Casi todos los personajes pertenecen a J.K Rowling y no a mi.
Este simple fic que quise hacer, narra la historia de lo Remus Lupin desde que entró a Hogwarts. Espero que les guste.
En el expreso
Padre e hijo llegaron a la estación de trenes King´s Cross, ambos estaban buscando la barrera que se encontraba entre los andenes 9 y 10. Iba el señor Lupin, empujando el carrito de su hijo de once años, el niño, Remus llevaba su lechuza, Asrif que no dejaba de hacer ruido dentro de su jaula. Se pararon enfrente de la barrera mágica. El chico soltó un suspiro de nervios, su primer año en Hogwarts y eso significaba una muy buena oportunidad para rehacer su vida. Su padre puso su mano sobre el hombro de su hijo para alentarlo, Remus sonrió y cruzó corriendo la barrera, no esperó chocar, pues ya sabía (por las historias que le contaba su padre) que esa barrera le llevaría al andén 9 y ¾. Cruzó y esperó a que su padre pasara. En silencio se encaminaron hacia un vagón que estuviera vacío. Encontraron uno que estaba en la mitad.
-Dame a Asrif – Le dijo su padre. Remus le dio la lechuza y la acomodó, al igual que su baúl de útiles – Seguro que te pondrás esta pronto – Su padre le entregó la túnica negra, que era el uniforme del colegio – Recuerda que debes de hablar con tu jefe de casa para poner las medidas correctas para cada vez que halla luna llena.
Remus escuchaba serio a su padre, asentía para decirle a este que escuchaba. Remus Lupin era un hombre lobo, a sus once años era ya un licántropo peligroso.
-Espero tu lechuza avisando en que casa te quedaste – El chico asintió – Y Remus, cuídate y cuida a los demás de ti – Dicho esto, el padre abrazó a su hijo y le dio un beso en la mejilla, le alborotó el cabello castaño y cerró la puerta del vagón. Remus se asomó por la ventana y dijo sus primeras palabras de todo el día:
-Te quiero papá – Su padre sonrió y se despidió sacudiendo la mano.
El padre de Remus se había retirado pronto, puesto que tenía que ver varias cosas en el Ministerio de Magia en el departamento de Criaturas Mágicas, un caso contra Fenrir Greyback, un licántropo, quien había dejado a Remus con licantropía.
El chico se puso la túnica nueva y negra y se asomó por la ventana del vagón, ya había más gente. Pudo ver varias personas. Un chico flacucho y de pelo negro y graso, con nariz aguileña se despedía de su madre, quien era igual a su hijo. No muy lejos una pelirroja se despedía de sus padres y hermana, quien poco después se unió con el niño de nariz ganchuda.
-Esos ya se conocen – Dijo Remus con indiferencia – Han de ser vecinos o parientes, puesto que ambos son de primer año.
Buscó más gente, un chico bastante atractivo se despedía de su madre y su hermano menor, quien era muy bien parecido, al igual que su hermano. A unos pasos estaban dos chicas, una rubia y la otra morena, la rubia se despedía de su madre. Alado de la rubia estaba un chico rubio y alto, con la insignia de Prefecto sobre su pecho, quien la enseñaba con orgullo.
-Son primos, posiblemente – Dijo Remus al ver al niño guapo y las hermanas, había cierto parecido en ellos, aparte de una expresión de arrogancia en cada uno de ellos. Dedujo que eran de familia de Sangre Limpia, ya que la rubia llevaba en la túnica el escudo de Slytherin.
Sonó el silbato, que quería decir que ya era hora de que los alumnos entraran al tren. Remus se levantó rápidamente y cerró la puerta interna del vagón donde estaba.
Salieron de la estación de trenes y el paisaje cambió rápidamente al del campo, vacas y borregos veía el chico. Sonó la puerta de su compartimiento y Remus volteó para ver quien quería entrar, era un niño de su edad, de cabello negro azabache y alborotado, de ojos cafés.
-Oye, ¿me puedo sentar aquí contigo? – Le preguntó el niño sonriente. Era la primera vez que Remus trataba con una persona de su misma edad, ya que desde que había sido mordido por Greyback, sus padres (y sobre todo su madre muggle) le habían separado de los otros niños, por temor de lo que sucedería si descubría la gente que Remus Lupin era un licántropo.
-Claro – Remus se arrinconó hacia la ventana, casi aplastándose con la pared, le daba miedo hablar con otros chicos.
-¿Cómo te llamas? – Le preguntó el chico, que sacaba unos lentes de su túnica y se los puso – Yo soy James Potter – James le extendió la mano.
-Remus Lupin – Dijo mirando la mano y dudando si estrechársela o no, al final lo hizo, pero muy rápido.
-¿En qué casa quieres estar? Yo en Gryffindor, toda mi familia ha estado ahí.
-He, la verdad no lo se, solo conozco a mi padre que estuvo en Ravenclaw – A Remus le empezaba a cansar James, no estaba acostumbrado a hablar con otras personas que no fueran sus padres.
-Ya veo ¿y no tienes más familiares magos? – Le preguntó James mirando hacia el exterior.
Remus no le pudo contestar y lo agradeció, por que entró el niño bien parecido hacia su compartimiento.
-¿Han visto un prefecto idiota de Slytherin pasar por aquí? – Remus y James negaron con la cabeza – Que bueno – Entró por completo en el compartimiento y cerró la puerta.
