¡Hola, hola!

El año pasado vi nuevamente el Avatar, y consumó en mi la firme idea de escribir una historia para Zuko. No me complace la pareja que le dejaron al final, por eso, me di a la tarea de crear para el, una nueva compañera.

Estoy por terminarla, al principio iba a ser una historia corta, a lo sumo 3 capítulos, pero me he alargado, espero que no pase los 10.

En fin, si me hacen el gran favor, ya lo leeran. Agradezco infinitamente sus visitas, y sus comentarios.

Nos leemos! :)

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I.

La casa de té en la que trabajaban Iroh y Zuko, se destacaba en servicio y la calidad del té que servían, todo gracias a que el general ponía toda su pasión en cada taza.

Tengo estos boletos para una obra en el teatro de la ciudad. Me gustaría regalarselos.

¡Oh, que amable de tu parte, Yin!

Lamentablemente, yo no podré asistir, he tenido un fuerte dolor en la espalda, y me gustaría descansar.

¡Qué pena! Espero que pronto se recupere.

Sería una lástima desperdiciar estos boletos, ¿por qué no van ustedes? Dijo mirando a ambos jóvenes que estaban frente a él.

Se sonrojaron. El tío se dio cuenta que cada vez que se veían, sus rostros se tornaban ligeramente colorados. Sabía que su sobrino era algo torpe en los asuntos del corazón, y la joven, se mostraba un poco tímida; Así que, decidió actuar de cupido.

Ella llegó una tarde a refugiarse de la lluvia, y se convirtió en una cliente asidua. Muy hermosa, de pelo azabache, ojos increíblemente verdes y piel nívea. En sus conversaciones se notó a una joven encantadora, inteligente y educada.

Acordaron verse al cierre de la tienda.

Zuko la esperaba con un traje en color negro, algo nervioso.

Yin se presentó en un sencillo hanfu en color verde, compartiendo la sensación de Zuko.

Se encaminaron al teatro, sin hablar. La obra era sobre una leyenda de un pastor y una tejedora; la tejedora en realidad era una diosa que había decidido dejar el cielo para vivir en la tierra.

Ambos se enamoraron y tuvieron una familia. El cielo no estaba contento con aquella vida, así que obligaron a la tejedora a volver, la familia de la tejedora la siguió, irritando a los habitantes del cielo, que impidieron su paso hacia este, formando un caudaloso río.

Desde ese momento, los amantes sólo podían verse el séptimo día, del séptimo mes, cuando miles de picazas construían un puente, ayudando a la familia a cruzar.

Los actores son muy talentosos, ¿no te parece?

Habló Yin, rompiendo el silencio.

Sí, es verdad.

Caminaron unos metros, Yin le comunicó a Zuko el camino que debía tomar para regresar a casa.

Te acompañaré. Mi tío no me perdonará si permito que vayas sola.

La joven se mostró un poco desorientada al principio, luego de un cuarto de hora, llegaron a una pequeña casa.

Es aquí. Gracias por traerme hasta aquí… Disfrute mucho tu compañía, Lee.

Yo también. Contestó un poco apenado.

Zuko se retiró, Yin se quedó en el dintel de la puerta observando cómo la figura del joven se perdía. Alguien abrió la puerta.

¡Se-señorita! ¿Pero qué es lo que hace aquí?

Continuará...