—Bate tus alas negras al compás de una triste canción. Deja que las lágrimas rodeen tus ojos y caigan por tus mejillas, tan solo eres un alma perdida, las sombras dejarán su camino hasta que todos vean lo mismo —dijo una sombra negra que lleva una túnica que le cubre su cabeza mientras en sus manos tiene un arpa de color blanco brillante.
—Los humanos pueden ser tan difíciles de conocer pero al mismo tiempo son una raza que se mata entre sí por nimiedades. No tengo por qué meterse con ellos solo observare para después cumplir mi objetivo… —Menciona la figura negra elevándose por el cielo dejando caer al piso una pluma de color negro.
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-Primera historia
"Un corazón dañado"
—Los años habían pasado y la mujer que se mira correr por las calles de su ciudad piensa al tiempo que intenta refugiarse de las fuertes gotas de agua que caen sobre ella.
— "¿No le di lo suficiente? ¿Ella realmente era feliz estando a mí lado o todo este tiempo fui un juguete para la mujer que se decía mi esposa? —Se decía entre lágrimas la mujer de pelo naranjo. ¿De ser así tan ingenua fui para no darme cuenta de que entre las dos me engañaron? Las que se decían mis amigas..ellas me veían incluso a la cara..ellas dos se burlan de mis sentimientos, como una tonta caía una y otra vez ante sus dulces palabras para luego ser testigo de las aberraciones que hacía en nuestra casa. El día más feliz de todos dicen es cuando contraes matrimonio con la mujer que amas… " —Aquella mujer se reía casi como si su vida dependiera de esa irónica risa.
—"Fui una idiota, pensando que todo el mundo era un lugar lleno de paz, si. Mi mundo al que llamé hogar durante tantos años de mi vida perdida. Con esa mujer que siempre me tuvo desprecio, que nunca me quiso, quien antes llamaba amiga y luego pude decirle mi esposa. Con ella tuve los mejores años, con esa mujer tuvimos nuestra primera hija la cual se llevó para vivir con su amante le lleno la cabeza de mentiras a la pequeña que ahora me odia… ¿Quien sabe que veneno le ponía en sus pequeños oídos para que me desprecie tanto? Bueno, la verdad..eso no importa..por qué una vez llegué a mi hogar..terminaré con mi vida —dijo con una cálida y apagada sonrisa en su demacrado rostro para disponerse a caminar bajo la fría agua de lluvia, sus pasos le llevaron directo por entre calles y calles de gente ataviada con sus propios pensamientos a una casa no muy lejos del centro de la ciudad" .
—Aquella mujer seguía su camino sin importarle chocar con los transeúntes. Sus lágrimas se camuflaron con las pesadas gotas de agua que con furia caían sobre las personas del país Nipón. Cuando arrivo a su hogar Honoka. El nombre de la protagonista de esta historia abrió la puerta de lo que era antes un cálido hogar dejando la puerta abierta en todo su esplendor pensando como antes que su hija de cinco años el fruto del amor con la mujer que amaba llegaría para recibirla como antes..una mueca de dolor se forma en su rostro antes de tirarse sobre sus rodillas y cubriendo sus ojos con las palmas de sus manos comenzó a llorar a mares. Repitiendose una y otra vez las mismas preguntas que circundan de vez en cuando su cabeza…
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—Qué mujer tan patética, eres —decía una voz entre las sombras del lugar.
—En ese momento algo en la mujer que continuaba llorando a mares se levantó buscando con su mirada el lugar de donde provenía aquella voz que le dijo algo que siempre le decía su hermana menor. Honoka la actual presidenta de una importante empresa discográfica continúo con la infructuosa tarea de buscar de donde llegaba la voz que le hizo cesar en su dolor, se levantó, dio unos pasos decidida a encontrar a la persona que le había insultado sin importarle haber dejado la puerta abierta la mujer de ojos caídos camino por los pasillos de su casa sin encontrar a nadie..ni siquiera una vislumbre de quien podría haber entrado.., Por azares del destino, o una simple broma hecha por la figura oscura otra vez dejó que su voz se escuchara diciendo:
—Los humanos son seres tan complejos, decían mis ancestros. Ellos los admiraban yo..por mi parte les tengo lastima ¿tu que me dices, Kousaka Honoka? Tan abatida estás por el desprecio de tu mujer que intentaste suicidarte incluso ante las negativas de las personas a quienes les importas. Sí lo pensaste, déjame decirte, que eres una cobarde que no tuvo el valor para afrontar las consecuencias y ahora te derrumbas cual castillo de naipes con el viento de la mañana.. —Dijo la figura oscura que se cernía al final del pasillo oscuro donde Honoka se quedó mirando asombrada pero pequeños destellos brillantes remarcando sus ojos.
