Advertencias
Los personajes, salvo algunas excepciones, no me pertenecen.
No todo sale de mi imaginación. Esta historia está inspirada en el hilo argumental de las dos primeras películas, con lo es posible que escenas, diálogos, etc, estén tomados o inspirados de ellas u otros lugares. Igualmente, muchas cosas han sido cambiadas a mi antojo, con lo que muchos detalles no coincidirán con el mundo de las películas de Crows Zero y Crows Zero II.
Esta historia contiene escenas explicitas de sexo, violencia y lenguaje soez.
NO soy escritora, esto es por diversión, estoy abierta a cualquier duda o crítica fundamentada y respetuosa.
Los capítulos son escritos en primera persona, pero al haber tres protagonistas que los narran, al iniciar el capitulo encontraréis las iniciales P.V.S ; P.V.G Y P.V.A. Esto se traduce en: punto de vista de S= Serizawa, G= Genji y A= Airi (Oc de la historia)
I wanna change
Capítulo 1
* * * P.V.S * * *
Una vez más comienza septiembre.
Sé con total certeza que esta vez no es como las anteriores; No habrá un septiembre igual a este en lo que me queda de vida y lo sé, lo siento dentro con cierta tristeza e incertidumbre mientras me acerco observando la fachada principal del lugar que me ha dado todo: Suzuran.
Antes de entrar en el recinto del instituto me paro sin poder alejar los pensamientos de mi mente, escudriñando esas paredes llenas de graffiti que me hacen sonreír al contemplar que yo he cumplido el sueño de todo alumno de aquí; Ser el líder.
Saco un cigarrillo de la cajetilla de mi bolsillo y lo enciendo aspirando con orgullo sin apartar los ojos del vasto edificio, mientras los nuevos alumnos que entran a primero pasean nerviosos de aquí para allá, intentando crear su mejor imagen para el resto. Eso es esencial, todos lo hemos hecho, aunque al fin de cuentas sirva para poco. La fortaleza y el poder se demuestran con hechos, no con una fachada.
De pronto alguien llega a mi lado y me palmea el hombro con entusiasmo, contemplando el paisaje de igual modo. Al vislumbrar a Tokio de reojo esbozo una fugaz sonrisa.
-Nuestro último año... –Suspira con nostalgia. -Serizawa, ¿qué harás después?
-No te lo voy a decir.
-Venga ya, ¿por qué?
-No seas pesado, Tokio. Te he dicho que no.
Zanjo el tema ocultando el nerviosismo y malestar que me provoca, dándole una larga calada al cigarro mientras avanzo hacia el interior del recinto.
-¡Espérame!
-Venga, hay que ver que todo está en orden y la gente relajada. No me gustaría tener sorpresas.
Le doy la última calada al cigarro para después tirarlo mientras Tokio llega a mi altura, con lo que sonrío y meto las manos en los bolsillos, escuchándole intervenir de nuevo.
-¿Crees que alguien podría intentar quitarte el puesto este curso? Te has forjado ya un nombre, todos te respetan y aceptan.
-Bueno, nunca se sabe. Mejor estar prevenidos. Además, no me gustaría tener pelea hoy. Llevo mi camisa favorita y la sangre sale muy mal.
Él ríe mientras niega con la cabeza ante mi broma, siguiéndome mientras volvemos a lo importante y nos adecuamos a la situación. A lo lejos, ante la puerta principal vislumbro a varios esperando nuestra llegada. Izaki, Tsutsumoto y Yuji. Tras saludarnos levemente rompo el hielo, mirándolos a todos con tranquilidad.
-¿Qué hay, chicos? ¿Alguna novedad?
-Lo de todos los años. –Intervino Izaki. –Ya han llamado a la poli y ha empezado la pelea en el salón de actos.
-Pues vayamos a la azotea a echarnos unas cartas. Luego veremos qué pasa con los de primero.
Sin darle más importancia al tema, comienzo a caminar alejándome cuando mi móvil empieza a sonar, algo que no suele ser habitual.
Miro el nombre que sale en la pantalla a ceño fruncido y con sorpresa, pero finalmente me decido a aceptar la llamada, cerciorándome de que nadie me sigue al desviarme del camino hacia la azotea. ¿Por qué tiene siempre el "don" de la oportunidad esta mujer?
-Airi, ahora no puedo hablar, en serio...
-Tamao... Tan emotivo como siempre, hermanito.
-Oye, ahora no es un buen momento. ¿Qué pasa? –Pregunto obviando sus ironías, bajando el volumen al ver que alguien camina cerca.
-Estoy en Tokio. Me han aceptado en la universidad, así que, voy a vivir aquí.
-¿¡Qué!? ¿En serio?
