Escrito esta mañana apenas desperté. Los personajes pertenecen a Himaruya, la historia es mía.


Una pastilla para dormir. ¿Quien quiere permanecer despierto mientras nadie te nota?

Dos pastillas para olvidar. ¿Quien quiere recordar cuando nadie te recuerda?

Tres pastillas para un sueño más profundo. Yo sólo quiero dormir, ir allí a donde todos han sido olvidados...

Cuatro pastillas para dejar de sentir. ¿Quién quiere sentir el abandono y la soledad todos los días?

Cinco pastillas para que ya no importe. Yo no importo de todas formas.

Seis pastillas para sentirte débil. Más débil de lo que normalmente me siento.

Siete pastillas para ya no despertar. Y mis manos tiemblan, mientras mis ojos lloran. Pero eso estaba bien, porque yo así lo quería.

Taquicardia en un corazón olvidado.

Un golpe contra el piso de un cuerpo a punto de morir.

Una puerta abriéndose de golpe. Y allí estaba él, agitado, como si hubiese corrido. Me miró, realmente agradezco a Dios que él haya sido lo último que vieran mis ojos...

Sé que sonreí, sé que él corrió hacia mi, sé que dijo mi nombre.

Mientras todo se volvía negro, yo sólo pude alcanzar a decir

"Hermano... Gracias"

Porque a pesar de olvidarme, a pesar de sus intentos de humillarme, a pesar de todo, él estaba ahí, llorando por mi. Llorando mi muerte...

Lastima que esta vez no pudiste ser el héroe, ¿cierto, Alfred?