—Claro que soy una cobarde. Por más que intente estar al lado de mi esposa. Ella más me detestaba por lo pronto ¿tu quien eres para decirme algo así? ¿Acaso eres un Ángel de la muerte? —Pregunta la mujer adulta a la sombra que tiene enfrente.
—Ni siquiera yo tengo en claro que soy. La realidad es que no me importa saber quien soy o quien fui en alguna vida pasada, la única y horrenda verdad es la que tu misma puedes contarme. ¿Dime en serio pensabais quitarte la vida? —Replicaba la persona encapuchada dando pequeños y silentes pasos a través del pasillo de madera.
*Silencio*
—De nuevo te lo pregunto, Kousaka Honoka ¿Quieres morir? De ser así, adelante, estás en tu derecho de hacerlo. Yo soy una espectadora no tengo el permiso de interferir con la vida de los humanos aunque si tuviera el permiso de hacerlo. No gastaría mis energías en una persona como tú.. —Dijo la encapuchada al quitarse su velo dejando ver su figura.
—La adulta presa del pánico, de la incertidumbre, del dolor, de la pena, y una gran tristeza viendo a quien tenía frente a ella corrió sin importarle que le vieran llorar hasta el encuentro de la mujer con la que vivió tantos años en una relación agridulce. Frente a los incrédulos ojos de Honoka se hallaba su esposa una hermosa mujer de cabellos grises de mirada tierna pero aún así inexpresiva que le mira juzgando la.
—¡Kotori-chan! ¡Kotori-chan! —Repetía entre llantos ahogados la mujer empresaria.
—Lo diré de nuevo. Eres una mujer patética. Llorar por una mujer que nunca te amo, que jugo contigo, ¿como siquiera puedes guardar tanto amor por una persona como ella? —Dijo sin ningún sentimiento en su voz la falsa Kotori.
*silencio nuevamente*
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—Tomé prestado el rostro de tu mujer. Anda dime lo que quieras decirle, de todas formas de cualquier manera tu destino ya está escrito —decía con voz demandante la falsa peli ceniza.
—Sabes, Kotori-chan. Aunque no seas la verdadera tú, siempre siempre he admirado como eres. Desde que nos conocimos en la secundaria fuiste algo así como mi modelo a seguir eras tan segura de ti misma que no te importaba fallar o caer por que siempre que caías te levantabas con una sonrisa en el rostro por eso mismo..me sentí feliz cuando me dijiste que también te gustaba…, pero el día que me di cuenta de tu engaño, sufrí, sufrí mucho eso no podré negarlo. Pero si eres feliz con Umi-chan hay una sola cosa.. Una simple cosa que quiero decirte..que quiero se lo digas a la pequeña You cuando pregunte por mí —comenta la mujer de naranjos cabellos levantando la vista la cual se llenaba de lágrimas.
—Quiero que le digas… Que su papi siempre la querrá aunque no pueda estar con ella, yo estaré desde el cielo mirándote, protegiéndote, cuando no sepas cual es tu camino mira al cielo que estaré ahí para ti.. —Decía entre llantos penosos y sonrisas falsas la mujer soltando la túnica de la mujer sombría.
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—Aquella aparición o lo que fuera que Honoka vio ese día. Soltando una risa que al principio ni ella misma supo cómo interpretar abandona la casa dejando sola nuevamente a su propietaria. Con unas cuantas palabras la figura sombría se despidió de una cansada mujer:
—Vendré por ti cuando el reloj de las doce y el día haya muerto para ese entonces espero que hayas dejado todos tus asuntos terminados..de lo contrario aunque tengas cosas pendientes te llevare conmigo aunque sea a la fuerza lo haré. Hasta entonces..piensa bien en tu vida, Kousaka Honoka —dijo la encapuchada antes de marcharse.
