¡Hola chicos! Como lo prometí aquí está el Ichihime Navideño. Aunque sé que ya pasó la fecha espero que igual lo disfruten!
Disclaimer: Los personajes pertenecen a Tite Kubo y la historia está basada en el clásico navideño Cuento de navidad de Charles Dickens, aunque con algunas modificaciones de su servidora. ^_^
Ichigo en un Cuento de Navidad
Era una noche tranquila en el Seireitei, todos los escuadrones se encontraban en calma pues desde hacía un tiempo no había amenazas graves que requirieran su movilización, así que por unos días sólo se concentraban en trabajos menores y en lo más importante: tomar un merecido descanso.
Sin embargo, había una persona que por alguna razón no podía conciliar el sueño, por lo que decidió levantarse y dar un paseo por su mansión esperando encontrar algo qué hacer. Ese hombre era el Capitán del 6º Escuadrón, Byakuya Kuchiki. El capitán se paseó por varios lugares, recorrió el jardín, su oficina y hasta la cocina, pero aun así nada lograba captar su atención o hacerlo desear ir a dormir. Cuando estaba a punto de darse por vencido pasó por enfrente de una habitación que prácticamente había olvidado por falta de tiempo y que antes era su lugar favorito: la biblioteca.
El capitán decidió entrar para leer un buen libro, así que se paseó por los estantes llenos de títulos atractivísimos, pero ninguno lo interesaba lo suficiente hasta que encontró uno que no pudo evitar tomar. Tenía la pasta roja y la orilla era de color dorado, al igual que las letras que anunciaban el título, impresas en el lomo: "Un cuento de navidad". El libro llamó su atención porque en la Sociedad de Almas no solían celebrar esa fecha que al parecer era muy importante para los seres humanos y ya que por alguna extraña razón ese libro estaba ahí decidió ojearlo. Sin darle mucha importancia lo tomó y se dirigió a un sofá que se encontraba en una de las orillas de la biblioteca. Cuando estuvo cómodo abrió el libro y comenzó a leer: Nuestra historia comienza en la víspera de Navidad…
Y ahora, comienza una hermosa historia navideña.
Nuestra historia comienza en la víspera de navidad, en una de las Compañías más importantes del Londres de principios del siglo XIX. En ella se encontraba el dueño, Ichigo Kurosaki, pensando cómo podría lograr más ganancias. Sobre su escritorio había toneladas de papeles que reportaban lo bien que marchaba la compañía y lo que se necesitaba para que se mantuviera de esa forma, pero al parecer el éxito que tenía no era suficiente para el joven pues no paraba de hacer cuentas y revolver papeles.
-Si contratamos a más gente para duplicar la producción podríamos aumentar las ganancias porque habría más productos en el mercado y la gente compraría más. Pero si contratamos a nuevas personas tendríamos que pagarles un salario y entonces las nuevas ganancias no servirían de nada.-Decía el joven mientras hacía cuentas en una hoja.
El joven Kurosaki Ichigo era el hijo del antiguo dueño de la compañía, Kurosaki Isshin, pero desde que él y su esposa habían muerto en un trágico accidente hacía varios años dejándolo a él y a sus pequeñas hermanas solos, habían tenido que vivir bajo el cuidado de uno de los primos de su madre, Sosuke Aizen, que mientras él crecía lo suficiente para hacerse cargo de la compañía había cumplido con las obligaciones de presidente. El tío Aizen era una persona fría y calculadora, que siempre se preocupó por ganar más poder y dinero para lo que usaba la compañía de sus difuntos primos para obtenerlo. Después de que murieron, se dedicó a pasar todas sus ideas al pequeño Ichigo que preocupado por el futuro de sus hermanas aprendió todo al pie de la letra; sabiduría que se resumía en una frase: "En un mundo poderoso, los poderosos triunfan."
Luego de mucho pensar, revolver papeles y hacer cuentas el joven Kurosaki encontró la solución para el problema de la producción. Cuando estaba a punto de llamar a su asistente la puerta de su oficina se abrió dejando pasar a una hermosa chica de cabello anaranjado adornado por unos pasadores azules y que vestía un lindo vestido rosa con moños azul cielo en el pecho y en la parte de atrás justo donde comenzaba el faldón.
