Nota: Esta historia es (En su mayoría) desde el punto de vista de Pansy Parkinson.

Pareja: Draco Malfoy/ Harry Potter

Advertencia: Lenguaje soez/sexo/SLASH.


Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, 2 de mayo de 1998

Pansy piensa que están hechos de malas decisiones.

Pansy en realidad piensa en un montón de cosas. Que Potter es un idiota con complejo de mártir y que le encantaría verle perder en algún momento futuro, que el padre de Draco es un estúpido engreído que poco y nada le importa la seguridad de su hijo y que también es un suertudo por tener a alguien que le quiera y admira, que lidiar con Blaise es problemático y peligroso para el corazón, que Draco es guapo e inalcanzable.

Que la guerra es estúpida, también.

Y no sabría decir que es peor, si el que este muriendo o el que sus recuerdos de aquello que perdió sentido, regresen, como hojas de otoño que el viento arrastra a su entero placer mientras las dirige hacia sitios solitarios y olvidados de un pasado que empieza a recordar.

En todo caso, la guerra es peor que una enfermedad terminal. – Con su sangre y su violencia y su miedo-. Llena de emociones que solo logran enfermarla.

En ese punto Pansy se cuestiona porque le protege.

A el que se carcajeo de las desdichas ajenas como si de un chiste se tratase, a el que toma té con elegancia y su aire prístino - porque así se le enseño y no puede ser de otra forma -, a el que con su lengua envenena con palabras crueles e hirientes - pero certeras, siempre certeras-.

Se cuestiona porque dejarlo ir.

A él que es tan magnifico, tan abnegado.

Y los pulmones le fallan, pero moverse no supone ninguna traba, es algo mecánico, supone.

De repente tiene que romper su raciocino interno porque retornan las imágenes, los flashes, el caleidoscopio trágico que es su existencia. Debe dar vuelta. Y al final de todos esos pasillos sin salida y ventanas sin tapizar, esta Draco.

Draco que se apoya en la piedra y no mira al cielo, simplemente no lo mira; Draco que se mueve con aquel aire etéreo que le acompaña desde finales del quinto año, desde que tiene esa maldita marca; Draco que le sonríe suave pero triste, sin dejarla sola aun a pesar del infierno que es su hogar.

- ¿No estas siendo demasiado arrogante, Pans? – Le pregunta.

Pero no responde.

No quiere responder.

Le basta con verle para notar las largas noches en vela, el peso de la vida de quienes quiere en sus hombros, la magia que desprende para alejar a todo aquel que se atreva a pasar esa línea invisible que separa sus cuerpos. Draco se esta hundiendo y ella no sabe que hacer para ayudarlo.

Porque Lucius ha cumplido su objetivo, solo para quebrarlo más. Para subyugarlo.

Pansy los odia, a ambos.

Y la vida continua y el tiempo que parece infinito avanza pasito a pasito mientras ella ansia más. Draco se limita a ocultar su desesperación tras una mueca de disgusto – Disgusto con la vida, con su padre, con el Señor Tenebroso, con la vida, con Potter; con todo en realidad-. Y ella se repite cual disco rayado: Todo esta bien, todo esta bien.

Hasta que se lo cree.

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La historia comienza así:

Esta en el patio de la mansión Malfoy, sus manos juegan nerviosas con el nuevo vestido que su madre le compro, tiene once años y sus amigos están afuera jugando con las escobas que la señora Narcissa les compro. ¿Quidditch? Si. Es lo único que saben hacer. Tiene problemas, aunque no lo parezca, porque ese día Draco no esta y ella se limita a arrugar los pliegues de su vestido porque no es tan temeraria para subirse a una escoba porque es una niña y las mujeres no se deben de ensuciar.

Entonces llega Goyle, el amigo de Draco desde su segunda visita cuando le señalo y lo proclamo como suyo; y Crabbe también. Son solo ellos y ella contra el mundo y no hay problemas, no hasta esa tarde. Si le preguntaran porque Draco escogió a esos dos chicos tan quedos ella diría que fue porque le parecieron raros, siempre con la cara mirando al suelo o con alguna golosina a medio comer entre sus gordos dedos, porque tiene los ojos grandes y no preguntan de más. Y a veces Draco hace que los alcen para ver quien derriba a quien cuando nadie los ve.

Porque son unos niños atolondrados, sinceros, de los que son fácil de manipular y mandar.

Así pues, está sentada en una silla, y de pronto aprese Draco y le cuenta que conoció a Chico-Que- Vivió poniendo su mundo de cabeza.

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Y termina con ella sangrando mientras escucha los gritos y las maldiciones esparcirse por los largos e interminables pasillos de su escuela.

"Este mundo está muy equivocado" – Había dicho Blaise una semana antes de irse a Francia. No lo culpa. Crecían de opciones, era eso o enfrentarse a una guerra dirigida por dos bandos en busca de una verdad insistente: La sangre siempre será mas fuerte, pero el sometimiento no era una opción. Se decepcionan. Una y otra y otra y otra vez. No podrían haber escogido un camino diferente. Aunque considero la posibilidad, la desecho.

"Es mi familia" – Piensan algunos. Entre ellos ella.

Entonces más imágenes llegan y se da cuenta que la vida es una perra. Porque la vida real – no esa a la que esta acostumbrada- los finales felices parecen inexistente. Draco. Draco. Draco…

No tuviste alternativa, ¿Verdad? - incluso en esos momentos su nombre suena a poesía. – Te orillaron, arrinconaron, arrancando pedazos de ti. Primero la cordura, después el corazón.

Y se imagina su figura en lo que recuerda una historia que no es suya.

Al inicio de aquello que le arrebato su oportunidad de vivir y vencer.

Su mente regresa seis años atrás.


Continuara...

Esta historia no creo que pase de los 6 capítulos.

Gracias por leer.