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—Ese día la mujer empresaria lloro. Lloró como nunca lo había hecho las palabras de lo que fuera que vio calaron en su interior haciendo que viera el error que había cometido, ahogándose con sus propias palabras, junto a su tercer botella de ron Honoka miró por última vez el apartamento donde vivía junto a su esposa e hija. Los dos únicos amores en su vida; las sonrisas brillantes de su niña la luz de sus ojos jamás volvería a hacer sus días tan cálidos; esa tarea era ahora la de su amiga. La mujer que le dijo la verdad antes de irse con la luz de Honoka… Pasaron las horas y con decisión esa mujer de alegre sonrisa caminó hasta su cuarto tomando un frasco de pastillas que en él decía: "Antidepresivos" se los metia a la boca casi como si fueran dulces los trago pasandolos con un poco de aguardiente que tenía escondida en una botella bajo su cama. Entonces Honoka miró por última vez a su alrededor observando con falsa alegría a la persona o aparición que se colaba por entre su cuarto para quedar frente a la cama ajena donde se sentó y donde por primera vez mostraba una sonrisa acompañada de unas cuantas lágrimas esta persona o Ángel de la muerte le dedicó unas palabras a su ahora amante de ojos negros:
—Así que has tomado tu decisión.. ¿verdad, Honoka? Tal como dije, no tengo intención de interceder por ti cuando te encuentres con el Altísimo. Solo tú podrás hacer valer tus palabras cuando te encuentres en el juicio por tu alma inmortal. Lo único que podré hacer por ti es llorar..lloraré el llanto que tu mujer y tus seres queridos deberán de hacer cuando se enteren de que perdiste la vida. —Habiendo promulgado estas palabras la figura negra se recostó junto a Honoka tomándola entre sus brazos para así darle un poco de calor pero su cuerpo era frío aún así la mujer de ojos brillantes sonreía como una niña cuando dijo antes de cerrar su ventanas azules..
—Sí tengo que morir. Bien sea para cumplir mi pecado, no me importa irme sin despedirme de la mujer que amo, aunque me haya traicionado siempre guardaré en mi mente los momentos que pasamos juntas. Eso jamás nadie me los quitará. Al fin podré dormir cuanto quiera y desde el cielo ver a mi hija crecer.. Gracias.. Shinigami-san —fueron las últimas palabras de Honoka quien cerrando sus ojos se dejaba llevar por el tierno abrazo de la muerte.
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—Dos días después encontraron el cuerpo inerte de la mujer que tuvo tanto éxito en el ámbito de la música. Todas las personas que le conocieron fueron a su funeral, sus familiares lloraron por la pérdida de su querida Honoka, sus amistades lloraron por la pérdida de una gran compañera. A un lado de todos los dolientes se hallan las personas a quien la idiota alguna vez llamó amigas. Irrumpiendo en un lugar sagrado se abrían paso las dos mujeres a quien Honoka llamaba amigas, ellas dos quienes traicionaron la confianza de la familia Kousaka se hacían presentes, disque para dar sus respetos a la fallecida…
—Nadie dijo nada para no armar un escándalo en una ceremonia sagrada..las dos mujeres que traicionaron a su amiga, a su esposa, a una buena amiga dieron sus condolencias y luego salieron silencio.
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*En algún lugar lejos del llanto ajeno se encuentra la misma sombra que vio la desdichada chica. Tocando en su arpa una triste canción dedicada al alma que se llevó, en su cantar decía las cosas que sus almas callaban, en sus ojos reflejaba el dolor de las personas que conocieron a Honoka. Y por sobre en las lágrimas que caían por sus ojos manchando su cara decía todas las cosas que aquella pobre mujer nunca pudo decir a la persona que le había traicionado y con una sonrisa en su rostro se entregaba a las caricias del otro mundo..
