Hello lovelies! Here we go again with another translation for you to enjoy it. This story is from the author bicyclesarecool. Thank you for give your permission hun!

¡Hola amores! Aquí vamos otra vez con otra traducción para que la disfruten. Esta historia es del autor bicyclesarecool. ¡Gracias por dar tu permiso cariño!


Ya saben qué sigue, los personajes son de la increíble Stephanie Meyer y la historia es de la genial autora bicyclesarecool, yo solo traduzco.

Y como siempre, acompañándome en otra aventura, mi amiga y Beta Erica Castelo. Gracias por tu paciencia y ayuda en cada una de mis traducciones, no podría tener mejor Beta :*


Capítulo uno

Boston, Masachusetts, 3:14 pm

Mixtape: Come home de Chappo

"Será mejor que me llames para decir que tienes todo empacado y listo para estar aquí en una semana," Alice canturrea al teléfono. Me río nerviosa.

"Sobre eso…" Mi voz se apaga y puedo escucharla jadear.

"Mi boda es en veinte días Isabella Swan, y no voy a comerme otro litro de helado por el estrés," me advierte y yo suspiro. Alice siempre ha sido una neurótica obsesiva pero esta boda la ha convertido en algo mucho peor—algo mucho más siniestro. Así que ahora la estoy llamando, metafóricamente hablando con la cola entre las piernas mientras estoy tumbada en la acera afuera de mi departamento, maldiciendo a cualquier dios que me haya castigado de esta forma.

"La camioneta está muerta," digo despacio, haciendo una mueca con cada palabra.

"¡No!" Jadea. "¡Bella, por años te he estado diciendo que te deshagas de esa cosa!"

"Lo sé," gimo, mirando al metal oxidado de mi querida camioneta mientras se la lleva una grúa para siempre. El motor se descompuso y no puedo pagar uno nuevo.

En realidad, no puedo pagar nada por el momento, de ahí mi llamada a Alice.

"No puedo tomar un avión—no tengo dinero para eso. Y tengo que llevar todas mis cosas de regreso a Seattle."

"Debiste haber pensado en eso antes de huir a Boston," bufa.

"No le llamaría precisamente huir a ir a la universidad," digo. La grúa da vuelta en una esquina y desaparece. Siento que la pérdida me golpea en el estómago—he tenido ese gigantesco tanque de camioneta desde que tenía quince años y mi mamá me estaba enseñando cómo conducir con palanca de velocidad antes de que siquiera tuviera mi permiso. No parece correcto volver a casa sin ella.

"¿Bella? ¿Me estás escuchando?" La molestia de Alice me trae de vuelta a la situación actual.

"Lo siento, ¿qué?" Pregunto y ella me chasquea la lengua.

"Puede que tenga un plan, te llamaré en un rato." Ni siquiera se despide, el teléfono pita para avisarme que colgó.

Me quedo tumbada en la acera un poco más, con el brazo sobre mis ojos. Es martes por la tarde así que la calle no está precisamente concurrida. En realidad, está bastante agradable, no está tan caliente afuera para variar, el cielo está azul y la brisa sopla a través de los árboles que bordean la carretera. He vivido en esta manzana por los últimos tres años, en este mismo departamento y pensar en dejarlo, me causa pesar— ¿por qué siento como si estuviera perdiendo todo?

"¿Estás bien?" Escucho una voz clara preguntar y casi lloro al escucharla.

"Ang," lloriqueo y finalmente bajo mi brazo. Mi compañera de cuarto está de pie junto a mí, agarrando su bolso de mano y poniendo un mechón suelto de cabello oscuro detrás de su oreja. La expresión de Angela es una combinación de preocupación pero también con un poco de diversión—ha tenido que lidiar con mis crisis melodramáticas demasiadas veces durante los últimos cuatro años, desde que me conoció en el baño del comedor, llorando porque había derramado accidentalmente un tazón de sopa en mi blusa el primer día de la semana del nuevo estudiante.

"Levántate, probablemente en este momento estás acostada en una cloaca de gérmenes. Para tu información, no limpian estas aceras. Estoy segura que el borracho Connor se ha orinado ahí." El borracho Connor es nuestro vecino y le hace honor a su nombre—no creo que alguna vez lo haya visto sobrio, incluso en una clase de filosofía que compartimos en mi primer año. Gimo pero Angela me tiende su mano para ayudarme a levantarme y una vez que estoy de pie, me abraza.

"Lamento lo de la camioneta," dice con sinceridad y me lleva dentro. Nuestro departamento es un desorden, las dos empacando nuestras vidas antes de que se venza el contrato en unos cuantos días. Angela se muda con su novio a unas cuadras de distancia y yo me iré a casa, a Washington. Hay cajas por todas partes, las paredes no tienen nada y están recién pintadas de blanco, libres de marcos de fotos y pósteres que habíamos colgado a través de los años.

