A mi, a Theodore Nott, las pesadillas me atormentaban de una forma horrible. Eran imágenes de seres encapuchados torturando a las personas que amaba, e incluso había una persona cuyo rostro no veía, con la que se ensañaban. Aquello hacía que muchas noches me despertará envuelto en sudores fríos y de forma muy brusca, a veces me sorprendía de que mis compañeros no se despertarán a ver que es lo que me pasaba. Y muchas noches que las pasaba sin poder dormir, hasta que el amanecer hacía acto de presencia.
Pero una noche, volví a tener esas pesadillas, me desperté, pero en vez de quedarme tumbado en la cama, quise salir de mi habitación, salir de la sala común. Así que me puse las zapatillas y con la varita en la mano decidí ir a darme una vuelta o tal vez irme a la torre de astronomía, a despejarme viendo las estrelllas. Pero mi fortuna no fue irme hacia aquella torre, sino chocarme contra alguien, ¿una alumna? Sí, una alumna muy peculiar, que al principio no reconocí, pero observándola muy bien supe quien era. Era Luna Lovegood, que estaba quieta y dormida, iba con un pijama de lunares amarillos y rayas verdes, e iba descalza... Mientras que yo iba con un pijama de seda verde, zapatillas calentitas de color negro.
Recordaba que la rubia era de Ravenclaw y que se rumoreaba de que era sonámbula... bueno, ya no eran rumores si sus ojos lo habían visto.
Después de haberla sometido a una buena observación visual, decidí cogerle de la mano... lo hice y... estaba helada, así que no la solté e hice más firme el agarre. Lo siguiente que pensé fue es dónde dormir con la rubia: ¿en mi habitación? no... ¿en la habitación de la rubia? Imposible... Hasta que una idea cobró idea en mi cabeza, y salí corriendo hacia mi habitación soltando la mano de Luna, para hacer levitar un par de mantas de color verde hacia el pasillo donde había dejado la rubia. La cogí de la mano y la llevé a la primera habitación que me encontré, que para nuestra fortuna era un aula poco utilizada.
Abrí la puerta de aquella habitación y entramos los dos juntos, dejé las mantas encima de una mesa y cerré la puerta cuando estuvimos dentro. Lo primero que hice fue poner una de las mantas en el suelo, en un hueco que había al lado de una ventana, y con la otra manta envolví a Luna, y no lo pude evitar, pero la abracé. Y cuando estuve un buen rato abrazado a ella, decidí que era hora de cuidarla un poco, así que me senté y tiré de ella para que se sentará delante de mi. Y envolví su cadera con mis piernas y le empecé a acariciar el pelo, su rubia melena.
Pasó el tiempo: las horas, los minutos y los segundos... y para mi fue imposible quedarme dormido, quería recordar todo lo que estaba sintiendo aquella noche, que eran sentimientos muy nuevos para mi. Hasta que los primeros rayos del sol traspasaban la ventana, decidió que era hora de moverse de allí, no sin antes cambiarle el color a las mantas con un toque de varita, las puse del color de los Ravenclaw, para que no hubiera sospecha de que hubiera sido un Slytherin. Me levanté muy despacito, y con cuidado de que la cabeza no cayerá de forma brusca en el suelo, la fui sosteniendo con mis manos, hasta que la dejé en la manta. Me puse de pie, pero no sin antes darle un beso en la frente y le susurré: "Buenos días, rubia".
Y me fui de aquella aula feliz, con una sonrisa de oreja o oreja por lo que había pasado. Aunque tuve que mantenerme serio porque ¿una serpiente feliz? Levantaría muchas sospechas.
-¿Fin?-
Bueno, y esto es todo. Es un poco corto, aunque tenía una idea, yo pienso que la he mejorado. Así que si te gusta deja una review y dame tu opinión.
