MAGIA GITANA.

¿Cómo me metí en esto?

Por Yoalitzin

Disclaimer. CCS pertenece a Clamp -como si no lo supieran- yo sólo escribo con fines de diversión suya y mía.

Dedicado a todos los que me hacen el favor de seguir mis locas historias, gracias por su apoyo.

Sumary: ¿Crees en el destino? ¿Puede cambiarse el futuro? Shaoran Li no creía en eso que llamaban destino, hasta que una hermosa gitana lo hizo reconsiderarlo, y la magia no era la única cualidad de Sakura.

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Capítulo 1 – The windy

Esta es la ciudad Hong Kong que crecía a ritmos acelerados, cada vez más gente iba y venía en asuntos de trabajo y de placer, sometidos al estrés diario unos y otros se daban tiempo de disfrutar algunos destinos turísticos que la cuidad ofrecía.

Pero él ya los conocía bastante bien y ya no eran tan reconfortantes como antes, ahora como parte de una gran compañía, la empresa Reed con una larga historia de éxitos sin precedentes.

La presidencia la tiene su padre: Hien Li. La fundaron sus abuelos y ahora recogían los frutos de sus éxitos, los Li son una familia acomodada. Todos los miembros de la familia trabajaban, inclusos sus cuatro hermanas mayores y madre.

Shaoran Li, a sus 22 años cuenta con dos carreras: economía y derecho, de gran utilidad en si trabajo actual, comenzó a trabajar desde los 14 al lado de su padre y conocía la empresa como la palma de su mano. Ahora mismo tenía un proyecto en manos que les permitiría internacionalizarse, sin duda su futuro es bastante prometedor.

Shaoran

Estaba sumido en mis pensamientos, recordando mi pasado, no es que sea de los tipos nostálgicos. NO, de ninguna manera, pero hay algo que me ha hecho reflexionar sobre mi vida ahora que...

TOC, TOC

- Adelante - sabía perfectamente de quien se trataba.

Entro mi muy querido amigo, su nombre es Yaichiro, un chico japonés que vive aquí.

- Buenos días.

- Buenos días. Esta vez no.

Sonrió de manera que me estremecí, le encantaba hacerme bromas y mentirme. Lastimosamente caía casi siempre.

- Tranquilo, tu padre desea hablar contigo.

- Bien - tal vez no debería ir, pero no quería desobedecer, así que con su compañía fuimos a la oficina de mi padre que estaba algo retirada de la mía.

En ese mismo instante sólo escuchaba los suspiros de las secretarias más jóvenes a mi paso.

- Anda, salúdalas no seas así de apretado - escuche la molesta voz a mi lado.

Definitivamente pediría una oficina al lado de la de mi progenitor, aunque antes era divertido ahora no estaba de ánimos para coquetear.

- Cállate y camina - dije lo más bajo que pude.

- Shaoran estas chicas mueren por ti y tu ni las volteas a ver - dijo con voz picara mi acompañante.

- Les saludo y es suficiente - termine la plática.

Mientras mi acompañante las saludaba con demasiada alegría, para su infortunio las chicas sólo se interesaban en mí, en la escuela era divertido que todas me vieran, pero ahora me parece un defecto.

Llegue hasta la enorme oficina de mi padre, la secretaria me anunció y entre mientras mi amigo esperaba fuera. El cristal dominaba el ambiente, los objetos cuidadosamente colocados e acuerdo al Feng shui, mi padre era bastante tradicional en ese aspecto, buscaba el equilibrio de energías como lo hacían los antiguos chinos y de vez en cuando asistía a los templos.

Aunque no comparto del todo sus creencias yo había ido a estudiar a diferentes universidades de Europa y allá no parecían tan importantes las tradiciones chinas.

Mi padre estaba al teléfono mientras recordaba esos detalles que lo hacían discutir con él en ocasiones. Escuche como llamaba dulcemente por el teléfono, y supe que hablaba con mi madre, a pesar de los años juntos gustaban de tratarse como novios.