"¿Y cómo se tomó Alice las noticias?" Angela pregunta, cogiendo el menú de comida a domicilio sobre la encimera de la cocina. "¿Lo de siempre?" Asiento y empieza a marcar el número en su teléfono.

"Salió tan bien como lo esperaba," suspiro antes de que ordene nuestro almuerzo. "Dijo que pensaría en algo."

"¿Qué es lo que va a hacer? ¿Venir a recogerte ella misma?" Angela se echa a reír, dejando su teléfono sobre la encimera. Recoge su cabello en una cola de caballo y saca una botella de vino del refrigerador—que en este momento, solo guarda alcohol y crema para café.

"No me extrañaría," digo, dejándome caer en el viejo sofá desvencijado que ocupa la mayoría del espacio en nuestra sala. Lo vamos a dejar aquí para los siguientes inquilinos. Pensar en alguien más sentándose en nuestro sofá me pone aún más depresiva.

"¿No deberías estar más emocionada por volver? ¿Con ese nuevo trabajo que tienes esperándote?" Angela pregunta, dándome una taza de café llena de un Moscatel barato.

"¡Lo estoy!" Digo, porque es verdad. Mi prima, Rosalie, trabaja en una revista con sede en Seattle y con mi título en inglés y escritura creativa me consiguió un trabajo como asistente editorial. De verdad, es mejor de lo que pudiera haber pedido, aunque voy a tener que buscar un trabajo de camarera o algo así para pagar la renta en alguna parte de la ciudad.

"Es solo que voy a echarte de menos," digo con tristeza, bebiendo de mi vino. "Y a este lugar. No sé, tal vez solo estoy sentimental."

"Han sido unos cuatro años geniales, Bella," dice y palmea suavemente mi brazo. "Pero es el momento de patear traseros en el mundo real. Vamos a ponernos a trabajar en la colección de DVD, ¿quieres?"

Estoy cómodamente pasadita de copas y llena de lo mein para cuando Alice me llama por la noche. Le grito a Angela que baje el volumen de la música mientras pausamos nuestra sesión para empacar y fiesta.

"¿Hola?" Contesto muy fuerte.

"He resuelto todos nuestros problemas," Alice dice con seguridad.

"¿En serio?"

"Sí, Edward va a recogerte de camino acá. Está en Dartmouth ahora, instalándose. Tiene que devolver la camioneta de mi papá así que de todos modos planeaba conducir."

"Espera, ¿qué?" Pregunto porque tal vez no la escuché correctamente, tal vez estoy más ebria de lo que pensé. De ninguna manera—

"Me escuchaste. Es solo Edward. Te recogerá el miércoles a las cuatro. Te mandaré su número en un mensaje de texto porque dudo que todavía lo tengas, solo envíale tu dirección." La nota de advertencia en su tono no me pasa desapercibida.

"¿Pero él no está en New Hampshire? Ahí está Dartmouth, ¿verdad?" Alice suspira.

"Sí, Bella, pero como dije, está de camino. Solo aguanta hasta antes de la boda y nunca tendrás que volver a hablar con él, ¿de acuerdo?"

"Sí, señora," gruño.

"Esa es mi chica. ¡Te amo!" No espera a que me despida, cuelga antes de que pueda protestar más pero recibo un mensaje de texto de ella casi de inmediato avisándome que compartió un contacto conmigo.

Edward Cullen.

Ugh.


¡Hello! Espero que les haya gustado este nuevo capítulo, como verán, nuestros protagonistas favoritos no parecen llevarse muy bien. ¿Pero qué habrá en el pasado de estos dos? Bueno, eso lo veremos con el paso de los capítulos. Muchas gracias como siempre a mis lectoras fieles que han estado en cada una de mis traducciones y espero me acompañen también en esta, leyendo y por supuesto, dejando su review dándome su opinión sobre la historia. Ustedes saben, porque siempre se los digo, que los reviews son muy importantes para mantener el fandom vivo, a las traductoras nos dan el ánimo para continuar buscando historias interesantes y pedir el permiso de las autoras que no siempre es concedido, y no saben lo que desanima cuando recibes un no por respuesta, pero su apoyo constante es lo que nos hace seguir buscando. A las autoras les da la inspiración para crear historias que nos entretienen y nos hacen reír y llorar. No lo olviden, sean agradecidas y dejen su review en cada historia que leen. No les cuesta nada más que, el deseo de alegrarnos el día, unos minutos de su tiempo, y escribir unas cuantas palabras, un gracias, un saludo, o hasta una carita feliz, es suficiente para agradecer el tiempo dedicado. Así que… usen el cuadrito de abajo ;)

PD. No olviden seguir la historia para que les llegue un aviso de actualización.