Disclaimer: El anime/manga Katekyo Hitman Reborn! no me pertenece, todos sus personajes y contenido pertenecen a Akira Amano.
Para: La comunidad de livejournal 10pairings.
Pairing: 25!years!Lambo/TYL!I-Pin, principalmente.
Advertencias: Spoilers al máximo por haber usado a Super Adult Lambo *hearts*, y también por I-pin adolescente.
Notas: Agradecerle a mi C-oso (aka, Lexy D Miyu) por haberme pokeado... digo, motivado a escribir de Lambo :3.
Se sentía bobo estar parado allí, más bien un bobo sentimental. Pero no podía evitarlo, los años le habían enseñado, desde su temprano inicio en la Mafia, que la vida no era fácil en ningún sentido y que los lindos recuerdos no serían más que eso, recuerdos. Dichosos esos días en que nada más era un crío de cinco años que adoraba comer los takoyaki que preparaba su mamá adoptiva.
Dio un melancólico vistazo a su polvoriento alrededor, de lo que alguna vez fue su dormitorio por muchos años, en esos momentos sólo era el lugar idóneo para juntar telarañas y escombros. No le extrañaría que en un tiempo algún vagabundo lo ocupara de refugio.
Se acercó lentamente a un marco de fotos, pisando la podrida madera bajo sus pies que soltaba un débil chillido a cada paso, y evitando cortarse los dedos con el vidrio quebrado lo tomó entre sus morenos dedos, quitando el polvo acumulado y centró su mirada en los personajes de la imagen.
Una dulce muchacha de 15 le devolvía la mirada con sus vivos ojos marrones, divertidos. Su larguísimo cabello estaba suelto y libre de las típicas trenzas que solía llevar, estaba recostada en la espalda de un Lambo mucho más joven (y alegre) quien tenía un semblante de regaño hacia ella, quizá por la incómoda pose y el exceso de peso hacia su persona antes de tomar la fotografía.
Pocas eran las palabras para describir como le extrañaba. Y no sólo a ella, todos sus amigos los había perdido en funestas oportunidades, y él jamás se iba a perdonar eso. Como tampoco olvidaría en el momento que gracias a la mítica bazooka de los 10 años regresó al pasado por breves instantes para pelear por el anillo del Rayo.
Y ahí estaban de nuevo los recuerdos, golpeando, asfixiando.
Su triste vaivén de melodías pasadas fue bruscamente interrumpido al verse envuelto en una densa nube color rosa, viéndose en un cálido día de primavera y parpadeando desacostumbrado a los cálidos rayos del sol.
— ...los diez años no es un juguete!
I-pin se sonrojó al verse cara a cara con un Lambo de veinticinco años, mucho más alto y fornido, además de tener un tinte de triste madurez en su rostro, quien le dedicaba una desbordante mirada de estupefacción. Ella relajó los hombros e hizo descansar su helado de fresa en la mano del mayor, sonriéndole, acción que simplemente derrumbó -más- internamente al guardián, quien tuvo que tapar su mirada con su flequillo para que sus ojos no le delataran.
— Ven conmigo, compremos otro hela-— comenzó a invitar la joven, mas fue interrumpida por el afligido abrazo en el que se vio envuelta, desconcertándola, y de paso cayendo en la preocupación. Tampoco se atrevió a preguntar, ella se dejó estar y correspondió el abrazo con renovada timidez de antaño.
Para Lambo aún se vale soñar, aunque ese lindo paraíso durase nada más cinco minutos.
Se aceptan reviews :3.
