¡Hola a todos! Soy Kyubi1 y una vez más traigo un nuevo fic para ustedes, esto no es algo revolucionario, pero creo que será interesante. Esto iba a ser un one-shot conmemorativo a la #SemanaShiori que es un evento que yo realicé en esta semana, y hoy termina la semana para este personaje.
Y no logré terminar su one-shot, pero ya que la idea me gustó bastante, la voy a seguir desarrollando y la publicaré aquí, para que todos puedan leerlo.
Si me quieren buscar en Facebook para publicaciones random y enterarse cuando subo capítulo, porque usualmente es lo que publico, pueden buscarme con el nombre de "Kyubi Uno", y les apareceré, creo que soy el único con ese nombre.
Sin más, espero les guste y si quieren dejar un review, son bienvenidos.
Date A Prince
Parte 1: La promesa.
—Ahhhgg…
Las quejas fueron inevitables, parece que al cierre de las vacaciones de primavera, el regalo de bienvenida a un nuevo ciclo escolar era una molestia mañanera, nada perfecta para empezar el día.
Sabía de dónde provenía este dolor, sus causas y sus consecuencias, las conocía de memoria y las había experimentado varias veces, de forma constante.
—Ya son las siete con cinco… —dijo la chica malhumorada al mirar la hora en su reloj digital.
Por lo menos el dolor en su vientre había sido mejor que su alarma, y mucho más molesta por supuesto.
Se sentó en cama, pero al hacerlo tuvo una sensación húmeda en su trasero y parte de sus piernas, sus finos dedos temblaron y se quedó con la boca abierta, la vergüenza de haberse meado en la cama le asaltó de repente, aunque no era esa la razón.
—No… No… No… No, no, no… —susurró mientras bajaba la cabeza levemente y retiró las sábanas fuera, fue ahí cuando vio su cobertor azul con manchas de sangre y sus bragas blancas manchadas—. ¡Kyaaaaaa!
Ese grito lo escucharon hasta los vecinos, pero no con tanta fuerza como las personas que vivían en esa casa.
¿Cómo era posible que no vio esto venir? No había sido lo suficientemente precavida como dormirse con las toallas especiales para este momento especialmente doloroso, y vergonzoso.
«Maldición, estuve tanto tiempo pensando en la cena y en despertarme temprano hoy para hacer el desayuno, que no me acordé de ponérmelas, esto se siente tan sucio en más de una forma, si Iori lo ve… ¡Iori!»
Fue con ese nombre que su cerebro hizo clic y se levantó como rayo de la cama, su cabello largo de color azul se ondeó un poco, retiró le cobertor de la cama con violencia, lo hizo una bola y lo tiró debajo de la cama, así como tapó la cama con las sabanas lo más rápido posible, ya escuchaba pasos veloces subiendo las escaleras, así como su desesperación aumentaba.
La chica se quitó sus bragas blancas manchadas de sangre con velocidad, ahogó un grito por los bruscos movimientos cuando su cuerpo estaba tan delicado, pero no quería llamar más la atención con su hermanito aproximándose, de seguro por su seguridad, después de todo él era un angelito de dios.
—Cielos, ¡cielos! —dijo la chica al ver a la cama, al suelo y a otra parte en donde dejar su braga ensangrentada, pero no se le ocurrió lugar alguno, así que al oír el entreabrir de la puerta, las escondió detrás suyo—. ¡Ah, Iori!
—¿Estás bien, Onee-chan? —preguntó él al ver en todas partes—. ¿Fue un insecto o algo? ¿Estás bien?
—S-Sí, estoy bien… Creo… —susurró con algo de dificultad porque empezaba a doler su vientre, apretó los puños y forzó una sonrisa.
Iori quedó viendo a su hermana mayor con sus ojos rosados de forma sospechosa, ella estaba sudando de la frente, con las manos detrás y con un pijama algo escandalosa, ya que estaba enseñando bastante de sus piernas delgadas; un poco provocativas, la verdad, después de todo, era un chico.
«No recuerdo que su pijama sea así de corta». Se rascó su cabello corto de color rojo, bastante confundido.
Claro que no, su pijama también tenía unos pantaloncillos, pero se los había quitado para quitarse las bragas que, celosamente, estaba escondiendo detrás de la espalda.
Su entrepierna estaba disfrutando del aire fresco, sin cubierta.
—¿Por qué gritaste?
—P-Por nada en realidad… Solo pensé que era… Tarde, sí, eso… —dijo con algo de dificultad y se empezó a reír nerviosamente—. Pero estoy justo a tiempo para hacer el desayuno y lo haré una vez tome un baño, así que si puedes dejarme sola para desvestirme…
—Sí, entiendo, pero no deberías de gritar sin razón alguna, pienso que algo malo te había pasado.