Suspire resignado dudaba que cambiaran alguna vez, no era molesto pero tampoco muy agradable, sobre todo porque para esa edad muchos de los padres de mis amigos ya estaban divorciados unas… tres veces.

- Buenos días hijo - saludo.

Era un verdadero caballero, mi padre, estoy orgulloso de él, siempre oportuno, agradable sonriente, hablaba con lo que creía y era una buena persona. Algo no tan común para ser un adinerado hombre de negocios.

- Buenos días padre.

- Creo que sabes porqué estas aquí - el tiempo de mi adolescencia había pasado y los regaños por sus desconsideradas huidas o travesura quedaron atrás, así que debía ser algo importante.

- Sería mejor que me lo diga.

Mi padre sonrió - creo que es adecuado que te tomes unas vacaciones.

- No lo haré.

- Sí lo harás. Hay algunos problemas en la sede de Tomoeda, no son graves pero tienes que arreglarlos, después de eso, que no durará mucho te quedarás allá y descansaras. Lo necesitas, es por tu salud.

- Ese tonto de Hiraguizawa no sabe ser profesional.

- Es tu doctor y tiene instrucciones mías de decirme todo acerca de tu salud. Dice que debes descansar, estas estresado, tus nervios están delicados. Está dicho, tienes 15 días de descanso y para asegurarme de que descansarás, irás a la cabaña que esta a la s afueras de la ciudad de Tomoeda y si acaso te necesito te llamaré, él irá contigo y me informará de todo.

Eso que llamaba cabaña era una pequeña mansión, con un lago artificial, algunos sirvientes y más de 15 recamaras.

- Pero padre...

- Por una vez en tu vida, haz caso de mis recomendaciones...

Suspire, no quería no ahora, pero la cara preocupada de mi padre me hizo responder lo contrario - bien, pero si me necesitas me llamaras.

- Por su puesto. ¡Ah! y encárgate de conseguir novia, pareces un amargado de 50 años.

Bufe, me despedí y salí. Pero que ganas de casarme, ¿acaso no podía disfrutar mi juventud?

- Vacaciones - como si las necesitara, estaba más fresco que una lechuga.

Eso sí, me llevaría mi computadora para estar al pendiente de los movimientos.

Afuera Yaichiro hacía el intento de conseguir una cita, la victima… quiero decir la chica era la nueva ayudante de secretaria. Creo que se llama Yumi o algo así, pobre no sabe lo que le espera...

Splashhh... buen golpe.

- Te lo - dije adelantándome y él me observaba con ojos llorosos sobando la mejilla afectada.

- NO es justo.

- Claro que sí, esta vez que le dijiste.

- Una pequeña broma, le dije que era una regla de la empresa que los ejecutivos invitaran a las secretarias a salir y luego ir por ahí.

- No te creyó.

- No, necesito inventar nuevas formas de seducir a una chica.

- Deja de lloriquear y vámonos, tengo que recoger mis cosas me voy de vacaciones.

Yaichiro quedo con la boca abierta y por primera vez en muchos años no dijo nada.

Regresamos a la oficina seguidos de una ola de suspiros.

Bueno, por lo menos descansaría de aquello.

- Si te vas de vacaciones entonces que pasará con...

- No te preocupes, puedo manejarlo.

- ¿Seguro? ¿No preferirías que te acompañe?

- Sé cuidarme solo amigo, ahora si no te importa ayúdame con esto - le di una caja con papeles - te encargarás de cuidarlos ¿entiendes?

- ¿Claro? ¿Quién hará tu trabajo hasta que regreses?

- Supongo que Faren, ella lo hizo la última vez que viaje. Sabe como esta todo por aquí, además estará ansiosa de trabajar, estaba de vacaciones.

- Genial, oye quiero que me traigas algo.

- ¿Algo?

- Claro en Japón hay muchas cosas. Me conformo con una chica.

