Título: Una guardaespaldas herbívora
Que original ¬¬ (lo siento a mi mente no vino otro nombre para el fic U_U)
Los personajes están Ooc; lo siento, aunque intentó que queden IC; mi mente los distorsiona T-T
Clasificado "M" por precaución del lenguaje o una que otra escena más adelante.
Disclaimer: KHR! no me pertenece; es de Amano Akira-sensei :D
― Lo sentimos, no podemos con el trabajo, nuestro agente tiene graves lesiones a causa de su última misión― se escuchó una masculina voz decir al otro lado de la línea.
― Pero ya hice los papeles; ya cobré el dinero del primer mes; necesito alguien que cumpla con el trabajo de guardaespaldas; además debe de ser joven, para hacerse pasar como amigo del hijo del Director― reprochaba alarmado otro hombre.
― No es nuestro problema; contrate a alguien más― colgó.
― ¿Alguien más? ¿Quién estaría tan loco cómo para ser el guardián de Hibari Kyoya? ― preguntó se al colocar el teléfono en su lugar; sonrió de lado abatido.
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― No es posible, señorita; sin dinero, la operación no puede ser hecha ― le miró con compasión la enfermera, cubierta de canas, manos arrugadas; la chica pidió tiempo; la mujer negó, pero al ver que la muchacha estaba sola, le dijo.
― Un día, es todo lo que puedo alterar el registro; sino, tanto tu madre como tu padre tendrán que irse del hospital.
― Gracias, volveré― dijo reverenciando, para salir corriendo del hospital en busca de dinero.
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― Onee-san~― habló un chico de mala pinta a la morena.
― ¿Hahi? ― volteó a todos lados.
― ¿Quieres divertirte un rato?―el hombre posó su codo en el hombro de la chica; esta se encogió de hombros; y gracias a pertenecer al club de gimnasia lanzó al sujeto al estilo de lucha libre; se sacudió las manos.
― Haru-san no trata con pervertidos― le dijo de forma infantil haciendo un mohín en sus mejillas.
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Un hombre de rubios cabellos caminaba por el lugar con teléfono en mano.
― No se preocupe; la persona llegará al inicio de clases. Si, si, no hay problema, es un chico adorable que se llevará bien con Kyoya; nop, no hay problema― decía alegre aquel hombre; mientras observaba a una chica derribar a un muchacho.
― Perfecto; aunque me siento mal que sea una signorina*― se dijo después de cerrar el celular.
― ¡Konnichiwa! ¿te gustaría conversar?― preguntó el de rubias hebras con chaqueta café, pantalón azul de mezclilla.
La castaña le miró de la misma forma que al otro tipo; pero este reía nervioso, pestañeó un poco.
― Haru no habla con desconocidos–desu ― emprendió el paso.
― Espera, necesito tu ayuda; no puedo encontrar un doble de la noche a la mañana― balbuceaba.
― No me interesa― respondió de espaldas al hombre.
― Te pagaré una buena suma de dinero; pon el precio― gritó, ella se detuvo; las personas que pasaban por la calle le vieron, murmurando algo como "pervertido"; el joven no sabía dónde esconderse; sus movimientos torpes se acrecentaron.
La chica se sintió mal al ver el predicamento de aquella persona; así que regresó hacia él.
― Bien, te escucharé; creó que mínimo te debo eso al avergonzarte.
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―… y para eso te necesito― concluyó su explicación; dejando a la de castaña oscura anonadada.
― ¿Hahi? Pero si Haru es mujer; imposible― comentó la muchacha.
― Pero puedes hacer crossplay― replicó― será sólo una temporada.
― ¿Cuánto tiempo?
― No lo sé; un año, ¿dos?… o ¿hasta que te descubran?― respondió preguntando, alzando los hombros.
― Imposible; Haru-san no puede fingir ser alguien más― se disculpó, retirándose.
― No me abandones; mi tutor me obligó a conseguir un guardaespaldas para Kyoya; iba a ser yo; pero cada que me ve, quiere golpearme; así que para evitar conflictos le busqué a alguien; pero ese chico abandonó esta tarea, y mi papá ya aceptó el dinero; onegai ― suplicó.