-¡Buenos Días Kurosaki-Kun!- Saludó la Asistente de Ichigo, Inoue Orihime, que además de trabajar en su compañía era su amiga de la infancia.
-Hola Inoue. Q-qué bueno que viniste, e-estaba a punto de llamarte.-Ichigo se había sonrojado un poco al verla pues desde hacía mucho sentía algo por la dulce niña que tenía parada frente a él, pero no se había animado a decirle nada por falta de tiempo. Como decía el tío Aizen, "El tiempo es dinero."
-¿En serio, K-kurosaki-kun?-No hacía falta decir que Orihime había amado a ese chico desde el día en que lo conoció y por eso siempre estaba a su lado.
-Sí, quería decirte algo muy importante… sobre el trabajo.
-¿A sí?-La muchacha se había decepcionado un poco con la respuesta del jefe, pero al instante recordó que ella también tenía algo importantísimo que decirle.- ¡A sí, yo también quiero decirte algo!
-Los chicos y yo organizamos una fiesta navideña y nos gustaría saber si quisieras venir.
-¿Fiesta navideña? Déjame ver si tengo tiempo. ¿En cuántas semanas será eso?
-¿¡Semanas?-Preguntó incrédula la chica- ¡Pero si es esta noche!
-¿¡Esta noche! ¡Por supuesto que no! Éstas serán las semanas más cargadas de trabajo y no podemos darnos el lujo de hacer fiestecitas ni nada por el estilo. Así que avísales a los otros que hoy saldrán muy tarde y que mañana los quiero puntuales a las ocho o mejor que no regresen. Y también diles que se dejen de esas tonterías navideñas que sólo los distraen y que tanto me molestan.
-P-pero Kurosaki-kun… es navidad-La chica lo miró con sus ojos grises llenos de decepción y unas cuántas lágrimas amenazando salir de ellos. Si algo sabía después de conocer a Ichigo durante tantos años era que si decía algo, eso se hacía.
-Lo siento mucho, en esta vida hay que hacer sacrificios. En un mundo poderoso, los poderosos triunfan. Y hazme favor de avisarles a los demás, no quiero que digan que todo lo hago a último minuto.
-P-pero…
-Gracias Inoue, te llamo si te necesito. Hum, Navidad mi trasero…
Ichigo dijo todo esto sin siquiera voltear a mirarla y a Orihime no le quedó de otra que salir a enfrentar a sus amigos que esperaban ilusionados su respuestas; si bien no esperaban que él los acompañara, tampoco veían venir la terrible noticia.
-¿Y bien Orihime? ¿Qué te dijo ese trabahólico? Seguro no va a venir ¿Verdad?-Le dijo una chica de cabello negro y ojos azul oscuro. Su nombre: Rukia Kuchiki, la encargada de vigilar que todos los trabajadores cumplieran al pie de la letra sus funciones. Aunque en esa época no era bien visto que una mujer trabajara y menos en un puesto así, ella se había ganado el lugar por su carácter enérgico pero a la vez amable.
-P-pues, ejem no Rukia-chan, no va a venir.-Contestó Orihime con las lágrimas a punto de salir haciendo un extraño puchero que a sus amigos les pareció cómico.
-Pero Inoue no te pongas así, ya sabes cómo es Ichigo, pero igual nosotros nos la vamos a pasar muy bien.-Dijo Renji, uno de los más eficientes trabajadores de la compañía, parándose junto a la pequeña muchacha y tratando de darle ánimos a su compañera y amiga.
-No es eso Abarai-Kun, es que todavía tengo algo más que decirles. Ku-kurosaki-kun… quiere…quiere que-La voz de la pelinaranja se quebró y comenzó a sollozar fuertemente cubriéndose la cara con las manos provocando que todos se asustaran.
-Ya dinos Orihime, ¿Qué puede ser tan malo para que te pongas así?-Le dijo Tatsuki, la supervisora de producción y mejor amiga de la chica.
-Es que él… quiere que nos quedemos a trabajar hoy hasta tarde y que vengamos mañana puntualmente a las ocho o nos despedirá.
-¿¡QUÉEEEE!-Dijeron todos los presentes, que ahora incluía al jefe de publicidad y mejor amigo de Ichigo Uryu y Chad, el ensamblador más capaz.