—Iori…
Él sonó preocupado, su mirada se dirigió a sus pies por pura vergüenza; evadiendo la zona que despertaba gran interés por el sexo femenino, incluso si no tenían lazos sanguíneos al ser ella adoptada, ella era su hermana mayor, y la amaba.
Cuando ella notó con sus ojos color ámbar los cristalinos de su hermanito, el dolor de su vientre se trasladó a su pecho, por lo que lanzó las bragas sin ver, hacia atrás y se acercó a él para rodearlo con sus brazos.
—Oh, Iori, no te pongas así, estoy bien y estaré bien. —Acarició su cabeza suavemente, sintiendo el calor de su cuerpo, él se sonrojó mucho más—. Te prepararé un desayuno delicioso que te hará olvidarte de esto, además, no te preocupes.
Ella se separó un poco, lo tomó de los hombros y se agachó hasta quedar frente a frente, él estaba sonriendo un poco y sus ojos estaban mejor.
—Estamos juntos en esto, no nos pasará nada, ¿de acuerdo? —Agitó su cabeza su cuerpo suavemente.
—¡Sí, Onee-chan! —Sonrió definitivamente, ella sonrió cálidamente y lo abrazó de nuevo.
Al separarse, su hermanito dejó la habitación y ella pudo arrodillarse en el suelo cuando se cerró la puerta, se agarró del estómago, sentía el vientre inflado, como si tuviera algo ahí atascado, y no solo eso, parecía estar vivo y con toda la intención de lastimarla por dentro.
Eran cólicos y una maldición impuesta a las chicas desde la adolescencia hasta un poco más de los sesenta años, y eso si tenías mala suerte. Sin embargo, no podía mostrarse débil frente a su hermanito, incluso si él quería demostrar su hombría al protegerla, la verdad es que él era muy sensible y más pequeño que ella.
Solo lo preocuparía, no había dejado de ser un niño llorón como cuando eran más pequeños y por todas las cosas lindas que Iori hacía por ella, era imposible no tratar de protegerlo y tomar el papel de hermana mayor en su máxima expresión.
Además, ahora estaban solos porque sus padres se habían ido a un viaje por trabajo, y cuando esto era así, Shiori tomaba las riendas del hogar como si fuera su madre, otra razón más para que ella no de ningún tipo de problemas a Iori.
De hecho, ella tenía que solucionar los problemas que hubiera y se tenía que hacer cargo de todo, incluso si nadie se lo pedía.
Aún con dolor, fue hacia el baño con lo que había manchado con su sangre para echarlo a la lavadora, todo esto sin que fuera vista, también llevó lo necesario para bañarse.
Los dolores continuaron, era desagradable que ni al tomar un baño pudiera relajarse, tendría que cambiarse, hacer un buen desayuno para ambos, luego ir a la escuela, escuchar la aburrida ceremonia de bienvenida…
Todas esas cosas sonaban tan problemáticas en este momento, aunque si estuviera completamente bien, podría soportar todo eso sin problemas y sin quejas.
«No quiero hacer nada». Se sumergió en la bañera y después de ahogar un grito, el agua empezó a teñirse de rojo. «Perfecto».
Alguien debería de estar muerto. No era una plegaria, era un deseo interno, casi podía sentir como su corazón se llenaba de odio por su condición.
Bien. Una vez estuvo lista y en la cocina en mejores condiciones mentales, las cosas ya estaban bien. Agradecía que Iori no fuera nada rebelde, a pesar de tener 14 años y empezar con la pubertad, por lo que esperaba pacientemente el desayuno, ya vestido con su uniforme escolar oscuro, mirando la televisión en la sala.
—Realmente es tan temprano que no hay nada interesante que ver… —comentó Iori al pasar los canales con un rostro aburrido, hasta que lo dejó en un canal de noticias, porque vio destrucción masiva—. Oh, parece que cerca de aquí pasó un terremoto espacial.
—Ah, ¿eso de nuevo? —preguntó Shiori sin importancia.
Este evento tan "natural" parecía tratarse igual que si fuera una lluvia. Pero realmente no tenía comparación alguna, se trataba de una explosión a gran escala que pasaba de forma aleatoria y destruía todo en la zona de impacto.
Hubo uno de proporciones bíblicas hace 30 años, fue el primero en su clase y fue devastador, tanto como varias bombas atómicas. Sucedió en el centro del continente de Eurasia y más de 150 millones de habitantes perdieron la vida en un abrir y cerrar de ojos.
Ahora sucedían de forma aleatoria y no eran brutales como ese, también se tenían medidas y refugios para cuando se detectara uno de estos, y al contrario de los terremotos, podían ser descubiertos antes de que sucedieran, con una ventaja de unos minutos.
Así las personas podían salvarse, pero la infraestructura no, pero la tecnología, el gobierno y demás organizaciones se habían preocupado por esto, así que parar de nuevo una casa o un edificio no era tan complicado como hace años.
