Disclaimer: Todos los personas de esta historia le pertenecen a Stephenie Meyer y la historia es mía :D
La mañana de julio vestía de gris ese dia, "Lloverá" murmuró la castaña mirando el cielo gris desde su ventana. Bajo apresuradamente las escaleras cogiendo una manzana de las pocas frutas que había en la cocina, corrió hacia la puerta pero se desvió al ver a su mama en la sala. Se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla para después salir de la casa. Montó su bicicleta color azul y piso el pedal esperando el impulso para empezar su recorrido pero solo sintió el golpe que ocasiono el transporte al no moverse. Bella estaba intentando con dedos hábiles arreglar su bicicleta que el día pasado había estado fallando a causa del manubrio que olvido reparar, por el cansancio de su día, dio una mirada al reloj que abrazaba su muñeca abriendo desmesuradamente sus orbes chocolates debido a la hora, se le hacia tarde y no quería otra llamada de atención. No era el gran trabajo pero este compraba la comida de casa y pagaba algunos recibos. Amarró las agujetas de sus pequeños tenis negros con la esperanza de no caer y salió corriendo montando su bicicleta gritando un "vuelvo en la tarde". Al llegar a la imprenta, en donde colaboraba repartiendo diarios a cambio de unas cuantas monedas a la semana, el Sr. Harrison la miro frunciendo el ceño
-¿Tarde otra vez uh?- exclamó a modo de reclamo- ¿qué fue esta vez?- rió amablemente.
- Mi bicicleta…- dijo entrecortadamente tratando de recobrar el aliento.
- Debí suponerlo ¿cuánto tienes con ella?- preguntó el Sr. Harrison con interés mientras sacaba los diarios apilados y se los entregaba.
-Desde que tengo memoria- rió suavemente con su verdad colocándolos en la parte trasera de su bicicleta, para salir a toda prisa no quería atrasarse más de lo que estaba.
Seattle era una ciudad grande y recorrer una parte de ella todas las mañanas le despejaba la mente
Se situó a la mitad de la calle en la que le tocaba repartir diarios, observó detalladamente todos los hogares e inhalo el aire no tan puro de la ciudad. Miró el diario que encabezaba el montón, se interesó en las grandes letras rojas de el titular que gritaba "¡Cullen invencible!", un brillo en el asfalto llamó su atención y abrió los ojos con alegría al darse cuenta que el objeto brillante se trataba de una moneda.
-Es mi día de suerte- su sonrisa creció al ver el valor de esta. Opto por guardarse la moneda es su desgastado pantalón pero se le resbalo al escuchar un grito
-¡Cuidado!
Lo último que vino a su mente fue "¿suerte? Para mí no existe" después vino el dolor.
N/A : Bueno eso es solo un pedacito para ver que les parece…la sigo o no
Espero sus comentarios .. Recomiendo Regla de Oro de DmsMoonAdapt
