KONOHA HIGH SCHOOL

Una cabeza rosada apareció bajo las sábanas. Sakura Haruno cumpliría los dieciséis dentro de poco, y lo haría lejos de sus amigos.

Los padres de Sakura habían decidido mudarse a una lejana ciudad de Japón, Konoha, por causas de trabajo. Cuando la pelirrosa pensó que se había demorado bastante en levantarse decidió ir a desayunar. La noche anterior había estado preparando las maletas y al cruzar su habitación se tropezó con una y cayó al suelo.

Después de maldecir por lo bajo fue a la cocina. Allí se encontraba su madre, que, a pesar de tener bastante dinero como para contratar personal, siempre estaba dispuesta a hacer las tareas domésticas.

- Buenos días, cariño. Desayuna bien y dúchate, ¡qué en dos horas debemos coger el avión!- Su madre siempre se ponía histérica cuando debían montar en avión. Sakura pensaba que en el fondo le daba miedo, aunque nunca lo demostraba.

Ayumi Haruno era la mujer más fuerte, psíquicamente, que conocía, y Sakura podía estar orgullosa de decir que se parecía mucho a ella. No sólo físicamente, pues el rosado cabello lo había heredado de ella, sino que Sakura Haruno tampoco se dejaba amedrentar con facilidad.

Cuatro horas y una bolsa de cacahuetes (cortesía de la azafata) después ya habían llegado a Konoha. Era una ciudad pequeña, pero bonita. Poco después llegaron al futuro apartamento de sus padres. Sakura viviría en un internado, Konoha High School. Esa noche ayudó a sus padres a acomodar algunas cosas para poder vivir y, exhausta, se fue a dormir. Al día siguiente su madre la llevaría a su nuevo instituto y quería estar presentable.

Al día siguiente cuando subió a un taxi junto a su madre se empezó a poner nerviosa. Esperaba hacer amigos pronto, porque, aunque no lo pareciera, era muy mala expresando sus sentimientos.

Por fin llegaron a Konoha High School. Cuando bajó del coche vio un gran edificio rodeado de jardines. Pensó que era realmente hermoso.

Traspasaron la verja y pudo ver que el lugar estaba dividido en seis edificios. Todos igual de hermosos e imponentes. Entraron en uno de los edificios y, acompañados de una amable mujer de cabello corto que les enseñó el camino, llegaron al despacho de la directora.

La directora era una mujer que aparentaba ser más joven de lo que en realidad era. Llevaba el rubio cabello recogido en dos coletas bajas y, esto era lo que más resaltaba, un prominente busto. Su expresión era dura, pero bastante amable, y sus ambarinos ojos les daban la bienvenida junto con una sencilla sonrisa. Sakura se fijó en la pared detrás de la mujer, en ella había cuatro retratos. Un hombre de pelo largo y castaño, otro con pelo blanco, un tercero que parecía ser el mas viejo y un cuarto de pelo rubio y ojos azules. Pensó que serían los antiguos directores. Su madre fue la primera en hablar, sacándola de sus pensamientos:

- Buenos días, soy Ayumi Haruno. Ésta es mi hija, Sakura.

- Bienvenidas las dos a Konoha High School. Sakura a partir de ahora serás una de mis alumnas. Te hemos asignado una residencia. Las habitaciones son de dos, por lo tanto la compartirás con otra alumna. Shizune, quiero que acompañes a la señorita Haruno a su habitación mientras yo hablo con su madre.

La joven que las había acompañado, en esos momentos se encontraba de pie en una esquina, pero se adelantó y abrió la puerta. Sakura la siguió y juntas emprendieron el camino de lo que sería la futura casa de la pelirrosa. Mientras caminaban Shizune le indicó donde estaban las aulas, el gimnasio, y hasta una hermosa piscina. Le contó como eran las clases y que algunos profesores eran realmente raros. Sakura se hizo amiga de la joven enseguida.

Juntas llegaron a un pasillito empedrado junto un pequeño parque, coronado con una fuente. Apoyados en la pared había un grupo de jóvenes en corro. Shizune se acercó enfadada.

- ¿¡Qué se supone que estáis haciendo, jovencitos! – Les quitó una revista de las manos a uno de los chicos. – Está prohibida esta clase de material. Sois menores y tenemos normas. ¿Acaso no lo decimos siempre a principio de curso?

- Los siento Shizune-neechan. Es que la encontré por ahí y tenía curiosidad.- Habló un chico que, según Sakura, era muy parecido a uno de los directores que había visto en el despacho de Tsunade, el rubio de ojos azules.