-Lo que escucharon, así que sólo no irá a la fiesta… nosotros tampoco podremos celebrar.-Inoue continuó llorando mientras era consolada por Tatsuki y Rukia, que además de sentir pena por su amiga, sentían unas ganas inmensas de matar a Kurosaki.
-Oye Ishida, tú e Ichigo han sido amigos desde que eran pequeños, ¿Por qué no vas a hablar con él a ver si lo convences? Porque si yo voy a verlo… Bueno, sólo te diré que no me gustaría pasar navidad en prisión por asesinato.-Dijo Renji muy decidido.
Efectivamente, Ichigo y Uryu eran amigos desde pequeños, pues sus padres habían sido viejos amigos y por eso ahora Uryu había decidido trabajar en la compañía de su amigo para apoyarlo, aunque a veces, como en esta ocasión, preferiría no ser su amigo y darle una buena paliza para ver si entendía las cosas. Pero aun así, cuando recordaba todo lo que habían pasado juntos en la infancia, terminaba por olvidar el coraje y trataba de hablar con él. Como estaba a punto de hacerlo ahora.
-Kurosaki, ¿Puedo pasar?-Preguntó Uryu tocando la puerta de la oficina del jefe.
-Pasa Ishida.-Fue todo lo que recibió como respuesta. Cuando entró vio a su amigo escondido detrás de infinidad de papeles y cartas por firmar. Sin dejar de hacer nada de lo que hacía le preguntó:-¿Qué se te ofrece?
-Pues verás, quiero preguntarte ¿Por qué rayos le dijiste a Inoue-san que teníamos que venir a trabajar mañana y quedarnos hasta tarde hoy?-Dijo el chico cruzándose de brazos y observando fijamente a su amigo esperando una respuesta.
-No entiendo tu pregunta, ¿Qué no fui claro? Tenemos que seguir trabajando para poder tener buenas ganancias el próximo año y no podemos andar descansando.
-Pero Kurosaki, por un día no te vas a hacer ni más rico ni más pobre. La fiesta que habíamos planeado incluía a nuestras familias. ¿Recuerdas cómo era cuando éramos pequeños? La idea es la misma pero con nuestros nuevos amigos. Incluso Inoue-san quería pedirte un favor antes de la fiesta y bueno, ahora está muy triste.
-Pues lo siento mucho. Ya di una orden y eso te incluye a ti. Si quieren seguir con su idea de "fiesta maravillosa"-Dijo esto haciendo un movimiento de los dedos como entrecomillando la palabra- Por mí esta perfecto, pero será cuando terminen de trabajar hoy y mañana los quiero a tiempo, si no están despedidos y aquí en esta empresa tú mejor que nadie sabes que la navidad no se menciona.
-Pues yo no pienso decirle eso a los chicos.
-¿Y que Inoue no se los dijo? ¿Qué tengo que ser yo? –Cuando Ichigo pronunció estas palabras por fin volteó a ver a Uryu, se levantó del escritorio de forma un poco violenta y se dirigió hacia la puerta para encarar a sus amigos.
-A ver señores, me parece que hay cierta confusión en cuanto a las órdenes que acabo de dar. Por tercera vez en este día: NO PIENSO ASISTIR A NINGUNA FIESTA NAVIDEÑA Y NO LA HABRÁ PARA NADIE, TENEMOS QUE TRABAJAR MUY DURO ESTA NOCHE Y MAÑANA TEMPRANO TAMBIÉN. Claro, eso si quieren conservar su empleo en la mejor compañía de la ciudad porque a estas alturas no se si alguien los vaya a contratar.
-¡Pero Ichigo, esto es injusto! Ya habíamos invitado a nuestras familias a la fiesta, Rukia y yo queríamos aprovechar para pasar tiempo con nuestro pequeño Kenshin, ¡ES NUESTRA PRIMERA NAVIDAD JUNTOS!-Exclamó Renji abrazando a su esposa, más para evitar que se fuera sobre el pelinaranja.
-Pues por eso mismo Renji, no creo que quieran perder su trabajo ahora cuando deben mantener al pequeño ¿No creen?
-Si pero…
-Pues ya está, no veo el problema. Ahora, todos a trabajar y si van a avisarles a sus familias para que hagan otra cosa, lo hacen en el descanso, pueden usar a los mensajeros de la compañía, tampoco quiero que digan que soy un desalmado.
