Ladybug alzó una ceja en señal de desconcierto ¿Que dijo? Mirando a Chat Noir escépticamente mientras dejaba de acariciar sus cabellos.
El rió ante la expresión de su bichito.
— A mí no me engañas, My Lady —Esbozando una sonrisa torcida— Tienes ailurofilia.
Al repetirlo de nuevo. Ella sabía que había escuchado bien, pero aun así no podía borrar su estado de confusión.
— ¿Qué?
El gatito dejo salir una carcajada.
— ¡No inventes palabras, Chat! —Replico avergonzándose.
— No la estoy inventando —Refutó— ¡Existe!
— Si, por supuesto —Sin creerle ni un poco, entretanto lo miraba sospechosamente— Y dime... ¿Qué significa?
— Averígualo, My Lady —Canturreó— Vas a ver que tengo razón, tienes ailurofilia.
Ladybug negó con la cabeza. Parándose recta.
— ¡Vamos a cambiar de sector! —Proclamó mientras tiraba de su yo-yo y se balanceaba por las calles de Paris. Mientras Chat Noir la seguía, teniendo una sonrisa enorme dibujada en su rostro.
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— ¿Ailurofilia? —Se preguntó a si misma Marinette enfrente de su computadora no creyendo que existía. Encontrándose dubitativa en lo de buscar esa palabra o no.
Al final se rindió por la curiosidad y tecleó en el buscador. Viendo como el significado aparecía ante sus ojos. Al leerlo una sonrisa irónica se formó en sus labios.
Ailurofilea: Amor desmesurado por los gatos.
Ella se quedó estática, parpadeo varias veces y luego se rió. Chat Noir estaba más que equivocado.
