su blog llamado 'Upside down with mercy'. En él, criticaba un sinnúmero de tópicos, intereses adolescentes y opiniones, siempre dando un análisis de los temas con un toque de irreverencia. En otras entradas, se permitía escribir pensamientos y anécdotas, preguntando si había alguien más con sus inquietudes.
Pero Yugi D. ya cumplió 20 años, momento de su vida, en el que las prioridades se concentraban en sus estudios de artes dramáticas en la Universidad de Domino y para sustentarse en ella, atendía mesas sobre ruedas en una fuente de sodas, llamada SugarFirst (砂糖第一), todas las mañanas hasta el mediodía. Su círculo social consistía en un par de meseras que trabajaban junto a ella, y algunos compañeros de universidad con intereses similares. Si era honesta consigo misma, ninguno de ellos llenaba el espacio de un mejor amigo, no existía en esos momentos alguien, con quien poder contar incondicionalmente.
En cuanto a su familia, en ese entonces, seguía viviendo con su madre Gis, en Domino City, a diferencia de Atayami, quien se había mudado hacía un par de años, junto a su novia, a la ciudad de Tokio para terminar sus estudios. Finalmente Gis ha conseguido superar los empleos recurrentes que la mantenían lejos de casa, para optar a un ascenso con oficina propia en una empresa de eventos cercana, por lo que podía pasar más tiempo en casa. Aun así, Atayami solía viajar junto a Mitzu un par de veces al mes desde Tokio, para visitar a su madre y hermana.