-Nooo para nada-Dijeron Tatsuki y Rukia al mismo tiempo, que tenía los ojos rojos de coraje porque se perdería la primera navidad con su pequeño hijo. Por su parte, Orihime no daba crédito a lo que escuchaba, aunque a ella se lo había dicho primero, tenía la esperanza de que quizá pudiera recapacitar, pero ahora todo era real y no podía evitar llorar ante las palabras del hombre que amaba.
Después de un largo día en el trabajo, Kurosaki Ichigo por fin había podido llegar a su casa a tomar un merecido descanso. Jamás se habría imaginado que lidiar con amigos/trabajadores rebeldes sería tan cansado; al menos al final habían recapacitado y se habían dado cuenta de que la navidad no les dejaría nada bueno y que lo mejor que podían hacer era trabajar. Por supuesto que ya se lo agradecerían luego y eso lo hacía sentir satisfecho.
Cuando estuvo listo para acostarse destendió su cama y cuando estaba a punto de meterse en ella se dio cuenta de que en su lugar había un extraño peluche en forma de león perteneciente a su hermana Yuzu, que ahora se encontraba en el internado al que la había enviado junto con su melliza Karin para que recibieran la mejor educación. Cuando lo vio recordó que él solía decirle Kon, aunque su hermana le había puesto un extraño nombre que a él siempre se le olvidaba; Kon era más fácil de recordar y así le diría.
Sin prestar mucha atención al muñeco lo alejó de su lado de la cama con un manotazo y se acostó para por fin poder dormir tranquilo. O eso es lo que él creía. Pasó un rato de que se hubiera dormido cuando un ruido extraño lo despertó, era como si pesadas cadenas se acercaran a su cama. La primera vez que las escuchó pensó que era un sueño, pero cuando en verdad parecían estar sobre él decidió levantarse resuelto a golpear a cualquiera que intentara hacerle algo. Pero en cuanto vio de donde provenía el ruido estuvo a punto de desmayarse del susto.
-Hola Ichigo.-Saludó sin ánimos el tío Aizen, que al parecer arrastraba unas pesadas cadenas.-Tanto tiempo sin vernos.
-T-tío A-aizen, ¿Qué ra-rayos haces aquí?-Preguntó el chico entre temeroso e incrédulo; aún albergaba la esperanza de que fuera un sueño.
-Pues verás, vengo a decirte que estaba equivocado.
-¿Equivocado? ¿A qué te refieres?-Definitivamente era un sueño, el Tío Aizen jamás admitiría que se equivocaba.
-Veo que aprendiste muy bien todo lo que te enseñé ¿No es así? Ahora la compañía es la más importante de la ciudad y es todo gracias al esfuerzo y sacrificio que has hecho.
-¡Pues claro! En un mundo poderoso los poderosos triunfan ¿No? Yo sólo quiero lo mejor para la empresa que mis padres me dejaron.
-Si, si, excelente sobrino pero ¿No crees que es importante prestar atención a otras cosas? No sé, tal vez pasar tiempo con los amigos y la familia-Cuando el tío Aizen dijo esto miró fijamente a Ichigo que al parecer había salido del trance de la visita para defender las ideas que la persona frente a él le había inculcado y que ahora parecía dispuesto a hacerle olvidar.
-Como tu bien dijiste el tiempo es dinero y yo no pienso perder dinero por nada. Algún día me lo agradecerán y estarán ahí cuando yo pueda estar con ellos.
-¿No estás siendo un poco egoísta? Mírate en mi espejo sobrino: yo pensaba igual que tu y lo sabes, di por hecho que las personas esperarían a que yo pudiera estar ahí y la realidad fue otra. Pasé mi vida pensando sólo en el poder y en mí mismo que me olvidé de los demás y ahora estas cadenas me lo recordarán por el resto de la eternidad.-Le explicó el fantasma sosteniendo una de las cadenas que colgaban de su traje gris.
-Bah, esas son estupideces. Yo paso tiempo con la gente y eso está bien para ellos, tanto que todos estuvieron de acuerdo en trabajar hoy y mañana. Y ahora, hazme el favor de irte porque estoy muy cansado y no quiero seguir escuchando locuras.-Ichigo le dio la espalda a su tío y se encaminó a la cama sin prestar atención a lo que le decía.
