Del Dolor A La Felicidad
CAPI: EL RAMO
BELLA – POV
- Estamos aquí reunidos para celebrar en santo sacramento la unión matrimonial de nuestros queridos Benjamín George Cheney y Ángela Grace Weber. – El sacerdote siguió hablando y yo me imaginaba el día en el que yo ocupara el lugar de Ángela y mi príncipe azul el lugar de Ben. Imaginaba a mi padre orgulloso y lloroso, a la vez que me entregaba a mi amado en el altar. Imaginaba la iglesia llena de flores, en plena primavera, y yo con un hermoso vestido blanco. Imaginaba una iglesia repleta de familiares y amigos, una recepción inolvidable, y me imaginaba bailando con mi príncipe azul el vals de los enamorados. Tal y como pasa en los cuentos de las princesas. Escuche un sollozo que me saco de mis ensoñaciones y vi que quien lloraba era Gretta, la madre de Ángela, quien tenía en brazos al pequeño Georgy, el hijo de Ang y Ben, Greg, el padre de Ángela, la consolaba. – Tu, Benjamín George Cheney, aceptas por esposa a Ángela Grace Weber para amarla y respetarla, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la prosperidad hasta que la muerte los separe.
-Sí, acepto – respondió Ben eufórico. Él llevaba un traje negro con camisa blanca y lazo negro.
-Tú, Ángela Grace Weber, aceptas por esposo a Benjamín George Cheney para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la prosperidad hasta que la muerte los separe.
-Sí, acepto – respondió Ang nerviosa pero segura, ella llevaba un hermoso vestido blanco, en corte A, con pedrería en el escote y su cabello lo adornaba un hermoso broche que sujetaba la mitad de su largo cabello. Nuestra amiga Jess y yo que éramos la dama de honor y la madrina llevábamos un vestido strapless (sin mangas) largo, en color terracota, con una cinta crema amarrada debajo del busto. Aun no podía creer que, a quien yo consideraba mi hermana tuviese un bebe de 4 meses y se estuviese casando en este momento. (Imagen de los vestidos en mi perfil).
-Padrino, los anillos – pidió el sacerdote, Tyler, el hermano mayor de Ang, se levanto para entregarle los anillos al sacerdote. El sacerdote bendijo los anillos y le entrego el anillo a Ben para que se lo pusiera a Ángela. Ángela y Ben llevaban dos años de novios cuando se comprometieron y se fueron a vivir juntos, meses más tarde Áng descubrió que estaba embarazada, Ben estaba como loco de contento, y sus padres también. Los padres de Ang les costó un poco más aceptar la idea, pero cuando Ben le dijo que se casarían tan pronto como Ang se sintiera totalmente recuperada del parto, se pusieron felices.
-Ángela, recibe esta alianza como símbolo de mi amor y fidelidad. – El sacerdote le entrego en anillo a Ang para que se lo pusiera a Ben.
-Benjamín, recibe esta alianza como símbolo de mi amor y fidelidad – Ang le puso el aro a Ben.
-Madrina, las harás – pidió el sacerdote, esta vez me toco a mí levantarme. El sacerdote bendijo las harás y se las entrego a Ben. Repitieron un algo parecido a lo de los anillos, e intercambiaron las harás. – Si alguien tiene alguna objeción que hable ahora o calle para siempre – Por un minuto un silencio sepulcral reino en la iglesia - Por el poder que me otorga la iglesia católica, apostólica y romana, y la santa diócesis de Washington, los declaro marido y mujer, Ben puedes besar a la novia- anuncio el sacerdote antes de que mis amigos se besaran amorosamente, la iglesia estalló en aplausos. Después de eso todos felicitamos a los novios, y después nos dirigimos al único hotel de Forks, donde se haría la recepción. Cuando los novios llegaron bailaron el vals de los enamorados y, Tyler y yo, los padrinos, hicimos el brindis, los padres de los novios dijeron unas palabras y después se sirvió el banquete.
-Buenas noches, tenemos una petición especial del padre de la novia – hablo el director de la orquesta – El baile padre e hija – anuncio y todos comenzamos a aplaudir cuando Greg y Ángela caminaron a la pista y comenzaron a bailar.
-Bells – me llamo Charlie, mi papá, extendiendo su mano para que bailara con él, yo acepte gustosa.
-No me pises papá – le bromee mientras dábamos vueltas en la pista de baile. La fiesta transcurrió sin problemas mientas todos disfrutábamos. Me alegro ver a Charlie y a Sue bailando animadamente mientras yo bailaba con el pequeño Seth. Más tarde en la noche Ben le quito la liga a una avergonzada Ángela, todos los solteros esperaban ansiosos por ver quien la atraparía, y para sorpresa de todos, nuestro amigo y novio de Jessica, Eric, atrapó la liga.
-Muy bien, todas las solteras, mi querida hermana lanzará el ramo – anuncio Tyler. Todas las solteras se dirigieron a la pista, menos yo.
-Isabella, muévete o te muevo –hablo Jessica halándome por un brazo para llevarme a la pista, yo reí ante lo supersticiosa de mi amiga. Todas las solteras nos acomodamos para atrapar el ramo y Ángela lo lanzó. Para mi GRAN sorpresa, cayo justo en mis manos, todos aplaudieron y silbaron mientras mi cara ardía de vergüenza.
-Oh, Bella, esto significa que el amor de tu vida está a la vuelta de la esquina – hablo Jessica feliz, creo que se le subieron las copas a la cabeza.
-Jess, el destino no está escrito en piedra – le asegure.
-Bueno amiga, esta vez tu, y Jess fueron mi madrina y mi dama de honor, tal vez la próxima vez Jess y yo seamos la madrina y la dama de honor y tú la novia – hablo Ángela sin respirar, que yo supiera ella todavía estaba lactando a su bebe, por lo que no podía estar borracha, debe ser la euforia del momento. Después de la media noche los novios se fueron a su luna de miel, pasarían una semana en Miami, los padres de Ben cuidarían al pequeño Georgy. El resto de los invitados disfrutamos y bailamos hasta las 2 de la mañana. Cuando llegue a casa me fui directo a mi habitación, estaba cansadísima, mi cabeza toco la almohada y quede profundamente dormida soñando con que algún día encontraría a mi príncipe azul.
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