Voltron: Legendary Defender y todos sus personajes pertenecen a sus respectivos autores y son usados aquí con meros fines de entretenimiento.

Día 1 (estación del año favorita) de la Keith Week, organizada por el grupo Sheith it de FB y para celebrar el cumpleaños de Keith hermoso bebé, que será muy pronto. Así que espero estar dejando mis pequeñas contribuciones a lo largo de los días, y también espero que disfruten la lectura.


Keith nunca fue muy adepto al calor, pero el verano en que su padre lo llevó a aquella playa, le pareció que podía gustarle.

No estaba tan equivocado: la arena bajo sus pies quemaba, pero, en cuanto la sentía estando ya en el agua y con su padre sujetándolo de las manos para animarlo a adentrarse más en aquella inmensidad llamada océano, el hundimiento se sentía casi placentero. Ya afuera, él lo ayudó a construir un castillo de arena y, como habían llevado nada más un pequeño frasco de protector solar que se usó completamente en Keith, el señor Kogane regresó a casa más moreno de lo normal.

Al inicio todo iba bien: Keith se estaba divirtiendo, estaba pasándola en grande con su padre recogiendo caracolas para que el menor decidiera si iniciaban una colección o las dejaban ahí, o comprándole una soda ya que el mayor no tenía sed (el sudor escurriéndole de las sienes le indicó que mentía). De pronto, se percató de algo en cuanto el señor Kogane se alejaba de él buscando caracolas, o cuando se internó en el mar para nadar un rato a solas: había gente que miraba a su padre. Al comienzo no entendió por qué, pero a Keith le molestaron esos gestos ya que estaba seguro de que las miradas que le dedicaban no eran normales: eran insistentes, posadas en el cuerpo musculoso de su padre que parecía lucir en todo su esplendor al encontrarse húmedo y salado del agua marina… o en el rostro bronceado por el sol con la barba de tres días llena de arena. Keith dejó la soda debajo de la sombrilla que habían llevado y se apresuró a seguir a su padre, quien lo recibió de buen modo a la par que lo cargaba para darle un par de vueltas.

La verdad es que Keith no sentía tanto enfado por la situación, sino una sensación muy distinta: miedo. Sentía que los que miraban a su padre podían quitárselo incluso con verlo, y eso era algo que no podía permitir. Si él lo dejaba del mismo modo en que lo hizo su madre, se quedaría solo y no creía poder soportarlo. Más valía prevenir.

Por eso, aquel verano se comportó peor que nunca, aferrándose al fuerte brazo de su padre y gruñendo cada que él intentaba separarlo. No lo dejó ni un minuto a solas, ni siquiera cuando el señor Kogane fue más allá de la playa a nadar y tuvo que hacer el esfuerzo de llevar a Keith en su espalda. Ya en tierra firme, miró fijamente el semblante irritado de su hijo antes de suspirar.

"Te afectó el calor" dijo, casi con tristeza. Keith tuvo más miedo que nunca de pensar en que lo abandonaría y ahora sí se quedaría solo en el mundo. Sin embargo, eso no pasó: su padre tomó las cosas y luego su mano, y partieron de la playa para no volver nunca.

Y pese a todo, ese fue un buen verano.


Vale, creo que no me metí muy bien con lo de estación favorita, pero es lo que hay orz. Tengo un par de problemas con la temática de mañana (flores) pero espero estarla subiendo puntual o, en el peor de los casos, junto al tercer día. Espero que les haya gustado y dejen comentarios. ¡Gracias por leer!