-Bien sobrino, no me dejas opción. Tendré que enviarte 6 espíritus para que entiendas lo que te estoy diciendo, lo lamento.-Se disculpó el hombre y después el sonido de las cadenas desapareció. Ichigo volvió a acostarse como si nada y al poco rato se quedó dormido.
Quizá no había pasado ni una hora de este hecho cuando nuevas voces se escucharon en la habitación del joven.
-¡Mmmm pero mira nada más qué lindo!-Decía una de las voces mientras se acostaba junto a Ichigo y le tocaba una mejilla.-No recuerdo desde cuando no nos toca un trabajo así de guapo. ¿Y si mejor nos quedamos aquí y pasamos todos una hermosa navidad juntos?
-Sabes que no podemos hacerlo, estamos aquí por una razón y nuestro deber es cumplirla. Admito que esta lindo, pero ya quisiera este mocoso poder tener a alguien como yo y en navidad. Venimos para que escarmiente no para premiarlo. Dijo la otra voz dedicándole una mirada al joven.
-¡Por favor! Nada más un ratito, ¿Qué te cuesta?-El primer espíritu uso una voz como de niña pequeña a la vez que atraía la cabeza de Ichigo hacia su pecho. Sus súplicas eran en un tono cada vez más alto lo que termino por despertarlo; pero cuando lo hizo su cara se puso totalmente roja por las dos grandes… bueno, por lo que tenía enfrente. De un empujón se liberó del agarre del espíritu y comenzó a gritar como chiflado:
-¿¡Quién diablos eres tú y qué estas haciendo en mi cama!-Mientras decía esto el espíritu intentaba acercarse de nuevo a él con mirada seductora, pero el chico se alejaba al mismo tiempo. De pronto sintió cómo algo lo golpeaba en la nuca y cuando volteó a ver qué había sido no lo podía creer.
-¿¡ERES IDIOTA O ALGO ASÍ! ¿Vas a despreciar a esta diosa y a esos… esos hermosos y enormes montes de felicidad?-Le dijo Kon mientras intentaba tocar el pecho de la mujer-espíritu, pero esta fue más rápida y de un golpe mandó a volar al peluche.
-¿¡Pero qué demonios está pasando aquí? ¡Que alguien me explique pero ya!-Dijo Kurosaki levantándose de la cama. En ese momento alguien detrás de él habló con una voz seductora pero a la vez apremiante.
-Si dejaras de hacer estupideces y de gritar como un bebé te lo habríamos dicho. Rangiku, ya deja de jugar con este mocoso, recuerda que no tenemos mucho tiempo y ya debemos irnos.-Ichigo volteó y vio a una guapa mujer con mirada felina y piel morena vestida con un vestido como de bailarina de Ballet de color naranja con unos pequeños tirantes y una falda amplia que le llegaba a las rodillas, además traía unas zapatillas que hacían juego con el atuendo y el color del mismo. Llevaba el cabello amarrado en una coleta y estaba rodeada por un destello dorado que parecía derramar chispas cada vez que ella se movía.
-Esta bien Yoruichi pero no me regañes. Trato de ser amable con el niño y mira cómo me trata.-Contestó Rangiku levantándose de la cama con un puchero. Ella traía un vestido igual al de su compañera pero de color blanco y el cabello rubio le caía suelto por la espalda; además el escote de su vestido era ligeramente más marcado que el de Yoruichi, dejando gran parte de sus enormes atributos a la vista.
-¿Me pueden explicar quienes son y qué hacen aquí?-Dijo el chico viendo la escena como si fuera una obra de comedia o algo parecido.
-Nosotras Ichigo, somos los espíritus de las navidades pasadas y venimos a llevarte con nosotras para que veas el pasado y descubras cómo te volviste tan amargado.-Dijo la rubia abrazándolo por los hombros y viéndolo con picardía. El chico se soltó del abrazo y se alejó un poco.
-¿Esto es una broma verdad? Yo no pienso ir con ustedes a ningún lado, así que por favor ya déjenme dormir que tengo mucho trabajo.
-¿¡Otra vez despreciando a estas hermosuras idiota! Yo voy con ustedes al fin del mundo si quieren.-Dijo el pequeño peluche lanzándose de nuevo contra el pecho de Rangiku que lo tomó de la cara y lo lanzó contra el suelo poniéndole su pie encima.