-Hola – Le dijo James – Yo soy James Potter y el es Remus Lupin – James sonrió y Remus soltó un gruñido, el quería estar solo, pero no, estaba con dos chicos de su edad, James, no paraba de hablar y el recién llegado se había sentado alado de Remus y enfrente de James.
-Soy Sirius Black – Dijo Sirius con un cierto toque de arrogancia.
Remus regresó su vista hacia el exterior, ya estaba atardeciendo. Sintió un extraño hormigueo en la cabeza y volteó, soltó un grito, por que cuando volteó se dio cuenta que tenía Sirius Black a menos de tres centímetros de el.
-Tu pareces ser del tipo delicadito – Le dijo Sirius poniéndole un dedo sobre su nariz, eso Remus no lo soportó - ¿Padeces alguna enfermedad? – Remus no pudo controlar al lobo interno que tenía dentro y mordió el dedo de Sirius Black – Au ¿qué te sucede amigo? – Sirius se sobaba su dedo índice y le soplaba, James Potter volteó alarmado y al ver el dedo sangrante de Sirius y la expresión de pánico de Remus se alarmó aún más.
-Lo mordiste – se levantó de un salto – lo haz mordido.
-Por favor deja de andar alarmándote – Le dijo Remus regresando su mirada hacia la ventana, pero aun con miedo en sus palabras – Por favor váyanse de este compartimiento, me gusta estar solo.
Ni Potter ni Black dieron objeción alguna y como un rayo salieron del compartimiento, Remus al fin contento de estar solo, cerró los ojos y se quedó profundamente dormido.
Y una vez más fue despertado, en esta ocasión por otros dos niños que había visto afuera del tren. La chica pelirroja de ojos verdes y el chico de cabello y ojos negros.
-Hola – Le dijo la niña entusiasta – ¿Nervioso? – Remus se puso derecho t se restregó los ojos.
-En realidad si – Le respondió sin importarle quien fuera.
-Oh, veo que te molesta que estemos aquí, pero en serio, no hay vagones vacíos, hace rato llegaron dos chicos a nuestro vagón y se pusieron a hablar con nosotros y pues Sev se peleó con uno de lentes, le dijeron Quejicus. Nos tuvimos que ir.
Remus se quedó callado y regresó su mirada al exterior. Llovía fuerte y no veía mas lejos que un par de metros.
-Lily, si este no te contesta ni le hables – Le dijo el otro chico de mal humor – Vez este ni sabe hablar – Remus volteó a ver a este con el semblante serio y luego se dirigió a la niña.
-No hay problema con que se queden aquí – La niña le sonrió de forma agradecida y Remus también le sonrió, después regresó su mirada a la ventana.
-No nos hemos presentado – Le dijo la niña aún sonriente.
-Lily, por favor, ¿qué no vez que no nos quiere hablar? – El chico reprochó – Creo que mejor nos vamos.
Remus se volteó y vio de nuevo seriamente al chico y luego sonrió a la pelirroja.
-Soy Remus John Lupin, Remus Lupin para abreviar.
-Y yo soy Lily Evans – La chica volteó a ver al otro chico.
-Severus Snape – Dijo el chico por compromiso.
-Mucho gusto Lily y también a ti Severus – Lily le sonrió una vez más a Lupin y Severus miró hacia el techo, parecía que buscaba refugio en el techo.
La chica Evans le agradaba bastante a Remus, se dio cuenta que con ella no tenía dificultad de hablar y con Snape, pues le era indiferente, ya que el chico no mostraba entusiasmo de querer hablar.
-Entonces tus padres son muggles, mi madre también es muggles – Entre Remus y Lily ya había conversación y a veces Snape mencionaba algunas cosas.
-¿Y en qué casa quieres estar Remus? – Le soltó de pronto Snape.
-Eh, la verdad no lo se, mi padre estuvo en Ravenclaw y mi abuelo en Gryffindor y mi abuela en Ravenclaw también – Snape le perdió el interés y regresó su mirada al techo.
-Severus quiere entrar a Slytherin, al igual que su madre, yo la verdad no lo se tampoco, aunque Sev me habla maravillas de esa casa – Los niños se volvieron a sonreír.
Empezó a oscurecer y Snape y Lily se pusieron sus túnicas, nuevas al igual que Remus, en ese momento Remus los observó detenidamente.
Severus Snape estaba demasiado delgado y su color de piel era bastante pálido pero a la vez gris, sus ojos eran de un negro intenso que reflejaban inteligencia, su cabello también era negro y lo llevaba más largo que Lily, el lo tenía a los hombros, pero aparto la vista rápida del cabello, ya que lo tenía grasiento, como si no se lo hubiera bañado desde varias semanas atrás.
Lily era pelirroja y tenía unos ojos verdes intensos, que cuando miraba a Remus a los ojos, este sentía que la mirada le podía leer el pensamiento, el cabello lo llevaba corto, pero se le veía bien. Se puso la capa negra del colegio y una vez más le sonrió a Remus.
Remus J. Lupin regresó la mirada a la ventana aunque no viera nada. Se relajó y pensó que tal vez no le fuera tan mal, pero si se tenía que andar con cuidado, no debía lastimar a nadie, ya que el era peligroso, sólo le podía hablar a la gente de confiar. Y la chica Lily Evans era una de esas personas. Se puso nervioso de nuevo, el Colegio Hogwarts de magia y hechicería estaba cada vez más cerca.
He aquí el primer capítulo, espero y sea de su gusto.
