He pensado en tirarme por un edificio alto, pero en Sunnydale no hay suficiente altura y tendría que ser bastante alto para no dejarme en estado vegetal, sino muerta.

He pensado en cortarme las venas, pero quien me encontraría sería Dawn y es lo último que quiero para ella.

He pensado en dejarme matar por algún vampiro, pero eso les daría todavía más via libre para hacer lo que quisieran con la cazadora muerta. Literalmente estaría diciendo que ganaron y no puedo permitirlo.

Quiero volver al cielo pero tengo responsabilidades y gente que me importa y se preocupará por mi si me pasa cualquier cosa. A veces he pensado que sólo son un lastre, pero eso no puedo decírselo a nadie, ni si quiera a Spike. No lo entenderían. No lo entiendo ni yo misma. Cualquiera persona con dos dedos de frente pensaría que no me importan lo suficiente, pero ellos no saben la diferencia entre allí y aquí.

No sé en el infierno que ha estado Spike, pero lo preferiría antes que esto. Prefiero torturas, sangre y muerte, esa es mi vida, lo que llevo viendo desde que era adolescente y ya ni siquiera recuerdo mi vida anterior. Un día tras otro... cada vez que el sol se pone y estoy completamente sola es mi momento más feliz porque puedo pensar y no tengo que fingir.

Incluso Spike sabe que le estoy ocultando algo, aunque sigue manteniendo mi secreto. Todos mis amigos piensan que me han salvado sacándome del infierno pero la realidad es que estaba en el cielo y en todo momento quiero irme de aquí. Sé que no es posible y duele. Duele porque mis propios amigos me han condenado, duele porque no quiero estar aquí, duele porque ni siquiera pidieron mi opinión.

No es que me pudiese comunicar con ellos, estaba muerta, pero ya había cumplido mi deber como cazadora.

"La muerte es tu regalo" me dijeron. En ese momento me ofendió, si, la muerte no era ningún regalo pensaba. Que equivocada estaba... la muerte es el mejor regalo que podía recibir ahora pero desgraciadamente ninguno de ellos me matará.

Finjo porque no quiero más preguntas, no quiero preocupación. Me gustaría que no se preocupasen si me voy de este mundo, que sepan que estaré feliz y que estén todos bien y protegidos. No quiero fingir más... cada vez estoy más cansada de hacerlo y cada vez se me nota más y me lo dicen. ¡No quiero que me digáis nada, quiero soluciones!

Spike es el único que podría haberlo hecho, pero sigue siendo un vampiro, a pesar de ser un traidor a su especie. Él no me entiende ni yo a él porque técnicamente yo no tengo especie, pero puedo charlar con él y no me siento incómoda. No tengo que mostrarme agradecida, no tengo que ser políticamente correcta, no tengo que ser buena hermana o amiga. Él lo entiende. Puede golpearme y yo puedo golpearlo a él. Puedo decirle que quiero morir y él no me hablará de lo bonita que es la vida, sino lo que me dice es que es una mierda, pero tengo que aguantar porque es lo que toca.

Y yo le creo y aguanto, porque sé que necesito ese discurso. Cuando no puedo más no hay terapia con Spike, sino tratamiento de choque recreando mi peor miedo y es cuando más viva me siento. Sin lástima, sin compasión. Odio el lado oscuro pero lo necesito más de lo que podría aceptar en toda mi vida.