-¿Y el oso pervertido también es parte del paquete de viaje?-Preguntó Ichigo con tono de burla.
-Mira mocoso no venimos aquí a preguntarte si querías venir o no. Vas a venir y eso es todo. Rangiku, abre la puerta.-Ordenó la morena mientras tomaba por un brazo al joven; la rubia se puso del otro lado y mientras lo sujetaba saco una especie de varita de la que salieron chispas blancas y después una puerta en forma de corazón se abrió permitiéndoles el paso. Kon que estaba tirado en el suelo se lanzó para que no lo dejaran y logró sostenerse de la playera de Ichigo abandonando todos la habitación.
Cuando por fin tocaron tierra firme lo hicieron frente a una enorme casa hecha con ladrillos rojos y una enorme chimenea cubierta por la nieve. La casa se veía oscura y triste comparada con las casas que había a su alrededor adornadas con motivos navideños. Ichigo la reconoció al instante y su mirada cambió totalmente a una seria (más de lo normal).
-¿Qué hacemos aquí?-Dijo con tono de voz apagado viendo la casa con enojo.
-Al parecer hay algo aquí que necesitas recordar.-Dijo la morena entrando al juego de Rangiku pasándole un dedo por la mejilla.
En el interior de la casa había un niño sentado en la orilla de una mesa como para 12 personas comiendo algo. Estaba sólo y aunque su mirada se veía triste había un brillo especial en sus ojos que reflejaba ilusión. Cuando estaba a punto de terminar unos pasos lo alertaron avisándole que tenía que tomar valor para preguntar lo que tenía en mente.
-Hola Ichigo, ¿Listo para tus lecciones?-Preguntó el Tío Aizen acercándose al niño con mirada amable y educada.
-Sí tío Aizen. Me preguntaba si…si cuando terminemos las lecciones podría ir a la casa de los Ishida un rato. ¿Sabes? Ho-hoy es Na-navidad y pues me invitaron a festejar con ellos.-El niño dijo esto mirando hacia el suelo como si fuera lo más interesante del mundo evitando los ojos de su tío en todo momento.
Afuera, Ichigo se vio a sí mismo y quiso ver qué sucedía. Se acercó a la ventana y cuando se recargó en ella para tratar de ver mejor la mitad de su cuerpo atravesó las paredes y quedó mitad adentro y mitad afuera.
-Creo que prefiero esta vista que tener que escuchar sus preguntas y reclamos.-Dijo Rangiku con una mirada pervertida viendo la parte que se había quedado afuera. El pobre muchacho había quedado con la cintura y las piernas afuera y el resto de su cuerpo adentro.
-Si, no está nada mal pero debemos entrar con él.-Yoruichi le tocó el trasero con su varita y al instante ellas atravesaron la pared al mismo tiempo que el resto de su cuerpo. De inmediato se levantó y la morena le explicó divertida: -Somos espíritus y podemos atravesar paredes y cualquier cosa.
En ese momento Kon se percató del pequeño Ichigo y decidió ir a molestarlo un poco. Se paró frente a él y comenzó a hacerle gestos y gritarle cosas pero al parecer el niño no lo veía. Yoruichi lo tomó por la cabeza y poniéndolo directamente frente a su cara le dijo:-Y tampoco pueden vernos.-Después de eso se lo lanzó a Ichigo que lo recibió con un golpe y lo dejó tirado en el suelo.
-Lo siento Ichigo pero te tienes que quedar a estudiar. El tiempo es dinero y si algún día quieres heredar la compañía de tu padre tienes que trabajar muy duro para ser el mejor. Ya sabes lo que dicen…
-En un mundo poderoso, los poderosos triunfan-Terminó el niño con cara de fastidio. El tío lo miró con orgullo y le dio una palmada en la cabeza.-Excelente sobrino, te espero en el estudio.
El niño se levantó de la mesa y siguió al hombre hasta llegar a un cuarto un poco más iluminado. Se sentó frente a un escritorio y comenzó resolver cuentas y problemas. Los espíritus, su versión adulta y Kon lo siguieron. Ante el episodio Rangiku comentó muy molesta:-¡Qué malvado!- Pero el chico le dijo:-Tranquila, se pone mejor.