- Bien te la traeré – dije seriamente y él sólo floto entre corazoncitos.

- Ya sabes como me gustan – claro que lo sabía, la respuesta era cualquiera, el pobre estaba desesperado.

- Me voy hasta luego - tome mi portafolio y salí.

Fue extraño, divise todo con detalle sin duda lo extrañaría era como un segundo hogar. En fin, si me obligaban a descansar lo aprovecharía.

Me subí al carro, nada demasiado llamativo en color negro, coloque mis lentes oscuros y conduje a la casa Li. Donde me despedí de mi madre, mis hermanas trabajaban, así que con una sola maleta me fui con rumbo a Tomoeda a pasar unos días de descanso obligatorio.

Y Eriol pagaría cara su intromisión, sabe perfectamente que no quiero dejar de trabajar y se va a quejar con mi padre, vaya doctor. Si no lo conociera juraría que se preocupa por mí, pero no lo único que desea es que lo acompañe a una de sus locuras, o como las llama él, aventuras.

La última vez que lo acompañe casi nos llevan a la cárcel y es que es un caso grave, entre más sabe que no debe hacer algo, más lo busca. En ocasiones creo que se hizo doctor por que tenía que curar él mismo todo lo que provocaba.

Lo conozco desde que éramos niños, nuestros padres eran buenos amigos, su padre es doctor y aún es el doctor de cabecera de mi familia, así que mi familia le tiene total confianza, sólo que en ocasiones ese chico es una verdadera molestia.

Casi lo asesino cuando lo vi en el aeropuerto, no lo hice por no asustar a una pequeña que me observaba con una sonrisita en sus labios.

- ¿Cómo estas?

No respondí sinceramente porque había más gente.

- Bien, tengo mucho que hablar con usted, doctor.

- ¿Y desde cuanto tan formales? - sonrió.

Ahh, como odiaba que lo hiciera, parecía burlarse de mí.

Lo salvó el anuncio de la partida del avión.

- Vámonos.

El viaje se me hizo eterno. Eriol habló y habló y habló y habló...

¿Acaso no le dolían las quijadas de tanta tontería que decía?

El lado positivo es que él no iba de vacaciones, iba a una importante convención de doctores en Tomoeda.

Y así supe que el muy... oportunista sugirió Tomoeda, "casualmente", por que no quería estar solo, necesitaba una victima para sus artimañas, alguien que cargara con la culpa de sus tontas ideas.

Personalmente lo hubiera amordazado, encadenado y encerrado durante el tiempo que estaríamos allá, pero tuve que aceptar que estaba cansado y ahora su voz parecía un arrullo. Necesitaba dormir.

Llegamos al aeropuerto y fuimos hasta la mansión en un auto rentado, Yaichiro se había encargado de todo.

Eriol se alojaría conmigo, fue entonces que comprendí la otra parte de su maléfico plan, utilizar mí casa como su hotel personal.

Me recibieron la ama de llaves y el mayordomo, servían a mi familia desde hacía ya algún tiempo. Mi padre iba a ese lugar a descansar, lo mismo que mis hermanas. La mujer se llamaba Rousse tendría unos cuarenta años, muy amable y tranquila y bastante sabia, era un placer hablar con ella.

El mayordomo Wei esposo de Rousse, y un hombre honesto y callado que gustaba de la jardinería cuando no estaba nadie en casa. Trabajaban ahí mismo sus hijos, Bryan y Lian tenían unos 20 y 21 años, Bryan trabajaba y estudiaba, Lian era una chica muy simpática que también estudiaba todos en la casa, en diferentes labores, mi padre le tenía mucha confianza a esa familia y ellos se quedaban a cargo

Las otras personas del servicio eran también viejos conocidos, sólo habían dos personas nuevas el chofer, que no acostumbro a pedir ayuda y una joven mucama.

No descanse y me dirigí a las oficinas de la sede en Tomoeda.