- ¿Y vosotros? La verdad, de Naruto me lo esperaba.- Así que se llamaba Naruto. Era un nombre extraño.- Pero no de vosotros. Incluso está Sasuke.- Un joven de pelo azabache y ojos del mismo color que hasta ahora había permanecido ajeno al jaleo los miró. Sakura sintió un extraño sentimiento en el estómago al mirarle. Era, lo que mucha podrían considerar, guapo. En realidad, era el chico más guapo que Sakura había visto en toda su vida. Entonces el joven se dio cuenta de la presencia de la chica y la miró, causando un sonrojo por parte de ella, que no se esperaba que la mirara tan fijamente. El resto de chicos también repararon en Sakura, que se había mantenido alejada de la discusión. Naruto se adelantó y se presentó.

- Hola, me llamo Naruto Uzumaki, aunque por aquí me llaman el Gran rey Uzumaki. ¿Eres nueva, no? Bienvenida.- Sakura le respondió con una tímida sonrisa, le sorprendió la efusividad con la el chico se había presentado.

- No mientas a los nuevos Naruto, nadie te llama el gran rey Uzumaki, es muy problemático. Por cierto me llamo Shikamaru Nara. Y éstos son Kiba Inuzuka, Neji Hyuga, Sai y, el testarudo de ahí es Sasuke Uchiha. – Los aludidos le dedicaron una sonrisa y un bienvenida, todos menos Sasuke que permanecía mirando el suelo como si fuera lo más interesante del mundo.

- Chicos, ésta es Sakura Haruno será vuestra nueva compañera a partir de ahora. Por cierto Shikamaru, ya que eres el presidente del consejo estudiantil podrías dar ejemplo a tus compañeros y confiscar estas cosas.- dijo señalando la revista, en la cual Sakura había podido ver una chica casi desnuda.

- Ahh, yo no elegí serlo, es muy problemático. Pero intentaré que Naruto no se meta en más lios.

- ¿Yo? Pero si yo no he hecho nada, me la encontré tirada en el suelo...

Después de callar al rubio y despedirse del grupo de chicos, Shizune y Sakura siguieron su camino hasta un edificio lleno de puertas. Subieron las escaleras y tocaron a la habitación ciento treinta y dos. Una chica de la misma estatura que Sakura, con ojos azul celeste y el rubio y largo cabello cogido con una cola de caballo les abrió la puerta. Parecía sorprendida por verlas allí.

Buenos días Ino, ésta será tu nueva compañera de cuarto, se llama Sakura Haruno. – ahora se dirigió hacia la pelirrosa.- Sakura, esta será tu compañera de ahora en adelante, Ino Yamanaka. Espero que os llevéis bien.

- Bienvenida, Sakura. Espero que seamos muy amigas.

- Gra - gracias. Yo también lo espero. - dijo tímidamente la joven.

Tras decir esto la directora y su madre llegaron a la habitación.

- Parece que ya os habéis conocido. Sakura, será mejor que te despidas de tu madre a solas. Shizune, vámonos.

Los dos mujeres se alejaron dejando solas a las pelirrosas y a Ino, quién volvió a la habitación para dejar intimidad a madre e hija.

- Sakura, te voy a echar de menos. Cuídate, y estudia mucho. Volveré a visitarte pronto. Y haz muchos amigos. Te quiero.

Las dos Haruno se abrazaron.

- Yo también te quiero mamá.- respondió la joven.

- Hasta luego, llámanos si tienes alguna duda, cariño.

Ayumi Haruno se alejó de su hija y se marchó. Mientras Sakura entró a su nueva habitación. Ino estaba esperándola.

- Ehh, hola. - ¿Hola? ¿Es lo único que sabía decir? ¡Vamos Sakura dí algo!

- Hola, Sakura, ¿no? Es un nombre muy bonito. Bueno supongo que tengo que ponerte al día sobre este instituto.

Después de unos minutos de charla Ino y Sakura ya hablaban como si fueran amigas de toda la vida. Ino le contó que los chicos que había visto antes eran de su clase, los clasificó a todos como unos tontos de remate. A todos menos a Sasuke Uchiha, parece que era uno de los chicos más populares de toda la escuela. Pero él no parecía interesado en ninguna chica. Sakura le preguntó si a Ino también le gustaba el chico azabache.

- Supongo que sí, de todas formas, ¿a quién no le gustaría? Es realmente guapo. Pero…- la rubia se sonrojó un poco. – A-a mi me gusta otra persona… s-se llama Sai.

- ¿Sai?, me parece que lo he visto, la verdad me recuerda un poco a Sasuke.

- Ohh, pero solo en el físico, su actitudes son totalmente diferentes. Sai es…

Estuvieron toda la noche hablando y contando sus respectivas vidas. Antes de irse a dormir Sakura ya sabía de memoria todo lo que necesitaría saber acerca de ese lugar, como si hubiera vivido toda su vida allí. Pero el cansancio pudo con ella, y al día siguiente tendrían clase así que decidieron dormir.

Esa noche un chico moreno pasó por los sueños de Sakura, aunque al día siguiente no lo recordaría.