Decisiones.
Una mano recorrió su espalda desde la base de su cuello hasta el inicio de su trasero, una caricia suave y llena de reverencia que solo pudo hacerlo sonreír. Akechi cerró los ojos y besó su hombro desnudo, a la vez que tiraba de él asta pegarlo a su cuerpo.
Kobayashi podía sentir perfectamente que era lo que deseaba. Conocía al hombre que lo rodeaba con sus brazos posiblemente más que el mismo. Dejándose llevar le rodeo el cuello y pateo las finas mantas que apenas lo cubrían. Akechi siempre había tenido poca resistencia física, y un obvio aire de madurez, pero cuando estaban solos se volvía el adolescente que se suponía era con sus dieciocho años recién cumplidos.
Con hábiles labios recorriendo su cuello Kobayashi miro sobre el reposabrazos hacia el reloj.
—Hashiba va a llegar pronto —y no es que a él le importara en lo más mínimo ser visto en cualquier situación, pero estaba seguro de que su mejor amigo no sabría manejarse esa situación. Bastante duro había sido que aceptara que estaba con Akechi.
—Hoy tenía que reunirse con su tutor —gruñó el mayor tomándolo de la barbilla para obligarlo a mirarlo.
Kobayashi giro su rostro y miró de reojo. Akechi rio. Apenas un sonido en el fondo de su garanta, pero era una risa sin duda. Un beso suave se posó en su mejilla, luego la fría frente de Akechi se apoyó en su pecho, un suspiro contrastando con su anterior risa.
—Debí elegirte…
Kobayashi mira al hombre sobre él.
Está acostumbrado, esas palabras han sido dichas antes. Es obvio que para Akechi es incómodo, tal vez hasta incorrecto, pero él sabe que Akechi nunca se hubiera perdonado a si mismo sí no hubiera ido por Namikoshi, a pesar de todo él era su mejor amigo y Kobayashi solo su empleado. Incluso si la situación se repitiese no podría culparlo por hacer la misma elección. Akechi es Akechi por ese absurdo sentido de responsabilidad que siente hacía los Veinte Caras, pero también por esa capacidad de ver a Namikoshi como su mejor amigo aún después de todo, y por eso sabía que, de haber tomado otra decisión, él mismo no estaría con Akechi en ese sofá, porque Akechi no podría dormir y él no podría alegrarse de estar vivo.