Después de un rato de resolver problemas Ichigo se dio cuenta que el tío Aizen estaba dormido, así que se levantó y con mucho cuidado de no hacer ruido salió del estudio y se dirigió a buscar a sus hermanas que practicaban ballet en otro cuarto. Las pequeñas niñas tenían como 6 años y estaban practicando con un tutú rosado para disgusto de Karin, la melliza más parecida a su padre, mientras Yuzu daba piruetas con alegría. De pronto la puerta del salón se abrió dejando ver a Ichigo muy apresurado llevando unos vestidos y unos abrigos.
-Rápido niñas el tío está dormido. ¡Hay que irnos antes de que despierte!
-¿Irnos? ¿A dónde?-Preguntó Karin con desconfianza.
-La familia de Uryu nos invitó a celebrar navidad con ellos y se hace tarde. ¿No quieren ir y divertirse en lugar de estar practicando esto tan aburrido?
-¿¡SIII!-Gritaron al mismo tiempo las niñas.- ¡SHHHHH! No hagan ruido o lo despertarán. Ahora cámbiense rápido mientras yo vigilo afuera.
-¡Pero que tierno niño! Eras realmente hermoso-Dijo Rangiku como si le estuviera hablando a un bebé causando el sonrojo del chico.
-Si quién sabe qué te pasó después.- Terminó Yoruichi con burla causando que el joven le lanzara una mirada asesina.
-¿Ya están listas? Vámonos.-Ichigo salió primero por la ventana para después ayudar a sus hermanas. Subieron juntos a un trineo y se dirigieron calle abajo hasta la casa de los Ishida.
Cuando llegaron vieron que la casa era completamente diferente a la suya: llena de adornos y luces que anunciaban la navidad por todos lados. Bajaron del trineo y se acomodaron las ropas: Yuzu llevaba un vestidito rosa con mucho vuelo y un abrigo lila, unos guantes y un gorro a juego con el vestido, mientras que Karin llevaba un vestido más sencillo de color azul claro y un abrigo café claro y su cabello negro recogido en una coleta. Por su parte Ichigo llevaba un traje negro con una corbata de moño color rojo y una camisa blanca que lo hacían ver muy elegante y lindo a la vez sin olvidar su rebelde cabello naranja y se pequeño ceño fruncido. Tocaron a la puerta y una joven como de 17 años les abrió la puerta.
-¡Ichigo-kun, Yuzu-chan, Karin-chan! ¡Vinieron!-Exclamó dándoles un fuerte abrazo. Al instante los dejó pasar a la casa llena de gente amable que les sonreía como si sólo faltaran ellos para iniciar el festejo.
-Bu-buenas tardes.-Saludaron los tres haciendo una reverencia. En ese instante un chico de gafas casi del mismo tamaño que Ichigo pero un poco más delgado vestido con un traje blanco con unas líneas azul cielo llegó a su encuentro.
-¡Hola Ichigo! ¡Me alegro que hayan venido!
-Gracias por invitarnos Uryu
-No digas eso, sabes que en esta casa son bienvenidos. ¡Vamos a cenar!
Todos en la casa Ishida eran muy amables con los niños y los trataban como otro miembro más. La cena estuvo deliciosa: pavo al horno, ensalada de manzana, puré de papa, en fin, muchas cosas deliciosas. Cuando terminaron de cenar fueron al árbol para ver los regalos y los niños Kurosaki se sorprendieron de ver que también había varios para ellos.
-Creo que este año hay más regalos para ustedes que para mí.-Dijo Uryu con una sonrisa amistosa. Ichigo lo miró apenado y cuando iba a decir algo Uryu se lo impidió diciendo.-Vamos ya casi es la hora de nuestra obra. Cada año los niños preparaban una obra navideña para sus familias y este no había sido la excepción. El tema era que Ichigo era un ser con poderes y una espada que tenía que rescatar a las princesas del malvado arquero destructor que usaba flechas de poder para atacarlo. Todos se divirtieron y escucharon atentos la historia hasta que llegó la hora de los regalos.
-Quiero agradecerles a todos a nombre de mis hermanas y mío por habernos recibido este año y permitirnos celebrar con ustedes. Gracias. Este ha sido un año difícil para nosotros y bueno… –Dijo el pequeño con un tono de voz muy serio y firme. Toda la familia de su amigo supo a lo que se refería y sin darle mucha importancia para no hacerlos sentir mal comenzaron a repartir los regalos.