― ¿Por qué Haru?
― Te pareces a él; tienes la misma altura y eres delgada― confesó.
― Haru parece un chico― chilló con lagrimones en sus ojos. Una gota cayó de la cabeza rubia.
― Está bien; pero quiero un pagó por adelantado― le miró fijamente.
― ¿Cuánto?
― 2 millones― el hombre le miró incrédulo; pero sonrió aceptando; ella brincó de alegría.
― Haru-chan ¿cómo vas a manejar todo ese dinero? — inquirió curioso, la chica omitió responder.
― Deposítalo en esta cuenta a nombre de Miura Akina**.
― ¿Quién es?— preguntó mirando el pequeño papel arrugado con varios números.
― Mi madre…
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― La operación va a ser un éxito ― le animaba un médico― con este pago por la operación vamos a hacer lo mejor que podamos; pero…― se detuvo a ver a la chica, y sobándose sus dedos preguntó― tiene el suficiente dinero para el mantenimiento de la terapia después de la operación; no quisiera inconvenientes― la enfermera de la mañana rodó los ojos en fastidio.
― Lo tengo; no se preocupe― dijo frívola ante aquella persona, pues tenía que mantenerse fuerte.
― Bien, eso es suficiente; en tres días será la operación― la morena asintió.
El medico se retiró; la mujer de avanzada edad le preguntó.
― Niña no deberías mentir; no sé de dónde sacaste la cantidad para la operación; pero sabes que son demasiados gastos ¿los podrás afrontar?― la señora mostraba verdadera preocupación; pues aquella adolescente le hacía pensar en la hija que nunca tuvo.
― Si, no se preocupe; encontré un trabajo― mencionó viendo el blanco pasillo de aquel hospital.
― Espero estés bien…― dijo maternalmente.
La joven sonrió.
― Gracias; mañana vendré a visitar a mi mamá; de verdad gracias, sino hubiera sido por usted no habría tenido tiempo.
― No es nada pequeña; esta vieja no sirvió de mucho― sonrió.
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Al salir de aquel edificio; una amable voz le sorprendió.
― Así que el dinero era para esto― saliendo de unos pequeños árboles que adornaban el lugar.
― ¡Hahi! Dino-san ― pronunció sorprendida.
― Jeje, siento espantarte; es sólo que tenía curiosidad por ver para qué querías tanto dinero; perdón― ella negó.
― Es natural querer saber en qué para el dinero de uno; pero no lo vuelva a hacer, eso es una violación a la privacidad de la persona― acusó en broma.
― Es noche ¿te acompaño?
― No, gracias; ¿cuándo empiezo el trabajo?
― Este lunes.
― Eso es en tres días…― murmuró, pues era el día de la operación.
― ¿Pasa algo?― preguntó preocupado.
― ¡Hahi! No, nada; gomen, tengo que irme― echó a correr, dejando al caballero solo.
― De verdad me siento mal por ella; pero esto es en benefició de ambos. Espero que Kyoya no le haga nada.
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Tres días después…
― Haruhiko ¿eh?― le miró el señor de 40 años con frialdad― pensé que en los archivos tenía otro nombre; pero creó que fue error de Dino al mandarme los datos― aclaró en un intento de aliviar el ambiente que él mismo había provocado.
― Mi hijo será tu compañero de cuarto; es algo… ¿independiente, tal vez?; espero lo cuides y te lleves bien con él― intentó ser amigable a pesar de su poca sociabilidad.
― No te tenses tanto; no muerdo ― carcajeó un poco, pero esa risa daba más miedo que la seriedad del mismo.
― S-señor, Dino-san me explicó que debía de cuidarlo ― habló con la voz más masculina que pudo, pero falló― pero no me dijo de qué.
― Hablas extraño, supongo que te falta crecer. Bien, te lo explicaré; lo único que debes hacer es evitar que se meta en problemas, y sí lo hace, entonces que no salga lastimado ― pensó― aunque nunca ha sido herido ahora que lo pienso; además debes de ganar su amistad; supongo que eso es lo difícil― rió dando fuertes palmadas en la espalda de la chica.