—Parece que suceden más a menudo por aquí, eso fue extrañamente cerca, espero que no pase uno por aquí o nos quedaremos sin casa y sin nada… —dijo la chica de cabello azul con pesimismo de repente, odiaba su menstruación, pero más odiaba los cambios de humor que le provocaban—. Oye, Iori, ¿crees que estaremos bien? No recuerdo si la casa está asegurada o algo…
—Tal vez es un poco pronto… —dijo en voz baja y sacó de su bolsillo una paleta, le quitó la envoltura y se la metió en la boca—. Mmm.
—¿Qué dijiste?
—No lo sé, Onee-chan, pero no lo veo probable. ¿Estás bien? —habló con una voz extraña al tener la paleta en la boca, Shiori se dio cuenta, así que fue al sillón, dejando el desayuno a la mitad.
—Iori, ¿por qué estás comiendo dulces? —preguntó con una voz fría.
—Onee-chan, ¿por qué estás así? Siempre como dulces antes de comer, Okaa-san me deja, estás demasiado rara y cuando fui a tu cuarto no tenías puesto el pijama por completo, ¿verdad?
—¡Ah! Eso es… —dijo ella avergonzada con las mejillas rojas, recordando lo terrible de la mañana y el baño de sangre justo después—. E-Eso… E-Eso no…
—Onee-chan, estás… ¿En tus días? —preguntó con una pequeña sonrisa burlona.
—¡Dame esa maldita paleta! —gritó con el rostro rojo y los ojos inyectado con fuego al perseguirlo por la sala—. ¡No comerás eso hasta que me vaya! ¿¡Qué diablos va a pasar con tus dientes, adicto al azúcar?!
—¡Suenas peor que Okaa-san! —gritó mientras se escapaba de ella con velocidad—. ¡Y machas la cama!
—¡Cierra la boca, eso es privado!
Después de perseguirlo por un rato, Iori escapó de sus brazos al saltarse el sillón, pero Shiori se golpeó en el vientre con el sillón al no poder frenarse, soltó un grito ahogado y quedó en el suelo.
—¿¡Onee-chan?! —preguntó alarmado desde el otro lado.
—E-Estoy bien…
—Perdón. —Se acercó para ayudarla a levantarse—. Ya tenía tiempo que no me perseguías así… ¿Te duele?
—Sí, pero no tanto como antes…
—Hoy no deberías de hacer nada entonces, ¿qué tal si vamos al restaurante cercano donde dan ese platillo de lujo? —preguntó con una sonrisa—. Es la ceremonia de apertura, así que saldremos temprano, es una buena idea, ¿no es así? ¡Tenemos que ir, Onee-chan! Y también así descansas, es como matar dos pájaros de un tiro, ¿no?
—Creo que tienes razón, Iori.
—¿De verdad? —preguntó ilusionado, la verdad no esperaba que cediera tan fácil—. Es decir, ¡siempre tengo buenas ideas! Entonces, ¿sí iremos?
—Sí, claro… —dijo con cierto dolor y acarició su cabeza con suavidad—. Solo porque es un día especial.
—¡Genial! —Alzó los brazos con felicidad—. Tenemos que ir, sin importar lo que pase, incluso si hay terroristas, incendios o terremotos espaciales, ¡nada nos va a detener!
«Aunque te asustarías de solo ver un ladrón». Pensó con una sonrisa amarga, pero asintió con la cabeza.
—Por supuesto, Iori. Pero primero desayunemos —dijo al levantarse y dirigirse junto con su hermanito hacia el comedor.
—¿También podría tener postre? El helado se veía delicioso la última vez, me conformaré incluso con un flan.
—Ni siquiera estamos ahí para ordenar, Iori —contestó de forma divertida, mientras él alzó la cabeza un poco para verla al rostro con emoción.
—¿Puedo? ¿¡Puedo?!
—Oh, bueno, con una condición. —Tomó su hombro más lejano con su mano para darle un medio abrazo—. Apóyame mientras estoy en mi periodo, tu Onee-chan necesita atención de un chico pequeño, amable y fuerte como tú.
—Tú solamente quieres que te de un masaje… —respondió un poco molesto, ella sonrió con decepción.
—¿Qué tiene de malo?
—Algo especial no tiene por qué tener condiciones.
—Claro que sí, además siempre tengo algo especial que los chicos no tienen: ¡cólicos!
—No es especial si te pasa cada mes, ¡hmp!
—Olvida lo especial, ¡es una maldición! —dijo algo dramática una vez se sentaron para comer el desayuno—. Tienes que ayudarme a aligerar el dolor, y un buen masaje lo haría, en mis hombros, ah y mi espalda, si es posible, también los brazos, ¿de acuerdo?
—Solo los hombros…
—Ah… —Ella agachó la cabeza, él al verla así de triste, negó con la cabeza como perro.
—¡Está bien! Solo déjamelo a mí…
—¡Te quiero, hermanito!
Parece que el día estaba volviéndose brillante para Shiori y Iori Itsuka.