Todos me reconocieron y de inmediato me atendieron, me ofrecieron una oficina y comencé trabajar.

Comprobé que la teoría de mi padre no estaba tan mal me llevaría unos tres días para solucionarlo, así que no me apresure.

Me retire a descansar lo mismo que mi empalagoso amigo. Por la noche una de las chicas del servicio me llamó a cenar, por supuesto Eriol ya estaba en el comedor.

Degustamos una deliciosa comida, ya no recordaba lo bien que cocinaban en ese lugar. Completamente satisfecho me levante a agradecer a la cocinera, dejando a Eriol devorando los postres.

- Buenas noches - salude a quien tenía la cabeza dentro de un compartimiento de la alacena.

La pobre se sorprendió tanto que se dio un golpe en la cabeza.

Reprimí mis ganas se reír y me acerqué.

- ¿Esta bien?

- Yo... he si gracias - cuando se dejo de sobar la cabeza y por fin pude ver su cara, casi me voy de espaldas.

- ¿Lian?

- Hola Shaoran, digo joven Li.

Dios, esa chica si que había crecido, cuando la conocí tenía apenas unos cinco años al igual que yo, y bueno no iba mucho a ese lugar pero cada vez que lo hacía me dejaba helado. Se había convertido en una hermosa mujer, cuando se levantó sonriéndome pude ver su alta estatura y su delgado pero bien delineado cuerpo.

- Shaoran esta bien - sonreí estúpidamente.

- Bien - sonrió y se acomodo el cabello, tenía una larga cabellera ébano que ese momento desee acariciar.

- ¿Cómo haz estado Shaoran?

- Muy bien gracias - sonrió y se arreglo el vestido y ¿el delantal?

- ¿Eres la cocinera? - pregunte sorprendido.

- Sí, la señora Yaki esta algo enferma, no es grave pero le dije que yo lo haría ¿no te agrado?

- Claro que sí, venía a felicitarla.

- Que bien. Disculpa que no te haya recibido es sólo que estaba un poco ocupada.

- No hay problema - me senté en un banco alto mientras ella se limpiaba las manos - ¿Cómo esta Bryan?

- Muy bien, le falta poco para salir de la escuela.

- Sinceramente no entiendo porqué siguen trabajando aquí, si ambos ya tienen carreras y no creo que necesiten el empleo.

- Tal vez - se sentó frente a mí y me ofreció una copa con una cosa anaranjada en él.

- Entonces es cierto que estudias para chef.

- Sí, pruébalo se llama "beso" - sonrió y espero.

Con la mirada en ella automáticamente lo hice, en ese instante recordé el pasado.

Ambos tendríamos unos trece años, cuando mi familia se alojo durante un mes en esa casa. Durante ese tiempo nos hicimos muy buenos amigos, junto con Bryan nos metíamos y salíamos de problemas, pero lo que yo sentía por ella sobrepaso la amistad.

Tuvimos lo que ahora veo como un pequeño romance, cuando partimos la extrañe mucho y nos escribíamos, el tiempo hizo su trabajo y como me fui lejos la relación no prospero, ahora somos amigos.

Pero sigue siendo una chica muy especial para mí, ahora se ha vuelto una hermosa mujer y no puedo sacarme de la mente el primer beso que nos dimos, fue tan inocente. Tal vez por eso.

- ¿Qué te pareció?

- ¿Qué?

- El beso.

- Genial.

- ¿Quieres otro?

- Por supuesto.

Cuando planto delante de mi otra copa, salí de mi ensoñación.

- Gracias - me puse muy rojo.

- ¿Estas bien?

Asentía tontamente.

- ¿Hola?

Y por primera vez, y la última seguramente, apareció Eriol en la cocina a tiempo para evitarme un bochorno mayor, por lo menos eso quería pensar.

- Buenas noches - le saludó ella.

- Buenas noches linda señorita - como león a su presa se lanzó sobre ella y le beso la mano. Típico casanova.