Esta tosió.
― ¡Oops!, creó que no puedo acostumbrarme a tratar con los jóvenes.
La morena intentó sonreír; el señor Hibari se sentó detrás de su escritorio, y con frialdad demandó la retirada del nuevo alumno; quién asintió.
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― ¡Hibari! ― gritaba un muchacho con los pelos parados de color gris, este le miró de soslayo.
― Escuché de tu nuevo compañero de cuarto, pensé que jamás te acomodarían con alguien; ¡eso es extremo!― el peli negro puso los ojos en blanco, luego frunció el sobrecejo.
― Bien, tengo que irme a entrenar ¡al extremo!― gritó alejándose del lugar.
El líder del dormitorio, es decir, él; no sabía nada de eso; así que se dirigió directo a la oficina de su padre.
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― Esta es la habitación― señaló un chico de cabello café con timidez.
― Gracias, Tsuna-san― tomó las llaves, introdujo la maleta; se despidió del muchacho; miró el reloj.
― 2:00 de la tarde…― pronunció cansada; suspiró; se quitó la peluca cobriza corta que llevaba; dejando ver sus largos cabellos castaños.
― Es mejor que tome un baño antes de ir al hospital; mañana conoceré a Hibari-san.
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La puerta cayó de un golpe.
― ¡Hey! Ah, eres tú― pronunció el director ignorando la presencia de su hijo.
― Explica… ― demandó.
― ¿Ya te enteraste? ¿lo golpeaste? Espero que no ― decía sin explicar nada.
― Odio las multitudes; ese cuarto es personal― pronunció con tonfas en mano.
― Vamos Kyo-chan, es sólo una persona más; no es una multitud― intentó calmarlo, mientras miraba unos documentos.
― Es un herbívoro.
― Es fuerte, vino a esta escuela por ser expulsado de la anterior― le engañó.
― No quiero delincuentes en mi escuela; córrelo.
― Hazlo tu; yo ya acepte sus papeles― "además ya di el primer pago, ¿cómo lo voy a correr?; ah… lo que hago por mi hijo" pensó.
― Le morderé hasta la muerte― dicho eso se retiró de aquel lugar; con su chaqueta del uniforme siendo levantada por el viento.
― Espero que sea tan bueno cómo dijiste Dino-kun…― sonrió.
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La chapa rodó, la puerta del dormitorio se abrió; un joven de negras hebras entraba con metales en mano.
Revisó la habitación; nada…; volvió a revisar, esta vez el baño; nada.
― Herbívoro… ― salió de aquel lugar; golpeó a unos cuantos chicos que se encontró por el camino; avanzó hasta topar con el que recibió a la molestia esa.
― Sawada Tsunayoshi… ¿Dónde está?― preguntó.
― ¡Hiiii! Hibari-san ― chilló.
― Teme~ no molestes al Jyuudaime―resopló un chico de apariencia brusca, colocándose frente a su amigo.
― Haruhiko-san dijo que después vendría― explicó detrás del albino; el moreno le miró.
― ¿A dónde fue?
― N-no lo sé; pero puede que le alcances, se acaba de ir― tartamudeó.
―… saldaré cuentas contigo después― siseó al marcharse a la entrada.
Hibari daba zancadas en lugar de pasos; pero manteniendo su porte; caminó, y caminó; pero repentinamente algo le pasó por la mente.
― ¿Cómo es ese herbívoro? ― se preguntó.
Guardó sus tonfas; caminaba por las calles con seriedad; emitiendo un aura de "no te acerques"; repentinamente comenzó a estornudar.
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En la oficina del Director del Instituto Namimori.
― ¡Ah! Dino-kun; si, al parecer ya le conoció, ¿Kyo-chan? no, no pasó nada, es un niño muy agradable; si, saludos a tu papá― colgó el señor.
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En el hospital a las 4:30 p.m.
― Repito; a la señorita Miura, favor de pasar a la sala de urgencias― llamaba una femenina voz.
La muchacha corrió hacia el lugar en dónde se encontraba tanto su madre como su padre; pues ambos estaban internados, pero por razones diferentes.
