Hola ^^ finalmente me animé a escribir este drabble :) espero que os guste *w*
Las ruedas del destino
Los hombres son capaces de forjar su destino. Tienen el derecho de elegir lo que desean ser y tomar las decisiones acertadas. O al menos eso es lo que todos decían. La verdad era diferente y mucho más cruel. Ezio vivía sin preocupaciones, ayudaba a su padre como podía y cuidaba de su madre y hermana, se llevaba bien con sus hermanos y admiraba a su padre.
Da igual los problemas en los que acabase envuelto, el jefe de la familia Auditore siempre intentaba ponerse en su lugar y ser justo, por eso mismo Ezio lo respetaba más que a nadie en el mundo.
Pero era joven, joven e ingenuo. Creía que el mundo era un lugar justo, que el honor y la sinceridad eran lo más importante y que no había nada que no pudiese arreglarse mediante las palabras o un par de puñetazos, preferiblemente lo segundo. Pero la vida se preocupó de demostrarle que las cosas no funcionaban así, que el mundo no es un lugar justo y los aliados podían ser mucho peor que un enemigo, sobre todo cuando te traicionaban.
Ser banquero como su padre o quizás hacer algo importante con su vida, nunca se preocupó demasiado por ello, pues tenía a su padre iluminando el camino y solo deseaba que pudiese estar orgulloso de en lo que se convertiría. Pero ese futuro feliz y sin preocupaciones le fue arrebatado sin previo aviso.
Un día como cualquier otro se convirtió en el peor día de su vida. Un simple encargo de su padre fue el último que haría para él y su familia entera sería un solo recuerdo borroso de una época que parecía lejana.
Jamás deseó ser un asesino, ni siquiera era consciente de que existía algo así, tampoco de que su padre fue uno, era tan ignorante que se avergonzaba de sí mismo.
Pero ahora no tenía elección alguna, la imagen de su padre y hermanos colgando de aquella horca no se desvanecería de sus pensamientos, no le dejaría dormir. En sus pesadillas su padre le recriminaba que no fue capaz de defenderlos, de detener a aquel traidor que consideraban aliado. Pero lo peor de todo es que no era una pesadilla, estaba seguro de que su padre estaría avergonzado de lo inútil que fue, de los errores que cometió.
Pero ya no tenía tiempo de lamentarse, su familia jamás volvería, pero al menos podía defender lo que quedaba de ella, arriesgaría su vida sin dudarlo para proteger a su madre y hermana, sería el hombre cabeza de familia que su padre esperaba, se convertiría en un asesino.
Nada es verdad, todo está permitido.
Podría simplemente huir y esconderse por el resto de su vida, pero su orgullo le decía que no podía ser tan cobarde, que debía vengar a su familia, volverse fuerte sin pensar en lo mucho que eso pudiese costar, para finalmente poder rajar el cuello del malnacido que traicionó a su familia, para acabar con todo el mal del que había sido testigo. Acabar con todo.
Su cuerpo se llenaría de cicatrices, su capa se rasgaría, su ropa acabaría hecha jirones, pero su alma jamás se rompería. Ezio tenía una misión y la cumpliría hasta que se quedase sin aliento, hasta que no hubiese nada más por lo que pelear, hasta su último latido de corazón. Da igual lo manchadas que quedasen sus manos con la sangre de sus enemigos. Finalmente había encontrado algo por lo que pelear, puede que nunca hubiese soñado algo parecido, pero era su destino. Y lo tomaría sin dudar.
FIN
