Nota: Iba a ser una cosa, luego otra, y al final termino siendo esto. Y debo decir que, la imagen de Butch siendo zombie en mi cabeza es muy sexy; incluso con las entrañas de fuera.
Este fic participa del reto temático de octubre "En naranja y negro" del foro "Power Z.
D! Powerpuff Girls Z no me pertenece.
· Zombie love ·
Deslizó su fría mano por la piel verdusca. Lo que en antaño era una piel nívea, ahora no era más que carne putrefacta que se descomponía con rapidez. Afuera la temperatura aumentaba, y uno a uno los cuerpos sin vida iban cayendo. Gruñían y volvían a avanzar a paso lento.
Observó a curva de su cuello, la sangre seca que en algún momento había brotado sin control de aquella herida mortal. La piel se había desgarrado con facilidad bajo sus dientes. Se acerca más, con sus pies casi arrastrando y su cuerpo meciéndose de un lado a otro, gruñe al igual que ella y pega sus labios. Sólo el sabor a carne podrida es lo que se siente.
No hay respuesta, sólo tienen sus resecos labios pegados sin hacer movimiento. Ella se inclina un poco más y muerde, jalando con gran fuerza de su labio. La sangre espesa comienza a fluir.
Él entierra sus dedos en la piel de sus brazos, deslizando hacia abajo y rasgando esa zona. El aire apesta y la temperatura sigue elevándose, los movimiento se vuelven más y más lentos pero salvajes y agresivos.
Kaoru roza sus pectorales, y un poco más abajo las entrañas que se salían junto con un aroma desagradable. Sus cuerpos se rozan y ninguno deja de gruñir, disfrutando de el sexo zombie.
El sucio callejón donde se encuentran se ve inundado de pasos torpes al correr y respiración irregular. Un pequeño niño se esconde tras unos contenedores de basura, escapando de la horda de zombis que le persiguen. No advertirte la presencia de los dos caminantes que se encuentran a su espalda.
Ambos comienzan a acercase sin ser percibidos, Kaoru le empuja con fuerza, su cabeza impacta contra el pavimento y en segundos está sobre él, hincando sus dientes en su estomago y usando sus manos para sacarle el hígado. Lo consigue, comenzando a devorarlo como un animal.
Ahora Butch es quien ataca, arrancando su oreja de un solo mordisco y masticándola como a un chicle, disfrutando de el sabor de la carne y la sangre.
El pequeño infante comienza a llorar desesperado, agonizando y gritando. Butch vuelve al ataque, mordiendo sus regordetas y rojas mejillas.
La morena parece observarlo por unos segundos, sus pupilas le veían indiferente, porque ya no ven nada, carecen de ese brillo lleno de vida y de el verde bosque que una vez lograban hipnotizar.
Y antes de que el ultimo grito ahogado se escuche, los dientes de ella se encuentran en su pequeño cuello acabando así con su vida. Así, al igual que como hicieron con ella.
Gruñendo y peleando por un pedazo de carne, ambos comienzan a devorar juntos las entrañas; disfrutando del banquete. Ahora es el momento de comer, luego de tener más sexo entre zombies y volver a comer.