― La operación fue un éxito; su madre salió con vida ― comentó triunfante el médico.
― Mi padre… ¿qué paso con él?― la sonrisa del doctor desapareció.
― Su corazón no soportó el trasplante; el órgano que el donó fue colocado en su madre con éxito; pero debido a la pérdida de su riñón, y la carga de anestesia; sufrió un paro cardiaco; lo siento .
― Ah…― fue lo único que dijo; anduvo por los pasillos como muerta en vida; sí bien aceptó el dinero y el trabajo; porque sus dos padres estaban internados, uno para salvar la vida de la otra; pero al final perdió a alguien.
Las lágrimas amenazaban con salir, pero las reprimía con la poca voluntad que le quedaba; sus ojos se opacaron.
Sin darse cuenta chocó contra algo; murmuró un perdón sin sentirlo; y le pasó de largo.
El cabreado muchacho le habló.
― Herbívora… te morderé hasta la muerte ― ningún médico ni enfermera se interpuso, pues sabían quién era Hibari Kyoya; así que siguieron su rumbo; la muchacha le miró ida.
― Hazlo, no me interesa; muérdeme todo lo que quieras; pero después déjame en paz― le soltó las palabras sin emoción.
El pelinegro levantó una ceja.
― Wao…― guardo de nueva cuenta sus tonfas, diciendo― Nos volveremos a encontrar; herbívora…
La chica reaccionó; un brillo cruzó la mirada cacao al ver al chico alejarse de aquel lugar; sintió pena de sí misma por su debilidad; incluso aquel desconocido le pasaba de largo.
Las lágrimas comenzaron a salir.
― ¡Hahi!― tocándose sus mejillas; luego grito cayendo al piso; desahogando su ser por la perdida.
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En el dormitorio del hijo del director se encontraba un chico pensando en aquella quebrada persona que conoció; era débil, pero al mismo tiempo se preguntaba qué es lo que le hizo no temerle ni retroceder como las demás personas; esa debilidad a pesar de ser deplorable, era cautivadora.
Bostezó, así que se acomodó para dormir; escuchó el sonido de la puerta abrirse; le miró desde la cama.
Era un chico con el cabello cobrizo; semejante al de la mujer de la tarde; la mirada cacao; otro dato que coincidía; pero el corte de cabello era distinto, este era corto; alborotado; las ropas eran masculinas; un pantalón azul de mezclilla, una camisa blanca con letras verdes de fondo y unas pulseras de plástico negro en su muñeca.
El muchacho entró ignorando la presencia de Hibari, pero al percatarse de que había alguien más, intentó comportarse como se le indicó días atrás.
― ¡Osu!― saludo, aventándose a la cama. La mirada azul se clavó en aquel cuerpo más chico que el suyo.
― No hagas ruido, intento dormir; si me molestas te morderé hasta la muerte― con esas palabras, se acomodó somnoliento en su cama, olvidando al herbívoro de al lado.
"¡Hahi! Esas palabras ya las había escuchado; no puede ser que sea el insensible de esta tarde; Haru no quiere a esa persona como compañero de cuarto" pensó, pero una punzada en su pecho le hizo reflexionar "Haru debe 2 millones por los gastos de la operación; además el papá de Haru ya no está. No, tengo que ser fuerte; por mamá; por Haru-desu".
La chica acató las órdenes, ni siquiera levantó las cobijas para acomodarse, sino que se durmió arriba de ellas.
Aclaraciones:
*Onee-san: palabra que usan los chicos para flirtear
**Akina: Flor de primavera
*** La deuda de Haru es en yens; por lo cual son libres de hacer la conversión del yen a su moneda local. En mi país; 1¥ = $0.15 MXN es decir; 2.000.000¥ = $304,031.80 MXN
Lo sé, la operación es más cara de lo usual; pero es por el tiempo que estuvieron internados y la operación fue en un Hospital de lujo (ideas raras del papá de Haru); además Haru tendrá que adquirir más dinero para poder pagar la estancia y el tratamiento de rehabilitación de su madre.