- ¿No me vas a presentar Shaoran querido? - preguntó melosamente.

Y note como ella, tenía abiertos los ojos cual platos.

- Lian, él es mi "dizque" doctor, un casanova, aventurero, mujeriego, ególatra...

- Sólo llámame Eriol - interrumpió mi descripción y de la cabeza de Lian sólo salió una gota.

- Es un sinónimo - dije tratando de apartarlo, pero...

- Buenas noches – dijo alguien, Sí…, era mi día de suerte.

Bryan estaba en la puerta, era un hombre muy alto, lo reconocí por sus ojos marrones y cabello desordenado. Creo que se parece un poco a mí.

- Buenas noches - contestamos y Eriol ni siquiera se dio vuelta.

Sonreí al ver que Bryan ni siquiera me notó y se dirigió a grandes zancadas para estar frente a Lian y arrancarle de la mano a Eriol que hizo mohines pero finalmente se alejo.

- Me alegra verte - dije para que dejara de asesinar a Eriol con la mirada.

- ¿Shaoran?

- ¿Cómo estas?

- Bien, pensé que jamás regresarías por acá.

Levante mis hombros y me dio un buen apretón de manos, se había vuelto muy fuerte, pero yo no me quedaba atrás.

Seguía igual de sobreprotector con su hermana, siempre había sido así desde pequeños. Cuando supo lo que tenía con su hermana, me "advirtió" que no le hiciera daño o me las vería con él, me lleva un año y en aquel tiempo era mucho más alto que yo, así que prefería obedecer.

Quedamos en silencio un rato y me di cuenta lo tenso de la situación, yo observaba a Bryan, lo cambiado que estaba, Luin me observaba a mí, creo, Eriol babeaba por Luin y Bryan asesinaba a Eriol con la mirada.

Sonreí ante la situación, era la primera vez que alguien le ponía encima la mano a Eriol, ya que como hijo de un reconocido doctor y él mismo lo era, nadie se atrevía a subirle la voz siquiera, a excepción mía claro.

- Bien, me tengo que retirar, descansaré y mañana nos veremos - dije para terminar aquella tortura que Bryan planeaba para Eriol, lo tome del brazo y lo jalé al pasillo que llevaba a las escaleras.

- Oye - se iba quejando - estaba a punto de conquistar a la chica.

- No, estabas a punto de perder la cabeza.

Subimos y entramos a su habitación - Bryan es muy celoso con su hermana ¿entiendes?

- ¿En serio? no lo note

Ese chico no cambiaría nunca.

- Sólo asegúrate de no coquetear con Lian ante él, claro, si valoras tu vida.

Asintió como tonto.

- Un momento ¿estas interesado en ella? Por qué si es así entonces yo me alejo.

- No te equivoques Eriol, es una amiga y nada más, pero si te atreves a hacerle daño. Te prometo que Bryan tendrá que buscar tus restos cuando yo termine contigo.

- Uy que dramático.

- Buenas noches.

- Buenas noches.

Salí de su habitación y regrese a la mía.

Era increíble, en Hong Kong éramos tratados y tratábamos a la gente con la mayor educación y etiqueta. Una vez que salíamos en sus locas aventuras, terminábamos como pubertos inconcientes y locos, lejos de la vigilancia de ejecutivos, abogados, medios y todo lo demás volvíamos a ser jóvenes y no hombres de negocios.

Salí a tomar aire en el balcón, desde ese lugar se veían unas hermosas colinas a lo lejos.

Bien, después de todo el plan de mi padre no era tan malo.

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Hola

Bueno si han leído otras historias mías saben que contienen de todo un poco, así que espero que les agrade. Tiene algún tiempo que la comencé y no me decidía a continarla.

Estará narrada en su mayoría desde los puntos de vista de los personajes, tratarán de ser capítulos cortos.

Así que… ¿Qué dicen? Lo continuó o mejor no.

Saludos cordiales.

Yoalitzin.