-Vámonos-Dijo Ichigo grande dándole la espalda a la celebración.
-Pero Ichigo todavía no sabemos que te van a dar y yo quiero ver.-Dijo Rangiku cruzándose de brazos y negándose a moverse.
-Si, además que yo sepa llegué a los brazos de tu enloquecida hermana en una navidad y quiero ver si es en esta. El momento de la llegada del hermoso Kon para alegrar a todos.-Los tres le dirigieron una mirada de repulsión para luego seguir con su plática.
-Por favor, Yoruichi-san quiero irme a casa ahora.-Dijo Ichigo con súplica en los ojos y usando un tono de respeto que no había usado antes con las mujeres.
-Espera, aún hay algo aquí que debes ver. ¿Qué tal que es algo bueno que olvidaste y que te hace volver a disfrutar la navidad?
-No. Sólo es algo peor.-Dijo el chico viendo por la ventana. Por el camino venía el Tío Aizen con una mirada calmada pero que a la vez daba miedo. Se detuvo frente a la puerta y tocó un par de veces. Cuando el señor Ishida la abrió Aizen saludó educadamente:
-Buenas Tardes señor. ¿Dónde están mis sobrinos?-Dijo entrando a la casa y parándose en el recibidor.
-Hola Aizen-san Estamos abriendo los regalos. ¿No puede esperar a que terminemos? ¿No quiere algo de beber?
-Le agradezco su amabilidad pero nos vamos ya. Mis sobrinos se salieron sin mi permiso dejando sus obligaciones por venir a perder el tiempo aquí y eso es imperdonable.-El hombre les dirigió una mirada furiosa haciendo que las niñas se escondieran detrás de su hermano.
Yoruichi vio la cara de Ichigo y decidió que era suficiente. Con un movimiento de su varita los sacó a todos de ahí regresando a la habitación del joven.
-Lo lamento mucho Ichigo.-Dijo Rangiku abrazando al chico pero de forma maternal.-Si hubiera sabido que esto pasaría jamás…
-Está bien. Después de eso nos negamos a salir y el Tío Aizen comenzó a gritarnos como loco; no sólo a nosotros sino también a los Ishida. Fue tan vergonzoso. Después de eso no volvió a permitirnos salir y se volvió más estricto aún. Pero bueno, si no hubiera sido así, yo sería un vago sin oficio en vez de ser el dueño de la compañía más grande de Londres.-Dijo Ichigo cambiando su semblante por uno altanero y presumido liberándose del abrazo de Rangiku.-Bueno, ya me mostraron lo que querían ¿se pueden ir ya? Mañana tengo mucho trabajo y no quiero desvelarme más.
Los espíritus lo miraron un poco desilusionadas y tristes por lo que acababan de ver, pero al ver la actitud que había tomado Yoruichi agregó:
-Quizá un día pase a ver si es verdad que tus productos son los mejores de la Ciudad. Espero que me hagas un descuento por ser tu espíritu favorito-Dijo cruzándose de brazos y viéndolo con diversión.
-Si y si quieres pasar un buen rato con dos bellezas como nosotras no dudes en llamar guapo.-Dijo Rangiku con voz seductora lanzándole un beso. Con un movimiento de varita la puerta por la que llegaron se abrió y ellas desaparecieron, pero antes Kon se lanzó hacia ellas gritando:-¡Espérenme deliciosas bellezas!
La entrada se cerró llevándose al peluche consigo, pero tres segundos después una pequeña abertura apareció dejando ver una delicada mano femenina que lanzó a Kon directo a la cara de Ichigo. Este lo arrojó con furia al piso, lo miró y dijo:-Pervertido-para después acostarse de nuevo a dormir.
¿Les gustó? ¡Dejen reviews y lean el capítulo 2 y el spirit zukan!
Lo siento, mi idea era hacer un one-shot pero cuando vi que ya eran 8 mil palabras y no acababa decidí que por comodidad para quien lo lea era mejor dividirlo en 2. Si creen que era mejor hacer un mega capítulo les agradecería que me dijeran por si en el futuro me vuelve a suceder!
¡Saludos y gracias por leer!
