Remordimiento.
Soy tu pasado tortuoso, más bien fui tu pasado.
Durante mi infancia y adolescencia me dedique a hacer tu vida miserable, aplastando tus sueños, tus esperanzas en vez de estar a tu lado apoyándote, incentivándote a seguir, solo me dedique a torturarte, pues, me era divertido ya que jamás podrías superarme, jamás podrías abandonarme puesto que siempre estabas ahí siguiendo cada paso que yo daba como el perro sarnoso que eres, serias mío eternamente aunque yo no lo quisiese.
Pero me equivoque.
Mejoraste, me enfrentaste y dijiste que querías superarme porque sabias que yo era mejor.
Me encabrone, no solo porque decidiste enfrentarme, sino porque también te diste el maldito trabajo de dejarme atrás.
En el fondo me carcomía las tripas el hecho que me dejaras atrás.
Me importaba un carajo la mierda que hicieras, solo me dedicaba a querer superarte, solo esa mierda me importaba.
Que mal estaba.
Fue un día en que me di cuenta que aquella ira no era más que un sentimiento reprimido, un deseo sensato de quererte a mi lado, de querer que jamás dejaras de seguirme, de nunca dejar de escuchar tus constantes halagos, y solo comencé a negarme a mi mismo una y otra vez mis emociones al punto que llegue a culparte de la confusión que sentía en mi pecho.
Me gustabas.
Era como un mal chiste. Jamás en mi perra vida había sentido algo por alguien, jamás me fijé en personas de distinto o igual sexo, pero ahí estabas tú, el maldito nerd de mis pesadillas. No acepté mis emociones, y cuando escuché el rumor de tu relación con la tostada a medio quemar, mi pecho ardió al punto de creí que mi corazón había explotado.
¿Qué ganaba con intentar algo? Nada, solo era el idiota que te había hecho sufrir al punto de que parecemos simples desconocidos pese a que nos conocemos hace años.
No intente nada.
No intente nada cuando te vi sonreírle a él, no intente nada cuando tomaste su mano, no intente nada cuando oficialmente comenzaron a salir.
No intente nada.
Soy un idiota, el imbécil más grande de esta tierra.
Nadie me espera en casa, nadie llorara por mi hoy.
Siento mis ojos arder ante la ironía de la vida, porque ahora que siento como mi corazón comienza a fallar, me doy cuenta que deseo que estés a mi lado llorando porque no me vaya.
Pero no será así, porque estoy solo, solo bajo un montón de escombros, con mi fémur atravesando cual cuchillo la carne dejando la horrible y palpitante sensación del aire acariciar mi musculo con un roce jodidamente doloroso y frustrante, mi otra pierna, quizás, solo quizás este entera en alguna parte de lo que había sido este edificio. Mi brazo simplemente no me responde y gran parte de mi lado derecho fue aplastado por un enorme trozo de concreto. Mi pecho se siente frio y húmedo, quizás de la sangre o de las lágrimas que he derramado al notar que es mi fin y me iré sin solucionar cada maldito problema que he generado en el transcurso de mi vida.
Me voy a morir.
Gritar no ayuda, pues nadie me escucha, nadie me está buscando porque simplemente a nadie le importa que yo desaparezca. Solo escucho las ambulancias, los helicópteros a lo lejos, muy a lo lejos. Ni siquiera saben que estoy ausente.
He desperdiciado mi vida de tantas maneras. Jamás le dije a mis viejos que agradecía cada regaño hacia mí, cada noche en desvela por estar enfermo, cara caricia en mi cabello, cada sonrisa de orgullo. Jamás le dije a Kirishima que en verdad era mi mejor amigo.
Jamas te dije...
Las lágrimas escapan de mis ojos por el enorme ardor que comienza a invadirles, no es tierra, no escombro, son las malditas emociones que he encapsulado por 24 malditos años y que ahora quieren salir a la luz. Hoy, hoy que tengo que morir mi corazón quiere mandarme al jodido infierno como un vil marica por no poder contener la impotencia que mi pecho desborda.
Estoy llorando, mi respiración es dificultosa, casi no recuerdo como respirar, pero solo puedo llorar como una vil nena; no porque tengo miedo a la muerte, no porque este muriendo solo, no porque se perfectamente que me iré al infierno, es por el simple hecho de que me iré de este mundo sin que todos sepan realmente lo que siento por ellos, porque me iré sin que sepas lo que realmente siempre quise decirte con el fin de comenzar de nuevo.
Con el fin de tener un oportunidad.
─C-Como… C… Como l-lo siento.
Lamento todo lo que hice, lamento nunca haberte apreciado, lamento no haber estado a tu lado cuando me necesitaste, lamento haber sido el tipo más mierda que hayas conocido. Lamento no haber intentado nada por ti, es lo que más me duele, no haber intentado algo, me rendí sin intentarlo y esa es la cosa que más me encabrona. Quizás me hubieras perdonado sin la necesidad de decir lo siento, quizás me hubieras amado hasta el punto que en vez de irte con ese idiota en esta misión, te hubieras ido conmigo y ahora podríamos estar despidiéndonos. O solo quizás, esto no hubiese pasado y hubiésemos estado durmiendo juntos al volver a casa. Durmiendo a tu lado embriagándome con aquel delicioso aroma a lavanda tan propio de ti, sintiendo tu calidez en mi pecho mientras acaricio tus subes cabellos.
Mientras te escucho decirme que amas.
Pero este es el fin, no hay más oportunidades. El hubiera no existe.
Sonreí como idiota, ante aquella imagen de ti acostada a mi lado, sonriéndome dulcemente, es tan real, es tan cálida.
Es tan perfecta.
Mi cuerpo al fin deja de doler, las sensaciones se han vuelvo indoloras e incluso satisfactorias, siento mi pecho sumamente cálido, y mis labios forman una sonrisa al notar que mi vista se torna borrosa.
─E-Es hora, Deku. ─ te digo a lo que tú asientes de acuerdo, tus manos rodean mi cuello a pollas tu cabeza en mi pecho. Como quisiera poder abrazarte.
Mis ojos se cierran lentamente, y al fin la paz se apodera de mí.
.
¡Dejen sus reviews y cuénteme que piensan! Su opinión es importante para mí
¡Se despide Momoleft!