Si me hubiese esperado esa contestación, me habría asegurado de estar en un lugar más solitario para poder después maldecir a gusto, pero lo único que puedo hacer es patear un árbol un par de veces. Joder, mi buena racha acaba de irse a la mierda. Esto no puede ser bueno. Apenas entiendo lo que mi hermana me dice rápidamente al otro lado de la línea.
-Gracias por alegrarte por mí. Sólo quería hacértelo saber para poder verte en algún momento. ¿O vas a hacer que vaya a buscarte yo a ti? Y no me mientas porque he hablado con el tío y sé que no tienes excusas. No estudias mucho, precisamente.
-¡No, no! Iré donde quieras, no vengas. Pero tendrás que esperar un poco, Airi.
-Sí, me parece bien. Todavía estoy organizando mis cosas. Llegué hace unas horas.
-Vale, yo te llamaré. Adiós.
Rápidamente cuelgo, pero no siento el alivio esperado, sino que todo lo contrario. Tengo un enorme grano en el culo y se llama Airi Serizawa.
El por qué de mi desesperación ante la llegada de mi hermana es un asunto complejo que tiene demasiados puntos que comentar, pero para resumir, sabiendo lo pesada y cotilla que es, temo no saber cómo mantenerla escondida para esta parte de mi vida.
No me avergüenzo de ella ni mucho menos, pero no creo que se imagine como es realmente este ambiente, y no quiero que lo descubra y me sermoneé constantemente. No sería bueno para ninguno, obviamente también lo hago por mí. Nadie necesita saber que tengo familia, no quiero que nadie me vea pendiente de otra cosa que no sea Suzuran, porque Suzuran es la selva y gana el más fuerte.
-Eh, Serizawa ¿vienes o qué? –Grita Tokio desde la azotea, haciendo que automáticamente después mirase hacia arriba
-Sí, sí. Ya voy, no grites.
Espero saber lidiar con todo esto, aunque no sé por dónde empezar. Mentir o no, esa es la cuestión. Antes de llegar con el resto, ya sé que voy a palmar un montón de pasta en las cartas por estar desconcentrado, así que ya estaré mosqueado para el resto del día. Joder Airi...
-¡Joder! –Grito de nuevo al darme cuenta de que acabo de perder de nuevo, mientras el resto del grupo ríe y se mofa. Casi han sido dos horas de humillación; Va siendo hora de dejarlo. –Tíos, esta es la última que juego.
-¿Qué te pasa hoy, Serizawa? Por una vez que ganamos los demás no te vayas, cabrón.
Me levanto mientas enciendo un cigarro, ignorando el comentario de Izaki. Contemplo el paisaje desde lo alto de la azotea una vez he llagado al borde, inspirando el humo cuando escucho los pasos firmes de alguien que llega al lugar, hablando con potencia y decisión. No me suena su voz, así que me giro para contemplar al recién llegado.
Un chico bastante alto, delgado y de cabello negro rapado a ambos lados se para ante el grupo.
-¿Y tú quién eres? –Pregunta Yuji con brusquedad; Se siente amenazado. Todos sentimos una alarma interior al contemplar la chulería del nuevo, que nos mira con altanería.
-Soy nuevo, me llamo Genji.
-¿Y qué coño haces aquí? A esta azotea no puede subir cualquiera.
El tal Genji mira fijamente a Izaki tras recibir la indirecta, pero el tipo no se achanta. Es más, en sus ojos brilla la satisfacción. Sin moverse un ápice, contesta.
-Estoy buscando a Tamao Serizawa. Dicen que es el más fuerte de Suzuran, y el que lo lidera.
-Te han dicho bien. Pero igual deberías tener cuidado, chaval. Lárgate de aquí.
-No, déjalo, Yuji. – Intervengo mientras tiro la colilla al suelo y le planto cara. –Yo soy Serizawa. ¿Qué quieres?
-Una pelea. He venido a conquistar Suzuran.
-Tienes mucho valor para presentarte solo y decir eso. Pero sin apoyo no lograrás ser el líder.
Parece que he dado en el clavo y no había pensado en que, para retener el título deberá tener gente que le ayude a ello, así que se queda pensativo unos instantes, pero antes de que nadie hable, unas voces a la entrada comienzan a llamarme.
-¡Eh, Serizawa, sal! ¡vas a enterarte de quién es la Yakuza, mocoso!
Fugazmente me asomo para ver a los cuatro tíos que vienen a ajustar cuentas conmigo, para después volver a dirigirme a Genji. Sigue estando igual de serio, sin cambiar su actitud.
-Creo que vas a tener que esperar, ahora tengo otros asuntos. Puedes intentar conquistar clases. Si eres capaz, te tomaré en serio.
Acto seguido me encamino a las escaleras para ocuparme de mi nuevo asunto, mientras el grupo me sigue, dejando sólo al nuevo que parece estar tramando su propio plan.
No sabe con quién se las va a ver. Lo destruiré como he hecho con el resto.
